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En los últimos veinticinco años la actividad industrial se ha visto inmersa en un profundo proceso de reestructuración productiva tendiente a incrementar la penetración de nuestra economía en el mercado mundial. Pese a haber alcanzado tasas importantes de crecimiento en las exportaciones, principalmente del sector maquilador, este proceso está lejos de conseguir una verdadera reestructuración productiva basada en crecimientos de la productividad tal que alcance a toda la economía y toda la sociedad. Este déficit ha sido apuntado enfáticamente por El Cotidiano, cuyas páginas han señalado que la modificación de las relaciones laborales de la industria, la contracción de la participación del Estado en la economía, el cambio en la composición de la demanda y el cambio del motor de crecimiento del sector público al sector externo, han dejado una estructura industrial desarticulada y muy heterogénea, un mercado interno reducido, una pequeño grupo de empresas modernas y eficientes vinculadas con el sector externo y poco con el interno. Este contexto exige una política pública más eficiente y eficaz para alcanzar no sólo el crecimiento económico, sino para que éste se traduzca en bienestar para la mayoría de la población.
El Cotidiano ha constituido un espacio de reflexión plural en el que se han seguido los acontecimientos más importantes de la actividad político-económica nacional. El propósito de este artículo es revisar el acompañamiento que El Cotidiano ha hecho de la actividad industrial de nuestro país. El ejercicio de revisar este acompañamiento ha permitido constatar que efectivamente su publicación contribuyó a las principales reflexiones relativas a los problemas y limitaciones del sector. Incluso puede decirse que éste ha constituido un foro permanente de análisis de los desequilibrios y contradicciones inherentes al modelo seguido de cambio estructural.
El escenario de gestación de El Cotidiano como un espacio de análisis y reflexión sobre la realidad económica y social de México, tiene como pauta un contexto, que refleja los primeros efectos de un proceso de profunda transformación mundial. La década previa, los años setenta, representó un periodo de sensibles cambios económicos, tecnológicos y financieros: las crisis del petróleo, las transformaciones de la base productiva y organizacional, y las alteraciones en el sistema cambiario y los flujos financieros, fueron algunas de las principales señales de cambio estructural que se...