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En Cleo y Cuquín, los dos protagonistas viven junto con sus cuatro hermanos en la casa que cualquier padre quisiera para sus hijos: amplia, luminosa, bien equipada (en la habitación de los niños –el único ambiente que se muestra en realidad– hay una tipi y hasta un tobogán).
Son también los niños ideales: cariñosos, ingeniosos, ordenados (en el suelo de tarima flotante no hay calcetines ni juguetes tirados). Por supuesto, esta familia perfecta no vive en un piso como el común de los españoles, sino en un chalé en medio del campo.
A sus padres nunca se les ve. Pero si alguien quisiera felicitarlos por tener una prole tan estupenda, tendría que buscarlos en el barrio de Prosperidad de Madrid, en el antiguo garaje de un edificio al que se llega subiendo una pequeña cuesta. Es allí, entre paredes de ladrillo caravista, donde Cleo, Cuquín, Maripí, Pelusín, Teté y Colitas cobran vida antes de saltar a YouTube, Netflix y los canales de 28 países donde se emiten sus aventuras.
Ánima Kitchent es el estudio responsable de esta versión renovada de la familia Telerín, un clásico de los sesenta con el que cada noche TVE invitaba a los niños a irse a la cama antes de abrir su programación adulta y que Televisa popularizó en México, donde la sintonía se transmitió hasta los noventa.
La firma de animación fue fundada en Madrid en 2014 por un grupo de seis profesionales del sector, en sociedad con la mexicana Ánima Estudios, la productora más grande de América Latina y autora de películas como Don Gato y su pandilla. “Ellos tenían experiencia en largometrajes y querían desarrollar aquí series de televisión y licencias”, explica Ángel Molinero, CEO de Ánima Kitchent. El socio azteca tiene el 82,5% del capital y los españoles, el 17,5%.
La estrategia de la compañía es producir dibujos animados que puedan convertirse en marcas susceptibles de generar ingresos por merchandising. “Creamos contenidos audiovisuales que puedan estrenarse en la mayor cantidad posible de ventanas –plataformas tipo Netflix o Amazon Prime, YouTube, canales de señal abierta, de pago...– y luego firmamos licencias con fabricantes...