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En Espectáculos de realidad, Reinaldo Laddaga realiza un recorrido por las transformaciones que jalonaron la literatura latinoamericana entre las últimas décadas del siglo XX y los comienzos del nuevo milenio, ubicando a César Aira entre aquellos escritores que, como Mario Bellatin y Joäo Gilberto Noll, trazaron los contornos de las exploraciones estéticas contemporáneas. En el contexto más específico de la literatura argentina, Laddaga analiza lo que él concibe como una influencia de Aira sobre escritores como Washington Cucurto y Fernanda Laguna. En este trabajo, intentaré dar cuenta de una cierta relación, que me arriesgo a pensar más allá del concepto de influencia, entre la obra de Aira y la de otra escritora, muy cercana tanto a Cucurto como a Laguna: Cecilia Pavón.
Verdaderas cómplices estéticas, Pavón y Laguna fundaron en 1999 el espacio de arte y sello editorial Belleza y Felicidad, situado en el barrio de Almagro en la ciudad de Buenos Aires, transformándose de una sola vez en galeristas y editoras, escritoras y artistas plásticas. Como editorial, Belleza y Felicidad (de ahora en más ByF, como a menudo sus artífices se refirieron a ella) presentaba varias particularidades: además de su apuesta por publicar a autores noveles-o en todo caso reconocidos en las artes visuales-y con notable frecuencia a las mismas Pavón y Laguna, se destacaba especialmente por sus libros hechos de fotocopias que a menudo contaban con tan solo una o dos páginas.
Interesado en este proyecto, Aira publicó un artículo en el diario El País de España en el que explicaba que ByF redefinía lo que entendíamos por libro y por sello editorial. Poco más tarde, y siguiendo con su famosa propensión a publicar por igual en editoriales chicas y grandes, decidió engrosar el catálogo de ByF con un cuento de su autoría: "La pastilla de hormona" (2002).1 No contento con eso, en 2004 sacó una novela, Yo era una chica moderna, que no sólo narra en clave la historia del proyecto ByF sino que además lo hace, en primera persona, como si se dejara poseer por la voz de Fernanda Laguna, quien a su vez, junto a Pavón, se declaraba gran admiradora de Aira ("Yo era fan de Aira antes de leerlo" me contó en una entrevista Laguna en 2002).2
Se vuelve...