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I Este artículo intenta llevar a cabo una nueva discusión sobre los factores que interactúan de manera significativa en la base de la manifestación formal del espacio social. El patrón de asentamiento representa la macrosíntesis formal de la interacción dialéctica de los diferentes niveles del espacio social, a la altura de los distintos elementos componentes de sus dimensiones y extensiones físicas. El presente texto parte de unos planteamientos que he sugerido hace no mucho tiempo con respecto a la estructura y el análisis del espacio social y que aquí se retoman en parte para reevaluar una problemática de profunda importancia para el estudio e "interpretación" de esa manifestación del registro arqueológico que se viene conociendo como patrón de asentamiento (Cfr. Ardelean 2001, 2000-2001 y 2003).
El lector avisado puede darse cuenta de inmediato, desde el título mismo de este material, de que hay una alusión explícita al célebre artículo de Bruce Trigger de 1968, "The Determinants of the Settlement Patterns". Parto precisamente teniendo en mente los planteamientos de Trigger, ya que mi propósito es el de re patrones de asentamiento, vistos en un nivel de generalidad como manifestación cultural propia de cualquier sociedad humana sobre la tierra (por lo que se subentiende que no nos limitamos a aplicar el término solamente a las sociedades sedentarias), defendiendo la idea "postprocesual" de la pluricausalidad y equifinalidad como postura indispensable para alcanzar explicaciones objetivamente válidas. El título de este artículo quiere enfatizar precisamente una de las diferencias de matiz fundamentales respecto a la propuesta de Trigger de hace casi cuatro décadas: no vamos a hablar de "determinantes", sino de "factores causales", ya que el concepto de "determinante" (o "factor determinante") involucra inevitablemente una posición ontológica y epistemológica limitante basada en una relación rígida entre un factor y sus causas que, si miramos retrospectivamente al desarrollo del pensamiento arqueológico, es más apropiado para el cientificismo de la Nueva Arqueología (o arqueología procesual) y menos sostenible desde la perspectiva más "escéptica" de lo que se le suele llamar "arqueología postprocesual". Un escepticismo bien justificable y realmente bienvenido en el escenario global de la teoría arqueológica-aunque escasamente manifestado en la práctica concreta-en un momento como el actual cuando debemos replantear una gran parte del quehacer arqueológico.
Mi interés en esta...