RESUMEN
Este árticule estudia de manera formal los determinantes de la crisis bancaria mexicana de 1994-1999. Para ello se utilizan modelos de duración y de riesgo proporcional. Los resultados muestran que los indicadores de la propia banca son muy importantes para explicar su propia crisis y que no son solamente los factures macroeconómicos los que conducen a la banca a una crisis. Para ello se utilizó un modelo de duración y riesgo proporcional.
ABSTRACT
This article studies the determinants of the Mexican banking crisis of 1994-1999. The paper utilizes proportional hazard and duration models to obtain the results. This is the first time a study like this is done for Mexico. Results suggest that banking indicators, by themselves, are important in explaining the crisis and that this was not only the result of macro events. We used a duration-proportional hazard model to prove these hypotheses.
INTRODUCCIÓN
La banca mexicana ha experimentado una severa crisis desde 1994. Las explicaciones de dicha crisis han sido diversas.1 La mayor parte de ellas son de corte macroeconómico2 (las que reconocen algunos indicadores micro como, por ejemplo, el de la proporción de cariera vencida). No obstante, existe un número reducido de trabajos en los que la crisis bancaria se estudia desde los propios indicadores de la banca (el principal, desde nuestro punto de vista, es González-Hermosillo, Pazarbasioglu y Billings, 1997). El objetivo de este trabajo es establecer los determinantes de la crisis bancaria desde sus propios indicadores, utilizando modelos de duración y de riesgo proporcional. En particular, se someten a prueba hipótesis comunes en la bibliografía de rescates financieros de entidades financieras como i) la del sistema de clasificación de riesgos conocido como CAMEL;3 ii) la de "muy grande para quebrar" (too-big-to-fail), introducida por Bordo (1990) y Goodhart (1987), y iii) la de si su elevado precio de venta fue importante para explicar su propia crisis. Asimismo, el presente trabajo permite inferir algunos indicadores de alerta para el sistema en su conjunto.
La diferencia con la bibliografía actual es que el tamaño de la muestra es más amplio (1991-1999) y con el suficiente tiempo posterior a la crisis como para permitir mejores recomendaciones de política. Segundo, en lugar de imponer una variable dicotómica como variable dependiente, se obtiene primero la posibilidad de sobrevivencia en el tiempo del banco para, posteriormente, usarla como tal, lo cual resuelve el problema de asumir una distribución (sea logística o normal) a priori, como sucede en los modelos logit y probit4. Tercero, el presente trabajo incluye en el estudio a los bancos nuevos y los contrasta con los existentes (reprivatizados). Por último, se introduce el papel de la banca extranjera en el análisis.
Los resultados del trabajo sugieren que, en general, el sistema CAMEL es un buen instrumento para la regulación bancaria. Algunas de las variables que constituyen el sistema son importantes para explicar las crisis bancarias. Así, cariera de crédito vencida/cartera de crédito total, que aproxima la letra A, es estadísticamente signifícativa: presenta una relación negativa con la posibilidad de supervivencia del banco. Esta variable refleja el riesgo crédito. Es decir, en cuanto más alta es esta proporción, la posibilidad de supervivencia en el tiempo del banco disminuye. Bancos con una proporción alta de actives "problemáticos" tienen forzosamente que aportar por las pérdidas una porción considerable de los actives, lo que reduce en consecuencia las ganancias (y, al final, el capital).
Asimismo, proxies de ganancias (la E en CAMEL) resultan importantes. Por ejemplo, el rendimiento del capital (RC) presenta signo positive, e indica que el aumento en la rentabilidad del capital ocasiona el aumento de la posibilidad de supervivencia de la institución. Este efecto es congruente con la bibliografía de otros paises. Además, medidas de liquidez (la L en CAMEL) también resultan pertinentes para explicar la crisis bancaria mexicana. En ésta se incluyen las disposiciones, los instrumentos financieros y la cartera de crédito vigente, como proporción de la captación tradicional.
Dentro de la categoría de Management se utilizó en la especificación la proporción gastos por intereses/cartera de crédito total. Esta variable es una proxy de calidad de administración y muestra que tan bien se encuentra administrado el banco con respecte a la de otros bancos. El coeficiente obtenido es de signo negative, lo que indica que un aumento en esta proporción afecta inversamente la posibilidad de supervivencia en el tiempo de una institución bancaria.
Complementando la información contenida en las proporciones financieras, nuestro modelo de riesgo proporcional incluye dos variables de control correspondientes a características particulares de los bancos dentro del sistema en su totalidad. Dichas variables son importantes ya que en el sistema bancario existen externalidades o efectos de contagio, por Io que dichas variables desempeñan un papel importante en la explicación de las crisis. Estos efectos, como lo argumenta González-Hermosillo (1996), se dan por dos medios: i) la asimetría en la información que afecta la conducta de los depositantes, y ii) como resultado del comportamiento "de manada" en las posiciones de riesgo de los bancos. Asimismo, la inclusion de estos elementos nos permite evaluar algunas de las explicaciones que se han dado respecte a los determinantes de la posibilidad de quiebra de las instituciones de crédito en México.
La primera hipótesis evaluada es la de si les precios pagados por la adquisición de las instituciones de crédito en el proceso de privatización determinaron en gran medida el excesivo riesgo tornado por las administraciones de éstas. El resultado obtenido respalda estadísticamente esta hipótesis. Por su parte, la variable del tamaño relativo de la institución resulta significativa en la mayoría de las regresiones, Io cual sugiere que la participación de mercado es una buena variable para explicar la evolución de la posibilidad de supervivencia de un banco. Esto parece respaldar la hipótesis de muy grande para quebrar.
La principal conclusión que se infiere de nuestros resultados, independientemente del efecto específico de cada una de las variables incluidas en el modelo, es que la dinámica de la desaparición de los bancos en México puede ser caracterizada, dentro de los límites estadísticos, por un conjunto de factures observables y públicamente disponibles. Situación con la cual se elimina la posibilidad de que la evolución del sistema bancario mexicano haya sido gobernada sólo por factures macroeconómicos, independientes de las características propias de las instituciones de crédito, en la que la situación financiera de los bancos no desmpeñe ningun papel relevante.
Este trabajo se estructura de la siguiente manera. La sección I presenta una pequeña descripción de la banca en México con la cual se motiva el estudio. La sección II revisa la bibliografía de los modelos de duración, mientras que la sección m presenta la estimación del modelo empírico y analiza sus resultados.
I. BREVE DESCRIPCIÓN DE LA BANCA DESPUÉS DE 1994
La crisis económica que se desató a raíz del ajuste de la paridad cambiaria y de la fragilidad financiera ocasionó un nuevo tipo de crisis financiera y de balanza de pagos. Los efectos posteriores a una devaluación, que en la teoría clásica eran el regreso al equilibrio, desembocaron en un aumento sistemático en la incertidumbre y en la vulnerabilidad de otras economías emergentes. Movimientos en la paridad cambiaria que antes eran consecuencia son, después de la "crisis del tequila", premisa para abruptas corridas bancarias y sobre las divisas. Esto debido a que el cambio en el valor de la moneda causa a la vez otra serie de efectos que la teoria clásica no puede explicar.5
Como consecuencia del pánico financiero que sobrevino en México, el gobierno se vio obligado a solicitar apoyo a la comunidad internacional para hacer frente a sus obligaciones de corto plazo. Conjuntamente, la autoridad monetaria subió drásticamente las tasas de interés para fondeo interbancario, llegando estos porcentajes a más de 100 hacia marzo de 1995. Esto provocó que la banca, que se encontraba en una situación frágil, fuera virtualmente rescatada. Con el único propósito de motivar el estudio en esta sección describimos sólo la estructura actual de la banca. La situación anterior a la crisis se examina en Ortiz (1994), mientras que el rescate en Hernández y López (2000). El proceso técnico de privatización bancaria se describe en Unal y Navarro (1999).
Indudablemente, el sector bancario fue uno de los que de manera más drástica resintieron los efectos de la crisis de 1995. Para principios de ese año, la calidad de los activos bancarios, sobre todo la cartera crediticia, disminuyó demasiado (cuadro 1), haciendo necesario el aumento en los indices de capitalización para evitar el desplome del sistema.
El sector bancario en México entró, a tan sólo cuatro años de su privatización, a su más profunda crisis. Los altos índices de morosidad ocasionados por las elevadas tasas de interés, la contracción de la oferta de fondos prestables, la disminución en el nivel de intermediación financiera y la desaceleración económica hicieron necesaria la interventión del Estado en la capitalizatión de dichas instituciones. Este rescate se encuentra ampliamente documentado (véase, por ejemplo, Hernández y López, 2000, entre otros).
Así, muchas han sido las transformaciones que ha experimentado la banca en México a lo largo de los recién pasados años. A partir del proceso de privatización, la mayoría de las instituciones de banca múltiple ha cambiado de dueño. Tan sólo cuatro de los 18 bancos privatizados en 1991 y 1992 aún son controlados por sus propietarios initiales:6 Banamex, Bancomer, Banorte y Bital. Asimismo, mientras nuevas instituciones bancarias incursionaron en el mercado, muchas de ellas han sido intervenidas, adquiridas por otras más grandes, o han desaparecido.7
Como se puede observar en el cuadro 2, el número de bancos nacionales que operaron en México tuvo hasta 1995 una solída tendencia ascendente desde el inicio del proceso de privatización. Esto se pudo deber a las buenas perspectivas que existían acerca de la economía mexicana, así como a las pocas barreras institucionales para la entrada de nuevas empresas. Pese a esto, y como consecuencia de la crisis económica, el número de instituciones de banca múltiple que opera en México se ha venido reduciendo drásticamente. Esta reducción se debe en gran medida a la falta de solvencia y a los bajos índices de capitalización de los bancos.
Sólo 35% de los 20 bancos que operaban en 1999 provenía de las privatizaciones,8 dos de ellos se encuentran intervenidos por el IPAB (Bancrecer e Inverlat), dos más han sido absorbidos por bancos extranjeros (Serfín por Santander Mexicano y Bancomer por BBVA) y Bital está capitalizado por bancos europeos. Consecuentemente, tan sólo dos de estas instituciones, Banamex y Banorte, conservan el 100% de la participación accionaria.
La participación de las instituciones bancarias provenientes de otros países que se ha sucedido en los anos recientes ha sido fundamental para el desarrollo de la banca mexicana. En 1999 el porcentaje de la captación total del sistema que cubrieron las filiales del exterior llego a 20%,9 mismo que fue logrado en su gran mayoría por tres instituciones que se han enfocado principalmente a la captación al menudeo: Banco Bilbao Vizcaya, Banco Santander Mexicano y Citibank, participación que se ha incrementado drásticamente durante 2000 por la absorción de Serfín por parte del Banco Santander y por la fusión de Bancomer con el BBVA.
No obstante que hasta 1999 la participación de extranjeros en la captación nacional no era mayoritaria, la importancia de esta rebasó por mucho la de su participación directa. El capital foráneo sirvió para capitalizar mediante participación accionaria a tres de los cinco bancos más grandes del país:10 Bancomer por el Banco de Montreal; Serfín por el Hong Kong Shangai Bank y Bital por el Banco Central Hispano y por el Banco Central Portugués. Esta situación permitió a dichas instituciones, con excepción de Serfín, permanecer controladas por sus dueños iniciales, al mismo tiempo que hizo posible reducir la magnitud de la crisis bancaria y, consecuentemente, el monto dedicado al rescate del sistema.
La creación de nuevos bancos mexicanos y la participación del capital externo en la industria ocasionaron que el nivel de concentración en el sistema bancario (medida tanto por sus activos como por su captación) disminuyera gradualmente hasta 1995.11 Pero como se dijo líneas arriba, este efecto fue revertido por la adquisición, fusión, intervención o desaparición de diversas instituciones a raíz de la crisis; situación que no permite evaluar con claridad el efecto que los cambios estructurales y la apertura del sector han tenido en la estructura de competencia de la banca en México.
Un punto que aún es de gran importancia en la industria bancaria mexicana es la falta de garantías que aún existen para recobrar los malos créditos. Aunque la nueva Ley de Concursos Mercantiles12 fue aprobada por la Cámara de Diputados, el 25 de abril de 2000, falta mucho por hacer en la adecuación del marco jurídico para proteger a las instituciones bancarias del impago. Con tal motivo es necesario que se apruebe una nueva Ley de Garantías con la que se logre disminuir la "cultura del no pago", trayendo como consecuencia la reactivación del crédito y la disminución de la elevada prima de riesgo cargada por las instituciones bancarias al no tener éstas un respaldo legal sólido que les permitan adjudicarse los colateraies.13
Si bien México mostró una economía dinámica durante 1999, que llegó a tener un crecimiento de 5.2% durante el último trimestre del año,14 la banca comercial ha destinado muy pocos recursos para financiar a las pequeñas y medianas empresas, por Io que éstas han tenido que recurrir al préstamo directo con los proveedores.
El crédito total de la banca en México tuvo una caída real de 13% durante 1999, continuando esta tendencia a la baja durante enero de 2000, cuando el saldo de la fmanciación de la banca comercial al sector privado, según datos de Banxico, cayó 15% real anual, ubicándose en 508 900 millones de pesos. Esta situación contrasta con el informe de utilidades de 1999 de los nueve principales bancos del sistema, debido a que éstas sumaron 73.8% más que las del año anterior.15 Esta condición se explica por el aumento en los ingresos por intermediación de valores, por el cobro de comisiones, por un mayor margen financiero y por reducciones en los costos de operación.16 Del mismo modo, y aunada a la venta de activos no estratégicos, al aumento en las reservas y a los saneamientos en cartera vencida, la generación de utilidades permitió mejorar durante 1999 los índices de capitalización de la banca,17 que superaron ampliamente el 8% mínimo que requieren las autoridades, con base en los acuerdos de Basilea.
Es importante hacer notar que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estableció nuevos lineamientos para mejorar el capital de la banca, cambiando los métodos de calificación de cartera crediticia y de aprovisionamiento, y dando un nuevo tratamiento a los impuestos diferidos.18 Este último de gran importancia, ya que los impuestos diferidos representan un elevado porcentaje del capital básico de varias instituciones de crédito.
De acuerdo con estimaciones de la propia Comisión Nacional Bancaria y de Valores el sistema bancario mexicano requerirá entre 6 mil y 8 mil millones de dólares durante los próximos cinco años para fortalecer su capitalización. Además, los bancos deberán asumir los crédites que fueron vendidos injustificadamente al gobierno, y deberán absorber parte de la pérdida que se genere por créditos en poder del IPAB que no puedan ser recuperados.
Es fundamental hacer notar que, no obstante que el sector bancario ha dado muestras de recuperación y consolidación durante 1999 y la primera mitad del 2000, México requiere instituciones bancarias más sóudas, con mayores recursos y mejor administradas y que sean capaces, como consecuencia de lo anterior, de facilitar el acceso al crédito, de incrementar la intermediación financiera y de promover activamente el crecimiento económico del país.
En este artícule se busca establecer, de manera formai, los determinantes de las crisis bancarias utilizando modelos de duración y de riesgo proporcional, metodología que describimos en la siguiente sección.
II. MODELOS DE DURACIÓN
En esta sección se describen los modelos de duración y se destacan los beneficios que éstos tienen en el análisis de los facto res internos a las instituciones que determinan las crisis bancarias.
1. Revisión bibliográfica
La incorporación de los modelos de duración es reciente en la bibliografía económica; sin embargo, los análisis que usan estes instrumentes se encuentran desde hace tiempo en muchos otros campes de investigación. Kabelfish y Prentice (1980), así como Parmar y Machin (1996), entre otros, constituyen tratamientos con especial referencia a problemas médicos y biológicos.
Por su parte, los científicos sociales han aplicado recientemente este conjunto de técnicas a la estimación de longitud de huelgas, al tiempo necesario para encontrar trabajo, a la amplitud temporal entre arrestos de una misma persona, al tiempo transcurrido desde la compra de una mercancía hasta la reclamación de la garantía y, de manera más reciente, al carácter temporal de las quiebras de negocies.19
El ejemplo clásico en el que se aplican estos modelos para problemas económicos es el análisis de duración del desempleo. Lancaster (1990) presenta un análisis detallado de los modelos de duración con hincapié en aplicaciones de economía laboral; Kiefer (1988) es probablemente el más útil y completo compendio de estos modelos y resume la bibliografía que ha surgido en economía, asociada a los problemas particulares de los datos de duración.
El uso de los modelos de duración en la explicación y la predicción de quiebras de entidades financieras no es muy común y es relativamente reciente. Lane, Looney y Wansley (1986); Cole y Gunther (1995); González-Hermosillo, Pazarbasioglu y Billings (1997); Weelock y Wilson (1995) y Whalen (1991) constituyen trabajos en este sentido, utilizando distintas técnicas dentro de esta familia de modelos, para analizar caídas de entidades financieras.
Parar analizar quiebras de bancos se han usado en su mayoría otras técnicas econométricas como análisis discriminante o modelos logit y probit. No obstante, estos modelos sólo son elaborados para generar la posibilidad de que un banco, dado un conjunto de características, pueda ser catalogado en un rubro; en concrete, que un banco siga operande, o bien, que éste se declare en quiebra en un punto no determinado del tiempo, dentro del intervalo que se está considerando en el estudio.
Al igual que con los otros modelos de alerta temprana, los modelos de duración son utilizados para obtener la posibilidad de una quiebra bancaria. Empero, estos modelos tienen otras ventajas respecte a otros. La más evidente de éstas es que el modelo de duración indica también el tiempo estimado (timing) en el cual se efectuará dicha acción;20 además, dentro de la familia de los modelos de duración, existen algunas especificaciones, como el modelo de riesgo proporcional (proportional hazard), cuya ventaja es que no requieren descansar en supuestos arbitrarios acerca de la distribución de las duraciones de las entidades bancarias.
2. Descripción del modelo
En los modelos de duración, no sólo la longevidad de un fenómeno es interesante sine también la posibilidad de que éste termine en el siguiente periode, dado que ha durado hasta este momento. La variable de interés en el análisis de duración es el periodo que ocurre desde el inicio de algún evento, hasta el final de éste o hasta el momento en que alguna medición anterior al final es realizada. Las observaciones consisten por lo común en duraciones de corte transversal: t^sub 1^, t^sub 2^, t^sub 3^, ..., t^sub n^; es importante destacar que el proceso en observación pudo haber empezado en diferentes tiempos.
El concepto central en los modelos de duración no es la posibilidad incondicional de un evento, sino la posibilidad condicional de ocurrencia de éste. Es decir, estamos interesados en conocer la posibilidad de que un evento suceda (en nuestro caso, que una institución financiera desaparezca), dado que el evento ha durado hasta este momento (que la institución funciona hasta el día de hoy).
Debido a la naturaleza misma de estos modelos, la supervisión es un inevitable problema en el análisis. La causa común es que la medición es realizada mientras el proceso se está desarrollando.21 También, la presencia de datos truncados es común en estos estudios, ya que al momento del mismo, parte de los eventos incluidos en la muestra pueden no haber finalizado.
3. Distribución de la duración
En los modelos de duración, como se mencionó, la variable de interés es el tiempo que transcurre entre el momento en que un fenómeno empieza y el momento en que finaliza o bien en que se efectúa la medición. Esta duración es modelada como una variable aleatoria continua que adquiere valores únicamente positives. Para caracterizar a la duración T, se utiliza por Io general una función de densidad f (t), en la que t es una realización de T.
Las distribuciones de posibilidad consideradas en el presente trabajo y en la mayoría de los estudios empíricos de este tema son continuas.23 Este tipo de modelos (de tiempo continuo) son apropiados por su congruencia con la teoría económica, ya que los parámetros están definidos y pueden ser interpretados independientemente del momento de medición.
Antes de analizar los efectos que diversas variables puedan tener en la duración de los bancos, es conveniente estimar la distribución no condicional de ésta. Con esto, se obtiene un análisis descriptivo de las principales características del proceso de duración de las entidades bancarias, de modo independiente de las variables que la determinan. Con este motivo se utiliza el estimador no paramétrico Kaplan-Meier, que permite realizar la estadística descriptiva del fenómeno sin necesidad de recurrir a supuestos arbitrarios que no reflejan los hechos que se intentan describir.
4. Estimación de la distribución
Como primer paso para determinar la distribución no paramétrica de la duración de un fenómeno es recomendable realizar el análisis gráfico. Ello permite inferir alguna forma funcional, o bien, facilita la determinación de las características generales de dicha distribución.24
Para interpretar la TRA es importante destacar que la TRA de la distribución exponencial es una línea recta, es decir, que la posibilidad condicional de quiebra de una institución bancaria es constante a lo largo del tiempo. Asimismo, una TRA convexa implica forzosamente que el riesgo de quiebra aumenta con el tiempo (dependencia de duración positiva), mientras que una TRA cóncava implica decrecimiento en el riesgo de quiebra (dependencia de duración negativa).
Por último, al obtener los resultados no paramétricos es posible aproximarlos a alguna distribución conocida, basándonos en alguna teoría económica, o bien, simplemente por medio del análisis matemático. Esta conversión nos permitiría estimar, mediante el método de máxima verosimilitud, los parámetros que mejor describieran la distribución de nuestros datos de duración. Empero, debido a los escasos grades de libertad con los que se cuenta en este trabajo, la estimación no paramétrica ofrece una mejor aproximación del comportamiento de la duración de las entidades bancarias.
5. Variables explicativas
La introducción de variables explicativas en los modelos de duración puede alterar la distribución de las duraciones de distintas maneras; por tanto, la especificación que se utilice depende de la interpretación que se le quiera dar a los regresores.
Para este trabajo fue necesario encontrar un modelo que pudiera ser interpretado sin muchas restricciones, y sin el uso de supuestos arbitrarios de difícil justificación teórica y empírica. Por estas razones, el modelo semiparamétrico de riesgo proportional25 es de gran utilidad, incluyendo dentro de sus ventajas la facilidad que representa su interpretación.
En este modelo, básicamente, los regresores multiplican la tasa de riesgo por un factor de escala, con lo que afectan la tasa de riesgo de manera "proporcional". Asimismo, los coeficientes pueden ser interpretados por derivadas parciales, como en el caso de las regresiones lineales simples.
Es importante sin embargo recalcar que la interpretación directa de los coeficientes, como parámetros que expliquen la conducta de los agentes; depende del tipo de estudio y, en último términe, de un juicio de valor por parte del investigador.
6. Especificación del modelo
En el modelo de riesgo proporcional la función de riesgo (hazard function) depende de un vector de variables explicativas x, con coeficientes β desconocidos y una conditión inicial λ (0), en la que λ (t, x, β, λ^sub 0^) = φ(x, β) λ^sub 0^(t), siendo λ^sub 0^ el riesgo base. Esta especificación nos permite asumir la presencia de un proceso aleatorio con memoria, a la vez que diferencia a cada uno de los bancos para su análisis.26
Usualmente, como lo recomiendan Kiefer (1988) y Greene (1998), se especifica el modelo de tal manera que φ(.) = 1 en el valor medio de los regresores, otorgándole a λ una interpretación de ser la tasa de riesgo para el individuo medio de la muestra; de otra manera, este riesgo base sería un parámetro desconocido que por lo común debería ser estimado. Para la especificación de λ es importante hacer notar que el efecto de las variables explicativas es multiplicar el riesgo base por un factor φ que no depende de la duración t.
Como se observa con facilidad, el tiempo, por restricción del modelo, es siempre positive, así como también el términe exponencial por definición. Así pues, β determina el efecto marginal y, ya que la expresión es antecedida por un signo negativo, el coeficiente se relaciona de manera inversa con la posibilidad de supervivencia del banco y, consecuentemente, de manera directa con su posibilidad de desaparición.
Contando ya con todo el instrumento teórico necesario, es conveniente proceder ahora con la parte analítica del estudio.
III. ANÁLISIS EMPÍRICO
Como se mencionó, los modelos de duración pertenecen a los llamados modelos de alerta temprana, los cuales utilizan información pública presentada regularmente por las instituciones bancarias con el objetivo de realizar diverses análisis matemáticos y econométricos de las proporciones financieras de los mismos.28 Dichos modelos pueden ser utilizados para determinar las variables que, dentro de los límites estadísticos, explican la desaparición de entidades bancarias en México a partir del proceso de reforma estructural y liberación que se explica en la sección 1 del presente estudio. En particular, en esta sección se efectúa el análisis empírico utilizando los modelos descritos en la sección anterior.
El razonamiento o hipótesis principal que utiliza esta sección es que mediante el análisis de la evolución de diversas variables financieras, propias de los estados contables de los bancos, es posible explicar el deterioro de la "salud" de una institución bancaria. La consecuencia que naturalmente se infiere de este supuesto es que el modelo desarrollado es capaz de captar, con cierta antelación, el aumento en la posibilidad de quiebra de dicha institución a medida que se van deteriorando sus estados financieros.
Al igual que las otras técnicas econométricas, el modele de riesgo proporcional predice la posibilidad de desaparición de una institución bancaria.29 No obstante, este modelo tiene diversas ventajas respecto a otros enfoques, entre las que destaca el proporcionar el tiempo estimado de la potencial desaparición, a diferencia de los demás que no proporcionan información acerca del momento ni de la evolución de la posibilidad de quiebra dentro de un intervalo específico. Esto, debido a que los otros enfoques están elaborados únicamente para generar la posibilidad de que un banco, dado un conjunto de características, caiga en una categoría, en este caso de desaparición o permanencia. En contraste, el supuesto de riesgo proporcional permite asumir que no sólo la posibilidad sino también la temporalidad de la desaparición de los bancos a lo largo de la crisis dependen de un conjunto de características internas, y no simplemente de efectos sistémicos. En resumen, el modelo desarrollado por Cox posibilita un análisis dinámico de las instituciones de crédito, en contraste con los modelos estáticos que se utilizan en otros análisis.
Una de las principales ventajas del modelo de riesgo proporcional es que no requiere hacer supuestos arbitrarios acerca de la función de distribución de los datos, situación que sí se presenta en los otros modelos y que puede arrojar resultados menos confiables. Asimismo, otros estudios demuestran que el modelo de Cox es más acertado en sus resultados que otros enfoques y permite tratar con datos truncados, situación que es de gran importancia dada la naturaleza del presente análisis.30
1. Los datos
a) Tiempo (vida del banco). Si bien el modelo de riesgo proporcional de Cox muestra diversas ventajas sobre los otros enfoques, al mismo tiempo comparte varias de sus limitaciones. Uno de estos inconvenientes, y tal vez el más importante, está relacionado con la medición de la variable dependiente: la duración (t).31
En primer lugar, es importante definir el momento inicial de la duración (t^sub 0^), ya que se puede escoger, en el caso de México, una fecha igual para todas las instituciones bancarias,32 o bien optar por especificar una fecha de inicio diferente para cada una de ellas.33 Otro problema no menos importante es definir el momento final de la duración (t^sub f^). Como es fácil observar con la lectura de la sección concerniente a la evolución de la banca en México existen, para el caso mexicano, dos maneras en las que se manifiesta la desaparición de alguna entidad bancaria: i) la fusión con otro banco, lo cual puede ser una decisión administrativa, o ii) la intervención por parte del Fobaproa o IPAB, lo cual es una decisión de los reguladores.
Es importante destacar que existen problemas con cada una de estas maneras de determinar el final de un banco. Respecte a la intervención de las entidades por parte de las autoridades mexicanas se encuentra el inconveniente de que los bancos pudieron haber presentado problemas de insolvencia incluso antes de haber sido intervenidos, lo cual crea una distorsión en la medición. De igual modo, la fusión o adquisición de una entidad bancaria se pudo haber dado antes de que ésta fuera insolvente, y el grupo de accionistas decidiera entregar el control de la misma antes de perder todo el capital invertido.
Como sostiene Whalen (1991), la bibliografía de este campo ha encontrado diverses modos de tratar estos problemas. Algunos autores han empleado una variable que regule por el tamaño del banco;34 otros han dividido el análisis en dos etapas, una para el momento de insolvencia y otra para el de quiebra;35 por último, la solución más directa y sencilla que se ha utilizado es eliminar los bancos más pequeños del sistema, aquellos con muy poca participación de mercado y escasa presencia nacional, con lo que se busca homogeneizar la muestra y disminuir este sesgo. Este último enfoque es el que se adopta en el presente trabajo, debido también a que no se cuenta con información suficiente de este tipo de bancos.36
Otra desventaja que presenta el modelo de riesgo proporcional es el supuesto de que los valores de las variables explicativas permanecen constantes a lo largo del periodo de análisis. Para mitigar este problema se utiliza el valor promedio de dichas variables a lo largo de la vida del banco.37 Sin embargo, es posible estimar el modelo de Cox relajando este supuesto mediante el uso de time-varying covariates, aunque la introducción de estas covariables complica considerablemente el análisis, por lo que no serán utilizados en el presente estudio.38
Así, para el análisis de distribución sin el uso de variables explicativas, es decir, el de indicadores de fragilidad del sistema bancario, se consideran dos grupos de bancos: i) los nuevos: instituciones de banca múltiple que iniciaron su operación tras la reforma del sector financiere, y ii) los privatizados: bancos vendidos por el Estado mexicano durante el proceso de privatización de 1991 y 1992. Son excluidos del análisis los bancos públicos y las filiales del exterior, ya que éstos presentan características particulares que los diferencian de las instituciones nacionales. Es importante distinguir estos dos grupos de bancos debido a que las condiciones iniciales son importantes en la explicación de cualquier crisis.39
La muestra de los bancos privatizados se compone, por tanto, de 18 instituciones:40 Atlántico, Banamex, Bancomer, Bancrecer, Banoro, Banpaís, BCH (Unión), Centro, Comermex (Inverlat), Confía, Cremi, Internacional (Bital), Mercantil del Norte (Banorte), Mercantil (Probursa), Oriente, Promex, Serfín y Somex (Mexicano). Mientras que la muestra de los bancos nuevos está formada por tan sólo 12 instituciones de crédito:41 Afirme, Banregio, Del Bajío, Sureste, Inbursa, Industrial, Interacciones, Interestatal, Invex, Ixe, Mifel y Quadrum.
Para el conjunto de los bancos privatizados, el tiempo inicial t^sub 0^ fue medido como el momento en que fueron adjudicadas dichas instituciones, mientras que el punto inicial para los bancos nuevos t^sub 0^ lo constituye el momento en el que comenzaron sus operaciones. Los datos fueron obtenidos de los boletines de la CNBV. Se utilizaron también dos criterios para marcar el tiempo final t^sub f^ de las instituciones. El primer criterio fue la interventión gerencial por parte de las autoridades (Fobaproa o IPAB), y el segundo fue el anuncio de fusión de un banco con otro de mayor solvencia. Cabe destacar que para los bancos que no presentaron ninguna de estas características, la fecha final de la muestra se estableció en diciembre de 1999.42
En los cuadros 3, 4 y 5 se observan las fechas para ambos grupos de bancos, las duraciones medidas en meses (t^sub f^ - t^sub 0^), así como los estadísticos descriptivos de las mismas. Como se observa (cuadro 3), del total de bancos privatizados en la muestra (18), sólo cuatro de ellos sobrevivieron. Es decir, solamente 22% de las instituciones que el Estado enajenó durante 1991 y 1992 se conserva en posesión de sus accionistas originales. Durante el periodo de estudio (cuadro 6), la duratión media para el total de bancos de esta categoría fue de 67.61 meses, mientras que el promedio correspondiente a los bancos que quebraron fue de 59.64 meses. Un factor que puede explicar la escasa diferencia entre estas duraciones (7.97 meses) es el apoyo a la capitalizatión de las instituciones por parte del gobierno, mediante la compra de cartera, así como a la participación del capital extranjero en algunos de los bancos, debido a que ambas medidas permitieron mejorar la situatión de las instituciones y sanear temporalmente sus activos.
Respecte a los bancos nuevos (cuadro 4), del total de 12 observaciones en la muestra, únicamente tres de ellos tuvieron que ser intervenidos o fusionados, es decir, 75% de los mismos continúa operande con la administración de sus dueños originales. Así, para el total de bancos en este conjunto, la duración media es de 68:92 meses, y la misma medida para el subconjunto de bancos que desaparecieron es de 39.66 meses (cuadro 6). Medidas que, a diferencia de los bancos privatizados, difieren considerablemente (29.26 meses). Esto nos podría indicar que los rescates de las instituciones bancarias en México pudieron haber seguido una lógica de muy grande para quebrar, priorizando el saneamiento de las grandes instituciones de crédito privatizadas, sobre los nuevos bancos con menor participación en el mercado. Esta hipótesis será sometida a prueba más adelante.
b) Las variables explicativas. Los indicadores financieros que se emplearán en el modelo son congruentes con el sistema de clasificación de riesgos bancarios, CAMEL (Capital adequacy, Asset quality, Management, Earnings, Liquidity).** Si bien en la bibliografía el número de variables empleadas en los modelos diverge ampliamente de una fuente a otra, es importante de antemano destacar que en la evaluación que se realizó de las diferentes especificaciones obtenidas se premió la parsimonia del modelo y se hizo Io posible por reducir la multicolinealidad potencial entre las variables.44
El total de variables que se evaluarán en el modelo se enumera a continuación, mostrando en el lado derecho la inicial del tipo de característica que describen,41 así como el sigrio esperado del coeficiente que acompaña a cada uno de estos indicadores en el modelo:46
i) capital contable/activos totales (C) (-)
ii) cariera de crédite total/capital contable (C) (+)
iii) pasivo total/capital contable (C) (+)
iv) cariera de crédito vencida/cartera de crédite total (A) (+)
v) cariera de crédilo total/activos totales (A) (-)
vi) cariera de crédilo vencida/aclivos totales (A) (+)
vii) gastos de administración y promoción/aclivos lolales (M) (+)
viii) ingresos por intereses/cartera de crédito lotal (M) (-)
ix) gastos por intereses/captación tradicional (M) (+)
x) gastos por intereses/ingresos por intereses (E) (+, -)
xi) ROA (E)(-)
xii) RC (E) (-)
xiii) disponibilidades/caplación tradicional (L) (-)
xiv) disponibilidades + instrumentos financieros/captación tradicional (L) (-)
xv) disponibilidades + inslrumenlos financieros + cariera de crédito vigente/caplación tradicional (L) (+, -).
Para complemenlar la información contenida en las proporciones financieras, nuestro modelo de riesgo proporcional induirá un subconjunto de variables de control que muestren las características particulares de los bancos denlro del sislema en su lotalidad, en el espíritu de González-Hermosillo et al (1997). Dichas variables nos permitirán evaluar los efectos que la estruclura del sislema bancario mexicano ha lenido en la posibilidad de quiebra de las insliluciones de crédilo. Las variables son las siguienles: i) valor de venla/valor en libros47 (+), ii) captación total del banco/captación total del sislema48 (-) y iii) parlicipación accionaria exlranjera49 (-). Todos eslos dalos son públicos y pueden ser consullados en los Bolelines Esladísticos de Banca Múltiple de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
2. Resultados empíricos
a) Distribution (Kaplan-Meier) o posibilidades de supervivencia. Como se describió detalladamente en la sección II de este trabajo, para caracterizar la duración (T) es posible utilizar una función de densidad f(t). Sin embargo, adoptando la forma por lo común aceptada en este tipo de análisis, la distribución de los tiempos de duración será caracterizada por la función de supervivencia, con la duración en meses de los bancos como la unidad de medida empleada.50 Nótese que las fechas específicas pueden inferirse de los cuadros 3 y 4.
La técnica de estimación se basa en el método no paramétrico Kaplan-Meier. Utilizando este método, las gráficas 1 y 2 presentan la estimación de la función de supervivencia para los bancos separados por su tipo (privatizados, gráfica 1, y nuevos, gráfica 2). Como se dijo antes, esta función nos indica la posibilidad de que un banco dure al menos una cierta cantidad de meses. De esta manera, los cuadros 7 y 8 muestran la evolución de la duración de los bancos (en meses), las posibilidades de supervivencia para distintos puntos en el tiempo, las posibilidades de quiebra, el error estándar y el número de instituciones desaparecidas para cada periodo.
Obsérvese que en cada fila de los cuadros 7 y 8 se muestran los distintos meses en los que se produjeron desapariciones de bancos, con Io cual fue posible realizar las gráficas de las funciones de supervivencia. Estas últimas sugieren que la dinámica de la desaparición de entidades bancarias difiere notoriamente según sean nuevas o provenientes del proceso de privatización. No obstante, dicha diferencia no es contundentemente corroborada mediante las pruebas de igualdad de funciones de supervivencia presentadas en el cuadro 9. En éste se presentan los resultados de las pruebas de Log Rank y de Wilcoxon, en las que ambos estadísticos rechazan, con un pequeño nivel de significancia, la hipótesis nula de igualdad de las funciones de supervivencia.
Teniendo como base estas representaciones gráficas de la evolución de las posibilidades de quiebra de los bancos en México durante el periodo 1991-1999, se pueden deducir algunas observaciones interesantes. En primer lugar, la función de supervivencia de los bancos privatizados cae a tasas mayores que la de los bancos nuevos, Io cual sugiere que a partir de la reforma estructural, y durante la crisis bancaria en México, era más posible que desapareciera un banco privatizado que uno nuevo, a medida que aumentaba la duración de los mismos. En segundo lugar, y para reforzar la hipótesis anterior, las desapariciones de las entidades nuevas tienen su final a partir de los 55 meses, mientras que los bancos privatizados continúan desapareciendo en un intervalo de tiempo dos veces mayor. Ambos resultados indican que existe una diferencia en el riesgo de quiebra entre los bancos nuevos y los que fueron privatizados, Io cual sugiere que existían características internas a los bancos privatizados (que serán evaluadas en el modelo de riesgo proporcional) que, en un intervalo de tiempo mayor, los hacían más frágiles y propensos a choques sistémicos que a los bancos nuevos.51
CUADRO 7. Estimacwnes Kaplan-Meier. Bancos privatizadosCUADRO 8. Estimaciones Kaplan-Meier. Bancos nuevosCUADRO 9. Prueba de igualdad de lasfunciones de supervivencia
En las gráficas 3 y 4 se observan los resultados de la estimación de la función de riesgo para los bancos nuevos y privatizados por separado. Como se explicó en la sección anterior, la función o tasa de riesgo mide, para cada momento, la posibilidad instantánea de que un banco desaparezca, dado que dicha institución había permanecido activa hasta ese momento. Esta función es interpretada como un indicador de riesgo de quiebra de los bancos que han durado al menos esa cantidad de tiempo. Con base en los resultados obtenidos en la función de supervivencia, se infiere que la posibilidad de quiebra instantánea de un banco privatizado crece a tasas mayores que la de los bancos nuevos. Obsérvese que se da en número de meses, y no en fechas específicas (aunque éstas se pueden inferir utilizando los cuadros 3 y 4).
Así, los resultados obtenidos muestran que la posibilidad de desaparición de una institución bancaria privatizada crece muy poco en los primeros meses de vida, acelerándose este riesgo a medida que aumenta su duración. Esto contrasta con Io obtenido para los bancos nuevos, debido a que la posibilidad de desaparición de éstos crece rápidamente durante los primeros meses de la institución, para después estacionarse.
Ambos fenómenos parecen respaldar la hipótesis de muy grande para quebrar, ya que los resultados nos sugieren que los bancos privatizados, al ser respaldados ampliamente mediante la compra de cariera vencida por el Fobaproa, pudieron disminuir su posibilidad de quiebra en los primeros meses de la crisis.52 Sin embargo, estos programas fueron insuficientes, por lo que después debieron ser intervenidos por las autoridades o absorbidos por otras instituciones.53 En contraste, la posibilidad de desaparición de los bancos nuevos, y con poca participación de mercado, aumenta rápidamente durante los primeros meses pero, a diferencia de los privatizados, dicha posibilidad crece a tasas menores a medida que transcurre el tiempo.54
Los resultados anteriores se corroboran con la información de las gráficas 5 y 6, que nos proporcionan la función de riesgo acumulada (FRA). Como se explicó en la sección anterior, la FRA indica la manera en que va evolucionando la posibilidad de desaparición de una institución a Io largo del tiempo. Así, una FRA convexa, como es el caso de los bancos privatizados, nos indica que existe dependencia de duración positiva, es decir, la posibilidad de quiebra aumenta a medida que pasa el tiempo. A diferencia de este resultado, una FRA cóncava, como en el caso de los bancos nuevos, indica que la posibilidad instantánea de quiebra tiene una relación inversa con el tiempo.
Los resultados anteriores sugieren que los bancos nuevos fueron, en un primer momento, muy susceptibles al abrupto aumento en el costo del dinero y a la desaceleración económica que se presentó como consecuencia de la crisis; no obstante, las instituciones que prevalecieron pudieron continuar operande independientemente y en posesión de sus accionistas originales. Esto contrasta con la situación de los bancos privatizados, que pudieron sobrevivir en los primeros momentos de la crisis, pero que a medida que transcurría el tiempo su cariera crediticia continuaba deteriorándose hasta el grado en que la institución debía ser fusionada o intervenida gerencialmente.
Una vez realizado el análisis de duración para cada tipo de banco, conviene también revisar la evolución de la función de supervivencia para el sistema bancario en su totalidad. Esto nos permitirá modelar el comportamiento de todas las instituciones de banca múltiple en México, sin tomar en cuenta si éstas eran nuevas o provenían del proceso de privatización. Del total de bancos en la muestra (30), sólo 13 de ellos sobrevivieron. Es decir, solamente 43% de las instituciones que componían al sistema bancario mexicano se conserva sin intervención de las autoridades oen manos de sus accionistas originales.55 Dentro de este subconjunto, la duración media de los bancos es de 84 meses, mientras que el promedio correspondiente a los bancos que desaparecieron fue de 56.11 meses.
GRÁFICA 5. Función de riesgo acumulada. Bancos privatizadosGRÁFICA 6. Función de riesgo acumulada. Bancos nuevos
El cuadro 10 muestra los resultados de la estimación de la duración del total del sistema bancario mexicano, así como las posibilidades de supervivencia para cada periodo. Proporciona también las posibilidades de quiebra, el error estándar y el número de instituciones desaparecidas para cada momento. Con dicha información, la gráfica 7 muestra la función de supervivencia correspondiente, en la que se puede observar claramente que la caída en la posibilidad de supervivencia evoluciona a tasas menores que la del subconjunto de los bancos privatizados. Para corroborar el resultado anterior, observamos en la gráfica 8 la función de riesgo acumulada, la cual aún es convexa, es decir, continúa tenierido dependencia de duración positiva, pero en menor grado que los bancos privatizados.
Es importante destacar, como se muestra en la gráfica 9, que la tasa o función del riesgo para todos los bancos en México es todavía creciente en todo el periode de estudio. Resultado que nos sugiere que a medida que transcurría el tiempo, mayor era la posibilidad de desaparición de un banco. Es de esperarse entonces en el futuro, si se consolida el sistema bancario mexicano, que la función de riesgo tenga un punto de inflexión e inicie una tendencia negativa.36
b) Modelo de riesgo proporcional. Una vez realizado el análisis de distribución de la duración de los bancos mexicanos a partir del proceso de privatización, modelaremos la función de supervivencia de dichas instituciones bancarias haciéndola depender de un vector de variables explicativas (véase la sección de datos). Para ello, se utiliza el modelo de riesgo proporcional-Cox (MRP). Dentro del conjunto de variables que se utilizaron, algunas han sido empleadas en algunos otros estudios de duración, principalmente para el caso de los Estados Unidos.57
GRÁFICA 8. Función de riesgo acumulada. Total de bancosGRÁFICA 9. Función de riesgo. Total de bancos
i) Nota metodológica. Como lo aseveran Dabos y Sosa (1999), existe un alto grado de colinealidad entre todas estas variables explicativas.58 Esto hace que la obtención de los parámetros del modelo sea más complicada, de modo que el método paso a paso (stepwise) no es suficiente. Por tanto, es necesario probar todas las combinaciones de diferentes subconjuntos de variables explicativas, buscando que éstas no sólo arrojen un buen ajuste sino que también no incluyan variables colineales, debido a que la colinealidad altera el nivel de signiilcancia de cada una de éstas, según su relación con las demás, lo que sesga los estimadores.
Por lo anterior, para elegir entre todas las posibles especificaciones del modelo, se realizó como primer paso el método paso a paso, del cual se obtuvieron varias especificaciones con grandes bondades de ajuste y con altos niveles de significancia en cada una de las variables incluidas en el modelo.59 Posteriormente, se realizó un procedimiento de ranking mediante un score calculado con una χ^sup 2^ para cada modelo ajustado, de un total de 343 variaciones del modelo, en las cuales se utilizaron desde una hasta el total de las variables explicativas.60 Por último, mediante la combinación de estos dos métodos se obtuvo una especificación que conjuntaba una excelente bondad de ajuste,61 un alto nivel de significancia en sus regresores62 y un reducido número de variables explicativas respecto a otros modelos con similares características.
Por último, es necesario señalar que se realizaron las mismas pruebas usando el índice de capitalización de Banxico,63 obteniendo resultados muy similares, que no modifican el análisis. Por ello, el modelo final incluido no cambia, ya que no contiene medidas de capital, dado que fue excluido por no aportar información adicional al análisis empírico.
ii) Discusión de resultados. Los resultados completos del modelo elegido que respetó el principio de parsimonia, que evita la multicolinealidad, se muestran en el cuadro 13. Un primer elemento de las estimaciones realizadas es la robustez del signo de los coeficientes. En las diferentes variaciones que se estimaron para encontrar el modelo más adecuado, el signo de cada uno de los coeficientes (que indican el efecto marginal que cada una de las variables tiene en la posibilidad de supervivencia de un banco) es estable en las diversas especificaciones y todos coinciden con el signo esperado anteriormente definido. Observe que Capital no se encuentra en el cuadro, por lo que la medición de capital no debe ser un problema en este caso. Debe insistirse en que el trabajo se probó también con el índice de capitalización del Banxico y los resultados no variaron. En dado caso, el análisis debe preguntar por qué la medición de capital no fue significativa estadísticamente en nuestro estudio.64
Como se observa en el cuadro 13, cuatro de las letras de CAMEL fueron importantes para explicar la crisis bancaria. Así, "cartera de crédito vencida/cartera de crédito total" que aproxima la letra A, fue estadísticamente significativa en muchos otros modelos, y siempre conservó una relación negativa con la posibilidad de supervivencia del banco. Esta variable refleja el riesgo crédito. Es decir, en cuanto más alla es esta proporción, la posibilidad de supervivencia en el tiempo del banco disminuye. Bancos con una proporción alla de activos "problemáticos" tienen forzosamente que aportar, por las pérdidas, una porción considerable de los activos, lo que reduce en consecuencia las ganancias (y, al final, el capital).
Dentro de la categoría de Management se utilizó en la especificación la proporción gastos por intereses/cartera de crédito total. Esta variable es una proxy de calidad de administración y muestra qué tan bien se encuentra administrado el banco respecto a los otros. El coeficiente obtenido es de signo negative, lo que indica que un aumento en esta proporción afecta o disminuye la posibilidad de supervivencia en el tiempo de una institución bancaria.
Un resultado que vale la pena analizar detalladamente es el encontrado en el signo que acompaña a la proporción de gastos por intereses/ingresos por intereses. Por la medición que esta variable da de Earnings, se espera que el efecto de ésta en la posibilidad de quiebra es directa y consecuentemente inversa a la posibilidad de supervivencia. El resultado presenta una relación negativa, con lo que un aumento de esta fracción disminuye la posibilidad de supervivencia en el tiempo del banco.
Otra conclusión que se infiere de los estimados del modelo, y que se encuentra en la mayoría de los estudios de este tipo, es el efecto que el rendimiento del capital (RC) tiene en la salud de un banco. El signo encontrado es positivo e indica que el aumento en la rentabilidad del capital ocasiona el aumento de la probabilidad de supervivencia de la institución. Este efecto es ampliamente conocido y se encuentra con frecuencia en la bibliografía.
La siguiente variable que se incluyó, y que es altamente significativa en la mayoría de las especificaciones, es la proporción disponibilidades/captación tradicional. Esta medida de liquidez muestra la proporción de los depósitos que pueden ser devueltos fácilmente mediante las tenencias de los activos más líquidos de los bancos. Esta variable, como era de esperarse, presentó un efecto positivo en la posibilidad de supervivencia del banco.
La última proporción, propia de los estados financieros de los bancos, que se incluyó en la especificación final del modelo es una medida más amplia de liquidez. En ésta se incluyen las disposiciones, los instrumentes financieros y la cariera de crédite vigente, como proporción de la captación tradicional. El efecto de liquidez que se obtiene es directe, es decir, a mayores activos líquidos, mayor la posibilidad de supervivencia del banco.
En contraste con gran parte de la bibliografía, de los resultados obtenidos en este estudio se infiere que la variable correspondiente a la letra C de CAMEL no tiene un alto poder predictivo, dentro de los límites estadísticos, para explicar el proceso de caída de los bancos en México. No obstante, para todas las variantes estimadas les signes de los coeficientes que acompañan a estas proporciones financieras corresponden a los que se esperarían teóricamente, por tanto si no son, dentro de los intervalos de confianza, determinantes en la evolución de la posibilidad de quiebra de un banco, sí son útiles como indicadores del desempeño de dichas instituciones
Complementando la información contenida en las proporciones fmancieras, se evaluó la hipótesis de que los altos precios pagados por las instituciones de crédito en el proceso de privatización, determinaron en gran medida el excesivo riesgo tornado por las administraciones de éstas. El resultado obtenido respalda estadísticamente esta hipótesis, en el que se obtiene siempre en las regresiones un signo negativo en el coeficiente que acompaña a la variable de valor de venta/valor en libros, con Io que se puede sugerir que, estadísticamente, a mayor precio pagado por las instituciones, como proporción de su valor en libros, menor es su posibilidad de supervivencia. Esto no quiere decir forzosamente que el efecto sea directo, sino que esta proporción a su vez explica decisiones administrativas mediante las cuales se aumentó la vulnerabilidad de dichos bancos.
La variable del tamaño relativo de la institución, captación total del banco/captación total del sistema, también fue incluida en el modelo seleccionado. Esta variable resultó significativa en la mayoria de las regresiones, lo cual indica que la participación de mercado es una buena variable para explicar la evolución de la posibilidad de supervivencia de un banco. El signo del coeficiente es positive, por lo que a mayor participación de mercado mayor es la posibilidad de supervivencia en el tiempo. Esto, nuevamente, parece respaldar la hipotesis de muy grande para quebrar.
Por último, vale la pena destacar que la participación accionaria extranjera también fue incluida en el modelo, la que se encontró significativa en varias de las especificaciones y, como era de esperar, la presencia de capital externo tuvo un efecto positivo en la posibilidad de supervivencia de las instituciones bancarias.
El reducido número de variables empleadas en la especificación final del modelo permitió hacer una lectura sencilla de los resultados. Esta situación contrasta con gran parte de la bibliografía, ya que en la mayoría de los estudios de este tipo requiere un gran número de variables, muchas de ellas no significativas, para lograr una bondad de ajuste similar a la obtenida con nuestro modelo.65
Como se dijo antes, en 1997 se produce un cambio en la contabilidad bancaria. Hasta el momento no existe una metodología que compatibilice estas dos maneras de presentar la contabilización. Por ello, los resultados aquí presentados podrían, en principio, estar alterados. Para verificar esto se procedió de la siguiente manera: se realizó el mismo ejercicio presentado en el cuadro 13 para antes de 1997 (es decir, el periodo 1994-1996) y para el segundo periode (1997-1999). Estos resultados se presentan en los cuadros 14 y 15, respectivamente.
Estos resultados sugieren una pauta muy similar a la mostrada en el cuadro 13, y q´e ueste cambio de contabilidad no altera nuestros resultados. Tal vez, esto se debe a que nuestro modelo final no incluye capitalización, que es uno de los cambios más importantes que se presenta en la variación de prácticas contables en 1997. Se reconoce aquí que el cambio de contabilidad tiene que ser modelado de manera más estricta, compatibilizando las prácticas antes y después del cambio. Sin embargo, los autores no conocen una metodología al respecto para el caso mexicano; la manera de subsanar esto es mediante las dos regresiones recién analizadas.
Así, el modelo encontrado puede ser utilizado para generar la posibilidad de que un banco sobrevivirá por lo menos algún tiempo T, en el que T puede tomar cualquier valor entre cero y cien meses. Esto se realiza mediante la sustitución del vector de valores X de cada banco en la función de supervivencia estimada.66 Así, al variar T, sobre todo el intervalo, se obtiene la trayectoria de la posibilidad de supervivencia de cada banco.
Aunque, como se dijo líneas arriba, el modelo de Cox es utilizado como un sistema de alerta temprana para predecir deterioros significatives en los estados financieros de las instituciones bancarias, el presente estudio centra su atención en la obtención de variables estadísticamente significativas que puedan dar un sustento formai a las causas internas de las instituciones de crédito que expliquen la crisis bancaria mexicana. Por lo anterior, a diferencia de la mayor parte de la bibliografía del tema, no es necesario evaluar la capacidad predictiva del modelo fuera de la muestra.
CONCLUSIONES
Este estudio ha utilizado los modelos de duración y de riesgo proporcional para explicar la crisis bancaria en México. Los estimados muestran que la posibilidad de desaparición de una institución bancaria privatizada crecía muy poco en sus primeros meses de vida, acelerándose este riesgo a medida que aumentaba su duración. Situation que contrasta con los bancos nuevos, por lo general de menor tamano, cuya posibilidad de desaparición crecía rápidamente durante sus primeros meses de vida para, tiempo después, estacionarse en niveles mucho menores a los de los bancos privatizados y de mayor tamaño. El resultado anterior parece respaldar la hipótesis por Io comun aceptada de muy grande para quebrar, ya que los bancos privatizados fueron respaldados mediante la compra de cariera vencida, Io que disminuyó su posibilidad de quiebra durante los primeros momentos de la crisis. No obstante, estos programas fueron insuficientes, por lo que poco después la mayoria de los bancos debieron ser intervenidos o absorbidos por otras instituciones. En contraste, la posibilidad de desaparición de los bancos nuevos, y con poca participación de mercado, aumentó rápidamente durante sus primeros meses de vida pero, a diferencia de los privatizados, dicha posibilidad crece a tasas menores a medida que transcurre el tiempo.
La diferencia entre el comportamiento de la función de riesgo de los bancos nuevos y el de los privatizados, así como el escaso crecimiento en la posibilidad de quiebra de las instituciones que no fueron vendidas por el Estado, parecen indicar que la entrada de nuevas instituciones de crédito al mercado mexicano contribuyo a mejorar la percepcion de los diverses agentes económicos en el sistema en su totalidad. Esto, debido a que se reduce el número de quiebras en el sistema respecto al total de bancos. En realidad, es de esperar que en el futuro, al consolidarse el sistema bancario mexicano mediante la concentracion del mercado, la presencia de las empresas con mayor posibilidad de supervivencia, y con el aumento de la participación extranjera en el sector, la función de riesgo del sistema en su totalidad tenga un punto de inflexión e inicie una tendencia negativa.
El segundo resultado que se obtuvo en el presente estudio fue la caracterización de la distribución de la duración de los bancos, a partir de 1991, haciéndola depender de un vector de variables explicativas. Dichas variables fueron indicadores financieros propios de los bancos, congruentes con el sistema CAMEL. Además, para complementar la información contenida en los estados financieros de las instituciones, nuestro modelo de riesgo proporcional incluyó un conjunto de indicadores que mostraban las características particulares de los bancos dentro del sistema.
La principal conclusión que se infiere de nuestros resultados, independientemente del efecto específico de cada una de las variables incluidas en el modelo, es que la dinámica de la desaparición de los bancos en México puede ser caracterizada, dentro de los límites estadísticos, por un conjunto de factores observables y públicamente disponibles. Situación en la cual se elimina la posibilidad de que la evolución del sistema bancario mexicano baya sido gobernada sólo por factores macroeconómicos, independientes de las características propias de las instituciones de crédito, en los que la situación financiera de los bancos no desempeña ningún papel relevante.
Mayo de 2001
1 Un buen ejemplo es Gavito, Suva y Zamarripa (1997).
2 Véase Calvo y Mendoza (1996), Kaminsky y Reinhart (1999) y Agenor y Massen (1999).
3 Siglas de Capital adequacy, Asset quality, Management, Earnings, Liquidity.
4 Este aspecto se examina en la sección II.
5 Krugman (1979).
6 Bancomer, a fines del 2000, realiza un proceso de fusión con el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, con Io cual se incrementa considerablemente la participación de extranjeros en el sistema bancario mexicano, mientras que a mediados de 2001, Citibank realizó un proceso de fusion con Banamex.
7 Como se dijo antes, los primeros casos de adquisición de las instituciones bancarias por parte del Fobaproa se dieron en 1994, incluse antes de la crisis del tequila. Esto se presentó en Banca Cremi y Banca Unión de Carlos Cabal, quien se encuentra acusado por las autoridades mexicanas por malos manejos y operaciones fraudulentas.
8 En las condiciones que se especifican en el cuadro 2.
9 Esto se debe a que, en su mayoría, las filiales del exterior se dedicaron principalmente a clientes corporativos y/o a la banca de inversión.
10 Esta situación se permite a partir de 1994 con la firma del TLCAN.
11 Esta evolución se muestra en Hernández y Villagómez (2000).
12 Intenta suplir deficiencies de la Ley de Quiebras y Suspension de Pagos vigerite desde 1943, y permite contar con los mecanismes jurídicos, mediante los cuales una empresa o persona podrá resolver ante sus acreedores problemes de liquidez, insolvencia y quiebra.
13 Véase un análisis de la importancia del marco legal en los sistemas financieros en La Porta et al (1998).
14 Durante el primer trimestre de 2000 esta tendencia incluse se incrementó, al obtener el PIB trimestral un alza de 7.9 por ciento.
15 Según datos del periódico Reforma con información de las propias instituciones.
16 En algunos casos como el de Grupo Financiero Bital y el Grupo Financiero Inbursa las utilidades netas acumuladas crecieron 460.8 y 486.6% respectivamente.
17 El índice de capitalización total del sistema comprende la suma del capital básico y el complementario sobre los activos totales en riesgo.
18 Este nuevo tratamiento se basa en reducir paulatinamente el límite de impuestos diferidos como porcentaje del capital básico. En 1999 fue de 100%, en 2000 de 80%, en 2001 de 60%, en 2002 de 40% y en 2003 de 20 por ciento.
19 Véase una revisión general de los modelos de duración en Kiefer (1988) y Greene (1998).
20 Además éstas han arrojado mejores ajustes que los otros modelos, como los de CoIe y Gunther (1995), entre otros.
21 Un ejemplo obvio de lo anterior puede ser obtenido de la investigación médica. Considérese el análisis del tiempo de supervivencia de un paciente con transplante de corazón. Aunque el tiempo inicial puede ser conocido con precisión, al tiempo de la medición, es indispensable la observación de los pacientes que todavía se encuentran con vida; Greene (1998).
22 Solamente se trabaja con tiempo real cuando el inicio de la medición se da al mismo tiempo.
23 Kiefer (1988).
24 Al ordenar las duraciones que han sido realizadas (las quiebras bancarias que ya han ocurrido), de menor a mayor, t^sub 1^ < t^sub 2^ < .... < t^sub k^, es posible observar que el número de éstas (K) es menor que el tamaño de la muestra (n), debido a que algunas observaciones están truncadas.
25 Cox (1972).
26 Lo cual no es posible al utilizar modelos paramétricos con forma funcional exponencial o Weibull.
27 Cox (1972).
28 Éstes difieren de la supervisión in situ que realizan los organismes reguladores, en el interior de los bancos y que es mucho más extensa y costosa.
29 Principalmente análisis discriminante, logit o probit.
30 Entre los que destaca el de Lane, Looney y Wansley (1986).
31 Cabe señalar que la medición es un problemá común en todos los trabajos empíricos, y no sólo en este tipo de análisis.
32 Dígase el inicio de la crisis del tequila, con la devaluación del 20 de diciembre de 1994.
33 Como puede ser la fecha de privatización para los bancos vendidos por el Estado, o el inicio de operaciones por parte de las nuevas instituciones.
34 Gajewski (1988), utilize el supuesto de muy grande para quebrar.
35 Thomson (1989).
35 En realidad, este sesgo será disminuido parcialmente por la división de la muestra que se hará entre bancos privatizados y bancos nuevos, ya que los primeros tienen una participación importante de mercado en comparación con los segundos.
37 Un enfoque similar es utilizado por Whalen (1991) y González-Hermosillo et al (1997), aunque en el estudio del primero sólo se toma el valor medio de un año y no durante toda la vida del banco. Debe destacarse que aquí existe el problema de cambio de contabilidad bancaria en 1997. Este aspecto se aborda después.
38 Para una aproximación a este tipo de modelos es útil referirse a Kabelfisch y Prentice (1980).
39 Este aspecto ha sido soslayado por González-Hermosillo et al (1997).
40 Los bancos que tienen otro nombre entre paréntesis son los nombres que adquirieron después de su privatización.
41 Excluimos a los bancos Promotor del Norte, Bansi, Capital y Alianza por no contar con la información necesaria para el análisis. Sin embargo, esto no representa un inconveniente significativo ya que poseen muy poca participación en el mercado mexicano.
42 Este se debe a que al momento del presente análisis, esta es la información más reciente con la que se cuenta de los estados financieros de los bancos.
43 Una buena referencia acerca del uso de este sistema se encuentra en Dewatripont y Tirole (1994).
44 Los estadísticos descriptives de cada una de estas variables para cada una de las instituciones bancarias que integran la muestra se encuentran a disposición del lector previa petición.
45 Correspondientes a cada una de las letras de CAMEL.
46 Para una explicación del signo esperado, véase Dewatripont y Tirole (1994).
47 Esta variable nos permitirá evaluer si la hipótesis del excesivo costo de las instituciones financieres privatizadas es estadísticamente significative.
48 Con esta proporción podremos evaluer el efecto que tiene el peso relative de la institución en el sistema sobre su probabilidad de quiebra. Esto permite evaluar la hipótesis de muy grande para quebrar.
49 Esta variable nos ayudará a evaluar el efecto que ha tenido la participación extranjera como capitalizador del sistema.
50 Las estimaciones de dichas funciones se realizaron en el paquete SAS (Statistical Analysis System).
51 Este deteriore pudo provenir del periodo en el que la banca mexicana se encontraba estatificada.
52 Posibilidad que será también evaluada en el modelo de riesgo proporcional.
53 Tal es el caso de Serfín y Bancrecer, que recibieron elevadas sumas mediante la compra de cariera, y finalmente fueron intervenidas para su venta en 1999. En realidad, incluse Banamex, Bancomer, Banorte y Bital participaron en los programas de capitalización y compra de carteras realizados por el gobierno mexicano.
54 Esto puede deberse a que las instituciones nuevas, y con menor participación de mercado, son muy vulnerables a choques macroeconómicos, como el que representó la crisis de 1995. Sin embargo, es posible que las características internas de este tipo de bancos (que serán evaluadas en la siguiente sección) los hicieran menos vulnerables a medida que transcurría el tiempo.
55 Lo cual contrasta con la muy difundida aseveración de que el rescate bancario se realizó con la intención de defender el patrimonio de los banqueros.
56 Este tendría que ser cotejado con un estudio posterior, en el cual se pudiera ampliar la temporalidad de la muestra.
57 En el cuadro 11 se niuestran las variables utilizadas en diverses estudios para el caso de los Estados Unidos y Argentina, conjuntamente con los efectos encontrados para las variables significatives en la especificación final del modelo.
58 En el cuadro 12 se muestra esta característica mediante una matriz de correlación simple entre los pares de variables.
59 Todas las estimaciones se realizaron en el paquete SAS, y el desglose total de resultados se encuentra disponible a petición del lector.
60 Se realizaron estimaciones con combinaciones de una a 18 variables, y una adicional con el total de variables explicativas.
61 Los estadísticos de Log Rank y de Score dan una bondad de ajuste alrededor de 82%, mientras que el de Wald de 98 por ciento.
62 Salvo la proporción ingresos por intereses/cartera de crédito total, que es significative al 25 por ciento.
63 Agradecemos a un dictaminador anónimo de EL TRIMESTRE ECONÓMIGO sugerencia a respecto.
64 No tenemos una justificación rigurosa al respecto, pero ello se puede deber a un problema de contabilización.
65 Cole y Gunther (1995) emplearon 19 variables; Gajewski (1988), 10 variables; Dabós y Sosa (1999), 14 proporciones financieras, González-Hermosillo et al (1997) usan 15, etcétera.
66 La función de supervivencia para cada uno de los bancos se encuentra disponible a petición del lector.
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Fausto Hernández Trillo y Omar López Escarpulli*
* División de Economía, Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), México. Los autores agradecen los valiosos comentarios y la orientación de Juan Manuel Torres RoJo y de un dictaminador anónimo de EL TRIMESTRK ECONÓMICO, así como la apreciable ayuda de R. Hooper [correo electrónico: [email protected]].
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