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En su seminal ensayo "Narrating the Neoliberal Moment," Claudio Lomnitz observa la emergencia, a partir de la crisis económica de 1982, de un "exceso de historia" donde el pasado se convertía en una fuente inagotable de imágenes para el discurso de esa sociedad civil imaginada por el neoliberalismo mexicano. De acuerdo a Lomnitz, "an excess of historical invocation-or a historical obsession-is a diagnostic sign of failed modernities, and especially of what Wolfgang Schivelbusch has called 'the culture of defeat,' that is the process of mourning and recovery that follows historical trauma" (39). Resulta difícil no pensar en la actualidad de la reflexión de Lomnitz, publicada hace ocho años, considerando la constante reinvención del pasado mexicano de parte de diversos intelectuales públicos en consonancia con la ideología dominante, como se observa en el reciente auge de reivindicaciones de Porfirio Díaz. En tan sólo un par de años han aparecido libros sobre Díaz de figuras tan prominentes como Rafael Tovar y de Teresa, Secretario de Cultura de la administración de Enrique Peña Nieto, y Carlos Tello Díaz, un conocido politólogo, quien incluso recibió el Premio Mazatlán de Literatura (equivalente a un National Book Award) por su biografía.1 Estos textos apelan a una saturación de la historia en un momento crucial de México, donde la nueva modernización neoliberal (propiciada por la agenda reformista de Peña Nieto) tiene fuertes paralelos con la modernización porfirista. Son, siguiendo a Lomnitz, excesos de historia que se conectan con el trauma de la pérdida de muchas conquistas de la Revolución Mexicana, suscitada por políticas como la reforma educativa o la gradual privatización del petróleo.
Si bien no es el propósito del presente trabajo analizar esta saturación-algo que sin duda ameritaría una reflexión aparte-, propongo considerar en lo que sigue el desafío de utilizar la no-ficción, término más común en el ámbito anglosajón que el hispano, como estrategia para articular regímenes de historicidad a contrapelo del exceso de historia referido por Lomnitz y pensar nuevas formas del discurso literario en México que puedan estudiar a contrapelo los recovecos de las violentas modernizaciones mexicanas desde el punto de vista de la experiencia neoliberal. Uso aquí el término "no ficción" siguiendo la propuesta de un reciente libro de Beth Jörgensen, Documents in crisis, en parte porque...