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RESUMEN
Este ensayo examina tres movimientos contraculturales que cautivaron a un amplio sector de la juventud en las principales ciudades de Colombia durante la década de los sesenta: el movimiento de la canción protesta, la subcultura del rock and roll, cuya identidad local se denominó nueva ola, y el nadaísmo, un movimiento literario de vanguardia. Analizo las correspondencias y discontinuidades entre las formas en que los participantes de estos movimientos concibieron los medios ideales para llevar a cabo la resistencia social, cultural y política. Sostengo que, si bien hubo tensiones fundamentales entre los "discursos de resistencia" asociados a cada una de estas corrientes contraculturales, su convergencia a finales de la década de los sesenta facilitó el surgimiento de una variante comercial de canción protesta.
Palabras clave: canción protesta, nadaísmo, nueva ola, resistencia.
ABSTRACT
This essay examines three countercultural-oppositional movements that captivated a wide swath of youth in Colombia's biggest cities during the 1960s: the canción protesta (protest song) movement, the rock and roll subculture denominated as nueva ola (new wave), and nadaísmo, a rabblerousing avantgarde literary movement. I analyze the correspondences and discontinuities in the ways adherents of these movements conceived of the ideal means to carry out social, cultural, and political resistance. While there were fundamental tensions between the "discourses of resistance" linked to these three countercultural streams, I argue that their convergence in the late 1960s facilitated the emergence of a commercial form of canción protesta.
Keywords: protest song, nadaísmo, new wave, rock and roll, resistance.
Introducción
El 16 de julio de 1971 se inauguró el Segundo Festival de la Canción Protesta Coco de Oro en medio de una controversia en San Andrés, territorio insular de Colombia en el mar Caribe. El principal descontento que expresaron sus participantes giraba en torno a la composición del jurado que presidiría el evento central del festival: el concurso por la mejor canción protesta. Haciendo eco del rechazo generalizado hacia la presencia de funcionarios del Gobierno en el jurado, un columnista preguntó deliberadamente:
¿Qué diablos tiene que hacer en un festival de protesta el ministro de Gobierno? ¿Cómo se puede asegurar imparcialidad en el dictamen si un defensor oficioso y oficial del establecimiento está encargado de dar su voto sobre las canciones? [...] Porque entre los...