RESUMEN Una revisión del tema Casa con Patio, con especial atención a los planteamientos desarrollados por Mies van der Rohe durante sus últimos años en Berlín, a propósito del conocido dibujo denominado "Casa con tres patios". Se explora su pen- samiento arquitectónico a partir de los datos hlstorlográflcos de su trayectoria, más los que se pueden deducir del análisis de los dibujos y croquis previos del arquitecto. El conjunto de proyectos en que aparece el tema es muy amplio durante ese tiempo y los dibujos conservados ofrecen múltiples reflexiones. Sobre ese soporte se examinan conceptos relativos a la definición espacial y for- mal, donde aparecen cuestiones que ligan esa definición con los sistemas y materiales constructivos. Malla estructural, muro, pared de vidrio y patio vividero, vinculados necesariamente a sus respectivas cualidades tectónicas, adquieren el sentido de materiales de proyecto utilizados para definir un particular modo de entender la arquitectura en el que el usuario está presente siempre como destinatario de la misma. Finalmente, se plantea la utilidad didáctica del análisis de esos dibujos para el progreso del conocimiento en el proyecto arquitectónico.
PALABRAS CLAVE Mies van der Rohe; casa con patio; Berlín; usuario; dibujo
SUMMARY A review of the theme, House with Patio, with special reference to the plans developed by Mies van der Rohe during his last years In Berlin, In relation to the well-known drawing called; "House with three patios". His architectural thoughts are ex- plored through the historiographie data of his career, plus those that can be deduced from the analysis of the architect's previous drawings and sketches. The group of projects, In which the theme appears Is prolific from that time, and the preserved drawings offer multiple opportunities for reflection. Concepts on that medium are examined, relative to spatial and formal definition, where questions appear that link that definition with the constructive systems and materials. Structural mesh, glass wall, habitable patio, being necessarily connected to their respective architectural qualities, they acquire the sense of the project materials used to define a particular way of understanding architecture In which the user Is always presentas Its Intended occupant. Finally, consideration Is given to the didactic utility of the analysis of those drawings for the progress of knowledge about the architectural project.
KEYWORDS Mies van der Rohe; house with patio; Berlin; user; drawing
COURT HOUSE
El término "court house" es el utilizado para iden- tificar algunos dibujos de Mies van der Rohe conservados en el MOMA y publicados en el denominado The Mies van der Rohe Archive1 en dos se- ries dirigidas respectivamente por Arthur Drexler y Robert Schulz, desde 1986 a 1992, hasta un total de 20 volúme- nes, editados por Garland, en Nueva York. Son dibujos muy variados, desde sucintos esbozos a plantas y visio- nes en perspectivas muy acabadas, en los que parece se está reflexionando sobre la condición que el patio pue- da asumir como elemento arquitectónico esencial de la casa.
El objetivo de este trabajo es presentar una aproxi- mación analítica a algunos de esos dibujos, junto a otros muy relacionados que, como veremos, nos llevan has- ta uno de ellos, el conocido dibujo de la "casa con tres patios", pero intentando dilucidar, en el grado que sea posible, las ocupaciones de Mies en torno a este tema-la casa con patio- durante los últimos años de su trayec- toria en Alemania. Naturalmente a sabiendas de que el citado dibujo está perfectamente datado y documentado: fue realizado en Chicago en 1940 por George Darforth2, según establece Terence Riley3 en el breve ensayo From Bauhaus to Court-House, incluido en el catálogo de la ex- posición del mismo nombre celebrada en 2001.
Aparte de la propia indagación como motor del tra- bajo, me mueve la conveniencia de procurar una cierta solidez o rigor a tantas referencias a ese dibujo en la li- teratura arquitectónica y en la praxis docente (me incluyo personalmente) como se han producido en los últimos setenta años. Y mucho más, después de lo que el mismo Riley4, en la introducción al citado catálogo, define como "revolución" producida en el acercamiento a Mies a partir de la reconstrucción del Pabellón Alemán de Barcelona en 1986.
Veamos. El patio está presente en la arquitectura de Mies desde sus años de formación. Recordemos que, de manera explícita, ya aparece en las primeras ideas para una posible casa del arquitecto antes de la Gran Guerra, en 1914, si bien podría entenderse que, más que patio, es un atrio lo que se está proyectando (figura 1 ). Ello sería conforme con sus primeras experiencias en esos años sobre la arquitectura en torno a Schinckel y Behrens. En el mismo sentido cabría interpretar el patio en el discutido proyecto de la Kroller-Müller de 1912 (figura 2).
Es después de la guerra cuando decididamente el patio, ya como elemento arquitectónico autónomo, va a adquirir carta de naturaleza de primer orden como ma- terial de proyecto, según podemos comprobar en sus proyectos teóricos, en los realizados ante encargos con- cretos y en su experiencia docente.
Se ha considerado tradicionalmente que, en los primeros años de la posguerra, los primeros veinte, se produce una transformación radical del pensamiento ar- quitectónico de Mies que éste expresa mediante cinco proyectos teóricos: el edificio de oficinas de hormigón, los dos rascacielos de vidrio de 1922, y las dos casas de campo, en hormigón y ladrillo, de 1923 y 1924.
Las dos propuestas de casa de campo (figuras 3 y 4)5, con toda probabilidad pertenecientes a la larga serie de ocasiones en que Mies se plantea construir una casa para sí mismo, se plantean como exploraciones en las relaciones entre forma y construcción y se adentran abier- tamente en el territorio de la casa con patio como tal. No tanto la casa de hormigón, pues su patio es muy próximo todavía al atrio clásico, pero la casa de ladrillo, en cam- bio, establece una organización de los diversos espacios interiores de la vivienda en relación siempre con el es- pacio exterior inmediato. Solo falta definir, más o menos relativamente, los límites de ese exterior para encontrar- nos el patio en que cada uno de esos exteriores se va a convertir. Esa va a ser la constante razón arquitectónica en lo sucesivo: la relación de cada interior y su exterior y, a partir de ahí, la exploración de las posibilidades que esa relación crea entre interiores, entre exteriores, con el paisaje, etc., y los modos en que unas y otras llegan a construir un orden general del proyecto, de la casa.
De 1925 a 1936, los últimos años en Berlín, Mies rea- liza diversos proyectos de vivienda unifamiliar, los más in- teresantes de su trayectoria sin duda, y la mayor parte de ellos tienen el patio como tema central de sus propuestas.
Los proyectos para las casas Wolf, H. Lange, Esters y Nolde, entre otros, en una primera fase, aún presentan una ordenación de los volúmenes en la que el patio no queda todavía delimitado espacialmente, lo mismo que ocurría con la propuesta de Casa de Campo en Hormi- gón, pero son bien evidentes las estrechas relaciones entre las estancias y los exteriores. Las soluciones cons- tructivas, que curiosamente Mies resuelve con muros de fábrica de ladrillo, se alejan bastante de lo explorado en la propuesta de Casa de Campo en Ladrillo. Los proyectos posteriores de las casas Gericke, Hubbe, y U. Lange5, pa- recen todos ellos, si no fueran reales exploraciones para sus respectivos encargos, una reflexión constante y recu- rrente acerca del tema: el patio como elemento organiza- dor y vehículo de la relación entre los usuarios y dueños de la casa con el mundo exterior.
La habitación de cristal
Intercalados con esos proyectos, Mies presenta cuatro experiencias interesantísimas acerca de esta cuestión: la Habitación de Cristal de 1927, la casa Tugendath en Brno y el Pabellón de Alemania en la Exposición de Barcelo- na, ambos de 1928-29, y la Vivienda Experimental para una pareja de la Exposición de la Edificación de Berlín de 1931.
Conviene detenerse en la primera de ellas, por me- nos conocida, pero también por ofrecer una ocasión para entrever los atributos iniciales que Mies otorga al patio en la organización del proyecto, así como su interés por la exploración y uso de las cualidades constructivas de los nuevos materiales.
La Habitación de Cristal, un stand para la Asociación de Fabricantes de Vidrio7 dentro de la Exposición de la Industria y la Artesanía de 1927 del Stadtgarten de Stutt- gart, es un proyecto en el que Mies está manejando, intencionada y conscientemente, dos materiales de pro- yecto muy claramente relacionados: el patio y el recorrido del visitante; todo ello bajo la aparente exhibición de las posibilidades que el nuevo material presenta para la cua- lificación de diferentes ámbitos espaciales.
El pequeño pabellón (figura 5) se resuelve por medio de dos habitaciones, un estar y un comedor, y dos vestí- bulos, uno a la entrada y otro a la salida. Y el recorrido se promueve mediante dos patios. En la entrada, el visitante encuentra un panel de vidrio opaco con una abertura a la iz- quierda, y un patio a la derecha. Este, limitado por paneles de vidrio transparente, contiene un pedestal sosteniendo una escultura de un busto de mujer y es inaccesible para el visitante. Ello le mueve a iniciar el recorrido por la abertura de la izquierda. Franqueada ésta (figura 6), se encuentra en el primer espacio expositivo, la estancia, que, apoyán- dose en un panel de vidrio opal y con un escueto número de muebles, da frente a un patio simulando un jardín por medio de la presencia de unas plantas ornamentales pero que el visitante aún no ve, o tan solo entrevé, por el índice de reflexión en los vidrios de su cerramiento. Al fondo, en diagonal, se divisa una nueva abertura, una simple inte- rrupción del panel citado, que da paso al segundo espacio expositivo a espaldas del anterior que figura ser un come- dor únicamente amueblado con una gran mesa en el cen- tro. Y en el extremo, vuelve a contemplarse el patio con el busto de mujer. Es también inaccesible desde aquí, lo que de nuevo mueve al visitante hacia el vestíbulo de salida.
Es decir, en todo momento, la contemplación de las posibilidades del vidrio en la construcción y cualificación del espacio, utilizando muy diversos tipos de este mate- rial, por color, brilloygrado de transparencia, seve movida por la presencia de los patios y su contenido referencial. El arquitecto está conduciendo al visitante a través del stand en un recorrido minuciosamente definido a partir de la capacidad significativa de los patios y sus contenidos, apoyándose en las aberturas en los muros o paneles.
Esta es la relación que Mies explora, y que quiero re- saltar: el manejo de las relaciones entre el usuario8 y el es- pacio, y singularmente, en esta ocasión, entre el usuario y el patio, ya que dota a éste de una carga significativa cla- ramente legible para el usuario, aun inconscientemente. El usuario ve las posibilidades del vidrio, pero sin darse cuenta, está siendo asistido en esa contemplación me- diante la definición del recorrido que ha de efectuar, está orientado en su visita.
Sería posible, y clarificador, extender esta lectura de la percepción por el usuario a los otros tres proyectos ci- tados y aun al resto de proyectos posteriores de casas, pero me alejaría del planteamiento de las demás cuestio- nes objetivo del trabajo. Queda para otra ocasión.
Aludiré, sin embargo, al caso de la Tugendath, por lo aparentemente lejano respecto al tema en cuanto edificio resuelto en principio desde el modelo de pabe- llón. Cuando el usuario, después de entrar en la casa desciende a la planta noble (en un recorrido meticulosa- mente diseñado e indicado), encuentra un espectacular espacio abierto salpicado por esbeltos pilares que lo ordenan, cualificado en dos de sus ámbitos parciales por sendos muros, uno recto y otro curvo, que señalan el estar y el comedor respectivamente. Pero la atención es reclamada hacia la ausencia de límites con el exterior, pues una fachada de vidrio de suelo a techo, escamo- teable en varios tramos, es el único cierre. El usuario es atraído hacia la fachada y allí descubre el orden: los dos ámbitos citados, la alineación de pilares definiendo su disposición y el exterior. Exterior que está (estaba) igualmente cualificado por la presencia de un magnífi- co árbol (sauce u olmo, en todo caso, desaparecido). Puede decirse que ahí termina la casa, en ese estar ex- terior cobijado bajo el árbol (figura 7). En su definición no parece tener mucha importancia la no existencia de límites espaciales.
LOS DIBUJOS DE MIES
Cuando el 11 de abril de 1933 se produce el cierre de- finitivo de la Bauhaus, de la que Mies era director, éste parece no renunciar a la relación con los alumnos, con- firmando su decidida vocación por la docencia. Organiza un viaje a Lugano, en los Alpes suizos, en compañía de Lilly Reich y de un grupo de alumnos, en el que, aparte de los naturales paseos y excursiones, desarrolla lo que podría llamarse un taller de proyectos9 en el que propone a los alumnos algunos ejercicios.
Aunque no existe mucha información sobre este tema, parece que los ejercicios planteados son puramen- te teóricos y especulativos alrededor siempre de la "casa con patio". Había utilizado este tema en la Bauhaus y lo seguirá planteando después, en Chicago, justificando su utilidad con la frase "si eres capaz de resolver una casa, puedes resolver cualquier cosa"10.
Por esas fechas, Mies está trabajando en el proyecto de la casa Hubbe11 que, inicialmente, preveía la defini- ción de una serie de parcelas individuales alrededor de la propia casa, en las que se propondrían viviendas uni- familiares, para las cuales explora diversas soluciones de casas con patio. Este proyecto se abandonará en 1935 después de diversas vicisitudes. Pero afortunadamente nos han llegado decenas de dibujos de ese proyecto en- tre los que es difícil, si no imposible, identificar los que se referirían a las parcelas de Magdeburgo, la ciudad donde se proyectaba la casa Hubbe, los de esta casa y los que corresponderían a las propias reflexiones de Mies en torno a los temas del citado taller12 Pero, también por esos meses, Mies se está planteando la posibilidad de construir una casa para sí mismo en algún lugar de los Alpes, no siendo descartable que durante el citado via- je buscara un posible emplazamiento. Se conserva una serie de croquis referidos a esa idea agrupados bajo el título "Casa en la Montaña"13, naturalmente también una casa con patio.
Como consecuencia de todo ello, tenemos a nuestra disposición una cantidad considerable de dibujos refe- ridos, directa o indirectamente, al tema de la casa con patio. Los conservados en el MoMA, y publicados en el mencionado The Mies van der Rohe Archives, aparecen inicialmente en el volumen 2, aunque no exhaustivamen- te y en reproducciones poco útiles de pequeño formato. Después se publicarán, ya de forma más sistematizada y a mayor tamaño, en el volumen 4. Están reunidos, en su mayor parte, en dos apartados denominados respec- tivamente "Hubbe House and Hubbe-related Studies" y "Court House".
Por otro lado, el volumen número 20, que cierra la edi- ción, está dedicado a los dibujos no adscritos a ningún proyecto, a proyectos no identificados o a temas genera- les o parciales no directamente relacionables con un pro- yecto concreto. Existe un apartado denominado "German Works Recalled" con adscripciones a diversos temas y, entre los no identificados, he encontrado otros que, en mi opinión, deberían incluirse en el mismo.
Descripción y selección
En el análisis que sigue he agrupado el conjunto de di- bujos seleccionados en dos series. Una primera de tres dibujos que considero exploratorios o iniciales, concep- tuales, en los que el arquitecto parece plantear un dis- curso disciplinar, una reflexión en torno a los elementos básicos del tema: el orden y la disposición (en términos vitruvianos). Se trata de los dibujos de las figuras 8, 9 y 10, y son los únicos que he sabido encontrar sometidos a ese planteamiento.
Lasegundaseriecontienecincodibujos(figuras11 a15), cuatro del apartado "Hubbe House and Hubbe-related Studies" y uno del "Court House", todos del volumen 4. Aquí la elección, ante la abundancia de documentación (más de un centenar de dibujos), se ha regido por el criterio de la representatividad y la eficacia, es decir, he buscado que estén presentes los temas esenciales que construyen el discurso, y he elegido aquellos que consi- dero más adecuados a cada tema.
Los tres dibujos de esta primera serie están incluidos en el volumen 20 del IVIRA. El primero (figura 8) en la pá- gina 300, dentro de la serie 1013, denominada "German Works Recalled". Se identifica el tema: "court house" en el pie de la ilustración. Los otros dos pertenecen a la serie 1000, dibujos no adscritos y que aparecen en la página 122 (figuras 9 y 10). Salvo por el formato del papel, leve- mente distinto, los tres están claramente relacionados y abordan el mismo tema, el planteamiento o exposición inicial de la casa-patio. En todo caso, tanto por el propio tamaño de poco más de una cuartilla, como por la senci- llez de los esquemas, estos dibujos parecen haber sido realizados como soporte de una reflexión inicial o ayuda en una descripción oral.
Todo parece iniciarse en el pequeño croquis de la parte inferior izquierda de la figura 8, un esquema com- positivo de simetría central o espacio central sobre un cuadrado, como prototipo clásico, a partir del cual se exploran en el resto de croquis diversas vías de ocupa- ción y ordenación del cuadrado que podríamos entender como anticlásicas. Las posibilidades resultantes se redu- cen a tres, con algunas variantes. Primera, una "L (dibujo central inferior de la figura 8 y superior izquierdo de la 9) en la que el espacio vacío se desplaza hacia la esquina, desapareciendo la ocupación en dos lados del cuadrado inicial. Aparece una variante en el dibujo superior izquier- da de la figura 9 con lo que parece pueden llegar a ser dos vacíos, o patios, secundarios en uno de los brazos. En segundo lugar, el vacío invade uno de los lados de la "L, y el volumen ocupado, que semejaría una "I", apa- rece adosado a tres lados del cuadrado o a una sola fachada del mismo (dibujo inferior derecha de figura 8). Surge una variante en el dibujo izquierdo de la figura 10 con la inclusión de un vacío secundario. Y finalmente, el desplazamiento de ese único cuerpo hacia el interior del cuadrado, generando un vacío a cada lado o dos patios. En este caso, aparecen múltiples variantes, en función de la relación de tamaño entre los elementos, de la distancia a los lados libres, o de la inclusión de volúmenes com- plementarios. La más llamativa, sin duda, la que expresa el dibujo superior izquierda de la figura 8, sorprendente- mente similar a lo que será el esquema de ordenación de la "casa con tres patios". En mi opinión, lo que viene a caracterizar la actitud de Mies en esta operación no es tanto una negación intencionada o premeditada de la simetría central, sino más bien un sencillo prescindir de ella, un explorar que otras ordenaciones son posibles, a partir de un elemento dado, apuntando incluso, en algún caso, una propuesta de malla estructural o geométrica (figura 8, dibujo inferior derecha).
La otra diferencia entre los tres dibujos es que ese ele- mento dado es inicialmente un cuadrado, en el esquema clásico de la figura 8, pero que ya en ese mismo papel em- pieza a desdibujarse como tal: es claramente un rectángu- lo próximo a la proporción áurea en los otros dos papeles.
Los dibujos elegidos para la segunda serie, figuras 11 a 15, aparecen en el volumen 4, en el apartado deno- minado "Hubbe House and Hubbe-related Studies" los cuatro primeros, y el quinto en el llamado "Court House. 1930.S".
En todos ellos, salvo en el de la figura 13, se inclu- yen anotaciones numéricas que parecen responder a cálculos de la superficie ocupada, dato que podría re- lacionarse con el estudio de reparcelación de la casa Hubbe, pero que también podría interpretarse como dato previo. Llama la atención, en este sentido, que esa ano- tación aparezca en el dibujo de la figura 15, adscrito al tema "court house".
Comparándolos con los de la primera serie, podemos comprobar cómo, en los dibujos de la figura 11, se utili- zan los esquemas primero-una "L con un pequeño patio en la unión de los dos brazos- y tercero -una "I" tam- bién con un pequeño patio de servicio-. El de la figura 12, corresponde al segundo tipo, una "I" en el extremo de la parcela. Los otros tres responden claramente al tercer tipo con la variante de inclusión de un cuerpo comple- mentario que va a generar los dos patios secundarios.
Tan solo en el caso de la figura 11 aparecen varios dibujos en el mismo papel, y bien distintos. El pequeño esquema de la parte superior derecha es claramente rela- cionable con la propia casa Hubbe. Precisamente en este papel, en los otros dos dibujos y en el de la figura 12, apa- rece un extraño gran círculo, dibujado a puntos o en línea discontinua, en el ámbito correspondiente a la estancia de la casa. (Este detalle aparece en muchos otros dibu- jos no reproducidos aquí). Interpreto que, dada la gran superficie de esa estancia y que solo aparece cuando la misma se abre únicamente hacia un patio, puede repre- sentar la proyección de un lucernario en cubierta, aunque verdaderamente sorprende su tamaño. Tegethoff14 hace esta misma interpretación.
El patio de servicio próximo a la cocina es considera- do en varios dibujos como patio de acceso, es decir, ac- ceso de servicio, tal como indica claramente la flecha en la figura 14. Ello viene a aclarar el significado del hueco, frecuentemente interpretado como ventana, representa- do en el muro exterior de este patio cuando no aparece la flecha (figuras 11 y 15).
ANÁLISIS
Como consecuencia de su formación juvenil, los dibujos de Mies nos muestran una extraordinaria calidad cuando trata de representar la realidad construida o proyectada; de ahí, las magníficas visiones en perspectivas. Los cro- quis de planta, en cambio, al recurrir a la representación codificada y abstracta propia de los arquitectos, no al- canzan ese nivel pero tienen una virtud determinante y necesaria, la de ser muy expresivos, es decir, expresan de forma muy legible lo que está pensando, sus preocu- paciones en cada momento. Esa virtud, más allá de su calidad gráfica, los hace extraordinariamente útiles en la interpretación de su arquitectura.
Por otro lado, y aunque pueda parecer una obviedad, interesa hacer notar que estos dibujos se realizan a co- mienzos de los años treinta del siglo pasado, es decir, en un tiempo en que la transformación general del pensa- miento que representa la modernidad ya está maduran- do, hasta el punto de que se tiene plena consciencia de lo que se está produciendo: se está superando el histórico sometimiento a la aceptación de decisiones condiciona- das por normas o criterios indiscutidos.
Solo a partir de esa premisa, tiene algún interés el en- contrarnos a Mies planteando a sus alumnos un ejercicio de Proyecto, como el de la casa con patio, y explicando su justificación y desarrollo inicial sobre los dibujos con- tenidos en las figuras 8 a 10. En ellos, a partir del cuadra- do sobre el cuadrado mayor como una representación esquemática del prototipo compositivo clásico de planta central y doble simetría, parece plantearse una explora- ción de la ocupación del cuadrado grande en modos al- ternativos, alejados de la norma clásica. La arquitectura avanza en la superación del clasicismo mediante la expe- rimentación de sistemas libres.
Así, se plantea un único volumen, forma "I", que puede disponerse transversalmente de lado a lado del cuadrado grande, en una posición intermedia, o unido a uno de los otros lados; puede adoptar forma de "L adosada a dos lados del cuadrado mayor o descomponerse en forma de "T". En todos los casos vemos que el patio central del es- quema clásico se traslada a posiciones no centrales o se descompone en varios patios con ubicaciones diversas.
Respecto de los otros dibujos, figuras 11 a 15, sin entrar a discutir ni valorar la adscripción de cada uno de ellos a los respectivos proyectos aludidos, que puede ser ahora un tanto irrelevante, vamos a ver cómo los esque- mas de ocupación citados se aplican sistemáticamente a estos proyectos, en la búsqueda de la mejor ordenación posible para cada caso.
Llama la atención en primer lugar que, aunque existen algunos dibujos en los que el programa de la vivienda abarca dos y hasta tres dormitorios, incluso en alguno un dormitorio de servicio, Mies acaba decantándose por la exploración compositiva en torno a un programa ex- tremadamente sencillo, un solo dormitorio, aveces com- partimentado en dos ámbitos. Y en segundo término, la despreocupación más que aparente hacia el perímetro exterior total de la parcela, situando por ejemplo el acce- so en diferentes puntos, o disponiendo aberturas en el perímetro exterior en diversas localizaciones, y casi siem- pre, no dibujándolo enteramente.
Aún naciendo de distintas ocasiones de proyecto pero coincidentes en un tiempo relativamente corto, todo parece indicar que estos dibujos conforman un conjun- to dotado de algún sentido unitario: soporte de una re- flexión o exploración teórica, casi abstracta podría decirse, o más propiamente compositiva, en donde se ensaya la disposición de un número reducido de elementos para la construcción de un orden espacial determinado, en el que tendrán una participación esencial las cualidades cons- tructivas o visuales de esos elementos. Es este orden es- pacial el que interesa indagar pues resumiría, finalmente, aquellos signos que configuran el modo particular de en- tender la arquitectura por Mies, su pensamiento arquitectó- nico. Un orden sobre el que el arquitecto vuelve una y otra vez, sea cual sea la ocasión de proyecto, que podemos detectar en muy diversas situaciones y que se construye a partir de una serie muy escueta de elementos y relaciones.
Una aproximación a los más legibles en el tema de la casa con patio, en la convicción de que son extrapolables al resto de su arquitectura, se expone a continuación.
El muro
El más aparente de estos signos y constante en su utiliza- ción es el muro15. Muro exento, plano, definido de forma precisa en sus límites, casi nunca estructural y, a veces, constituido por una sucesión de elementos de almacena- miento; a él se le encomiendan muy diversas misiones de ordenación y cualificación espacial.
Muro de entrada. Se produzca la entrada a la casa frontalmente o deslizando a lo largo de la fachada al pa- tio, al acceder al interior el usuario se encuentra siempre frente a un muro paralelo a esa fachada que define un ámbito espacial, la entrada o vestíbulo, y dos direcciones espaciales en paralelo a él: una hacia la estancia principal de la casa, y otra hacia el recibidor. Llama la atención esta especialización en el modo de acceso en dos ámbitos, el vestíbulo y el recibidor. Este adquiere una funcionalidad concreta y compleja pues además de albergar el paso hacia la cocina y, en su caso, la escalera hacia el sótano, contiene obviamente los elementos característicos: un aseo y un ropero para los visitantes.
Este muro, así pues, acoge y orienta, ayuda al usuario a leer el orden espacial de la casa, apoyándose además en la muy diferente intensidad luminosa que aquel perci- be en los dos extremos.
Muro del dormitorio. En las figuras 12 y 13, es un ele- mento destinado a definir y acoger el ámbito de la cama, que adosa su cabecero a él. Mies parece considerar que así define suficientemente un ámbito protegido espacial- mente: el sitio donde se duerme. El muro es realmente eficaz en su acción, el usuario se siente seguro, con sus espaldas protegidas, y es invitado a disfrutar placentera- mente del paisaje que se ofrece a su contemplación: el patio. Nótese cómo Mies explora la posición de los dos pi- lares frente a la cama, (figura 13) incluso forzando la trama estructural, para enmarcar y no obstaculizar esa mirada.
Este muro está definiendo además los límites del ám- bito espacial del dormitorio, al fondo un pequeño reducto de estancia, y al otro extremo, el acceso al propio dormi- torio y el paso desde éste hacia el baño.
En la figura 12, el esquema general de ordenación pre- sentados patios, y aparece el supuesto lucernarioenlagran estancia, que, en lafigura 13, es sustituido por el tercer patio.
En los dibujos de las figuras 14 y 15, parece como si la aparición de ese patio invitara a su mejor aprovecha- miento, lo que llevaría a girar la orientación del dormitorio hacia él. El muro ahora mantiene su misión de definición espacial del dormitorio, y del modo de acceder a él, pero es liberado de acoger la cama. Esta se sitúa apoyándose en la pared que define el baño y el vestidor.
Muros deslizantes. Ese juego espacial que Mies utili- za constantemente, al disponer dos muros paralelos que parecen haberse dejado deslizar uno respecto del otro, para definir la conexión entre dos espacios. Es el mis- mo planteamiento utilizado en el muro de entrada, pero complementado con un segundo muro desplazado para, entre ambos, definir un paso, un recorrido.
Muros ortogonales que no se unen. Un procedimiento similar al de los deslizantes, pero ahora destinados a de- finir un giro en el camino o recorrido. El usuario sigue un camino marcado por la dirección del primer muro. Cuan- do este termina, frente a él, se encuentra un muro perpen- dicular, definiendo el paso entre ambos que se producirá mediante un giro.
En los cuatro casos, que podemos encontrar utiliza- dos en los dibujos y en otros diversos proyectos de Mies, el muro, solo o acompañado de otro, parece asumir la compleja misión de ordenar el espacio y ofrecer al usua- rio signos, fácilmente legibles, de apoyo en su interpreta- ción de ese orden.
Hay una expresión alemana eine Schulter zum anleh- nen haben, que podría traducirse como tener un hombro ridad en esa lengua: es una de las escasas ocasiones, si no la única, en que se utiliza el sentido figurado, de modo que puede dar adecuada expresión a diversos significa- dos, siempre referidos al hecho perceptivo o emocional de apoyo, ayuda o cobijo. Lo insólito en alemán es que ese apoyo no tiene por qué ser necesariamente el hom- bro de alguien, sino que ese hombro es una figuración de cualquier elemento que pueda proporcionarnos esa sensación de apoyo o cobijo. Es una expresión antigua y es de suponer que Mies la conociera. En todo caso, podemos utilizarla para expresar la sensación que nos transmiten los muros dispuestos por Mies. Como si cada uno de esos muros fuera un hombro en el que apoyarnos para leer y experimentar el espacio ordenado por ellos, die Wand zum anlehnen haben. Incluso podría servirnos para justificar su utilización por Mies. Es decir, parece legítimo admitir la posibilidad de que está utilizando los muros, (no olvidemos que, en general, no tienen misión estructural alguna) para transmitir al espectador esa sensación de ayuda. La malla Después de los años en que Mies propuso en que apoyarse, que es muy interesante por su singularidad en esa lengua: es una de las escasas ocasiones, si no la única, en que se utiliza el sentido figurado, de modo que puede dar adecuada expresión a diversos significados, siempre referidos al hecho perceptivo o emocional de apoyo, ayuda o cobijo. Lo insólito en alemán es que ese apoyo no tiene por qué ser necesariamente el hombro de alguien, sino que ese hombro es una figuración de cualquier elemento que pueda proporcionarnos esa sensación de apoyo o cobijo. Es una expresión antigua y es de suponer que Mies la conociera. En todo caso, podemos utilizarla para expresar la sensación que nos transmiten los muros dispuestos por Mies. Como si cada uno de esos muros fuera un hombro en el que apoyarnos para leer y experimentar el espacio ordenado por ellos, die Wand zum anlehnen haben. Incluso podría servirnos para justificar su utilización por Mies. Es decir, parece legítimo admitir la posibilidad de que está utilizando los muros, (no olvidemos que, en general, no tienen misión estructural alguna) para transmitir al espectador esa sensación de ayuda.
La malla
Después de los años en que Mies propuso los cinco proyectos en los que es detectable una clara despreocupación por la importancia de la estructura en la ordenación del proyecto, ésta, la estructura, parece convertirse en cuestión primordial de su acción. Con vacilaciones iniciales, su posición se decanta por una casi radical definición de los elementos estructurales en la organización de la planta, diferenciándolos, hasta físicamente, de los elementos de cierre y de cualificación y definición de los espacios. Obviamente, parece una clara actitud de alineación con los postulados de la modernidad en este sentido. Sin embargo, en los dibujos del tema que aquí nos ocupa podemos encontrar gestos que vienen a matizar, significativamente, este criterio.
Parece claro que la malla estructural, aun cuando inicialmente se define de un modo preciso, es sometida a diversas manipulaciones en función de intereses no propiamente constructivos, sino de diversa condición, modificando la modulación o haciendo coincidir en determinados momentos estructura y muro de cerramiento o división. Claro ejemplo del primer caso lo encontramos en los dibujos de las figuras 13 y 14.
Esta circunstancia nos permitiría reconocer que Mies utiliza la malla, y por tanto la estructura, como un elemento compositivo más en la disposición y cualificación de los espacios, como un instrumento de orden sometido, igual que todos, al interés del logro de la mejor arquitectura.
Como ejemplo de este proceder es esclarecedor el caso, ya aludido, del dormitorio y los pilares que enmarcan el ámbito del dormir, figura 13, presentando una actitud cuidadosa e interesada en la mejor definición de ese espacio. Es decir, los elementos estructurales participan, no solo en la creación del orden espacial y la definición o resolución de la estabilidad del edificio, sino también en la cualificación de los espacios arquitectónicos. Recordemos que esta cuestión está en el origen de la aparición del pilar cruciforme, su contribución a la formación de un orden estable, sin tensiones, ni direcciones dominantes, un espacio isótropo, cuando el desempeño estructural se acompaña con su presencia formal.
El patio
No por obvio debo dejar de referirme a la importancia del patio en toda esta cuestión. El modo en que Mies lo entiende y lo utiliza pasa, desde luego, por su consideración como espacio autónomo, un espacio más de la casa, pero también siempre en relación con los otros espacios, cómo son experimentados unos y otros por el usuario y cómo son recorridos.
Hay, al menos, dos alusiones suyas respecto a ese entendimiento. Una, la frase con que resume el planteamiento de la casa Hubbe: "el cerramiento necesario, sin renunciar a la libertad de los espacios abiertos", y sus esfuerzos, en este proyecto, para conjugar las vistas, el soleamiento, y los deseos del cliente, hasta lograr "un cerramiento tranquilo y una amplitud abierta"16. Y otra, su descripción del proyecto de "un museo para una pequeña ciudad", cuando define "el espacio arquitectónico es una definición volumétrica, más que un confinamiento espacial"17.
El patio, según eso, no se entiende como un espacio confinado, sino como un ámbito, definido volumétricamente pero abierto, que promueve y facilita la relación interior exterior en la casa y de la casa con el paisaje.
Conviene, en ese sentido, hacer una precisión acerca del nombre con el que finalmente conocemos el proyecto de Mies que aquí estudio: la casa con patio es la traducción directa del inglés court-house. Pero Mies, que no llegó a dominar ese idioma, se refería a este tema al plantear sus ejercicios en la Bauhaus con la expresión alemana Flachbau mit Wohnhof18 que puede traducirse como casa baja con estancia exterior, literalmente con patio de estar o patio vividero. Ese término expresa ciertamente con más precisión la idea que Mies pretende construir en sus proyectos y que quiere transmitir a sus alumnos. Recuérdese la fotografía de la Casa Tugendath reproducida en la figura 7 y su aludido estar exterior.
La pared de vidrio
Ya me he referido a este elemento básico en la arquitec- tura de Mies, al presentar el iniciático proyecto de la Habi- tación de Cristal y que es la solución constructiva a esas intenciones del arquitecto por definir un espacio abierto y no confinado. Este cerramiento alcanza unas posibilida- des extraordinarias en la definición del elemento anterior, el patio, y Mies las explora contemporáneamente en otros proyectos construidos, como la vivienda de la Exposición de Berlín, Barcelona o Tuggendath.
Aludía más arriba al caso del dormitorio, con su vincu- lación con el estar y la contemplación o disfrute del patio. A través de los croquis podemos detectar la preocupa- ción minuciosa por atender las sutiles interferencias que ese disfrute puede padecer, ante la presencia de la coci- na o el aseo de día, vertiendo al mismo patio, y los peque- ños pero conscientes ardides utilizados para resolverlos en los dibujos de las figuras 11 a 13.
Podemos encontrar la misma exquisita preocupación ante las interferencias que se producen, en las figuras 14 y 15, entre el patio del dormitorio y la estancia prin- cipal que van a quedar mitigadas en gran medida por la suma de dos paredes de vidrio ortogonales, en las que la mirada va estar condicionada por el poder de reflexión cuando la visión se produce desde un ángulo suficiente. Esta solución, el estar y el dormitorio compartiendo el pa- tio dejando el pequeño exclusivamente para el área de servicio, parece consolidarse como la elegida por Mies finalmente, dada la creciente concreción con que apare- ce en los diversos dibujos.
Seguramente la solución más llamativa y espectacu- lar, en este sentido, sea la de la propia estancia. Todo parece indicar que la búsqueda a través de decenas de croquis con diversas soluciones alcanza su éxito con la gran estancia situada entre dos patios, el prin- cipal y el que comparte con el dormitorio, totalmente acristalados mediante dos paredes de vidrio paralelas. Así, el estar interior se sitúa finalmente en medio del ex- terior, del que se apropia y disfruta, incorporándolo a la casa. El estar interior formando parte del estar exterior, el Wohnhof. Es una solución que hubiera alcanzado su máxima expresión arquitectónica en la malograda casa Gericke, de haberse construido, con su espectacular es- tancia a modo de caja de vidrio dispuesta entre el patio principal y el espacio abierto hacia el lago.
Finalmente, interesa señalar la particular opción de Mies respecto de la entrada a la casa. Salvo en uno de los centenares de dibujos examinados, en el dibujo inferior derecha de la figura 8, el acceso se produce a través del patio. Ello parece indicar la intención de que la percep- ción inicial de la casa por el usuario sea desde el patio, e incluso que el motivo sea la percepción del propio patio, pero además, la expresión de aquella intención de con- figurar el patio de entrada como abierto, no confinado.
EL DIBUJO DE GEORGE DARFORTH
A través de estos dibujos podemos encontrar a Mies en- frascado en la construcción de un proyecto, teórico hasta el punto de poder considerarlo hoy como un tratado, pero repleto de sensibilidades y atenciones a lo concreto, en donde el usuario es atendido con minuciosa escrupulosi- dad en su experiencia de la arquitectura. Una teoría de la arquitectura, no escrita, sino expuesta por medio de los dibujos, en la que identificar los materiales con que el pro- yecto se construye, una magistral lección del proyectar.
Frente a ello, examinemos someramente ahora el di- bujo de George Darforth, figura 16, con la intención de encontrar, en la medida en que sea posible, la "mano" de Mies, es decir, su modo de pensar y construir el proyecto. Podemos resumir las contradicciones más llamativas en los siguientes puntos:
La entrada a la casa no se produce frente al muro del vestíbulo, sino directamente al recibidor, con lo que el muro se ve desposeído de buena parte de su eficacia or- denadora y acogedora: ya solamente comunica el recibi- dor con el estar y acompaña al usuario desde el primero al segundo espacio. Nolo acoge al entrar y ya no le sirve de referencia para una lectura general del orden de la casa.
El dormitorio comparte el patio con el área de servicio, frente a la probable decisión final de Mies, comentaba más arriba, de compartirlo con la estancia. Se ignora, y por tanto se agrava, el conflicto de vistas entre el dormi- torio y la cocina y el aseo de día, eliminando cualquier detalle que preserve la intimidad deseable en el dormito- rio. Desde luego, no es imaginable esta disposición si se mantuviera el acceso de servicio por ese patio.
La trama estructural impone un pilar justo frente a la cama, interfiriendo, en lugar de enmarcar, la visión del pa- tio. Con ello, el orden estructural parece un sistema ajeno al orden espacial, y la arquitectura pierde su unidad esencial.
En resumen, todo parece Indicar que el famoso dibujo de la casa con tres patios, realizado por George Darforth, aun cuando resuelto estilísticamente con los hábitos gráficos de Mies, representa una arquitectura y, sobretodo, un modo de hacer la arquitectura, es decir, de proyectar, bastante aje- no a Mies o, al menos, muy lejano del que he expuesto aquí.
APUNTE FINAL
A lo largo del tiempo, la casa con patio del Mies de los últimos años en Berlín se nos aparece así como una re- flexión acerca de un modo de entender la arquitectura, en el que la construcción del espacio propone nuevas vías en la experimentación por el usuario, íntimamente ligadas a la percepción de la forma y el orden. El arquitecto ha de conocer, y controlar, esas emociones con los elementos propios de su disciplina, los materiales de proyecto, que, en ese tiempo, empezaban a reconocerse como necesa- riamente unidos a la "nueva construcción", al dominio de los nuevos materiales y sistemas constructivos.
Malla estructural que ordena, cualifica y sostiene apu- rando al máximo su presencia espacial. Muros, en el sen- tido que aquí se ha dado a este término, que definen sin Imposiciones el uso del espacio, que cualifican el mismo y orientan al usuario, que le sitúan en un universo ordena- do. Y paredes de vidrio que no confinan el espacio, sino que lo unen en un continuo, donde el usuario disfruta de los espacios de la casa, Interiores y exteriores, preservan- do cuidadosamente aquellos necesitados de diversos grados de Intimidad.
Una aproximación como la expuesta tiene como obje- tivo ofrecer alguna utilidad en el desarrollo de la práctica del proyectar, aunque soy plenamente consciente de su lejanía respecto de la ortodoxia hlstoriográflca. Sin em- bargo, debe tenerse en cuenta que no es ajena a esta; las aportaciones al conocimiento de la trayectoria de Mies han sido múltiples, sobre todo en los últimos años, y cla- rificadoras, y han participado en la elaboración de estas reflexiones.
La personalidad de Mies, particularmente estimada para mí por la acusada profeslonalldad con que afronta su tarea en cada ocasión y por la complejidad y profun- didad de su pensamiento, se expresa con su arquitectura ciertamente, pero su pensamiento arquitectónico no está exclusivamente en los edificios que logró construir, sino también en las ocasiones en que ese pensamiento está obrando, en esos momentos en que la reflexión, la Idea- ción, la razón, empieza a asomarse al terreno de lo real, empieza a ser realidad proyectada: sus dibujos.
Más allá de las consideraciones y comprobaciones históricas, siempre necesarias y útiles, y hasta de la Inter- pretación de las cualidades grafológicas que los dibujos presentan, parece deseable Identificar en ellos Indicios de las complejas razones, reflexiones e Intenciones que mueven al arquitecto en la acción de proyecto, para de- sarrollar nuestro modo de afrontarla. Al fin y al cabo, el dibujo, este dibujo, es la herramienta específica de nues- tro oficio
Y como dice Juhanl Pallasmaa19, lo seguirá siendo.
1. Schulze, Franz (ed); Darforth, George E. (ed. consulting): The Mies van der Rohe Archive. New York: Garland ed. 1992. 20 volúmenes. En adelante: MRA.
2. Hay diversas referencias a George Darforth en la bibliografía sobre Mies, aunque no aclaran la relación e influencia entre uno y otro. Baste aludir a la que hace Fritz Neumeyer en Mies van der Rohe. La palabra sin artificio. Madrid: El Croquis Ed, 1995, p. 9. Fue alumno de Mies en sus primeros años de docencia en Chicago. Después fue delineante y colaborador en el estudio de Mies y profesor a su vez en el IIT.
3. Riley, Terence: "From Bauhaus to Court-House", en AA.VV Mies in Berlin. New York-Berlin: MoMA, 2001, pp. 330-337.
4. T. Riley "Introduction", Mies in Berlin, op.cit., ρ 7.
5. Un estudio minucioso de ambos proyectos en: Tegethoff, Wolf: Mies van der Rohe. Die Villen und Landhausprojekte Essen: Kaiser Wilhelm Museum der Stadt Krefeld. Verlag Richard Bacht GMBH, 1981. pp. 15 a 34 y 37 a 51.
6. Respecto del proyecto de la casa Hubbe vease: Gastón Girao, Cristina: Mies: el proyecto como revelación del lugar, Barcelona: Caja Arquitectos, Barcelona, 2005, con un examen de sus conexiones con la "casa con tres patios". De la casa Gericke, vease Altés Bustelo, José: "Lectura del sitio". En Ramos Carranza, Amadeo: Añón Abajas, Rosa Ma (dir): Arquitectura y construcción: el paisaje como argumento. Sevilla: Universidad Internacional de Andalucía. Sevilla 2009.
7. Esta Asociación utilizaba el término Spiegelglas en su denominación, que literalmente puede traducirse vidrio espejo. Naturalmente fabricaban todo tipo de vidrios, siendo ese, el vidrio espejo o reflectante el más llamativo por lo novedoso.
8. Nótese que, hasta aquí, he utilizado el término "visitante" para referirme al destinatario de la arquitectura, por su específica condición de tal en la Habita- ción de Cristal. A partir de aquí, utilizo el término "usuario", para referirme al destinatario de las reflexiones y decisiones de Mies, como más adecuado a su razonamiento.
9. Sobre este viaje, vease Schulze, Franz: Mies van der Rohe, una biografía crítica Madrid: Blume, 1986, p. 209. G astón Girao, Cristina, op. cit., p. 97, Riley, Terence, op. cit, p. 280.
10. Gaston Girao, Cristina, op. cit., p. 99. La autora pone esta frase en boca de Howard Dearstyne, que fue alumno de Mies en la Bauhaus y que relata cómo le fue enunciada por él.
11. Además del citado texto de Cristina Gastón, véase Tegethoff, Wolf: op. cit., p. 121 y ss.
12. Sobre este tema, véase Riley, Terence, op. cit. p. 293 y ss. Gaston Glrao, Cristina, op. cit., p. 97 yss.
13. Gaston Glrao, Cristina: op. cit. p. 207.
14. Tegethoff, Wolf: op.olt, p. 124
15. Acerca del sentido en que se utiliza aquí el término "muro" véase Tegethoff, Wolf: op. cit., p. 113, nota 20.
16. Neumeyer, Fritz: op. cit., p. 477. Reproduce un texto de Mies publicado en 1935, sobre el proyecto de la casa Hubbe.
17. Neumeyer, Fritz: op. cit., p. 485. Reproduce un texto de Mies publicado en 1943, sobre el proyecto "A museum for a small city".
18. Riley, Terence: op. cit. p. 330. Este autor atribuye a Philip Jonhson la tradución inadecuada y su generalización hasta nuestros días. Sorprende que Wolf 19. Tegethoffno utilice este término sino el de "Hofhäuser" que sería la traducción al alemán del inglés "court-house".
19. Pallasmaa, Juhanl: La mano que piensa. Barcelona: Gustavo Gill, 2012. Véase especialmente el capítulo cuarto "La mano que dibuja", p. 99yss.
Bibliografía
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José Altés Bustelo
Persona de contacto/Corresponding author; [email protected]. Escuela Técnica Superior De Arquitectura. Universidad de Valladolld
José Altés Bustelo (Valladolld 1944). Arquitecto por la ETSAde Madrid (1975). Doctoren Arquitectura por la Universidad de Valla- dolld (1993). Profesor Titular de Universidad Proyectos Arquitectónicos (1995). Departamento de Teoría de la Arquitectura y Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Valladolld. Jubilado.
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