Content area
Full Text
III
Una noche como boca de lobo, (1) don Simón estaba sentao bajo la ramada 'e su rancho, descansando después de haber trotiao todo el santo día sin haber hallao gran cosa que comer; por eso, pa entretener el estómago, se había puesto a yerbear (2) mientras su mujer rezongaba dando vueltas en la cucha (3) sin poder dormir de hambre; cuando en un derrepente (4) paró las orejas por que sintió un ruidito en el pajonal.
-¡Quién anda ahí!, gruñó el tigre.
-Buenas noches, mi tío, soy yo que vengo a visitarlo, le contestó don Juan mientras asomaba la cabecita por detrás de un tacurú (5).
-¿Y de ande salís? le preguntó don Simón; hace una temeridá de tiempo (6) que no te veo. Pasá, vení sentate al lao de tu tío, pa conversar un rato.
-Muchas gracias mi tío, dijo don Juan, pero prefiero quedarme aquí.
-Te v' hacer mal el sereno (7) gruñó don Simón.
-No mi tío, estoy acostumbrado a pasarme las noches al raso.
-¿No querés un cimarrón? (8) le preguntó el tigre.
-No mi tío; ando con agrieras (9). L' único que comería sería un poco e queso.
-¿Queso? ¿Y de ande? preguntó el tigre.
-Vea, le contestó el zorro, si usté quiere yo puedo llevarlo aura mismo a un lugar donde nos podemos dar un atracón.
El tigre mirándolo de reojo medio desconfiao, le preguntó:
-¿Y habrá...