Resumen
Este texto forma parte del estado de trabajo de la tesis de maestría en Psicoanálisis que actualmente estamos desarrollando en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
Uno de los aportes más interesantes será interrogarnos sobre el uso de los nudos en la clínica del autismo. Tomaremos como eje de la enseñanza de Lacan los años 1974-1976, donde aborda el nudo borromeo en el del pasaje del nudo triádico al tetrádico con la función de nominación, punto de partida para llegar con la lógica de los nudos al autismo caracterizado por la forclusión del agujero. Será central desarrollar el concepto de nominación como efectos para comprender el planteo del escrito.
Palabras claves: Autismo- nudosescritura-nominaciónagujerossinthome.
USES OF THE KNOT. EFFECTS OF NAMING IN AUTISM
Abstract
This paper is part of an ongoing thesis of the Master's Degree at the Faculty of Psychology of the University of Buenos Aires.
The reflection on the use of the knots in the autism clinic is one of the most interesting contributions of this work. Lacan's teaching between 1974-1976 is the base of this study, in which he addresses the Borromean knot in the passage from the triadic to the tetradic knot with the naming function as starting point, to arrive with the logic of knots to autism, characterized by the foreclosure of the gap. The development of the concept of naming as effects is essential to understand the approach of this paper.
Keywords: autism- knots- writingnaminggapssinthome.
USAGES DU NOEUD. EFFETS DE NOMINATION DANS L'AUTISME
Résumé
Ce texte fait partie de l'avancement d'un travail de recherche pour l'obtention du Master en psychanalyse de la faculté de psychologie de l'Université de Buenos Aires.
La réflexion sur l'usage des noeuds dans la pratique clinique de l'autisme est l'une des contributions les plus intéressantes de ce travail. Les enseignements de Lacan des années 1974-1976 sont la base de cette étude, enseignements où il aborde le Noeud borroméen dans le passage du noeud triadique au tétradique avec la fonction de nomination en tant que point de départ, pour arriver avec la logique des noeuds à l'autisme, caractérisé par la forclusion du trou. Le développement du concept de nomination en tant qu'effets est primordial pour comprendre l'exposé de l'article.
Mots-clés : autisme, noeuds, écriture, nomination, trous, symptôme.
Recibido: 14/03/16 * Aprobado: 30/03/16
Lo que yo llamo imposible, es lo real, se limita a la no contradicción. Lo real es solamente lo imposible de escribir, o sea no cesa de no escribirse. Lo real es lo posible esperando que se escriba
Lacan, Seminario 24 clase del 08/03/77.
Introducción
Uno de los aportes más interesantes para considerar en la clínica del autismo, es el uso de los nudos que Lacan propone en los años 70. No hablaremos del nudo específico respecto del autismo en este trabajo, es algo que aún mantenemos en investigación.
La ambición de este escrito es iluminar un campo clínico poco explorado por los conceptos de la última enseñanza, para poner en relación la función de nominación (Lacan, 1965/1976) con la tesis de la forclusión del agujero en el autismo (Laurent, 2013). Hemos comprobado que en la clínica del autismo se observan efectos a partir de considerar la función de nominación en un tratamiento analítico. Las ideas de la última enseñanza nos abren una nueva perspectiva, ya que nos permiten abordar la problemática del agujero, central en la consideración estructural del autismo y en la lógica de los nudos. Transmitiremos algunas ideas en torno de esta nueva lógica. ¿Qué alcance clínico podemos darle a los nudos respecto del autismo? ¿Podemos hablar de sinthome en el autismo? Retomaremos los planteos de Lacan, y especialmente los de Eric Laurent, para articularlos con ejemplos clínicos.
La clínica de los nudos sostiene otra lógica que la del significante. Con la introducción del concepto de Lalengua, el lenguaje se monta como estructura sobre Lalengua. Lalengua es un neologismo que utilizará Lacan (1972-1973) en el seminario 20, en el que resuena la lengua y el laleo, que da cuenta del integral de los equívocos. El inconsciente está constituido por Lalengua en la medida en que antes de cobrar un sentido, las palabras equivocan, son equívocas por fuera del sentido y tienen valor de letra. El lenguaje es efecto de Lalengua; es elucubración de saber sobre ella.
El lenguaje no es ya cadena significante, ello es un forzamiento, porque S1 y S2 ya no forman cadena; el significante no cuenta encadenado al sentido, al S2. "Porque este segundo obtiene su estatuto, justamente, del hecho de que no tiene ninguna relación con el primero, de que no forman cadena (...) En Función y Campo dije que formaban cadena. Es un error" (Lacan, 1973-1974, p. 39).
Hay que pensar al significante repitiéndose solo, fuera de sentido; el significante como Uno. Esto no implica que la última enseñanza de Lacan absorba la primera, sino que es esta segunda formulación la que nos permite acercarnos a la clínica del autismo. Es la clínica del autismo la que revela, la que ejemplifica la estructura del Uno radicalmente separado del sentido.
El fenómeno de Lalengua capta el fenómeno en el nivel lingüístico donde nadie comprende a nadie, nadie le da a una palabra el mismo sentido que otro, cada uno tiene su lengua, en la medida que la investidura libidinal de la lengua es propio de cada uno. (...) a partir del lenguaje cada uno hace su lalengua. (Miller, 2003, p. 289).
Los autistas están inmersos en Lalengua, en lo real, y toda la operación que orienta la clínica del autismo apunta a producir una ruptura, un pasaje de Lalengua al lenguaje. Y, aunque en el autismo ese Uno no se inscribe en lo simbólico, produce, no obstante, un efecto de goce manifiesto por el mismo hecho de su iteración. La iteración es la repetición de lo mismo; la diferenciamos de la repetición (Miller, 2011)2. La iteración es patognomónica del autismo y, si existe con tal fuerza, es porque el Uno de goce no se escribe como huella del traumatismo primitivo, queda en más, marca al cuerpo como un cuerpo que goza de sí mismo, más allá del principio de placer. "El Uno se repite pero sin conseguir tratar la proliferación de los equívocos reales de Lalengua" (Laurent, 2013, p.107), pues la manifestación del Uno, en los casos de autismo, no cesa de no escribirse. Pero que no se escriba no implica que no cese y tenga consecuencias en la economía de goce del sujeto. Es lo que se observa en los circuitos iterativos en el curso de un tratamiento analítico.
Clínica de nudos y nominación: de RSI al Sinthome
¿Cuál es la relación entre los nudos y la nominación? La nominación terminará siendo sobre el final de RSI el articulador, el cuarto eslabón que anude los tres registros. Debemos detenernos en el Seminario RSI para entender que la función de la nominación, en el desarrollo del seminario, se va transformando de su posición inicial. Y esto es solidario de un cambio de posición en Lacan respecto del nombre del padre. El nombre del padre, al que Lacan se refirió desde el comienzo de su enseñanza, pasa a ser un nombre entre otros3; y en RSI es abordado subrayando su relación con la nominación. De esta manera, el nombre del padre sufre una transformación al padre del nombre o mejor al padre como nombrante. "Yo reduzco el nombre del padre a su función radical que es dar un nombre a las cosas, con todas las consecuencias que eso comporta, porque eso no deja de tener consecuencias y particularmente hasta en el gozar" (Lacan, 1975, p. 105).
En el comienzo del seminario, la nominación es del registro simbólico, pero así planteada los tres registros quedan homogeneizados, pegoteados. La nominación, siendo del registro simbólico, no propicia la visualización de los registros independientemente. Lacan le encarga a la nominación, sobre el final del seminario, la idea del borromeo tretrádico, proponiendo tres formas de nominación, redoblando cada uno de los tres registros: real, simbólico e imaginario. Postula así una nominación real que es la angustia, una imaginaria que es la inhibición y una nominación simbólica que es el síntoma. Surge la necesidad de pensar una función que distinga los registros R, S, I, ya que no parece que puedan anudarse y distinguirse sin un cuarto elemento que les permita a cada uno hacer función.
Tal es la vía que se abre sobre el final del seminario 22, la que conduce a situar la nominación, en tanto que cuarto término capaz de enlazar de modo borromeo los tres registros, pero introducida como un redoblamiento posible de cada uno de ellos. En efecto; si lo simbólico no tiene el privilegio exclusivo de unirse a la nominación y si hay un espacio allí también para lo imaginario y lo real, ¿por qué no distinguir una nominación imaginaria, una real, y una simbólica? (Schejtman, 2013, p. 76).
Tres nombres, tres versiones para la nominación como cuarto nudo. Inhibición, síntoma y angustia. Es la duplicación de cada uno de estos registros lo que permite pasar al cuarto nudo. La nominación será decisiva para el pasaje del borromeo tríadico al tetrádico y, consecuentemente, del padre como nombre al sinthome. "...así, lo que atañe al nombre del padre, en la medida en que Joyce testimonia sobre él, hoy lo recubro con lo que conviene llamar el sinthome" (Lacan, 1975, p. 165).
En la Conferencia "Joyce el síntoma", meses posteriores, Lacan trasmite el uso que le dará al sinthome. Es así que utiliza el término sinthome (Saint Homme) en directa relación con Joyce y al nombre del padre para diferenciarlo tajantemente del síntoma. Recordemos que, en este momento de su enseñanza, el nombre del padre queda ubicado en lo simbólico, como un significante entre otros. Nombre del padre que deja de ser el nombre, para ser el padre como nombrante.
Retomamos una pregunta ya trazada: "¿Por qué razón se vuelve imprescindible la cuarta consistencia en el planteo de Lacan? ¿A raíz de qué el nudo debe considerarse necesariamente como tetrádico?" (Schejtman, 2013, p. 74) ¿Es solo la necesidad de introducir la posibilidad de identificar cada registro y diferenciarlo del resto? Mientras los redondeles son tres, el nudo es tan simétrico que no nos permite distinguir uno de otro. Solo el cuarto término introduce la disimetría.
Es también en el encuentro con los textos de James Joyce que Lacan modifica su rumbo y, orientado por la herencia Freudiana, ve la necesidad de pensar en un cuarto nudo que enlace RSI, otorgándoles los nombres de: Realidad Psíquica, Complejo de Edipo o nombre del padre, hasta conceptualizarlo en el Seminario 23 como sinthome. La noción de sinthome como cuarto nudo sutura la falla estructural, podemos decir que dicho concepto alcanza su máxima formalización en el citado seminario, y es solidario del pasaje que se produce en el Seminario 22 del nudo borromeo triádico al de cuatro eslabones.
El sinthome no es ni real, ni simbólico, ni imaginario, es el cuarto que enlaza y, por su función de ex -istencia, hace que, con RSI, puedan diferenciarse entre sí y mantenerse reunidos. Es muy importante destacar la función de ex -istencia como el lugar del cuarto. La ex -istencia implica estar fuera de, pero a la vez hacer existir lo que queda por fuera de. Por ello la función del sinthome es la de hacer ex -istir cada registro RSI y mantenerlos anudados. Se hace indispensable, además de teorizar el concepto de Sinthome, ubicarlo como una herramienta clínica, brújula orientadora en la enseñanza de Lacan, de lo contrario perdería su riqueza e importancia conceptual. La instrumentalización del concepto puede abrirnos una perspectiva más amplia en lo que podemos llamar la clínica de las suplencias, siempre en el nivel singular de cada caso y la particularidad del tipo clínico. Por tal motivo, lo ubicaremos en el caso a presentar.
Efectos de nominación en el autismo
Interrumpo aquí el desarrollo sobre el concepto de sinthome para volver, una vez más, a la función de nominación y poder comprender qué alcance le daremos a la noción de efectos y proponer: "Efectos de nominación en el autismo". Pues debemos dejar en claro que en el campo del autismo no consideramos la función de nominación en cuanto tal, sino como efectos. El significado que le daremos a efectos resulta de la relación entre las nociones de contingencia y acontecimiento. Decir efectos es referirnos a la más pequeña alteración respecto del estado inicial de un sistema, que puede generar que este evolucione en formas totalmente distintas mediante un proceso de amplificación.
Françoise Jullien opone al modelo occidental de causalidad causa-efecto el modelo oriental chino, tomando la lógica del puro efecto. El efecto, en el sentido oriental, es lo que se produce cada vez; no puede no ocurrir. El efecto se manifiesta cuando sucede. "Del fondo indiferenciado de las cosas las actualizaciones surgen como efectos, mas solo para volver a diluirse o solo tomar la forma de aquello que acontece" (Jullien, 1999, p. 32). Es importante no perder esta orientación para considerar la nominación como efectos que no modifican una estructura, pero pueden leerse en la clínica en tanto repercuten o resuenan en la economía de goce de un viviente.
Efectos de nominación y forclusión del agujero en el autismo
Llegados a este punto, más resultan ser los interrogantes que las conclusiones. Queda implícito que si abordamos la clínica nodal aceptamos que entre los nudos hay agujeros. ¿Cómo considerar el autismo con la lógica de los nudos si el espacio carece de agujeros? La tesis central de Laurent (2013) postula que el autismo se caracteriza por la forclusión del agujero. En mayo de 1981, Laurent pronuncia una conferencia en Bruselas4 en la que intenta aplicar algunos elementos de la topología lacaniana en varios casos paradigmáticos -entre ellos el caso Robert- de psicosis en la infancia y autismo. Casi veinte años después, Laurent avanza en la formalización de sus desarrollos sobre topología y se detiene en lo ya ubicado en 1981: que el espacio autista se caracteriza por el hecho de carecer de agujeros.
Para que un agujero sea tal, debe estar delimitado por sus bordes, y esa es la problemática principal, el espacio autista no está constituido como tal, de allí los fenómenos de adherencia, de doble, etc. Examinando la temática del retorno del goce en el borde y considerando la problemática del cuerpo, es que Laurent ubica ese oscuro límite llamado neo-borde en el que se sitúa el sujeto autista5. La manifestación clínica podemos observarla en la dificultad que se nos presenta para entrar en relación con ellos. En general, se trata de sujetos que rehúsan el contacto, y frente a cualquier demanda -que, en general, se vive como intrusiva- se encierran aún más en lo que Tustin (1987) dio en llamar "caparazón autista" (pp. 40-51).
Este término remite al hecho de que un sujeto, carente de envoltura corporal, ha instaurado una especie de borde o barrera corporal que limita su relación con el entorno. El caparazón funciona como una burbuja de protección para el sujeto. El cuerpo-caparazón del autista es un neo-borde porque constituye un límite casi corporal infranqueable, más allá del cual ningún contacto parece posible. "Podemos considerar el cuerpo-caparazón como un cuerpo cuyos agujeros están todos ellos cegados6" (Laurent, 2013, p. 80). Entonces considerar la forclusión del agujero en el autismo, implica abordar un sujeto que habita un espacio y un cuerpo por constituirse; un sujeto que se afirma en invenciones singulares. Invenciones sostenidas en circuitos iterativos contingentes que construyen tanto con objetos o personas -que pueden funcionar de doble real- que constituyen su borde espacial respecto del mundo que los rodea.
J A Miller destacaba que si aceptamos la idea de que los autistas están sumergidos en lo real, ellos nos enseñan algo precisamente, sobre qué es ese real que tratamos de explorar. En efecto ellos tienen acceso a esa dimensión terrible en la que nada falta, porque nada puede faltar, no hay agujero, de modo que nada puede ser extraído para ser puesto en ese agujero -que no existe (...) En el registro de lo real no hay agujero y, dado que el autista está inmerso en lo real, esta forclusión del agujero, este trauma del agujero -troumatismese puede advertir en los sujetos autistas (Laurent, 2013, pp. 81-82).
Retomando los planteos desarrollados anteriormente de la clínica nodal, debemos considerar un esfuerzo -y esa es la novedad que introduce este trabajo- en articular la función de nominación con la tesis de la forclusión del agujero. Esta articulación es la que intentamos transmitir en este trabajo orientados por Lacan (1975): "La nominación, es la única cosa de la cual estemos seguros que eso hace agujero" (p. 178).
Primera cuestión: ¿qué es un agujero? Si retomamos los planteos de RSI, Lacan señala que cada uno de los registros comporta tres elementos: consistencia, ex -istencia y agujero. Por consistencia se refiere a grosor, lo imaginario de la consistencia.
Así, hay lo imaginario de lo imaginario, lo imaginario de lo simbólico y lo imaginario de lo real. Pero, además, Lacan propone a la ex -istencia, a lo que viene a ex -istir a cada uno de los registros como real. Y hay así lo que ex -iste a lo imaginario, a lo simbólico y a lo real: lo real de lo simbólico, lo real de lo imaginario y lo real... de lo real. Finalmente está lo simbólico: el agujero. Y cada uno de los registros supone un agujero: agujero de lo simbólico, de lo imaginario y de lo real, es decir, lo simbólico de lo imaginario, lo simbólico de lo simbólico y lo simbólico de lo real (Schejtman, 2013, p. 76).
Diremos entonces que no se trata de considerar el agujero en singular para manipular el nudo, sino proponer agujeros, en plural, entre registros. Sobre el final de RSI situábamos a la nominación también en plural. De allí que, siendo la nominación lo que agujerea, proponemos los agujeros ligados con lo imaginario, lo simbólico y lo real.
¿Cuál sería el agujero que está afectado en el nivel de la forclusión del agujero en el autismo? ¿De qué agujero se trata? ¿Imaginario, simbólico o real? Citamos nuevamente a Laurent (2013) para responder: "Esta forclusión del agujero, este trauma del agujero -traumatismese puede advertir en los sujetos autistas" (p. 82). Es decir que la forclusión del agujero remite al troumatisme -agujero real- impacto del viviente con Lalengua. De allí se desprende considerar: ¿que los autistas estén inmersos en lo real implica que no podemos hablar de los tres registros diferenciados? ¿O mejor deberíamos preguntarnos de qué real, simbólico e imaginario hablamos en el autismo?
La nominación es la herramienta conceptual que nos posibilita diferenciar los tres registros, resulta ser el concepto articulador entre la clínica nodal y la forclusion del agujero. Nos ha sido de gran utilidad para este abordaje establecer una diferenciación entre la clínica psicoanalítica, que implicaría una formalización, y la experiencia del análisis, ya que,
... muy frecuentemente se superpone la clínica psicoanalítica con la experiencia del análisis. Es preciso distinguir lo que es la experiencia analítica, de la clínica que es producto de ella. La clínica psicoanalítica, no se confunde con la experiencia del análisis, supone su redoblamiento, un redoblamiento que es conceptualización, incluso formalización de la experiencia (Schejtman, 2013a, p. 24).
Podríamos acercar nuestras hipótesis a lo que Lacan menciona como nivel de "manipulación del nudo". Es decir que, si bien en el orden de la formalización ubicamos que los autistas están sumergidos en lo real -como consecuencia de la forclusión de agujero-, observamos en el curso de un tratamiento, es decir, en el nivel de la experiencia clínica, efectos de anudamiento entre los registros. ¿De qué modo la nominación afecta e incide en la economía de goce del sujeto autista? Y, siendo que los campos de goce son los agujeros entre nudos, ¿podemos considerar formas de la nominación que producen estabilizaciones pero que no se corresponden al nombre del padre? La presentación del caso clínico de un niño autista nos permitirá introducir las nociones desarrolladas teóricamente y responder nuestros interrogantes.
Breve presentación clínica7
Miguel, de 10 años, concurre a una institución para niños, con tiempos y espacios subjetivos singulares (CENTES 2). Allí se trabaja en forma individual o en pequeños grupos. Pueden reunirse por algún rasgo singular que se intenta extraer de la petrificación con que se presentan e inventar con ello algún hacer en el que se ponga en juego su subjetividad. Dos analistas a los que se nombra como referentes intentan orientar el recorrido particular de cada niño en la construcción de un tiempo y un espacio subjetivo posible, que modere y regule el goce coagulado de Lalengua, del cual están particularmente afectados. En su presentación, Miguel no hablaba ni dirigía su mirada, solo deambulaba emitiendo algunos sonidos o frases imperativas: "oye", "fuera de aquí", que repetía en ecolalia con un tono de voz ajeno a él mismo. Hacía chasquidos con su boca y hablaba una jerga propia.
Respecto del decir de sus padres, su madre atribuía la causa del autismo de Miguel a la intoxicación con metales, más precisamente con plomo. Por dicha causa, el niño estaba sometido a una dieta que prohibía la ingesta de harinas, lo que dificultaba mucho el desayuno de Miguel en la institución, pues devoraba el pan del desayuno como si su estómago no tuviera fin. Era prácticamente imposible evitar estos momentos, pues, al intentar regular la ingesta de pan, gritaba con un ensordecedor alarido, al tiempo que se tapaba sus oídos o se golpeaba. Su padre es artista orfebre y trabaja con metales, muchas veces Miguel lo acompaña en su taller.
Miguel no nombraba ni señalaba ningún objeto que le era ofrecido, solo se detenía en una sala y armaba un tren, el cual siempre debía armarse de un modo sistemático. Permaneció meses eligiendo este hacer. Incorpora más tarde fichas de dominoes de animales que ordenaba, una y otra vez, sin dejar ningún intervalo entre las filas. Se ofuscaba si alguien alteraba su orden. Ninguna propuesta conmovía su hacer estereotipado. Una de las intervenciones analíticas fue habilitarle otro lugar, ubicar un punto de exterioridad en relación con la institución. Otro lugar que funde la posibilidad de construir el espacio.
Por su manifiesto interés en las figuras de animales comienza a asistir a un programa del zoológico. Allí la tarea consistía en darle de comer pan a los patos. En el contacto con el animal muestra terror y una importante excitación motriz: aletea mientras emite ruidos. Se asusta y aleja cuando se le acerca mucho para comer de su mano. Sin embargo, elige esta tarea y la espera con ansiedad. Destacamos la siguiente escena con el pato como acto de nominación, que redobla la constitución subjetiva. Escena que pone en relación el temor a ser devorado que le provoca el pico abierto/agujero del pato, la ingesta del elemento -pan-, causa de su autismo y la palabra pronunciada.
El niño toma un trozo de pan, lo parte y alterna entre darle de comer una parte del pan al pato y la otra comerla él. Enfrentados, casi como en un espejo, Miguel abre su boca mientras mira el pico del pato que se abre en el mismo instante, y come el pan, al mismo tiempo que el pato. La boca/pico es un agujero sin bordes por el que se introduce el pan, al igual que su boca. Se reitera muchas veces esta secuencia. En un momento en el que se queda sin pan, vierte la cabeza para mirar al adulto que le suministra el alimento y, emitiendo el sonido del pato primero, para luego poder nombrarlo/ nombrarse, dice "pato".
Sobre esta escena constitutiva podemos argumentar que el pan, como elemento significante, pone en función la dimensión simbólica al introducirse en el agujero de la boca/pico. Entra el pan y sale la palabra, sostenido en la mirada de quien le provee el alimento. Ese acto real de nominación redobla como acontecimiento el troumatisme de Lalengua. Como efectos de la función de nominación, Miguel emite la palabra "pato". La palabra emitida, dirá Lacan -a raíz del caso Robert-, es la palabra reducida a su médula, no es ni él ni nadie, es "pato" en tanto dice esa palabra; pato es cualquier cosa, no tiene sentido en sí misma, su valor reside en que puede ser nombrada.
"Se trata del estado nodal de la palabra, la palabra está detenida, pero solo a partir de nombrarse podrá ocupar un lugar y construirse" (Lacan, 1954, p. 164). El acto de nominación posibilita un efecto de anudamiento. La boca/pico introduce la dimensión del agujero real, no simbolizado, pero que, sin embargo, produce efectos en esa contingencia al enlazarse al pan como elemento simbólico. La escena, casi a la manera del estadio del espejo y la presencia del analista en ella como tercero, le permite emitir la palabra; nominar al pato ubicando una distancia entre él y el animal. Esa nominación introduce la primera distinción entre él y el animal, y da nacimiento al Otro, aporte necesario para que se produzca el acto de nominación.
Los efectos de la función de nominación, en este caso, podemos situarlos como anudamientos. El pan como elemento simbólico -sostenido por el lugar tercero del analista, la boca/pico como elemento real y el animal como imagen especular, registro de lo imaginario. La función de nominación, como cuarto, redobla el registro simbólico. En este acto de nominación, al igual que en el caso Robert, Miguel "se enlaza a la comunidad humana"8 (Lacan, 1954, p. 161).
A partir de aquí se abre otro recorrido posible para este niño, a partir de sus propios intereses. Los efectos de nominación pueden inaugurarse en una primera cadena de objetos, que, aunque metonímicamente, le permite al niño salir de su encierro, del sí-mismo, en un espacio de seguridad. Este nuevo recorrido estará acompañado por una serie de intervenciones que apoyarán la orientación del sujeto hacia el dibujo artístico. Miguel comenzó a interesarse por libros, revistas y en la computadora busca ahora escenas de animales. Se detiene y aletea frente a ellas emitiendo sonidos. Lentamente empieza a dibujar figuras de animales, sobre todo de los salvajes. Su predilecto es el león, quien en un principio representaba de manera única y con los colores rojo y amarillo. Otros animales salvajes que privilegia coinciden con los de alguna película que vio o con los del zoológico: cebras, jirafa, elefante. Los dibuja en una composición armónica, incluso en diferentes posiciones y planos.
Su manera de dibujar es particular. Comienza haciendo trazos indeterminados, hasta que va dándoles la forma del animal allí; luego los comienza a pintar con colores brillantes, dándole la terminación del artista. Nombra, junto al analista, cada animal de sus dibujos. El niño pasa muchas horas dibujando y pintando, en hojas grandes, en las paredes y en el piso. Su deambular se ha detenido y su hacer se concentra solo en el dibujo.
Otro proyecto institucional consistió en presentar sus dibujos a una exposición de arte junto a otros artistas, y nombrarlo como artista. Este proyecto entusiasmó mucho a su padre. Apostamos a construir otra versión del niño para sus padres, una versión sostenida en un rasgo del padre, no tóxico, que le permita tomar de él alguna herramienta que le sirva para nombrarse en el mundo, quizás como un artista plástico, o como un dibujante, diferente del orfebre. Hacerse un lugar que lo enlace, con la modalidad autista, al Otro. El lugar del artista.
Autismo y sinthome
¿Cuál es el alcance que tiene nombrar como a un artista este niño? ¿No es acaso un modo de suplencia, que le permite suturar el agujero estructural? Decíamos que la función del sinthome es la de hacer ex -istir cada registro RSI y mantenerlos anudados, en este sentido el dibujo artístico ocupa el lugar de sinthome. Podemos pensar el sinthome como un modo de producir un neo-borde corporal más amplio y más enlazado al otro social. Si bien su hacer prescinde del Otro -y eso indica que el modo de funcionamiento autista no se modifica- lo enlaza vía la presentación de sus dibujos a otros, en tanto no son él mismo. Es un modo de ampliar su encapsulamiento, su neo- borde corporal.
Queda por determinar el alcance que podemos darle al nombrarlo como artista. Si comparamos el caso de Miguel con el de Joyce, en este último "el hacerse un nombre" lo conduce a un saber hacer con eso. En Joyce, se trata de un cuarto eslabón -sinthome- que llega a compensar la carencia paterna. No podemos aventurar que, al igual que Joyce, Miguel se haga un nombre con el dibujo artístico. Lacan (1975) destaca del decir de Joyce el deseo de "ser un artista que mantendría por siglos ocupado a todo el mundo. (...). Lo que escribo no dejará de darle trabajo a los universitarios y esperaba darles trabajo hasta la extinción de la universidad" (p. 160). La diferencia principal de Miguel respecto de Joyce, es que no tenemos su testimonio, aún. Sin embargo, apostamos a que "las casualidades nos empujan a diestra y a siniestra y con ellas construimos nuestro destino, porque somos nosotros los que lo trenzamos como tal" (Lacan, 1975, p. 180).
En años anteriores a RSI, Lacan (1965) plantea la nominación como una forma de suplencia y ubica la función de nominación "... ante un desgarro, una falta, un agujero del sujeto y justamente para suturarlo, enmascararlo, pegarlo" (p. 101). Es decir que la nominación produce y repara a la vez lo que agujerea. La nominación hace aparecer un vacío de descripción, hace un verdadero agujero en la dimensión del sentido y ese lugar evidencia la función del Uno solo. En el caso del autismo, los significantes desabonados son huella de lo que ha provocado fijación o traumatismo: "Diremos que es allí donde los nombres revelan su naturaleza de entidad ficticia en el sentido de Lacan; sirven para gozar o más bien para defenderse del goce" (Laurent, 2002, p. 121). Una vez producida esta nominación, en la experiencia del análisis se siguen un cierto número de efectos; podrá constituirse una serie en la que el lugar del nombre podrá transmitirse a otros nombres, formando una cadena metonímica real.
Entonces podemos decir, hasta aquí, que los efectos de nominación que se producen en el curso de un análisis son efectos de estabilizaciones precarias, fugaces, que no se corresponden al nombre del padre, sino que se articulan al padre como nombrante, al sinthome. La lógica de los nudos nos permite considerar cómo anudar de formas diversas, a manera de suplencias, modos singulares en cada sujeto autista. Formas que pueden redoblar lo real de lo imaginario, de lo simbólico o de lo real. Pensar efectos de la función de nominación permite hacer un uso clínico de esta función. Efectos que no revelan la estructura toda, sino que se construyen de una articulación contingente que no llegará a ser siempre necesaria. Efectos azarosos, que pueden leerse entre líneas en el desarrollo de un análisis, en los modos de conmover la fijeza radical con la que se presentan los casos típicos de autismo. Efectos producidos por la función de nominación que originan un desplazamiento metonímico en la serie de objetos o circuitos repetitivos, y que amplían o deslizan el llamado neo-borde autista, permitiéndole al sujeto una mayor apertura al mundo.
Retornando la presentación de Miguel para articular lo desarrollado, constatamos que el niño llega a la institución con las manifestaciones clínicas descriptas al referirnos a la forclusión del agujero. Está inmerso en lo real de un espacio que carece de agujeros. Deambula sin encontrar un punto de detención; sumido en Lalengua imperativa que manifiesta y rechaza cualquier contacto visual o comunicati- vo. Solo devora el pan a la hora del desayuno, lo que desata grandes crisis. Miguel responde a lo que describimos como encapsulamiento, caparazón-autista. El circuito iterativo que inventa con el tren, le permite detenerse y lo resguarda en la seguridad del caparazón, por meses, de cualquier tipo de contacto con otros.
Este circuito representa su neo-borde corporal, que lo mantiene en una zona de confort. Ninguna demanda perfora ese encapsulamiento y cualquier forzamiento es vivido como aterrador. Sin embargo, en el transcurso del análisis la analista ingresa mínimamente a ese encapsulamiento, con su consentimiento, al proponer el zoológico como proyecto de trabajo. En ese otro espacio acontece una escena totalmente contingente -que es la de darle de comer pan a los patosque funda el acto de nominación. A partir de allí pueden leerse todos los efectos de dicha función. El enriquecimiento de su lenguaje al nombrar y dibujar cada animal del zoológico, no aisladamente sino en relación con otros animales y en diferentes escenas y posiciones.
De estas escenas, que en general son sangrientas, y de las peleas, destaca en sus dibujos los dientes, la boca y las garras de los animales. Esos dibujos le han permitido establecer lazos con otros, detenerse y ampliar su espacio respecto de su inicial encapsulamiento. En este sentido consideramos que el dibujo artístico cumple la función del sinthome. Siempre hablamos de efectos, efectos contingentes que no terminan de hacer función ni de anudar la estructura. Sin embargo, son efectos en la economía de goce del niño, ya que el mundo se ha vuelto menos intrusivo para él. Queremos decir que Miguel, aunque amplíe su neo-borde corporal y enriquezca su relación con el mundo, el modo de funcionamiento autista no varía.
Efectos de nominación y efectos de escritura
La escritura es formalización; sin embargo, es necesario reiterar que estamos refiriéndonos siempre a efectos clínicos, estamos pensando la escritura y la nominación a nivel de lo que llamamos la experiencia clínica, no su formalización.
¿Podemos hablar de escritura en el autismo? ¿Cómo pensar la inscripción de esa primera marca? ¿Se escribe en el inconsciente, en el cuerpo, o en el Otro?
Indicábamos que la modalidad particular que toma la forclusión en el autismo, con el rechazo de todos los significantes, nos confronta radicalmente con el significante Uno solo en lo real. Para hacer serie, el Uno habrá de fundarse en el Uno que falta, el cero, agujero, conjunto vacío que erige al Uno como diferencia. La experiencia clínica nos enseña que son los circuitos iterativos de los autistas los que testimonian sobre la inmersión del autista en lo real. Son esos circuitos que, a modo de bordes, tratan de inscribir fallidamente la huella del encuentro traumático con Lalengua. De una huella que no cesa de no escribirse en estos casos, pero que, no obstante, produce efectos de goce en el viviente.
Se trata de un escrito siempre fallido, que no cesa de desprenderse de lo real. E. Laurent lo llama escrito como "cosa que colma" ya que se trata de una letra congelada9 que no cierne un vacío. La posibilidad a que algo se escriba remite a una dimensión de lo simbólico en lo real. Una traducción de Lalengua al lenguaje que no se hace sin el pasaje por el Otro. La clínica del autismo nos interroga particularmente acerca de las vías por las cuales este significante solo de Lalengua intenta escribirse para localizar el goce. ¿Qué es lo que se escribe sin escribirse en el caso Miguel? Los circuitos iterativos con los que Miguel se presenta: el armado del tren o las fichas de dominoes ordenadas sin intervalos una y otra vez, revelan la iteración del Uno solo de Lalengua. En esa serie el Uno se repite, pero sin conseguir tratar la proliferación de los equívocos reales de Lalengua.
Miguel no acepta ningún tipo de intrusión, ni modificación en sus circuitos, es decir, que hace uso de una lengua que no equivoca, más bien rechaza todo equívoco. A partir del acto de nominación, aquello que no cesa de escribirse se inscribe en ese instante como acontecimiento, donde el niño profiere la palabra "pato". Escritura en lo real, sostenida por la presencia del analista, tercero que media entre él y el animal para producir el acto de palabra. Que la escritura sea en lo real quiere decir que no hay huella que se borre. La huella está coagulada, congelada en el acto mismo que se escribe. No se desplaza, no hay sustitución sino metonimia. Los dibujos representan esa metonimia que no cesa, pero que, sin embargo, lo anuda a otros sentidos.
Toda escritura finalmente es el resultado de lo que no se puede escribir. En psicoanálisis, aquello que no se escribe es la relación complementaria entre los sexos. La relación sexual que, siempre fallida, produce un agujero en la estructura, que es lo que la constituye como tal. Alrededor de ese vacío calza, el nudo. Nudo que Lacan presenta como un intento más de formalizar aquello que siempre se escapa a la formalización. La escritura del nudo nos permite localizar campos de goce y ubicar los registros donde se produjo lo que Lacan llamó el lapsus del nudo, punto de falla que se produce necesariamente en el lugar donde la relación sexual no cesa de no escribirse. En esto debemos seguir a Lacan, quien nos legó una estructura nueva, la de los nudos, donde RSI se anudan, se entrecruzan, se desligan.
Pero, si no hay agujero en el autismo, ¿cómo considerar los nudos?, ¿cómo hablar de escritura? Repetimos entonces la idea de efectos, efectos de nominación o de escritura como aquello que acontece, que toma dimensión en un análisis. Otro problema que surge en relación con la escritura es la lectura. Es necesario que lo escrito pueda leerse. ¿Cómo abordar este problema en el autismo? ¿Es el analista o es el autista el que lee? ¿Se trata de la lectura dialéctica que se construye entre las partes? En la actualidad, la clínica del autismo dispone de muchos testimonios de autistas que, a través de su computadora, en algunos casos, han logrado testimoniar sobre su experiencia10. El testimonio de Miguel nos permitiría en este sentido hablar de lectura.
Hacia una función de agujereamiento. La nominación real11
Pero quizás esos nombres del padre (inhibición, síntoma y angustia)12 podemos especificar que después de todo no sea solo lo simbólico lo que tenga el privilegio de eso, que no es obligatorio que sea el agujero de lo simbólico a lo que esté unida la nominación (Lacan, 1975, p. 179).
Considerando que en el autismo hay forclusión del agujero, la nominación se presenta como la función capaz de producir efectos de agujereamiento en el autista. Recordemos: "La nominación, es la única cosa de la cual estemos seguros que eso hace agujero" (Lacan, 1975, p. 178).
Nos referiremos ahora a otra experiencia clínica. Tomaremos, en este caso, un recorte del caso Robert. Se trata del momento donde el niño intenta cortarse el pene:
...durante una sesión después de haber amontonado todo sobre mí en un estado de gran agitación, salió a toda velocidad, y le oí en lo alto de la escalera decir con tono patético (...) mamá, mirando el vacío. Esta fase preliminar terminó pues fuera de tratamiento. Una noche, después de acostarlo, de pie en su cama, con tijeras de plástico, intentó cortarse el pene ante los otros niños aterrorizados (Lacan, 1954, p. 147).
Luego comenzó a gritar "El Lobo, El Lobo" por todos lados, hasta gritarlo frente al agujero del inodoro. "Una hipótesis del libro de Robert y Rosine Lefort es suponer que el agujero real de los excusados suple el agujero simbólico que no hay en el Otro" (Soler, 1992, p. 26). Miller (1988) destaca que el acto de automutilación que Robert realiza es poner en función un menos que intenta inscribirse en lo real: "Para mí, es la matriz del tratamiento del caso Robert, a saber, que vemos al sujeto a partir de este esfuerzo de castración real, intentar encarnar en lo real, este menos..." (p. 23).
La necesidad de la pérdida es de orden simbólico, pero Robert se esfuerza en traducirla en términos de real, en un proceso contrario al de simbolización que Miller (1988) menciona como:
real -ización de lo simbólico. Lo que queda como un elemento que no consigue realizarse, es la falta, que no logra negativizarse. En lo real no hay ese menos, solo hay sustitutos reales. Robert en su esfuerzo ha querido darle un correlato real a la función menos: RS puede ser la manera de escribir este esfuerzo para introducir el menos en lo real. Esta función se impone a este agujero que Robert va a buscar y nombra (p. 14).
Solo después de producir este agujero en lo real, esta nominación real, podrá el sujeto emitir otras palabras distintas hasta producir lo que Rosine menciona como "auto-bautismo", en el que pronuncia su nombre a la vez que se nombra en la comunidad humana. "La operación de agujero en el sentido que abre la nominación se encuentra también al final, en el punto de andamiaje que permite colmar el agujero de la fuga del sentido por la operación del nombre propio" (Laurent, 2002, p. 122).
En el caso Miguel, el agujero sin bordes se introduce con la boca/ pico del que teme ser devorado. Agujero real que se enlaza al simbólico a partir del acto de nominación y produciendo efectos: un enlace RSI. La palabra pronunciada en su forma más reducida representa la función del lenguaje "...cuyo sentido y alcance para el niño ni siquiera somos capaces de definir, pero que sin embargo lo enlaza a la comunidad humana" (Lacan, 1954, p. 161). Queda explicitado este movimiento en la siguiente cita fundamental para nuestra hipótesis: "Nombrar pueden ustedes también escribirlo N'hombrar13nombrar, decir, es un acto" (Lacan, 1975, p. 132). Nombrar es un acto, es por añadidura una dimensión. Es una manera genérica de decir que el nombre hace al hombre. En el acto de nombrar algo se fija, por la vía de la escritura y, en ese mismo acto, se constituye como acontecimiento. Es decir que la nominación es un acto creador y ubica esa inscripción contingentemente en el campo del lenguaje. El nombre surge como agujero de lo simbólico y es por el nombre que lo real está anudado. Entonces lo real está agujereado por lo simbólico y anudado por el nombre con todas las consecuencias que ello lleva en el gozar.
Retomemos el planteo desarrollado al comienzo de este artículo. La vía ya indicada que abre Lacan sobre el final del seminario RSI, conduce a situar la nominación, en tanto que cuarto término apto para enlazar los registros. Nombres -imbibición, síntoma y angustiaque respectivamente redoblan lo imaginario, lo simbólico y lo real. Cada uno de esos redoblamientos nombra, y en el acto de nombrar nomina, crea. La nominación es lo único que produce agujero; en el caso del autismo, ya argumentamos que produce efectos de agujereamiento -dada la forclusión del agujero. Ahora bien, así como la nominación simbólica es duplicada en símbolo y síntoma14, y de ese redoble se produce el cuarto nudo, podríamos arriesgarnos a formular algo similar con la nominación real.
Consideremos no solo a la angustia como nombre real, para el caso del autismo, proponemos una nominación real, traumatizante, -nominación traumática- que produzca efectos de agujereamiento que redoblen el troumatisme originario, en el que la huella ha quedado congelada15. Según nuestro ejemplo, el encuentro con el pato, para Miguel, no fue sino mediado por la angustia -nombre real-, por el temor a ser devorado, al igual que su boca devoraba el pan. Entonces, la angustia como nombre real, produce un redoblamiento en el registro de lo real. La nominación: tanto como agujero, y como nombre, viene a redoblar el troumatisme.
Recordemos que Lacan juega con la homofonía de la lengua francesa entre agujero (trou) y (tour) truco, y propone el neologismo "troumatisme".
...allí donde no hay relación sexual, eso produce traumatismo. Uno inventa, Uno inventa lo que puede...Por eso digo que lo real se inventa no solo allí donde hay un agujero sino que es impensable que no sea por ese agujero que avanzamos en todo lo que inventamos de lo real (Lacan, 1974-1975, p. 102).
Conclusiones
Si proponemos, con Laurent, que en el autismo hay forclusión del agujero, la función de nominación, como cuarto, producirá como acontecimiento efectos de agujereamiento, efectos clínicos que permitirán fundar campos de goce entre los registros hasta entonces homogéneos. Seremos conducidos indefectiblemente al principal problema clínico que nos presenta el autismo. ¿Cómo producir un agujereamiento en el desarrollo de un análisis?, siendo que los mismos no están garantizados más que como efectos. Tanto en el caso Miguel, de nuestra práctica institucional, como en Robert, se han podido demostrar los efectos de nominación.
La nominación pensada como operación en lo real, será introducida en aquellas maniobras del analista que, con el consentimiento del sujeto, permitan construir otros circuitos paralelos, también iterativos; intervenciones que estarán orientadas a producir una negativización, una hiancia en el espacio sin agujerear que presenta el autismo. En este sentido, la nominación es una operación que apunta a producir bordes que se irán desplazando cada vez más de las primitivas series iterativas, produciendo, a la vez, un efecto de escritura.
Encontramos en la práctica clínica -ejemplificados en el caso Miguel y Robert- que la función de nominación ha tenido efectos observables en la economía de goce. Les ha permitido beneficiarse en su relación con el lenguaje y ampliar la construcción del mundo. Robert, a partir del "autobautismo", dice Rosine, "se ha vuelto más amistoso con los otros niños, a menudo protector de los más pequeños. Se puede integrarlo a actividades grupales. Solo el lenguaje permanece en forma rudimentaria" (Lacan, 1954, p. 156). Miguel, como efecto de la función de nominación, ha enriquecido su lenguaje, incluso logra articular frases cortas -siempre referidas a sus dibujos de animales- a partir de la presencia real del analista. El dibujo artístico, letra escrita en el trascurso del análisis, le ha permitido hacerse un nombre que, aún, debe poner a prueba.
Quisiéramos concluir retomando las últimas palabras del epígrafe, que nos permiten ubicar que hay un tratamiento posible para el autismo. "Lo real es lo posible esperando que se escriba". Si bien el sujeto autista está inmerso en lo real, las soluciones singulares que suelen inventar los autistas frente al traumatismo primitivo, sumados a los efectos de un análisis, nos enseñan acerca de un modo de escritura que prescinde del sentido para tratar el goce. El uso del nudo nos permitirá ampliar el abordaje clínico del autismo. "El nudo boromeano no es más que modo de escritura. En suma presentifica el registro de lo real" (Lacan, 1974-1975, p. 169). Decimos, con Lacan, que el nudo no solo se teje en la infancia, sino que toma dimensión en un tratamiento analítico.
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Piaggi, Marcela (2016). Usos del nudo. efectos de nominación en el autismo. Revista Affectio Societatis, 13(25), 71-95. medellín, colombia: Departamento de Psicoanálisis, Universidad de Antioquia. Recuperado de http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/affectiosocietatis
2 "Podemos hacer muchas cosas con la reiteración de lo mismo. Precisamente podemos decir que el síntoma es en este sentido como un objeto fractal, porque el objeto fractal muestra que la reiteración de lo mismo por las aplicaciones sucesivas les da las formas más extravagantes e incluso pudo decirse que las más complejas que el discurso matemático puede ofrecer" (Miller, 2011).
3 Miller (2001) contextualizó esta operación en lo que llamó la generalización del concepto de forclusión. Esta generalización alcanza también al concepto del Nombre del Padre, que conduce no solo a su pluralización, sino también a un cambio radical del concepto, entendiéndolo como un cuarto elemento que anuda la estructura, que viene a suplir la relación sexual que no hay.
4 Nos referimos al artículo "Sobre algunos problemas de superficie en la Psicosis y el autismo" (Laurent, 1981).
5 La temática del cuerpo en el autismo no será aquí desarrollada por la complejidad y extensión que implicaría su inclusión. Véase Laurent (2013).
6 Retomamos una nota del traductor; en francés, bouchés. Para situar de qué topología se trata, es importante distinguir del español "tapados". Un agujero tapado, está tapado por algo. Bouché, cegado, implica una verdadera desaparición del agujero por vía de un relleno.
7 El caso Miguel fue presentado y publicado en las Memorias del I Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional. V Encuentro de Investigadores del Mercosur, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (Piaggi, 2009).
8 El caso Robert, de Rosine Lefort, es comentado en (Lacan, 1954). Será desarrollado en las siguientes páginas.
9 Alude a la referencia: "Se trata de saber por qué hay algo en el autista o en el llamado esquizofrénico que se congela" (Lacan, 1975, p. 134).
10 Sobre este tema ver Maleval (2012) y Tendlarz (2016).
11 Esta idea se ha desarrollado en Piaggi (2015).
12 El subrayado es nuestro.
13 Se trata de un neologismo en forma de verbo por condensación del sustantivo homme (hombre) y el verbo nommer (nombrar), que Lacan introdujo en la clase del 20/03/68 y retomó en la clase citada de RSI.
14 (Lacan, 1975-1976).
15 Ver más adelante.
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Marcela Beatriz Piaggi1
Universidad de Buenos Aires, Argentina
1Marcela Beatriz Piaggi: Psicoanalista. Docente de grado de la II Cátedra de Psicopatología, y del postgrado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Integrante del departamento de autismo y psicosis en la infancia de la Escuela de Orientación Lacaniana de Buenos Aires. Docente y psicóloga del equipo interdisciplinario del CENTES N°2 (Centro Educativo para Niños con Tiempos y Espacios Subjetivos), de la Ciudad de Buenos Aires
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