RESUMEN
Ashoka (268-239 a.C.) fue el tercer monarca de la dinastía Maurya. Sus edictos y las inscripciones grabadas en rocas o pilares ubicados en varias partes de su reino nos familiarizan no solamente con la personalidad de uno de los gobernantes más importantes de la historia de la India, sino también con los acontecimientos de su reinado. Acaso el más conocido de ellos sea su conversión al budismo. Promovió la labor misionera budista, que rebasó las fronteras extendiéndose por otros países, sobre todo por el sudeste asiático.
ABSTRACT
Ashoka (268-239 a. C.) was the third King of the Maurya dinasty. His edicts and the inscriptions engraved on the rocks or pilars placed in several parts of his reign show as not only the personality of one of the most important goberning in the Indian History, but also the events of his Kingdom. Perhaps the most known of them is his conversión to Budism: The prometed the budish missionary labor that crossed the frontiers to another countryes, overcoat througt the Asían south east.
EL IMPERIO MAURYA
Durante los siglos vi a iv a.C. los Aqueménidas construyeron y consolidaron el gran Imperio Persa (el primer gran imperio de la historia universal), que abarcaba desde el mar Egeo, por el Oeste, hasta el río Indo, en el este. Las campañas de Alejandro Magno dieron al traste con el Imperio Persa, pero su muerte prematura y las disputas entre sus sucesores interrumpieron el proceso de construcción de un imperio griego1
El vacío de poder provocado en el noroeste del subcontinente por la derrota de los persas y la retirada de los griegos fue aprovechado por el astuto, codicioso y tenaz rey de Magadha, Chandragupta2 (Sandrokottos, Androkottos, según los historiadores griegos y latinos), para anexionarse esos territorios y crear el gran imperio Maurya (el segundo gran imperio de la historia universal), que tenía como centro al reino de Magadha3, pero que pronto se extendería por casi toda la India ''.
Es este un momento de una cierta rivalidad entre ios grupos iieterodoxos (budismo, jainismo) y el brahmanismo, continuador de la tradición védica:
«En general los brahmanes y ksatriya favorecían al brahmanismo tradicional, mientras que los vaisya, entre los que se contaban los artesanos y comerciantes recientemente enriquecidos pero apartados de la consideración social y de las posiciones de poder político, favorecían a las sectas heterodoxas. [...] Los monarcas Maurya, aunque tolerantes con todas las tendencias religiosas, se inclinaban más bien por las corrientes heterodoxas. La tradición jaina cuenta que hacia el final de su vida, Candragupta abdicó el trono en favor de su hijo, Bindusára, y se convirtió al jainismo»4
Siguiendo el ideal del jainismo, Chandragupta, convertido en asceta jaina, buscó retiro en un monasterio de la India, y allí ayunó voluntariamente hasta su muerte:
«La tradición jainista asegura que Chandragupta ayunó, como fiel seguidor de Jaina, hasta la muerte. Al parecer siguió a los 12 jainistas que emigraron a Mysore para salvarse de una inminente carestía que amanezaba el norte de la India»5.
Bindusára (conocido por los historiadores griegos por su epíteto Amitrokhates, correspondiente al sánscrito Amitragháta, «destructor de enemigos»), hijo de Chandragupta, amplió el Imperio Maurya mediante diversas conquistas que llevó a cabo al sur de los montes Vindya.
«Guerreó en el Decán extendiendo el control mauryano en la península hasta lugares tan lejanos como Mysore. Se dice que conquistó «la tierra entre los dos mares»: es de pensarse que eran el Mar de Arabia y la Bahía de Bengala»6
En vida de Bindusára, su hijo Ashoka7 (268-239 a.C.) era virrey en Taxila 3 y más tarde lo sería de Ujjain (Ujjayim). Tras la muerte de Bindusára, Ashoka8° regresó a Pátaliputra, capital de Magadha. Lo que sigue a continuación está envuelto en la leyenda:
«Para llegar al trono, Asoka asesinó a seis de sus hermanos. [...] Tal vez este fraticidio sea, sin embargo, una invención consciente, como los otros crímenes que le atribuyen, precisamente, las fuentes budistas para destacar al máximo la diferencia entre las maldades que cometió antes de su conversión y las buenas obras que realizó después. [...] Las atrocidades no son pocas: cuando las mujeres de su gineceo le dijeron en una ocasión que era feo, mandó quemar a las quinientas, lo que le valió el nombre de «el furioso Asoka» (Candásoka)» ".
Cuando Ashoka se convirtió en el tercer monarca del innperio Maurya, su primer plan fue la consolidación y extensión del imponente imperio que heredaba de su padre Bindusára y de su abuelo Chandragupta. Uno de los principales escollos que se oponían a la ampliación del imperio a toda la India era el reino de Kalinga 9, en la costa este de la India, que impedía el comercio hacia el sur. Ocho años después de su coración, el rey Ashoka sitió Kalinga:
«150.000 hombres quedaron allí cautivos, 100.000 fueron pasados a cuchillo, y un número aún mayor perdió la vida. Pero luego, habiendo sido conquistada Kalinga, el amado de los dioses se transformó para seguir más estrictamente la recta conducta, para amar la recta conducta y para adquirir sabiduría en la recta conducta. Ésta fue la promesa del amado de los dioses en el asedio de Kalinga. Tales son las palabras iniciales de una inscripción grabada en la roca en Shabhazgarhi. [...] Nunca jamás -sigue diciendo la citada inscripción, como otras muchas semejantes- ni él ni sus sucesores emprenderán una guerra de conquista, que siembre el país de dolor y lágrimas y rompa los lazos de hermandad entre los hombres»10.
La destrucción causada por la guerra LLNO al monarca de remordi- mietos y pesar. En un esfuerzo por buscar la expieciov se convirtió en un celoso devoto del budismo14 Y para predicar al pueblo la nueva moral de la torancia, de la paz y la no-violancia, es decir el dharma, hizo grabar SUS edictos en altos pilares de piedra 11 distribuidos por todo el imperio. En el edicto sobre roca núnnero 13, Ashoka, confiesa lo siguiente:
«Así, por numeroso que fuera el pueblo que en los Kalinga fue o asesinado o muerto o apresionado, si hubiera sido una centésima o milésima parte, hoy esto sería pensamiento doloroso para el amado por los dioses.
Y el que hoy comete una falta, se considera por parte del amado por los dioses que debe sufrirse, aquello que es posible sufrir. [...] Lleno de arrepentimiento se dice que es el poder parte del amado por los dioses que debe sufrirse aquello conducta y no sean matados.
Pues desea el amado por los dioses la felicidad, el autodominio, la ecuanimidad y la alegría de todos los hombres.
Esta es la victoria que es considerada importante por el amado por los dioses: la victoria de la Ley Sagrada.
Y ésta ha sido ganada por el amado por los dioses aquí y entre todos los vecinos.[...]
Obtenida ha sido la alegría en la victona de la Ley Sagrada.
Pero es pequeña esa alegría.
Sólo lo que lleva al otro mundo considera de gran fruto el amado por los dioses»16
Y continúa diciendo:
.,Con este fin este edicto de Ley Sagrada ha s,do escrito: para que si hay hijos o nietos míos, no piensen que hay que vencer una nueva victoria.
Y ue en la prop,a victoria se alegren con la suavidad y la levedad del castigo y consideren como victoria la victoria de la Ley.
Esto es cosa de este mundo y cosa del otro.
Y sea su alegría todo lo que es alegría por la Ley Sagrada.
Esa es cosa de este mundo y cosa del otro»17.
El edicto de Kaiinga es uno de los - - impresionantes y de la historia universal. No obstante, han sugirado seria dudas de que la politica de Ashoka fuese tan hunnana y generosa. T. Thapar atirma que Ashoka:
«Reconocía que había ocasiones en que la vilencia podria ressultar inevitable, como por ejemplo cuando las primativas tribus del bosque causaban disturbios. En un pasaje nnuy patetico acerca del sufrimiento general, tanto físico como mental causado por la guerra declara que al al Dhamma, se privara de utilizar la fuerza. pero que , si así lo hiadherirse oleran, espera que esta conquista sea realizada con un aximo de piedad y de clemencia»18
EDICTOS DE LA LEY SAGRADA
Conocemos la historia y el pensamiento de Ashoka por las crónicas budistas y sobre todo por las inscripciones 19 que hizo grabar sobre rocas previamente pulidas, sobre pilares de piedra construidos especialmente para tal efecto, y en algunos casos sobre las paredes de grutas que servían de cobijo a monjes budistas. Estas inscripciones, que aún hoy podemos contemplar, constituyen los testimonios escritos originales indios más antiguos que se conocen.
La mayor parte de las inscripciones de Ashoka emplean el alfabeto bráhmí, pero en la zona de Taksakshila (al noroeste de la India) están grabados en escritura kharosthí demada probablemente de la del arameo. Todavía más hacia el oeste, en Kandahar, los edictos están escritos en griego y arameo. Y no solo adoptaba Ashoka la escritura local de cada zona, sino que usaba también las diversas lenguas regionales o prácritos en sus inscripciones:
"Las inscripciones de Ashoka están escrita en diversos prácritos, idiomas derivados del sánscrito. El páii, idioma del único Canon completo conservado de una secta del Budismo Hínayána, es un idioma de las inscripciones encontradas en Girnar (en la costa noroeste de la India). Los prácritos eran los idiomas en uso en la gran masa del pueblo indio de esa época. Cada inscripción está escrita en el prácrito correspondiente a la región en que fue publicada. Gracias a estas inscripciones tenemos un panorama de la situación lingüística de la India de la época de Ashoka» 20.
Los edictos se reparten en dos grandes grupos: los inscritos sobre rocas y ios grabados sobre pilares levantados al efecto. Ashoka inscribe sus palabras en rocas bien visibles y en pilares erigidos con esta finalidad en las encrucijadas y al borde de los caminos más transitados. Ashoka se arrepiente de sus guerras pasadas y se dedica a predicar el dharma, un orden basado en la tolerancia, la compasión y la solidaridad:
«Una y otra vez menciona en sus proclamas, en su afán de inculcárselas a sus subditos, las virtudes que Buda exaltó en sus prédicas y diálogos: la no violencia, la piedad y la compasión frente a todos los seres, el trato suave de esclavos y servidores, el abstenerse de hacer sufrir a los animales; el respeto del padre, de la madre, de las personas mayores de edad; la generosidad y la liberalidad con amigos, familiares y personas dedicadas a la vida religiosa; la lealtad para con los amigos; la moderación en la posesión de bienes y en los gastos, etc. A los miembros de las sectas religiosas les recomienda el autodominio, el control de sus palabras, el abstenerse de alabar a su propia secta y criticar a las otras, el escuchar las doctrinas de los demás para aprender algo nuevo, no provocar disensiones en el seno de la propia comunidad, la pureza de corazón, la gratitud por las liberalidades recibidas, etc.» 21
Ashoka formuló una ideología pacifista fundada en los principios universales del mérito de las obras, comunes a la ética seglar del budismo y de la mayoría de las religiones de la India. Esta ideología ecuménica, unida a una autobiografía de su transformación espiritual de guerrero sin escrúpulos en devoto budista, fue inscrita en piedras y columnas y difundida por emisarios por toda la India subcontinental y más allá de sus fronteras.
Ashoka nunca intentó imponer la doctrina budista a sus subditos. Por el contrario, proclamaba en sus edictos la tolerancia y el respeto por todas las escuelas y tendencias religiosas. Consideraba que todas las tradiciones religiosas contribuían de una u otra forma al desarrollo espiritual; el edicto número doce en piedra sostiene que una base común para las religiones debería ser el apartarse de la glorificación de la tradición propia y de la crítica de la de los demás, porque las disputas religiosas resultan contraproducentes tanto para la religión propia como para las de los demás, mientras que el respeto mutuo refuerza a ambas. En el décimosegundo edicto sobre roca, Ashoka proclama que:
«Todo el que elogia a su propia comunidad y critica a la comunidad ajena, todo por devoción a la propia comunidad, diciendo "Glorifiquemos la propia comunidad", ese, obrando así una y otra vez, daña más a la propia comunidad religiosa.
La concordia es buena para que escuchen la Ley del que piensa de otro modo y la obedezcan.
Este es el deseo del amado por los dioses: "Que todas las comunidades sean muy instruidas y tolerantes"» 22.
En relación con las actuaciones dogmáticas, el séptimo edicto sobre roca proclama lo siguiente:
"El rey Piyadasi amado por los dioses desea que en todas partes estén establecidas todas las religiones.
Todas en verdad desean el autodominio y la pureza» 23.
Ashoka creía que todos los grupos religiosos predicaban lo mismo: el orden moral y universal o dharma; ese patrón común, que podía ser asumido por cualquier grupo religioso. Las discusiones y reyertas se debían a estrechos dogmatismos y al exagerado aprecio de tradiciones y ceremonias propias. Al verdadero dharma no se llegaba por los dogmas o las reglas, sino por la meditación. El séptimo edicto sobre pilares manifiesta:
"Este crecimiento de los hombres en la Ley y crecido mediante sólo dos recursos: las reglas de la Ley Sagrada y la meditación.
Pero en estos las reglas de la Ley son poco, la meditación es más.
Y esta es la regla de la Ley que ha sido establecida por mí: tales y tales vivientes deben ser respetados.
Y hay otras muchas reglas de la Ley Sagrada que han sido establecidas por mí.
Pero gracias a la meditación de los hombres el crecimiento de la Ley Sagrada ha crecido más con el respecto a los seres y la prohibición de matar a los vivientes. [...]
A los veintisiete años de haber sido ungido este edicto de la Ley ha sido hecho grabar por mí. Esto dice el amado por los dioses.
Este edicto de la Ley allí donde hay pilares de piedra o superficies de piedra, allí debe ser grabado, para que sea de larga duración» 24.
La concepción de dharma divulgada por Ashoka reunía aquellas mínimas nociones morales comunes que estaban a la base de todas las escuelas y sectas de la India de su tiempo, y que constituían el orden cósmico y moral: los hijos deben obedecer y respetar a sus padres y superiores, y éstos deben ser compresivos con sus inferiores. Y así el noveno edicto sobre roca proclama:
«Para los esclavos y siervos, amabilidad; para los hombres venerables, reverencia; para los vivientes, respeto; para los ascetas y brahmanes, liberalidad.
Esto y todo comportamiento semejantes es llamado ceremonia de la Ley Sagrada.
Así, se debe decir por un padre, por un hijo, por una esposa, por un amo» 25
En el segundo edicto sobre roca, Ashoka se jactaba de dar asistencia a todos los seres vivos, de plantar árboles y plantas medicinales y de excavar pozos, para que honnbres y animales encontrasen sombra, alimento, remedios y agua.
«En todas parte dentro del imperio [...] dos asistencias médicas han sido establecidas; asistencia para los hombres y asistencia para los animales.
Y las plantas medicinales que son útiles para los hombres y las que son útiles para los animales, allí donde no las hay, a todas partes se ha hecho que sean llevadas y se ha hecho que sean plantadas.
E igualmente las raíces y frutos, donde no los hay, a todas partes han sido llevados y han sido plantados.
Y en los caminos se han plantado árboles y se han cavado pozos para disfrute de animales y hombres» 26.
Una parte importante del dharma es la ahimsá («no violencia») respecto a las demás criaturas vivas del Universo. Como el propio Ashoka proclamaba en el primer edicto sobre roca:
«Antes, en la cocina del rey Piyadasi, amado por los dioses, todos los días muchos cientos de miles de vivientes eran sacrificados para la salsa de carne.
Pero ahora cuando este edicto de la Ley Sagrada ha sido grabado, tres vivientes tan sólo son sacrificados; dos pavos reales, una gacela. Y esta gacela no siempre.
Y estos tres vivientes en adelante no serán sacrificados» ".
Ashoka hizo cambiar la vida de la corte, sometiéndola al dharma.
«La política del dhamma es proclamada por Asoka una y otra vez y esculpida en piedra. Una y otra vez es llamado el pueblo a la dulzura y a la compasión, a la generosidad y benevolencia, a la obediencia y al respeto. Se trata de despertar el sentido de la responsabilidad social» 27
Uno de los edictos de Ashoka (E.R.S.II) dirigido a los dharma-mahámátra, grupo especial que velaba por el cumplimiento de la moral y controlaba las órdenes religiosas, representa una muestra clara de su ética política: "Todos los hombres son mis hijos.
Como para mis hijos deseo que alcancen todo el bien, así es mi deseo para todos los hombres.
Quizá haya el pensamiento entre los pueblos vecinos independientes: «¿qué deseo tiene el rey respecto a nosotros?»
Este es mi deseo respecto a los vecinos sepan, que desea: que sean libres de temor a mí, que confíen en mí, que reciban felicidad de mí, no infortunio. Y que sepan: sufrirá lo que es posible sufrir y podrán seguir la Ley por obra mía y podrán ganar este mundo y el otro. [...]
Con este fin ha sido grabado aquí este edicto: para que los ministros en todo tiempo tengan acierto en lograr la confianza y el cumplimiento de la Ley Sagrada para los pueblos vecinos» 28.
En otro de sus edictos (E.R.S.I) a sus funcionarios, Ashoka les exhorta a superar con éxito las siguientes conductas: «la envidia, la falta de constancia, la crueldad, la impaciencia, la falta de aplicación, la pereza, la debilidad » 30.
Según diversos testimonios, Ashoka intervino activamente en los asuntos de la comunidad budista, a la que dedicó varios edictos; en algunos de éstos se pone de manifiesto que intentó evitar las tendencias cismáticas 29 que ponían en peligro el apoyo eficaz que la Comunidad budista podía prestar a los objetivos del Estado. Era una época de controversias y debates entre los sthaviras («antiguo»), seguidores de la tradición antigua, y los mahásanghikas, más liberales y heterodoxos 31. Es posible que Ashoka instituyera una reforma doctrinal convocando un tercer concilio en la capital Pátaliputra -donde el canon páli fue fijado-, reforma que después constituyó la base de la ortodoxia theraváda que se propagó a Ceilán y al sudeste asiático.
Entre los objetivos que perseguía Ashoka se encuentra: legitimar la innovadora autoridad de la casa real y proporcionar una base cultural más amplia para un sistema social más viable. La doctrina exhorta a todos los ciudadanos a cooperar en el ejercicio de virtudes útiles para la sociedad y la economía. Desaconseja la práctica de ceremoniales mágicos y sacrificiales arcaicos, socavando así las costumbres religiosas tradicionales que reforzaban solidaridades locales, fuente de disturbios políticos.
LA LABOR MISIONERA DE ASHOKA
Llama la atención el hecho de que las grandes misiones búdicas de Ashoka pasaran sin dejar huella. De hecho, el nombre de Ashoka 32 -el más destacado de los antiguos monarcas indios- cayó en el olvido hasta que en el siglo xix se lo recuperó, cuando se descifraron sus inscripciones, talladas en piedras y en columnas. En efecto, en 1837, James Prinsep, funcionario británico destinado en Benarés, logró descrifar la escritura bráhmf, con lo que fue posible leer las numerosas inscripciones antiguas de un tal devánampiya, el amigo de los dioses, que resultó ser el rey Ashoka 33.
Ashoka promovió la labor misionera budista, que rebasó las fronteras extendiéndose por otros países, sobre todo el sudeste asiático. Ashoka se vanaglorió en sus inscripciones en columnas y rocas de haber enviado embajadores del budismo a los reinos vecinos de los cholas y de los pandyas en el sur de la India, a otros países como Birmania y Ceilán 34 e incluso a los dominios de Antíoco i!, rey de Siria, de Ptolomeo II Filadelfo, rey de Egipto, de Magas, rey de Cirene, de Antígono, rey de Macedonia, y de Alejandro, rey de Epiro, contemporáneos todos ellos de Ashoka y mencionados por él en su Edicto XIII:
"Esta es la victoria que es considerada importante por el amado por los dioses: la victoria de la Ley Sagrada.
Y ésta ha sido ganada por el amado por los dioses aquí y entre los vecinos, incluso a seis mil yojanas, allí donde el rey de los griegos Antíoco de nombre, y más allá de este Antíoco cuatro reyes, Ptolomeo, Antígono, Magas y Alejandro de nombre, y más allá los Coda y Pamdiya hasta Tambapamni.
De igual modo aquí, en el imperio del rey, entre los griegos y Komboja, Nábhaka y Nábhitina, Bhoja y Pitinika, Amdha y Palada, en todas partes siguen la enseñanza de la Ley Sagrada del amado por los dioses» 35.
Poco después de la muerte del rey Ashoka, el bien organizado Imperio Maurya con su poderoso ejército, se vino abajo 36 debido a múltiples presiones: el resurgimiento del poder de los brahmines, los conflictos políticos internos, la crisis económica y las invasiones bárbaras.
1 «No se conocen con exactitud los motivos que llevaron a Alejandro el Grande a efectuar la larga y difícil campaña de la India. Tal vez uno de ellos tiaya sido que el hijo de Filipo, como sucesor de los Aqueménidas, se sentía obligado a recuperar los territorios indios que habían pertenecido al reino de los persas bajo el gobierno de Darío I. Por otro lado, la idea de que existía una civilización fascinante por lo exótica, por sus tesoros, por su poderío obró seguramente de manera decisiva sobre el ávido temperamento del gran macedonio». R.C. VOFCHUK, «Las costumbres y creencias filosófico-religiosas de la India según las Informaciones de Nearco de Creta» en Boletín de la Asociación Española de Orientalistas, Año XVIM, Madrid, 1982, pág. 277.
2 «Nos es mal conocida la historia de Chandragupta. [...] Según Justino, la fortuna de Chandragupta comenzó con su tenaz resistencia a Alejandro en el valle del Indo. Luego, Chandragupta Maurya reunió a los rajas del norte y consiguió vencer la desordenada resistencia de los lugartenientes que dejara Alejandro en sus dos provincias indias. En el 317 Eudemo hubo de evacuar el Pendjab llevando los últimos restos del deshecho ejército griego. Fue entonces cuando el victorioso Chandragupta, con ayuda de sus aliados y de la casta sacerdotal de los brahmanes, se apoderó del trono de Magadha; esto acaecería hacia el año 313 a. de C. Su imperio comprendería entonces todo el orte ocupado antes por los griegos, el reino de Magadha y los reinos de Narbalavar y Kathiavar, donde entonces figuraba el reino de Avanti, sobre el río Narbada. La posición de Chandragupta corrió, sin embargo, serios peligros cuando Seleuco apareció en la India dispuesto a recobrar los antiguos dominios de Alejandro. Pero, después de fuertes luchas, Seleuco se halló en una situación comprometida, porque debía retirar sus tropas para luchar contra Antígono. Seleuco optó por firmar un pacto con Chandragupta hacia el 302. Las provincias del Indo y aun el protectorado de Arachosia y Gedrosia quedaban para el rey de Magadha: Seleuco recibía 500 elefantes. Ambos aceptaban los matrimonios entre griegos e indios. Seleuco a cambio de una victoria nominal en la India recibía refuerzos con los que pudo vencer en Ipsos (301) a Antígono. Chandragupta, por su parte, a cambio de una insignificante ayuda, tenía las manos libres y veía reconocido su Imperio. Del resto de su historia política no sabemos más que gobernó veinticuatro años». AA.VV., Antiguo oriente, Manual de Historia Universal, Nájera, vol. II, Madrid, 1983, pág. 489.
3 La expansión del Estado de Magadha, iniciada en el siglo vi a.C, culminó con la fundación del Imperio Maurya, una burocracia centralizada y gobernada por sucesión hereditaria, que dominó el subcontinente. El último monarca de este imperio, el rey Ashoka, que subió al trono hacia 270 a.C, se convirtió al budismo después de completar la unión militar de sus posesiones territoriales.
4 Véase J. MosTERiN, El pensamiento de la India, Salvat, Barcelona, 1982, pág. 52.
5 J. MosTERÍN, Historia de la filosofía, Alianza, vol. 2, Madrid, 1983, pág. 55.
6 A.T. EMBREE y F. WILHELM (dirs.), India. Historia del subcontinente desde las culturas del Indo tiasta el comienzo del dominio inglés, Historia Universal, Siglo xxi, vol. 17, Madrid, 1974, pág. 72.
7 R. THAPAR, Historia de la India, Fondo de Cultura Económica, vol. I, México, 1969, pág. 85.
8 «Los datos que existen sobre su vida, como los de los otros reyes maurya, han sido objeto de largas controversias. Uno de los puntos de referencia más importante es el XIII de sus edictos rupestres, en el que ya se citan como contemporáneos a los reyes Antikaya, Tulamaya, Antekina, Maka y Alikasudara». A.T. EMBREE y F. WILHELM (dirs.), ob.cit., págs. 73-74.
9 Situada a 32 kilómetros al oeste de Rawaipindi, en el Punjab, fue un gran centro de saber. Era famosa por su Universidad, en la que enseñaban las artes y las ciencias de la época. Durante el gobierno del rey Ashoka, Taxila alcanzo una posicion de primer orden entre las ciudades del noroeste. Véase Syed Ashfaq Naqvi, «Taxila, un gran centro en el Oriente en Revista de Estudios Budistas. Núm. 8, México, 1995, pp. 64-76.
10 "El nombre de Asoka nos recuerda una anécdota que se cuenta en una antigua crónica budista. Un día en que Shakyamuni iba pidiendo limosna por los suburbios de Rajagriha encontró a dos muchachitos que jugaban en la tierra y que notaron que tenía las «treinta y dos marcas del Gran Hombre», por lo que, deseando hacerle una ofrenda, hicieron pasteles de arena que colocaron en la escudilla de las limosnas, poniendo uno de ellos las manos juntas en signo de respeto. El Buda aceptó estos donativos de arena y sonrió. Ananda, que lo acompañaba, le preguntó por qué lo hacía, a lo que respondió el Maestro: «Ananda, cien años después de mi muerte, este muchacho será un rey Chakravarti en Pátaliputra y reinará en todas las regiones, se llamará Asoka y gobernará según la Ley, repartirá mis reliquias entre todo el mundo, hará construir ochenta y cuatro mil stupas en honor del Rey del Dharma y reconfortará a innumerables seres humanos». D. Ikeda, Budismo primer milenio, Taurus, Madrid, 1988, pág. 35.
11 A.T. EMBREE y F. V\/ILHELM, ob.cit, pág. 76.
12 "Con la conquista de Kalinga, el Imperio de Ashoka comprendía toda la India (menos la zona ocupada en el extremo sur de la península por los reinos de los Cholas y de los Pándyas) y además las zonas cedidas por Seleuco I Nikator a Chandragupta en paropanisadai. Aria, Gedrosia y Arachosia». F. TOLA y C. DRAGONETTI, «Un gran emperador budista, Ashoka», Revista de Estudios Budistas, Año II n.° 3, México, 1992, pág. 101.
13 H. BoEKHOFF y F. WiNZER, Historia de la cultura oriental. Labor, Barcelona, 1968, pág. 229.
14 Asoka nos recuerda una anecdota que se cuenta en una antigua cronica bu¬dista. Un dia en que Shakyamuni iba pidiendo limosna por los suburbios de Rajagriha encontro a dos muchachitos que jugaban en la tierra y que notaron que tenia las «treinta y dos marcas del Gran Hombre», por lo que, deseando hacerle una ofrenda, hicieron pasteles de arena que colocaron en la escudilla de las limosnas, poniendo uno de ellos las manos juntas en signo de respeto. El Buda acep-to estos donativos de arena y sonrio. Ananda, que lo acompanaba, le pregunto por que lo hacia, a lo que respondio el Maestro: «Ananda, cien ahos despues de mi muerte, este muchacho sera un rey Chakravarti en Pataliputra y reinara en todas las regiones, se llamara Asoka y gobernara segiin la Ley, repartira mis reliquias entre todo el mundo, hara construir ochenta y cuatro mil stupas en honor del Rey del Dharma y reconfortara a innumerables seres humanos». D. Ikeda, Budismo primer milenio, Taurus, Madrid, 1988, pag. 35. " A.T. EMBREE y F. WILHELM, ob.cit, pag. 76. 12 «Con la conquista de Kalinga, el Imperio de Ashoka comprendia toda la India (menos la zona ocupada en el extremo sur de la peninsula por los reinos de los Cholas y de los Pandyas) y ademas las zonas cedidas por Seleuco I Nikator a Chandragupta en paropanisadai, Aria, Gedrosia y Arachosia». F. TOLA y C. DRAGONETTI, «Un gran emperador budista, Ashoka», Revista de Estudios Budistas, Aho II n.° 3, Mexico, 1992, pag. 101. 13H. BOEKHOFF y F. WINZER, Historia de la cultura oriental, Labor, Barcelona, 1968, pag. 229. 130 "I «Asoka, tan famoso al principio por su crueldad y despues por su piedad faSluosa, da en gur eyenda un ejemplo de humildad, menos penoso, sin duda, que el referido. pero del que seamente . filo C serlan capaces pocos reyes. Acaba de convertirse, y se halla en to do el ardor del neoco~ ada vez que se encontraba con ascetas budistas, «con hijos de Sakya», les tocaba los pies bra :u cabeza y los adoraba. Uno de sus minislros, lasas, aunque convertido tambien. se asomma e tanla condescendencia, y se atreve a decir a su amo que no debe prosternarsa de aquella test nera ante mendigos procedentes de todas las castas. EI rey recibe esta observaci6n sin cond,' v ar, pero a los pocos dias dice a sus consejeros que desea conocer el valor de la cabeza de los ence rsos ani ma Ie s, y les ordena que cada uno de ellos venda una cabeza de ani.m al. lasas es el pe argado de vender una cabeza humana. Las otras cabezas son vendidas a diferentes precios; di;o aquella no la quiere nadie; y el ministro se ve obligado a confesar que ni aun de balde ha poo colocarla.
" -(,Por que- dice el rey, -no ha querido nadie esa cabeza humana?
" -Porque es un objeto despreciable y sin valor- contesta el ministro.
« - (,Es solamente esa cabeza la despreciable. 0 10 son igualmente todas las cabezas humanas?
« - Todas las cabezas humanas- dice lasas.
EI '. « -(,C6mo?- dice Asoka. -i., Tambien la mia seria despreciable?" hable mlnlstro, contenido por el temor, no se atreve a decir la verdad; perc 81 rey Ie orden a que anade:segun su conclencla. y habiendo obtenido de su franqueza la respuesta que esperaba .
. . « - Tu, por un sentimiento de orgullo, no quieres que me prosterne ante los reIlglosos. Pero si mi cabeza, ese miserable objeto que nadie querria por nada. encuentra alguna ocasi6n de purificarse, (,que hay en ello de contrario al orden? Tu miras la casta en los religiosos de Sakya, y no yes las virtudes que hay ocullas en ellos. Inquiere uno la casta cuando se trata de la Ley; porque las virtudes no se preocupan de la casta. Si el vicio mancilla a un hombre de noble cuna, se dice: «Es un pecador», y se Ie desprecia. Pero no se hace 10 mismo con un hombre nacido de una familia pObre, y si tiene virtudes, hay que honrarle prostern<indose ante el"
Despues, i~terpelando mas directamente a su ministro, continuo el rey:
" -(,No conoces las palabras del heroe compasivo con los Sakyas? (,Los sabios saben encontrar valor a las cosas que no 10 tienen? Cuando yo quiero obedecer a sus mandamientos, no me das una prueba de amistad al tralar de apartarme de ellos. Cuando mi cuerpo, abandon ado como los fragmentos de la caiia de azucar. duerma en la tierra, estani bien incapacitado de saludar, de levantarse y de juntar las man os en signo de respeto. (,Que acci6n virtuosa estare entonces en condiciones de realizar? Tolera. pues, que ahora me incline ante los religiosos; porque el que sin examen se dice «soy el mas noble», se ve envuelto en las tinieblas del error. Pero el que se examina el cuerpo a la hora de los discursos del Sabio de las diez fuerzas, no ve diferencia entre el cuerpo de un principe y el de un esclavo. La piel, la carne, los huesos. la cabeza, son los mismos en todos los hombres; solamente los adornos y las galas dan superioridad a un cuerpo sobre otro. Pero 10 esencial en este mundo es 10 que se puede encontrar en un cuerpo vii. 10 que es un merito de los sabios el saludar y honrar »». J. Barthelemy-SainI-Hilaire, 8uda y su religion, La Espaiia Moderna, Madrid, 1922. pags. 97-99.
15 De entre los que se lian conservado hasta hoy, es particularmente famoso el de Sarnath, coronado por un capitel con cuatro leones de pie, adosados, llevando un «Rueda de la Ley», esculpido en brillante piedra.
16 F. RODRÍGUEZ ADRADOS (tr.), Asoka. Edictos de la Ley Sagrada, Edhasa, Barcelona. 1987. pp. 101 y 102.
17 Ibid PP- 102-103.
18 R. THAPAR, ob.cit., pág. 106.
19 «Constituyen la más importante fuente de información de que disponemos para nuestro conocimiento relativo a Ashoka. Mediante estas inscripciones conocemos los diversos nombres y títulos con que Ashoka era designado [...], los componentes de su familia, aunque sin mención de los nombres propios (hermanos y hermanas, reinas-esposas, hijos de las reinas, hijos de otras mujeres del rey, nietos, sobrinos, etc.), los nombres de funcionarios y empleados administrativos y de órganos de administración en diversos niveles. Las inscripciones mencionan comunidades religiosas o personas dedicadas a la vida religiosa de la época (ájlvikas, budistas, nigranthas [jainas], brahmanes, shramanes), países, naciones y pueblos que formaban parte del Imperio de Ashoka o eran conocidos por él (Satyaputras, Keralaputras, Cholas, Andhras en el sur de la península; Ráshthkas, Bhojas, Kalingas, Gandháras, Kambojas, Yonas: «griegos» etc.), regiones y ciudades (Ceylán, Pátaliputra, Lumbini, Takshashilá: «Taxila», Ujjayim, Sambodhi: «Bodhi Gaya etc.), y reyes ghegos contemporáneos de Ashoka. [...] Nos informan sobre acontecimientos importantes del reinado de Ashoka con sus respectivas fechas (guerra de Kalinga, misiones al extranjero, peregrinaciones del rey, etc.). Nos reseñan medidas tomadas por el rey en el campo administrativo, religioso y de bienestar social (refugios, pozos a lo largo de los caminos para hombres y animales, reparto de yerbas medicinales, etc.). Gracias a ellas sabemos la preocupación del rey por la difusión de la docthna budista, por el bienestar y felicidad del pueblo, por la armonía entre las sectas religiosas y en el seno de la Comunidad budista, por la administración imparcial de la justicia penal, por una política pacifista con los pueblos limítrofes, etc. Finalmente nos dan a conocer cuáles eran las virtudes budistas que el rey quería inculcar en sus subditos y nos permiten formarnos una imagen de su personalidad». F. TOLA y C. DRAGONETTI, ob.cit., págs. 105-106.
20 Ibíd, pág. 105.
21 Ibid., pág. 107.
22 F. RODRÍGUEZ ADRADOS (tr.), ob. cil., p. 99.
23Ibid, pp. 93-94.
24 Ibíd., pp. 120-121.
25 Ibid., p. 95.
26 Ibid., p. 88.
27 Ibid., p. 87.
28 A.T. Embree y F. Wilhelm, ob.cit., pág. 78.
29 F. RODRÍGUEZ ADRADOS (tr.), ob. cit., pp. 107 y 108.
31 Ibíd., p. 104.
32 En el tercer edicto menor en rocas y pilares, Ashoka manifiesta que: «La Comunidad de monjes y monjas ha quedado unida por el tiempo de mis hijos y nietos, de la luna y el sol. La Comunidad no puede escindirse por obra de nadie. [...] Mi deseo es que la Comunidad esté unida por largo tiempo».
32 «El primer cisma, entre mahásanghikas y sthaviras, fue causado por el problema del «status » de los Arhats. Surgió un maestro, de nombre Mahádeva, que afirmaba que los Arhats, en cinco aspectos, no alcanzaban la estatura divina que ciertas partes de la comunidad les atribuía. Podía, entre otras cosas, tener emisiones de semen mientras dormían, y ello, argüía Mahádeva, indicaba que estaba aún bajo la influencia de deidades demoníacas que se les parecían en sueños; tenían todavía dudas, ignoraban muchas cosas y debían su salvación a otras personas que les guiaban. Sus tesis dieron lugar a una disputa en la que la mayoría se alineó del lado de Mahádeva, por lo que su escuela se aufodenominó los mahásanghil<as. Sus adversarios adoptaron el nombre de staviras, «los Ancianos», reclamando para si una mayor antigüedad y ortodoxia». E. CoNZE, Breve historia del budismo, Alianza, Madrid, 1983, pág. 36.
33 Las fuentes para la biografía de Ashoka son, por una parte, las crónicas páli, donde se lo presenta como un rey budista; por otra, los docunnentos arqueológicos, ante todo los Edictos de Ashoka, grabados en piedra y columnas. Ver F. RODRÍGUEZ ADRADOS (tr.), ob. cit.\ L.B, Keny, "Asoka's edicts and Indian tradition». Boletín de la Asociación Española de Orientalistas, Año V, Madrid, 1969.
34 «Ashoka (272-232 a.C.) es uno de los muchos epítetos que se ganó el rey Mauryana Vardhana, el emperador más famoso de toda la historia de India. Ashoka significa sin dolor, pues nació sin herir a su madre; también se llama Píyadasi o amable mirada, y Devánampiya o amado por los dioses». C. García-Ormaechea, «India inmortal». Historias del Viejo Mundo. Historia 16. n.° 18, Madrid, 1994, pág. 80.
35 Envió a tahinda, supuesto hijo o hermano menor, como misionero budista a Ceilán, que desde entonces se convirtió en uno de los baluartes más importantes del budismo. El canon budista llegó con Mahinda a Ceilán y fue traducido al páli quizá en el siglo I a.C.
36 F. RODRÍGUEZ ADRADOS (tr.), ob.cit., págs. 101-102.
37 Véase R. THAPAR, ob.cit.. págs. 107-111.
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M.'' TERESA ROMÁN LÓPEZ*
* Departamento de Filosofía. UNED.
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