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"El problema es que los poderes básicos del Estado están corruptos", dice el director José Carlos Plaza para hablar de la sociedad actual y de Electra, montaje que, con versión de Vicente Molina Foix, estrenó el pasado viernes en el Teatro Romano, dentro del Festival de Teatro de Mérida, donde este personaje es todo un clásico de la muestra. En esta ocasión Electra es Ana Belén, enfrentada a una Clitemnestra interpretada por Julieta Serrano.
Una Electra muy aplaudida, con casi 3.000 espectadores puestos en pie, marcada por la contemporaneidad, aunque no en el terreno estético; tanto la escenografía de Plaza como el vestuario de Pedro Moreno no han sufrido ningún especial aggiornamento, tan en boga en la revisitación a los clásicos.
Electra (en griego antiguo Êléktra) o Laódice era una atrida hija de reyes: Agamenón y Clitemnestra. Su afecto hacia su padre era rayano con lo permitido, hasta el punto de que, con los siglos, las teorías freudianas se refieren con complejo de Electra a las mujeres que padecen, o gozan, un enamoramiento hacia el padre. Agamenón, en concreto, termina asesinado...