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Aunque parezca contradictorio, recomendarle ejercicio a un paciente de Parkinson, que lucha por controlar el movimiento o contra la rigidez, la verdad es que es una actividad clave para posponer la incapacidad. "Ejercicio, ejercicio, ejercicio". Lo repite una y otra vez la neuróloga Carmen Serrano Ramos, quien tiene una clínica para atender a los que padecen ese mal y hace investigación en el Recinto de Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico.
Por Mildred Rivera Marrero
"Ejercicio, ejercicio, ejercicio". Lo repite una y otra vez la neuróloga Carmen Serrano Ramos, quien tiene una clínica para atender a los que padecen ese mal y hace investigación en el Recinto de Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico.
Que caminen, que corran bicicleta, que naden, que tomen clases de acuaeróbicos, de Yoga, de Tai Chi y hasta de baile. Toda actividad, claro, depende del estadío en que se encuentre el paciente, ya que una persona a la que le esté comenzando el mal podría correr bicicleta, mientras que uno en estadío intermedio, quizás necesitaría usar la bicicleta estacionaria.
"Tengo pacientes que llevan 10 años con Parkinson y siguen trabajando", declara la experta para ilustrar el bienestar y el efecto preventivo que...