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SARTORI, GIOVANNI. Homo Videns. La sociedad teledirigida, México, Taurus, 1998, p. 159.
La televisión parece haber invadido la intimidad de muchos de los habitantes de este globo terráqueo. Hoy, después de no más de setenta años de existir apenas incipientemente, este medio de comunicación de masas se ha apoderado de una parte importante del tiempo de las personas, casi sin excepción.
Este -desde cierta perspectiva- formidable invente ha revolucionado las formas de socialización, pero no sólo eso; incluso -y esta es la tesis que defiende Giovanni Sartori en el libro que se presenta-, ha intervenido en la manera tradicional de construir el pensamiento.
En Homo vidons, el autor profundiza en un punto central: "[...] la televisión modifica radicalmente y empobrece el aparato cognoscitivo del homo sapiens" (p. 17). Según Sartori, este homo sapiens, formado como tal mediante el lenguaje verbal y fundamentalmente con la escritura, se convierte, por medio de su exposición continua a las imágenes, en un homo videns incapaz de desarroilar procesos cognoscitivos, concretamente la capacidad de abstracción.
En la primera parte del libra, se habla del video-niño, una nueva especie que pulula ya sobre este planeta, que pierde paulatinamente sus facultades de homo sapiens, dado que la televisión modifica la naturaleza de la comunicación, "pues traslada del contexto de la palabra (impresa o radiotransmitida) al contexto de la imagen" (p. 35), lo que supone una diferencia radical. Mientras la palabra es simbolo y debe entenderse -y, desde luego, interpretarse- de acuerdo con el código aprendido, la imagen se ve y, para verla, dice Sartori, "basta con poseer el sentido de la vista, basta con no ser ciegos". (p. 35).
Esta nueva manera de enterarse de lo que sucede, sin necesidad de leery, por lo tanto, de entender, de realizar un esfuerzo de traducción de los signos lingüísticos al significado, crea un nuevo tipo de ser humano. Generalmente, dice el autor, se critica a este medio por su capacidad de generar conductas lesivas, sobre todo, en los niños y en los jóvenes; se le critica por el exceso de violencia que transmite, entre otras disposiciones anímicas. Pero...