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A lo largo de la Historia, el Hombre, por alcanzar la inmortalidad, ha construido Tumbas, Mausoleos, Pirámides, Capillas y espléndidas edificaciones que albergan en su interior el vano intento de perpetuar su presencia en esta vida. Muchas de las obras más sublimes de las Bellas Artes han sido resultado de este noble y profundo sentimiento. Arquitectura, Música, Pintura y Escultura han tenido como uno de sus principales temas la trascendencia del Hombre después de la muerte. Del Dolmen y el Menhir a las pirámides de Keops, Kefren y Micerino en Egipto o la de Pakal en el mundo Maya, ha sido largo el camino recorrido por el Hombre, que con sencillas tumbas en el Camposanto o magníficos sepulcros dentro de las Iglesias, se ha manifestado hasta nuestros días dentro de una gran riqueza de estilos -neoclásico, románico, gótico, barroco y hasta oriental- en los Panteones.