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A fines de 1996 se firmó el último de una serie de acuerdos destinados a poner términa a 36 años de conflicto armado en Guatemala. Transcurridos seis años, este artículo se pregunta par los resultados del proceso guatemalteco y los cambios producidos durante la pacificación. Se discute la utilidad del tipo de acuerdos alcanzados, que propusieron un amplio conjunto de iniciativas destinadas a transformar radicalmente la sociedad y el Estado en èl curso de cuatro años de ejecución, y se encontraron con obstáculos políticos y sociales estructurales.
Palabras clave: pacificación, procesos políticos, cultura política, Guatemala.
Adiferencia de propuestas más ambiciosas, sería bueno asumir que el objetivo especifico de un proceso de paz no consiste tanto en resolver todos los conflictos como, en primer lugar, reconocerlos (Galtung, p. 271). En ese marco, tomar el camino de la paz «no significa un arreglo definitivo de problemas específicos (por prominentes que puedan ser determinadas injusticias entre las causas del conflicto) sino, más bien, una restauración de la política normal» (Zartman, p. 24). Veamos si tal logro ha sido alcanzado en Guatemala.
En busca de un punto de partida
Guatemala es una sociedad en la que el desarrollo del sujeto se produce a través de experiencias sociales sumamente cerradas, acordes con una baja agregación de las organizaciones que agrupan intereses. Los lugares institucionales donde se reúnen individuos en torno de ciertos objetivos comunes tienen una marcada debilidad. Como resultado de la característica fragmentación de la existencia social en Guatemala, sílo la familia, y la Iglesia en el caso de la población evangélica, se cuentan como núcleos duros de pertenencia; tal vez, entre la población rural deba añadirse la aldea. No obstante, ni siquiera en estos núcleos sociales básicos la comunicación del guatemalteco medio vence completamente la profunda desconfianza que tiñe sus relaciones interpersonales, y que se acrecienta cuando se trata de la esfera pública. La diversidad étnica y cultural de Guatemala parece operar más como un factor de división que de riqueza, en tanto «érige nuevas barreras a la comunicación y la cooperación» (Fukuyama, p. 270).
Uno de los más importantes rasgos de la sociedad guatemalteca consiste en que la ausencia o la extrema debilidad histórica del Estado ha dado lugar a la precariedad de los espacios correspondientes...