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El 25 de enero de 2006 Juana Ibarra Samperio salía de la casa de la señora Ana María Alfaro, de 89 años, luego de haberla estrangulado con un estetoscopio.
No pudo ir muy lejos, fue detenida por la policía que estaba tras ella como sospechosa de haber asesinado 16 ancianas en la ciudad de México.
La mujer no se resistió y confesó que había matado a Alfaro y otras tres mujeres. Pero negó que hubiera matado a otras 40 que se le atribuían.
Durante su arresto comentó a los reporteros que había visitado a Alfaro en búsqueda de trabajo como lavandera.
‘Ustedes sabrán por qué lo hice cuando lo lean de mi declaración ministerial', dijo Samperio.
Los policías no habían logrado capturar a Juana porque pensaban que el asesino era un hombre o un travesti pues testigos habían descrito al atacante como una persona fornida. Lo que no sabían es que Juana había sido luchadora en su juventud.
Su...