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Los huracanes que asolaron las costas del Atlántico en la última temporada se concentraron en el sur de Estados Unidos, el sudeste de México, Guatemala y El Salvador. Con un saldo estimado de 3.000 muertos y pérdidas par unos 100.000 millones de dólares, revelaron el estado de vulnerabilidad de las poblaciones afectadas y la incapacidad de los gobiernos para responder adecuadamente a la emergencia. Al afectar sobre todo las zonas más pobres, demostraron la ineficacia de las respuestas puramente reactivas y confirmaron que solo replanteando los modelas de desarrollo es posible evitar desastres de este tipo.
Palabras clave: desastres, desarrollo, riesgos, vulnerabilidad, Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador.
Apenas concluida oficialmente la temporada ciclónica del Atlántico 2005, ya se registra como la mas activa e intensa de la historia al superar el récord de 1933 de 21 eventos. De los 25 registrados en esta temporada, 13 alcanzaron la categoría de huracán y tres de ellos -Katrina, Rita y Wilma- llegaron a la categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson. Ambas cifras se impusieron también como marcas históricas. Para cerrar, Wilma fue catalogado como el huracán más poderoso que se haya presentado en la cuenca del Atlántico, con lo que rompió el viejo récord impuesto por el huracán Gilberto en 1988(1).
Aun cuando el impacto de estos eventos se hizo sentir a lo largo y a lo ancho de la cuenca del Atlántico, los efectos más devastadores fueron los provocados por los huracanes Katrina, Stan y Wilma y se concentraron en la costa sur de Estados Unidos, el sudeste mexicano, Guatemala y El Salvador, Si bien las cifras de pérdidas y daños son poco precisas y difieren según la fuente, se estima que estos tres eventos afectaron a millones de personas y causaron alrededor de 3.000 muertos, de los cuales 2.000 se concentraron en la ciudad de Nueva Orléans (como efecto de las inundaciones) y en la zona del lago de Atitlán en Guatemala (en este caso, principalmente por grandes deslizamientos de tierra que arrasaron con pueblos enteros y sepultaron cientos de viviendas)2. De igual forma, los daños en infraestructura -sobre todo en carreteras- fueron considerables, así como en la agricultura y el turismo. En cuanto a la suma total de pérdidas económicas causadas por...