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El Archivo Histórico "Genaro Estrada" de la Secretaría de Relaciones Exteriores guarda en sus anaqueles auténticas joyas históricas que siguen en espera de una buena investigación. Entre éstas se encuentra el archivo de la Embajada de México en Francia (aemfra), en especial el período comprendido entre 1936 y 1947, durante el cual se da la migración de refugiados republicanos españoles a México por causa de la Guerra Civil, y que tuve oportunidad de revisar. Durante esta investigación pude encontrar algunos datos interesantes y desconocidos de este singular proceso migratorio que ahora me gustaría compartir con ustedes. Algunos son controvertidos, otros extraños, unos pocos simpáticos, pero en conjunto ayudan a comprender mejor esta etapa de nuestra historia, así como a darnos cuenta del terrible drama que implicó.
El 17 de julio de 1936 la mayor parte del ejército español se sublevó contra el gobierno de la República, al mando de un grupo de generales entre los que se encontraban José Sanjurjo, Emilio Mola, Gonzalo Queipo de Llano y Francisco Franco Bahamonde. Desde el principio contaron con el apoyo de la Iglesia española y los grupos conservadores. Al fracasar el golpe de Estado en las principales ciudades del país, el conflicto se convirtió en una guerra civil librada durante tres años entre los sublevados (que se llamaron a sí mismos "nacionalistas") y los partidarios del gobierno republicano.
Lo que interesa para este artículo es que durante la guerra y al final de ella, muchos españoles pertenecientes al bando republicano salieron de España huyendo de las represalias de los militares sublevados. En México gobernaba el presidente Lázaro Cárdenas del Río, quien de inmediato ofreció su apoyo a su homólogo español Manuel Azaña. Este apoyo se tradujo en el envío de fusiles y municiones, así como en dar facilidades a los voluntarios mexicanos que quisieran enlistarse en las llamadas Brigadas Internacionales. Pero lo más importante fue el ofrecimiento de acogida a niños españoles huérfanos de guerra, en un principio, y a republicanos que huían de las represalias al acabar la guerra, después.
En efecto, cuando las tropas a las órdenes de Francisco Franco, quien a poco de comenzada la contienda se había hecho con el mando absoluto, lanzaron una ofensiva que culminó con la caída de Barcelona en marzo...