Resumen: El propósito del artículo es analizar las elaciones entre China y América Latina entre 1959 y la actualidad y proponer una periodización. Se abordará cómo éstas pasaron de relaciones culturales a pugnas contra la URSS y Cuba por influir las organizaciones de izquierda y, finalmente, a una coyuntura en la que se privilegiaron los intercambios comerciales y las inversiones, lo cual se presentó, paradójicamente, durante el abandono de los vínculos políticos con la izquierda y la desaparición de la mayor parte de las corrientes maoístas.
Palabras Clave: Guerra Fría, maoísmo, relaciones China-América Latina, CIA, historia de la izquierda latinoamericana
The purpose of the article is to analyze how they went from cultural relations to struggles against the USSR and Cuba to influence leftist organizations and, finally, to a situation in which commercial exchanges and investments were privileged, which was presented, paradoxically, during the abandonment of political ties with the left and in the disappearance of most Maoist currents.
Keywords: Cold War, Maoism, China-Latin America relations, CIA, left-Latin America history
Recibido: 30 mayo 2019 Aceptado: 4 agosto 2019
Introducción
Tradicionalmente la Guerra Fría se ha visto como el enfrentamiento entre la URSS y Estados Unidos por la supremacía mundial. Cuando se piensa en el contexto latinoamericano lo usual es que se consideren las acciones de las superpotencias por el control político de la región y por ello es frecuente a la hora de abordar el tema resaltar el impacto de la revolución cubana, la crisis de los misiles, las dictaduras y el conflicto en Centroamérica. No obstante, el acceso a nuevos documentos desclasificados por las agencias de seguridad de Estados Unidos, de la antigua URSS y la apertura China a gran parte de sus fuentes oficiales, particularmente del periodo anterior a la Revolución Cultural, evidencian la aparición de un tercer actor: China.
Los informes de la CIA, por ejemplo, elaboraron un detallado seguimiento a las actividades de la URSS y China durante la Guerra Fría y por ello nos permiten una nueva aproximación a este periodo histórico. Los informes fueron agrupados con la denominación programa CEASAR, establecido en 1952 para estudiar el caso soviético; en 1956 se conformó el Sino Soviet Studies Group (SSSG), del cual se derivó el proyecto POLO en 1956 para hacer seguimiento a la alta dirigencia del Partido Comunista de China (PCCh). De manera complementaria se instauró el proyecto ESAU en 1959 para comprender las complejas relaciones chino soviéticas.
El proyecto CAESAR está compuesto por 51 informes, el POLO por 37 escritos y ESAU por 54. Muchos de los textos corresponden a explicaciones sobre aspectos importantes de la doctrina comunista o hacen mención a diversos temas de la política exterior soviética o china. A pesar de su importancia nos limitaremos exclusivamente a lo que hace referencia a América Latina y a las diferencias entre la URSS y China que afectaron a la región.
En el caso que nos interesa resaltar el equipo de inteligencia fue dirigido por "Walter P. (Bud) Southard, a senior intelligence officer who had had unique experience in China as a naval intelligence officer dealing with senior Chinese Communist liaison in the years immediately after World War II". 1 Este grupo de estudios varió a lo largo del tiempo en cuanto a sus participantes y tuvo otras denominaciones, no ampliaremos este aspecto pues para las necesidades del presente artículo es un tema secundario. Tampoco nos detendremos en precisar la forma que adquirió la intervención estadounidense en países como República Dominicana, Chile, Centroamérica y en el fomento a las dictaduras militares por considerar que está suficientemente documentada.2
El principal informe encontrado en el conjunto denominado ESAU, y que emplearemos ampliamente, es el documento 32 titulado The Sino-Soviet Dispute Within the Communist Movement in Latin America, fechado el 15 June 1967.3 El propósito del documento fue señalado en la introducción en los siguientes términos:
This working paper of the DDI Research Staff examines the competition among the Soviet, Chinese, and Cuban Communist parties for influence with Communist parties and revolutionary groups in Latin America from mid-1963 through March' 1967.
(...) focuses mainly on the dramatic growth of Chinese Communist activities in Latin America since mid-1963 and on Moscow's reaction, and only on that aspect of the Cuban Communist Party's development which concerns Castro's efforts to command for his experience a level of ideological influence in the world Communist movement comparable with that of Russia and China.4
Una lectura de las fuentes mencionadas permite aseverar que los partidos comunistas en América Latina difundieron las obras de Mao Zedong (Mao Tse Tung) y las noticias sobre el triunfo del PCCh desde la época de la proclamación de la República Popular China (1949). Ello los llevó a editar algunas obras básicas del Gran Timonel y a reflexionar sobre la vía china de la revolución, especialmente por el hecho de haberse realizado en un país caracterizado como atrasado y con una enorme contribución de campesinos, lo cual la hacía altamente atractiva en América Latina. Por ello, tanto chinos como latinoamericanos observaron ciertas similitudes en los procesos políticos.
Sin embargo, a raíz de la ruptura chino soviética los revolucionarios latinoamericanos se vieron obligados a manifestar sus simpatías por uno de los actores a nivel internacional. En el proceso las potencias participaron en maniobras de todo tipo: expulsiones de los disidentes de los partidos, manipulación de la información, calumnias y en no pocos casos ejecuciones por traición. Al final, foquistas y comunistas se alinearon con la URSS y algunos sectores que emergieron de la Nueva Izquierda con China.
El acceso a nuevas fuentes evidencia que al comenzar los años sesenta Estados Unidos no consideró inicialmente como un problema para sus intereses el ascenso de Fidel Castro o el sandinismo; que la URSS no entendió lo que sucedía con la revolución cubana y con el foquismo; y que China amplió considerablemente su participación en las luchas sociales en la mayor parte del mundo en los años sesenta y setenta.
Finalmente, el acceso a los documentos desclasificados permite señalar que es necesario diferenciar periodos en la Guerra Fría, en la política exterior de China y también en las relaciones entre los Partidos Comunistas y la URSS.5 Así, por ejemplo, luego de la ruptura chino soviética se desencadenó una importante disputa entre éstas naciones por influir en nuestro continente. Inicialmente fue a través de la política cultural, que llevó a la búsqueda de relaciones con los intelectuales, demócratas y disidentes de Latinoamérica. Posteriormente, la ruptura en el movimiento comunista internacional se manifestó en una agudización de las diferencias entre China y la URSS a nivel planetario. El ascenso al poder de Loenid Brézhnev (1964-1982) significó un endurecimiento de la postura soviética en América Latina y un decidido interés por intervenir en la región. La URSS y los comunistas pasaron de la incertidumbre ante el levantamiento del Movimiento 26 de Julio -de hecho algunos estudiosos señalan que la participación comunista fue más individual que como organización- a la radicalización de la revolución cubana a nombre del marxismo en 1961; a su transformación en la ejecutora de la política soviética a nivel regional; y al control de los PC de América Latina y de la orientación de gran parte del movimiento insurgente.
En los años setenta se produjo un acercamiento diplomático entre China y Estados Unidos que afectó la posición de la URSS y Cuba y a la vez Centroamérica se convirtió en el gran centro de disputa de las superpotencias. Lo cual se agravaría en la década de los ochenta con la agudización de la guerra civil en El Salvador y Guatemala.
Finalmente, la desaparición de la URSS y el subsecuente debilitamiento de Cuba impusieron la necesidad de acuerdos de paz en los países centroamericanos con guerras civiles con lo que se generó el debilitamiento del poder de la isla, que debió retirarse de los conflictos de la región. Ello dio un mayor espacio a China para consolidar los vínculos económicos, políticos y culturales con América Latina.
En resumen, el conjunto de documentos ha permitido identificar cuatro limitaciones de las interpretaciones sobre la Guerra Fría de las décadas anteriores: la visión de un mundo monolítico en el movimiento comunista latinoamericano; la ausencia de disputas entre la URSS, Cuba y China por influenciar las izquierdas en América Latina; la consideración de vínculos entre el comunismo latinoamericano y China sólo a partir de las primeras décadas del siglo XXI; y la inexistencia de etapas en la interpretación de las relaciones entre China y nuestro continente.
El propósito del presente artículo es estudiar la Guerra Fría en América Latina a la luz del conflicto chino soviético y analizar cómo las disputas entre los dos países se vivieron en izquierda de América Latina. Con ello, buscamos contribuir a superar las limitaciones mencionadas en los estudios sobre la Guerra Fría. Para el logro de estos objetivos nos basaremos en informes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos y complementaremos la interpretación con los trabajos que se han venido empleando por la historiografía de la región. Para una mejor compresión de nuestra interpretación estableceremos periodos con el propósito de diferenciar los distintos momentos vividos durante la Guerra Fría. Finalmente, es necesario señalar que por extensión nos concentramos en algunos ejemplos que nos permiten ilustrar los tópicos de cada apartado.
Primer periodo: el inicio de las relaciones de las izquierdas de América Latina con China, 1959-1962.
A comienzos de los años cincuenta China inició una ofensiva diplomática para tratar de posicionarse en el escenario mundial, romper el aislamiento y ganar respaldo de las naciones del Tercer Mundo. La primera medida tomada fue el establecimiento de lazos culturales con países y organizaciones de América Latina. Ello significó el acercamiento a intelectuales y disidentes para que conocieran de primera mano los logros de la revolución. De igual forma se promocionó el establecimiento de casas de amistad, creadas en gran parte del mundo como puente entre China y personalidades de diverso tipo y, posteriormente, se produjo el acercamiento a los partidos de izquierda. Varios ejemplos de este primer contacto podemos señalar. En México Vicente Lombardo Toledano y el político michoacano Agustín Arriaga Rivera (gobernador del estado de Michoacán entre 1962 y 1968) dejaron memorias sobre sus periplos a China. 6 El destacado científico e intelectual Elí de Gortari, rector de la Universidad Michoacana, hizo una síntesis de la historia de la filosofía china y elaboró una apología al pensamiento de Mao al traducir y presentar el libro Estudios filosóficos.7 En Colombia también varios escritores y militantes viajaron a China, uno de ellos fue Manuel Zapata Olivella, muy conocido por la reivindicación de las negritudes y su visión crítica de la historia nacional. Este autor al retornar al país publicó las memorias de su estancia en Pekín con el título de China 6 a.m. El libro fue posible por el viaje que hizo en calidad de invitado a la Primera Conferencia de Paz de los Pueblos de Asia y África. 8 Junto a Zapata Olivella también se desplazaron a Oriente el dirigente de izquierda Diego Montaña Cuellar y los escritores Jorge Zalamea y Jorge Gaitán Durán. De ese periplo Montaña Cuellar dejó como memoria el libro Por los caminos de la paz. De Pekín a Viena. 9
Por supuesto, existe un largo listado de dirigentes políticos e intelectuales latinoamericanos que viajaron a China, la mayoría de los cuales se destacaría luego por militar en organizaciones maoístas y otros por su larga trayectoria intelectual. En este grupo de personas que viajaron con ocasión de congresos del PCCh o por el aniversario de la revolución 10 se encuentran Florencio Medrano en México; 11 Abimael Guzmán, en Perú; y en Argentina, Héctor P. Agosti y Raúl González Tuñón en 1953, Gerónimo Arnedo Álvarez, José María García y Alfredo Varela en 1956; y María Rosa Oliver y Norberto Frontini. 12 Según William Ratliff entre 1949 y 1970 alrededor de 2400 viajeros latinoamericanos llegaron a China. 13
El acercamiento chino a América Latina adquirió forma a finales de años cincuenta, cuando se creó Pekín Informa (1962), una emisora y La Asociación de Amistad Sino Latinoamericana y cuando China respaldó de inmediato la revolución cubana. En nuestro continente se respondió a tales gestos con la creación de las casas de amistad, fundadas en la mayor parte de los países latinoamericanos.14 Por ejemplo, en Argentina, gracias a la iniciativa de Bernardo Kordon se organizó la casa de Amistad Chino Argentina y se fomentaron los viajes a China, de hecho, este intelectual estuvo siete y ocho veces en el gigante asiático. 15 La Casa Chino Argentina publicó en 1954 un magazín literario denominado Cultura China, dirigido por Fina Warschaver. Las casas de Amistad permitieron, además, difundir la literatura con sello Ediciones Lenguas Extranjeras.
Existe una polémica sobre el grado de influencia de los chinos en la formación de corrientes maoístas, para unos era indiscutible el apoyo del PCCh, mientras algunos insisten en que no hay evidencia de que el gobierno chino promoviera la irrupción de organizaciones maoístas en América Latina.16 Los académicos estadounidenses de finales de los sesenta y comienzos de los setenta no percibieron posibilidades para los maoístas latinoamericanos. Para Cecil Johnson, por ejemplo, había que descartar a los maoístas como parte "miembros del clan de lunáticos en América Latina". Otros autores insisten en que la política de distención promovida por la Unión Soviética a raíz del XX congreso del PCUS y el impacto de la revolución cubana pudieron haber motivado la búsqueda de opciones más radicales por parte de comunistas latinoamericanos.
Segundo periodo: de la ruptura chino soviética a la inclusión de China en el escenario mundial.
Es necesario aclarar que la política exterior china se había inclinado por el Tercer Mundo en el periodo 1960-1965 -cuando desarrolló una serie de documentos en los cuales se hacían analogías entre la revolución china y la situación de Asia, África y América Latina, tal como sucedió con el caso de la revolución cubana. En 1960 apareció un folleto que evidenciaba el interés chino por América Latina, "The people de Asia, African, and Latin America Should Unite and drive american imperialism back to where it came from".17 Por su parte los cubanos y los chinos se acercaron a partir de 1959 pero el nexo sólo duró hasta la ruptura chino soviética y se rompió definitivamente en 1966 cuando los cubanos no invitaron a los grupos prochinos a la Conferencia Tricontinental, aunque China sí estuvo presente en el evento. 18 Entre 1965 y 1966 se produjo una polémica con la URSS debido a la lectura que se hizo sobre Vietnam y a la posibilidad de un ataque por parte de Estados Unidos
A mediados de la década de los sesenta la propaganda china estableció que el imperialismo estadounidense era el principal enemigo de la paz mundial y especialmente por parte de dirigentes como P'eng Chen y Lin Piao enaltecieron las luchas del Tercer Mundo, de allí la importancia que revistieron para China los movimientos de liberación nacional. El estallido de la Revolución Cultural aisló temporalmente la política exterior china, pero los acercó fuertemente a quienes planteaban una renovación de las luchas revolucionarias en países del primer y Tercer Mundo debido al atractivo que tenía la propuesta de Mao y la acción de los Guardias Rojos. Esto explica por qué se considera uno de los eventos políticos de mayor impacto planetario. Veamos ahora, y a partir de algunos ejemplos concretos, la forma como soviéticos, cubanos y chinos diputaron el escenario de las izquierdas latinoamericanas.
La coyuntura que estudiamos estuvo determinada por la tensión entre la URSS y China por influir en Cuba, la crisis de los misiles, y el crecimiento del influjo chino en partidos comunistas de América Latina. Pero como queda en evidencia a lo largo del informe de la CIA titulado The Sino-Soviet Dispute Within the Communist Movement in Latin America Cuba intentó suplir sus debilidades empleando el prestigio alcanzado en la región con el fortalecimiento del foquismo y tratando de convertirse en referencia para las facciones más radicales de la izquierda.
Los documentos de la CIA sobre América Latina cubren la mayor parte del siglo XX y tienen una información muy detallada como para creer que solamente se tratan de simple conjeturas de académicos u opiniones de funcionarios de la embajada. Junto a estos informes desclasificados han venido apareciendo otros textos que evidencian que la CIA también tuvo acciones de campo para infiltrar, dividir y realizar acciones de todo tipo encaminadas a frenar, fragmentar, controlar o acabar los partidos de izquierda. En el caso de Ecuador se conocen escritos de la embajada de Estados Unidos desde la década del veinte del siglo pasado y para el periodo que estudiamos existe un famoso diario titulado Inside the Company. CIA Diary publicado en 1975 por el agente Philip Agee. Allí el funcionario estadounidense relata, con nombres propios, los militantes de izquierda que accedieron a servir de informantes, los militares y políticos que secundaron las actividades de la Central de Inteligencia y las acciones de todo tipo para influir políticamente en Ecuador. El periodo del libro se extiende por 12 años y llega hasta octubre de 1963. 19 Para nuestro artículo es importante señalar que allí se mencionan a varios dirigentes de la izquierda que fueron "rodeados" por agentes infiltrados, como ocurrió con Rafael Echeverría Flores, por lo que estas personas fueron expulsadas en 1966 de las filas del Partido Comunista de Ecuador PCE (ML).
Delegados chinos que habían estado previamente en Brasil llegaron a México a dialogar con miembros del Partido Comunista de México (PCM) para ofrecer ayuda económica por parte de China y apoyo para distanciarse de la URSS. La CIA advierte, basándose seguramente en informes de cuerpos de seguridad mexicanos, que durante el noveno pleno del PCM, de febrero de 1964, tuvieron que hacerse varias rondas de votación para definir la postura ante el cisma del comunismo internacional y que existían roces entre el Comité Central y la Comisión Política. La votación se definió por 8 votos contra 4 y con 4 declaraciones de neutralidad, de esta manera el PCM se mantuvo en la órbita prosoviética. 20
En el mes de marzo una célula de la Ciudad de México se pronunció contra el CC y demandó el conocimiento de la postura china. En el mes de abril el primero de los cuatro miembros del CC que habían manifestado simpatía por China fue marginado del PCM y en el pleno del partido de julio 17 a 19, los otros tres fueron expulsados. De esta manera el XIV Congreso del PCM se realizó en el mes de diciembre sin disidentes, ratificó la expulsión de los cuatro prochinos y se mostró fiel a la URSS. Los delegados chinos tampoco pudieron hacer mucho más en México, pues la policía los seguía permanentemente, y por ello abandonaron las actividades que realizaban. Finalmente, los prosoviéticos del PCM tomaron control en marzo de 1964 de La Sociedad Mexicana de Amistad con el Pueblo de China y marginaron a los prochinos. En ese mismo año se intentó crear La Sociedad de Amigos de China, pero no logró consolidarse.21
Las corrientes prosoviéticas realizaron en México a comienzos de 1964 "La tercera conferencia de comunistas y partidos de trabajadores de México y Centroamérica". Además de los anfitriones participaron representantes de partidos comunistas de Honduras, Guatemala, El Salvador y Costa Rica. Al final de la reunión se firmó un manifiesto en respaldo de la URSS y se hizo un llamado a poner fin a las polémicas públicas por parte de los actores internacionales. Al año siguiente la cuarta conferencia, a la cual asistieron representantes de Panamá, se pronunciaron "contra toda manifestación de faccionalismo en el movimiento internacional".22 Sin embargo, el Partido del Pueblo de Panamá (PPP), antiguo Partido Comunista de Panamá (PCP) que había cambiado de nombre en 1943, se mantuvo neutral ante la incapacidad de su dirigente Rubén Darío Souza de expulsar a los prochinos. Por otra parte, en enero de 1964 se produjeron movilizaciones contra estadounidenses ante las cuales Mao Tse Tung se pronunció y se realizaron manifestaciones de apoyo. De manera que el distanciamiento de los chinos no era tan fácil.
En Panamá también actuó la Unión Revolucionaria Panameña, organización formada a finales de 1964 para promover la "guerra del pueblo" y que se había originado en la procubana Vanguardia de Acción Nacional. En la primavera de 1966 varios militantes de esta organización viajaron a China y entre junio y julio formaron por iniciativa de Álvaro Menéndez Franco el Partido Marxista Leninista Panameño (PMLP). Sin embargo, la fracción procubana de la URP, orientada por Floyd Britton Morrison, viajó a La Habana para buscar reconocimiento de la isla. Ambos países le pidieron a los panameños unidad como condición para lograr el respaldo. Menéndez se desplazó a China en agosto a una conferencia contra la amenaza de guerra nuclear, allí criticó el revisionismo. El viajero regresó con el apoyo al PMLP, pero con la tarea de realizar la unidad con otras organizaciones.
En Colombia, el Partido Comunista (PCC) venía atravesando por una fuerte crisis desde finales de los cincuenta debido a la propuesta de algunos dirigentes de lanzarse a la lucha armada. Ello debido a que La Violencia, la guerra civil entre los partidos tradicionales, había llevado a la conformación por parte de los comunistas de organizaciones de resistencia campesina, procesos de colonización armada y creación de las denominadas "repúblicas independientes". Adicionalmente el triunfo de la revolución cubana exacerbó las posturas de los radicales y el cisma chino soviético alimentó la búsqueda de nuevos caminos para superar el revisionismo de los comunistas. El pleno del PCC de octubre de 1963 evidenció la existencia de dos posturas y ante tal circunstancia el partido respondió con expulsiones. Los disidentes, entre los cuales se encontraban Pedro Vásquez, Carlos Arias, Héctor Bogotá Rubiano, Luis Carlos Miranda y Francisco Garnica Narváez, respondieron al año siguiente con la creación del PC de Colombia (Marxista- Leninista). 23 Vásquez y Luis Villar Borda viajaron a China en busca de reconocimiento. 24 En el mes de septiembre se realizó una reunión plenaria donde se anunció el respaldo chino; la posibilidad de lograr ayuda financiera; la necesidad de ahondar las diferencias con Moscú; y la programación de un congreso para el año siguiente. Este se efectuó, aunque fue denominado décimo, en alusión a la numeración que seguía a los eventos similares del viejo PCC. Allí se expulsó a los dirigentes prosoviéticos y se condenó el castrismo y a Cuba. El evento tuvo representación de organizaciones prochinas de Ecuador, Perú y Venezuela.
El grupo del Secretario General del PCC Gilberto Vieira, respondió, a nombre del CC, con una reunión en la que se desconoció a los prochinos y se expresó la fidelidad a Moscú. Aún más, según informes de la CIA: "There is evidence this consolidation of PCC with ELN guerrilla forces was ordered by the CPSU In line with "specific instructions" PCC delegate Diego Montaña Cuellar brought from the Tricontinental gathering for the PCC leadership in February".25 Además, entre el 25 de abril y el 5 de mayo el PCC impulsó la segunda conferencia del bloque guerrillero del sur que dio origen a las FARC. En ese momento el joven dirigente Manuel Cepeda Vargas, que había sido delegado a la Tricontinental en Cuba, "played an active role in creation of the FARC." 26
En febrero de 1966 se produjo la exclusión de Fred Kaim Torres, Alfonso Cuellar Solano, Bogotá y, al menos, otros cuatro dirigentes. Kaim acuso a Vásquez de despilfarrar el dinero dado por China y delegados del PCC (ML) viajaron a este país a denunciar contra los expulsados. A pesar de las diferencias entre los dos sectores el ML "gained control of the National Federation of University Students (FUN) at its 3rd National Congress on 27-30 May 1966" (CIA, 1967: 127). En la idea de fortalecer la lucha guerrillera el Comité Ejecutivo se trasladó al campo (departamento de Córdoba) y también avanzó en la creación de su propia fuerza guerrillera, el Ejército Popular de Liberación (EPL). A pesar de estos hechos el ML no avanzaba por lo que los chinos mostraron interés en el MOEC. Señala la CIA: "But the PCC-ML had disintegrated for all practical purposes and there was evidence of renewed Chinese interest in MOEC, Five members of that organisation returned to Colombia in December 1966 after training in China, and had been given same funds by the Chineee." 27 Los ML renunciaron al maoísmo en y luego firmaron un acuerdo de paz en 1991 y se reintegraron a la vida civil.
El maoísmo en Colombia no se redujo al PCC (ML). Por el contario, es unos de los países en que más variantes políticas adquirió. En efecto, en 1959 se había creado el Movimiento Obrero, Estudiantil y Campesino (MOEC)-7 de enero en un claro intento de crear una organización foquista que superara el revisionismo del PCC, aunque de inmediato se plegó a Cuba. No obstante, Francisco Mosquera, uno de los militantes que había viajado a La Habana a recibir formación política en 1963, comenzó a leer las obras de Mao y la experiencia china y a alejarse de la revolución cubana y su modelo. Al regresar a Colombia inició un debate teórico contra el foquismo, el terrorismo y el uso de prácticas negativas como el secuestro y los atentados personales. Más aún, en un documento de 1965 planteó una polémica al interior del MOEC para privilegiar la formación de un auténtico partido marxista leninista, pues consideraba que en Colombia no había condiciones para la lucha armada. La respuesta de sus compañeros fue acusarlo de traición y condenarlo a muerte, a pesar de ello Mosquera prosiguió en su empeño y el 1 de octubre citó a la IX Conferencia del MOEC y allí transformó esta organización en Partido del Trabajo de Colombia (PTC) y adoptó el maoísmo. Sin embargo, por razones del azar actuó públicamente con el nombre de Movimiento Obrero, Independiente y Revolucionario (MOIR). Esta organización se mantiene vigente hasta el día hoy, aunque en 1998 se dividió en PTC (Moirista) y MOIR.
En Ecuador el maoísmo también actuó. En la ciudad de Guayaquil, entre el 9 y 12 de marzo de 1962, se realizó el VII Congreso del Partido Comunista de Ecuador (PCE) que se inclinó por la lucha armada. Al año siguiente Alejandro Román Armendáriz, miembro de la dirección del PCE, informó a José María Roura Ceballos y Rafael Echeverri Flores la existencia de una oferta de los chinos para financiar el partido y asumir una línea crítica hacia la URSS, Roura viajó a Pekín donde lo alentaron a crear una división en el PCE y según la CIA le dieron 25.000 dólares para crear una imprenta y difundir la polémica chino soviética. No obstante, al regresar al Ecuador fue arrestado y sus planes denunciados en la prensa. La línea prosoviética, comandada por el secretario general Pedro Saad, expulsó en el mes de mayo a Roura por su viaje a China e igual hizo con Echeverri y, además, disolvió el Comité de Pichincha, iniciándose con ello una fuerte disputa entre las dos fracciones. Sin embargo, un golpe de estado llevó a los militares al poder (1963-1966) y Saad fue arrestado, el grupo de Echeverri fue el que mejor resistió el embate de los militares y por ello intentó ganar el control del partido e inclinarlo definitivamente por la línea china. A pesar de la ventaja relativa no logró el control y por ello existieron dos PCE. En agosto de 1964 un congreso extraordinario formalizó la división, la expulsión de Saad y tres de sus seguidores, emitió un saludo a China, manifestó apoyo a la revolución cubana; abogó por la necesidad de impulsar la organización de un Frente Patriótico de Liberación y adoptó para el partido la denominación PCE (ML) el 1 de agosto. 28
Luego del congreso de fundación Echeverría, Roura y otros 9 miembros del partido viajaron a China. En octubre Echeverría se reunió con Teng Hsiao-ping (Deng Xiaoping) y aprobaron una plataforma política para el PCE (ML), y según la CIA obtuvieron 50.000 dólares. Sin embargo, hubo confrontación entre dos líderes del partido: Hugo Salazar Tamariz y Jorge Arellano Gallegos. Echeverría viajó a Cuba donde fue hospitalizado y permaneció hasta agosto de 1965, Gallegos fue arrestado y luego exiliado en Europa de donde viajó a China y sólo retornó en junio de 1966 al caer la junta militar. Según la CIA existió evidencia de que los cubanos intentaron ganar el control del PCE (ML) durante la ausencia de Echeverría. El mismo documento señala que se había realineado con Cuba y la URSS contra China. La presión contra el PCE (ML) por parte de los cubanos y la existencia de fracciones internas era muy fuerte, la CIA reconocía estos dos hechos:
But the party's executive committee stood its ground and issued a long document on "The Central Tasks of the Party" in May which drew a clear distinction between unwanted Castroist guerrilla adventures on the one hand, and the authentic Maoist concept of the longterm "people' s war" in the country accompanied by secret clandestine cadre action in the cities. The PCE-ML had been continually importuned throughout 1965 by two small Castroist terrorist groups, the "Victory or Death" (V/M) and the Detachment of Secret Organization (DOS), to begin active guerrilla operations; but its leadership withheld any commitment. The May document reflected the growing divisions within the PCE-ML between those advocating immediate revolutionary action and those dedicated to the more orthodox, longer-term Maoist program.29
Al retornar en diciembre de 1964 Saad comenzó a maniobrar para lograr la reunificación y control de las dos facciones del partido y cedió a la idea de preparativos para la lucha armada. Cuando regresó Echeverría llegó con una donación cubana y con cambios en su posición, pues planteó un alineamiento total con la isla.
Tercer periodo: de las nuevas relaciones de China con Estados Unidos y América Latina a la desintegración de la URSS.
La tercera etapa de las relaciones entre China y América Latina estuvo determinada por tres hechos: la normalización de las relaciones internacionales de China con su incorporación a las Naciones Unidas (1971), el inicio de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y con los países de la región, y la agudización de la ruptura chino soviética. Todo lo anterior en una etapa de auge del movimiento maoísta latinoamericano.30
Los conflictos militares en Corea y Vietnam y el respaldo estadounidense al gobierno de Taiwán habían distanciado abiertamente a China y Estados Unidos. Sin embargo, luego del cisma del comunismo internacional y el conflicto fronterizo entre China y la URSS de 1969 los estadounidenses intentaron maniobrar para debilitar a la URSS en el escenario internacional y los chinos, temiendo una invasión soviética, buscaron una mejor atmósfera para sus relaciones diplomáticas. En 1971 China se incorporó a las Naciones Unidas y Henry Kissinger visitó secretamente a China. Más adelante, el presidente Richard Nixon lo hizo en visita oficial en 1972 y en 1975 le correspondió el turno al presidente Gerald Ford, gracias a lo cual Estados Unidos reconoció diplomáticamente la República Popular de China en 1979.
Los chinos habían iniciado una nueva era de relaciones diplomáticas a nivel mundial con la dirección de Mao y Zhou Enlai. No obstante, con el ascenso de Deng Xiaoping (1978) las cosas cambiaron radicalmente pues se introdujeron reformas para liberalizar la economía, por ello la mayoría de analistas sostienen que la visita de Deng Xiaoping a Estados Unidos (1979) fue la que realmente cambió las relaciones entre las dos nociones. Adicionalmente se considera a Deng mucho más pragmático y comprometido con un rápido crecimiento de la economía a China, para lo cual era necesario la distensión con Estados Unidos y asimilar algunos de sus logros económicos. 31
La distención entre China y Estados Unidos se prolongó hasta junio de 1989 cuando a raíz de las protestas en la Plaza de Tian'amen se ocasionaron fuertes reclamos por parte de Estados Unidos y los países europeos por la ausencia de protección de los derechos humanos de los disidentes, e incluso abogaron por la introducción de reformas democráticas. A raíz de los atentados contra las torres gemelas del 11 de septiembre de 2001, se produjeron acercamientos entre China y Estados Unidos para combatir el terrorismo.
En la década del setenta y ochenta las visitas se ampliaron notablemente, pero con otro tipo de viajeros, púes los partidos tradicionales, como el PRI mexicano; representantes del parlamento; y presidentes latinoamericanos se desplazaron a China. En reciprocidad altos funcionarios chinos arribaron a la región. Al comenzar los setenta se dio inicio a un periodo de auge de las relaciones diplomáticas con diversos países. Por ello, Luis Echeverría, mandatario mexicano, fue el primer presidente en visitar China en 1973. No obstante, todos estos acontecimientos, sumados a la muerte de Mao Tse Tung (1976) y a los cambios vertiginosos impulsados por Teng Hsiao Ping (Deng Xiaoping) transformaron el interés por América Latina y privilegiaron el intercambio comercial y los negocios. 32
En este periodo se produjo el auge de las organizaciones maoístas en América Latina. La fundación de partidos y los congresos de rectificación en los viejos PC se sucedieron en la mayor parte del continente. Fue el momento en que la ruptura chino soviética adquirió mayor profundidad debido a la dura crítica de China y de Albania a la URSS.
El auge del maoísmo se vivió en Colombia con particular intensidad. En 1971 el maoísmo colombiano se fortaleció con la conformación de la Liga Marxista-Leninista de Colombia, la cual tuvo un importante trabajo en el movimiento campesino, especialmente en la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), y que se constituyó a partir de un debate interno del PCC (ML) contra el foquismo del EPL. Esta organización se dividiría en una gran variedad de grupos y otros proyectos aparecerían en el escenario político colombiano dando origen en la década del noventa a nuevos intentos por crear partidos maoístas.33 A la radicalización de la postura de los PC que respondieron rápidamente a las orientaciones de Leonid Brezhnev (1962-1984), que reclamó el aislamiento de chinos y maoístas; la consideración de Cuba como vanguardia de la revolución en América Latina; y la necesidad de que los PC expresaran fidelidad absoluta a la URSS.
Un suceso que evidenció las diferencias de políticas de prosoviéticos y prochinos en el Ecuador fue la postura ante la dictadura de Guillermo Rodríguez Lara (1972). El PCE lo consideró progresista, por lo cual el militar debería ser respaldado. Por el contrario, para el PCE (ML) se trataba de un dictador. Lo que se debe resaltar en este caso fue que la postura de los comunistas obedecía a la aplicación de un modelo implantado por la URSS y que se haría frecuente en los años setenta, especialmente en África: la búsqueda de militares "progresistas". Los soviéticos habían tenido éxito convirtiendo, de la noche a la mañana, a militares golpistas en socialistas y por ello quisieron mantener el modelo. De allí que tal postura no fue un caso exclusivo de los ecuatorianos, lo mismo ocurrió con el PCP ante la dictadura de Juan Francisco Velasco Alvarado en el Perú y casi en los mismos años el PCC encontró en el presidente Alfonso López Michelsen (1974-1978) aspectos positivos y progresistas que debían respaldarse, por su parte el PPP apoyó a Omar Torrijos en su reclamo por el control del Canal.
En 1978 el PCE (ML) "denunció al pensamiento Mao Tse Tung como dogmático y antimarxista e hizo público reconocimiento de haber asumido algunos de esos puntos de vista" .34 Durante el XI Congreso del PCC (ML) realizado en 1980 dicho partido catalogaron a Mao revisionista y renunciaron al maoísmo. Otros partidos ML seguirían el mismo ejemplo.
En 1979 se desarrolló un suceso que transformó sustancialmente del movimiento comunista internacional: la invasión soviética a Afganistán. Tal acontecimiento llevó a una radicalización de la propaganda china contra lo que se denominó el socialimperialismo soviético y se pronunció a favor de la lucha de los afganos en los foros internacionales. En América Latina el MOIR de Colombia realizó una amplia actividad de propaganda en respaldo a la resistencia afgana y contra la intervención soviética. Estados Unidos implemento un respaldo a los guerrilleros afganos y, como era usual, se fortaleció la propaganda típica de la Guerra Fría, siendo Rambo uno de sus productos emblemáticos.
La situación cambió drásticamente en América Latina en 1979 a raíz del triunfo sandinista, el cual fue inicialmente aceptado por Estados Unidos. No obstante, cuando este país se alineó con Cuba y la URSS el escenario se transformó y se desató una fuerte ofensiva, a todo nivel, por parte de Estados Unidos. Para China y algunos maoístas la situación era grave, pues consideraban que se estaba jugando la suerte de las potencias y la paz mundial con un enfrentamiento a través de intermediarios. Sin embargo, no tenían ni la capacidad ni las condiciones políticas para influir o intervenir en la región. Por otra parte, para los chinos su prioridad era el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, incluidos los países latinoamericanos, y especialmente la normalización de sus vínculos diplomáticos y comerciales con Estados Unidos, así que se limitó a emplear los medios que disponía para hacer propaganda política. Por ello en ese momento fueron fortalecidos el Pekín Informa, Ediciones Lenguas Extranjeras y la radio en español.
En esta etapa se produjo una ofensiva militar y política de las fuerzas procubanas y prosoviéticas, especialmente en Centroamérica donde las guerrillas contaron con el apoyo cubano y nicaragüense y agudizaron la guerra civil en El Salvador y Guatemala. Sin embargo, debido al respaldo estadounidense a la militarización de los gobiernos de la región y a una serie de acciones armadas, como la invasión a la isla de Granada (25 de octubre de 1983), la invasión a Panamá que se adelantó entre el 20 de diciembre de 1989 y el 31 de enero de 1990, y la guerra de la Contra en Nicaragua (1979-1990), la región se vio amenazada por la posibilidad de una conflagración de bastas proporciones. La Guerra Fría nunca alcanzaría en América Latina tan peligrosos niveles como en ese momento. Solamente la desintegración de la URSS y la determinación cubana de abandonar a las guerrillas centroamericanas y la evidente imposibilidad de un triunfo militar obligaron a las insurgencias a firmar procesos de paz en El Salvador (16 de enero de 1992) y Guatemala (29 de diciembre de 1996) y con ello hubo, nuevamente, un cambio dramático en la región.
En Colombia, las FARC, la expresión armada del sector prosoviético, decidieron a mediados de los ochenta expulsar de diversas zonas campesinas al maoísta MOIR, por lo que asesinó a varios activistas y amenazó a los "descalzos", militantes profesionales que actuaban en el campo. En la búsqueda de supervivencia a los maoístas del MOIR abandonó el trabajo campesino, clandestinizó a la mayor parte de su Comité Ejecutivo y se alió con sectores antisoviéticos que defendieran la producción nacional y rechazaran el uso de la violencia en la acción política. Fue uno de los partidos maoístas que más acciones desarrollaron para denunciar la invasión soviética a Afganistán y se distanció abiertamente del foquismo y de Cuba. Las FARC también desarrollaron operativos militares contra el EPL e incluso realizó una masacre de 35 civiles el 23 de enero de 1994, en el campo de reinsertados de La Chinita. Hay que resaltar el hecho de que los excombatientes del EPL se encontraban en una fiesta.
En esta coyuntura los chinos, soviéticos y estadounidenses también se enfrentaban en África y el sudoeste asiático, pero la situación de cada potencia era distinta. Los chinos habían tenido un enfrentamiento con Vietnam y la URSS en 1979 que amenazó convertirse en un grave conflicto; Estados Unidos había sido derrotado estrepitosamente en Vietnam y debió retirarse de la región y limitar su influencia a unos pocos países; la URSS intentó convertirse en la primera potencia mundial, por lo que alentó conflictos en la mayor parte del mundo, especialmente en África donde intervino a través de una prolongada y numerosa presencia cubana en Angola, y Centroamérica, razón por la cual los chinos concebían que la URSS era el principal enemigo de la paz mundial.
Un capítulo fundamental del periodo que estudiamos fue el quiebre del antiguó Partido Comunista del Perú (PCP) y la irrupción de un sector maoísta: el PCP-Sendero Luminoso. Este grupo intentó desarrollar una guerra popular a partir del supuesto de que renovaba el marxismo, leninismo y el maoísmo con la incorporación de las enseñanzas de José Carlos Mariátegui y del pensamiento del "Presidente Gonzalo" (Abimael Guzmán), es decir recurriendo a tradiciones latinoamericanas. Al margen de la valoración sobre la táctica y la estrategia política empleada por el senderismo lo que no se puede discutir es que esta organización maoísta acaparó la atención de la prensa mundial y se convirtió en el partido con mayores vínculos internacionales y con epígonos en muchas naciones latinoamericanas. Fue una de las organizaciones que más incorporó a sus prácticas cotidianas las diferencias con la nomenclatura del PCCh, al, por ejemplo, colgar en los postes perros ahorcados con nombres de los dirigentes chinos. Su impacto en la historia peruana y latinoamericana de la década del ochenta es indiscutible. No obstante, sus errores políticos y militares los llevaron al fracaso al comenzar los noventa. En Perú igualmente el PCP decidió apoyar a los Ronderos que luchaban contra Sendero Luminoso.
Cuarto periodo: de la desintegración de la URSS al auge del comercio y las inversiones Chinas en América Latina.
Paradójicamente el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y América Latina se produjo en un ambiente de aparente fin de la Guerra Fría a raíz de la desintegración de la URSS; la reducción de la presencia cubana en la región, especialmente en Centroamérica; los procesos de paz por parte de las fuerzas insurgentes en El Salvador y Guatemala; y el debilitamiento de los PC prosoviéticos. 35 La paradoja consiste en que, por una parte, los maoístas se distanciaron de las reformas en el gigante asiático, de hecho muchas organizaciones hablaron de restauración del capitalismo e incluso llegaron a romper políticamente con China, tal como aconteció con el MOIR colombiano. Por otra parte, se produjo el debilitamiento de las organizaciones maoístas y con muy contadas excepciones éstas se fraccionaron y tendieron a desaparecer, especialmente en México y en Centroamérica. Los casos de Colombia y Perú son la excepción, pues en estos países el maoísmo es aún hoy día una importante referencia política.
A partir de la década de los noventa del siglo pasado, China inició un lento pero firme fortalecimiento de la actividad comercial y la financiación de obras de infraestructura en América Latina, ganando una mayor presencia en el continente. Tal circunstancia demostró a los dirigentes del PCCh que ya no era tan importante la relación con las organizaciones políticas de izquierdas, sino que lo mejor para sus intereses eran las relaciones gobierno a gobierno y el incremento de las exportaciones y las inversiones en América Latina. Tal determinación coincide con la revisión del legado de Mao en la propia China, pues desde hace un par de décadas hay un permanente cuestionamiento al Gran Timonel.
En este último periodo es fundamental considerar tres temas: el crecimiento del comercio exterior entre China y América Latina y las inversiones chinas; la suerte del maoísmo latinoamericano; y, finalmente, la confrontación de las potencias por América Latina.
La actividad comercial y las inversiones chinas han crecido aceleradamente en las últimas décadas. Las razones que tiene China para comerciar con América Latina son: 1 la búsqueda de materias primas (soya, petróleo, acero); 2 Obtener mercados para las exportaciones chinas; 3. Aislar a Taiwán en el escenario internacional; 4. Crear alianzas estratégicas que permitan a China posicionarse como gran superpotencia. 36 Por su parte Latinoamérica busca mercado para productos que China necesita urgentemente, fuentes de financiación de proyectos y eliminar la dependencia comercial con Estados Unidos. 37 Hasta 1973 los acuerdos a penas se limitaban al punto 4, firmados con tres países de la región: Chile, Guyana (dos) y Perú. La ayuda era relativamente pequeña (de 65, 52 y 42 millones de dólares respectivamente). 38 No obstante, desde mediados de los ochenta el crecimiento del comercio exterior se consolidó notablemente y para 2007 los chinos ya habían exportado 51.5 billones de dólares e importando una cifra casi similar.
Aunque se han elaborado propuestas por grupo de países para interpretar mejor el tipo de comercio entre regiones y China, como por ejemplo Cono sur, el mundo andino, Centroamérica, etc., varios países aparecen como el paradigma de los nuevos tiempos: Venezuela, Ecuador y Colombia. Los dos primeros por razones políticas y el segundo por relaciones económicas, aunque evidentemente hay otros que a largo plazo serán muy significativos geopolíticamente, como México, o con gran comercio con China, como Argentina o Chile.
En el caso colombiano, si consideramos la balanza comercial entre 1995 y el acumulado del hasta el mes de abril de 2019, se pueden encontrar cosas bastante importantes. A mediados de los años noventa, según cifras acumuladas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el saldo de la balanza con China era negativa en -58,7 millones de dólares, pero al año siguiente prácticamente se había duplicado como resultado de la denominada Apertura económica, o aplicación de las reformas neoliberales, de los nuevos acuerdos comerciales y la consolidación de las relaciones diplomáticas establecidas en 1980. Dos años más tarde volvió a duplicarse el saldo negativo, pasando a -193,2 millones de dólares. La tendencia se repitió en 2001, 2004, 2006 y 2008, cuando llegó a -3.759,1 millones de dólares. El mayor registro negativo se obtuvo en 2015 -7.259,0 millones de dólares y luego comenzó una leve recuperación de las exportaciones colombianas hasta llegar en 2018 a -5.907,3 millones de dólares.
Ahora bien, se si toma en consideración el saldo de la balanza con Estados Unidos, el principal socio comercial de Colombia, se observa que en 1995 fue de -816,2 millones de dólares y luego comienza a mejorar hasta llegar en 1998 a -344,2 millones de dólares, el punto más bajo alcanzado. Al año siguiente se produce un cambio drástico pues se llegó a una balanza positiva de 1.895,0 millones de dólares y luego alcanzó un tope de 8.991,0 millones de dólares en 2011 y 8.244,0 en 2012. La tendencia se revierte dramáticamente en 2014 cuando se llega a -3.185,6 millones de dólares. A partir de entonces, es negativa siendo el último registro de un año completo el de 2018 con -1702,6 millones de dólares. 39
El caso de Venezuela es muy paradigmático de los nuevos tiempos porque su gobierno es objeto de todo tipo de presiones por parte de Estados Unidos con el claro objetivo no solamente de instalar un gobierno títere, sino de tomarse la producción de petróleo. En la primera tarea colabora el gobierno colombiano obviamente no para "restaurar" la democracia en el vecino país sino para legitimar el gobierno del residente colombiano Iván Duque, que carece de iniciativa política y reconocimiento popular y cuya única agenda es conspirar cotidianamente contra el presidente Maduro. Tal empeño también se explica por el interés comercial de la burguesía colombiana, pero fundamentalmente por el interés electoral y político del Centro Democrático que ha levantado la bandera de la lucha contra el "castrochavismo" o el Foro de Sao Paulo, con el claro objetivo de ocultar su corrupción y sus compromisos con el paramilitarismo y a la vez seguir el manual de la guerra sucia de la propaganda política: demonizar al oponente. Evidentemente sin guerra este partido no puede subsistir. Así que el reconocimiento y respaldo de China al gobierno de Maduro, al igual que lo hace Rusia, representa un claro movimiento para enfrentarse a las políticas imperiales de Estados Unidos.
No sobra recordar la importancia del petróleo para Venezuela. En 2017 se exportaron 27,8 mil millones de dólares, de los cuales 22,2 mil millones correspondieron a petróleo y minerales bituminosos. Los principales destinos de las exportaciones de Venezuela fueron "Estados Unidos ($11,6 Mil millones), China ($6,42 Mil millones), la India ($5,25 Mil millones), Singapur ($1,25 Mil millones) y España ($390 Millones). Los principales orígenes de sus importaciones son los Estados Unidos ($3,45 Mil millones), China ($1,65 Mil millones), México ($1,08 Mil millones), Brasil ($469 Millones) y Colombia ($318 Millones)". 40
Evidentemente el comercio exterior ha venido recuperándose en los últimos años, pero no ha alcanzado los niveles logrados bajo el chavismo, hecho explicado por las variaciones internacionales del precio del petróleo y las presiones comerciales estadounidenses. 41 Las principales importaciones venezolanas, según datos del Banco Mundial para 2013, fueron medicamentos, carne, torta y residuos sólidos extraídos de la soya y el maíz. Los dos países de los cuales Venezuela importó más fueron Estados Unidos (23.33% del total) y China (17.01% del total). 42 Los datos son contundentes al evidenciar la importancia del intercambio comercial con estos dos países, de manera que los roces entre China y Estados Unidos por Venezuela están lejos de aminorar, especialmente debido al hecho de que Donald Trump necesita urgentemente un triunfo militar internacional que evidencie algo del antiguo poderío imperial evidente a lo largo del siglo XX y de su pretensión de hacer grande a América.
La situación de México es bien particular, pues es más grande que las de los países mencionados, pero a la vez es la más vulnerable dada su enorme dependencia con respecto a Estados Unidos y a instrumentos como el Tratado de Libre Comercio (TLC) que prácticamente reducen las posibilidades de autonomía de la economía mexicana. A pesar de ello México es el primer socio comercial de China en la región. La versión oficial señala que: "(...) China es hoy nuestro segundo socio comercial, con intercambios cercanos a los 75 mil millones de dólares en 2016; la segunda fuente de nuestras importaciones; y el tercer destino de nuestras exportaciones. Por su parte, México se mantiene como el primer socio comercial de China en América Latina." 43
En este periodo las corrientes maoístas se debilitaron notablemente. Inicialmente debido al abandono del pensamiento Mao Tse Tung por parte de los partidos ML. Posteriormente debido a la aplastante derrota de quienes incursionaron en la lucha armada, especialmente las organizaciones mexicanas de los años setenta y Sendero Luminoso al comenzar los años noventa. Finalmente, por el fraccionamiento de los grupos, la corrupción y las crisis ideológicas. El resultado de la suma de estos factores se puede expresar en hechos como el distanciamiento de China y las corrientes maoístas y la desaparición de tal opción política en la mayor parte de los países del continente.
Evidentemente el tema de gran confrontación entre las potencias es Venezuela, a quien los chinos respaldan a través del comercio, el apoyo en los foros internacionales y acciones de diverso tipo. El caso de Venezuela es complejo debido a los errores en la construcción del proyecto político, al debilitamiento de la iniciativa política interna y externa a raíz del ascenso del presidente Nicolás Maduro y a una fuerte crisis política, económica y social que ha generado el colapso de los principales indicadores y una crisis humanitaria con el éxodo masivo de personas, cifras conservadoras estiman en más de 3 millones los desplazados, de los cuales se calcula que pueden quedarse en Colombia para finales de 2019 un millón 800 mil venezolanos.
A pesar de la gravedad de esta situación el hecho más delicado es que Colombia está gobernada por la extrema derecha paramilitar cuya existencia está justificada únicamente por la existencia de una guerra interna y/o externa. De allí que sirva de puente para las bravuconadas de Donald Trump y las chapucerías de Juan Guaidó, un oscuro personaje carente de cualquier talento y escrúpulo que ascendió al escenario político gracias a los presidentes colombiano y estadounidense. Por ello, la guerra de baja intensidad que padece Venezuela amenaza con ganar mayor profundidad con el permanente reclamo de sectores del ex presidente Uribe a la intervención militar en el vecino país, en su intento de aniquilar, al mismo tiempo, la paz en Colombia y acabar con el "castrochavismo" y, por supuesto, darse aire político. Tarea en la cual ahora lo acompañan los golpistas en Bolivia.
Conclusiones
La presencia China durante la Guerra Fría en América Latina tuvo varias etapas. La primera se desarrolló entre 1949 y 1963 y se caracterizó por una creciente presencia de viajeros y el inicio de una fuerte campaña de establecimiento de vínculos a través de revistas especializadas, como Pekín Informa, radio y diversas publicaciones encaminadas a difundir los logros de la revolución y el pensamiento Mao Tse Tung. A esta labor contribuyeron algunos Partidos Comunistas que promovieron la publicación de folletos y noticias.
No obstante, esta circunstancia cambió a raíz de la revolución cubana, su alineamiento con la URSS y el cisma chino-soviético. La revolución cubana se constituyó en un factor que radicalizó a las izquierdas que leyeron erróneamente el proceso y asumieron que había sido el foquismo la razón del triunfo de Fidel Castro. Por su parte la isla alentó la formación de la mayor parte de las guerrillas en la región e intentó colocarse con un modelo alterno al chino y al soviético. La URSS movilizó sus aparatos para frenar a la mayor parte los procesos de ruptura de los partidos comunistas, aislar las posturas maoístas y someter a Cuba a sus designios.
Los chinos pasaron a la ofensiva en la región, aunque perdieron su temprano vínculo con Cuba. En gran parte del continente aumentaron las delegaciones a China y muchos de los viajeros promovieron la transformación de los Partidos Comunistas en organizaciones maoístas con congresos de rectificación. Adicionalmente, lograron en algunos países la creación de partidos ML, que en principio fueron las versiones más radicalizadas del maoísmo.
La creciente presencia China en el escenario mundial se presentó durante la década del setenta cuando lograron romper el cerco diplomático, establecer relaciones internacionales con la mayor parte de los países, realizar visitas oficiales y recibir a presidentes y delegados latinoamericanos.
La segunda etapa que estudiamos se vivó como choques entre China y la URSS, con mediación cubana, por lograr influir las organizaciones comunistas y foquistas. Las pugnas fueron intensas y los partidos vivieron permanentes enfrentamientos entre fracciones, expulsiones y presiones de todo tipo para lograr el alineamiento internacional. En la década del sesenta la lucha armada fue la forma dominante de una aparente postura revolucionaria, especialmente a raíz del hecho de que los cubanos colocaron la lucha armada como la expresión más genuina del compromiso político. En el continente pulularon las organizaciones foquistas y no pocos intentos se vivieron para copiar el asalto al cuartel Moncada. Hasta los viejos PC, como el colombiano o el guatemalteco, sucumbieron a la moda y se inclinaron por la lucha armada o la "combinación de todas las formas de lucha". Los que no lo hicieron siguieron esperando la irrupción de personalidades democráticas que secundar o militares golpistas que seducir, tal como el manual soviético aconsejaba.
En los setenta el sector prosoviético acentuó la opción armada, especialmente en Centroamérica. Aunque el FSLN no representaba inicialmente un sector marxista luego del triunfo se plegó a los cubanos y a la URSS, radicalizó su proyecto, se armó y comenzó a respaldar el crecimiento del movimiento insurgente en la región.
Estados Unidos pasó por varias etapas en su política exterior. Luego del ascenso de Fidel Castro intentó detener las luchas populares a través de la Alianza para el Progreso, un proyecto de reformas sociales y modernización de los estados que incluía reforma agraria y modernización de la educación. De igual forma se desató una fuerte pugna entre aparatos de inteligencia, la CIA, por ejemplo, creó equipos de especialistas que hicieron un seguimiento muy detallado a la vida cotidiana de las izquierdas alcanzado un conocimiento profundo y minucioso, muy seguramente con el apoyo de los aparatos de seguridad locales y con no pocos infiltrados en las partidos, como lo demuestra el preciso conocimiento sobre las pugnas, los debates y las opiniones y acciones de los dirigentes y las organizaciones. En los años setenta Estados Unidos se inclinó por los golpes militares y gobiernos de derecha que acentuaron la lucha contra las guerrillas y la guerra sucia. A finales de la década se produjo el paso al poder de un tímido Jimmy Carter, que favoreció la revolución sandinista, a un belicoso Ronald Reagan (1981-1989) que se inclinó por la intervención militar y la guerra. Como pocas veces la región estuvo al borde del colapso general por la disputa entre Estados Unidos y la URSS. Los años noventa marcarán otra etapa con la hegemonía estadounidense en la región, una oleada de gobiernos "democráticos" y el inicio de una lenta recuperación de las economías.
La postura de los prochinos fue combatir la agresión soviética en la región y polemizar con el castrismo, pero dado el prestigio de la isla y de los sectores procubanos poco pudieron avanzar. Cuando se produjo el colapso de la URSS y todo favorecía a los chinos, especialmente debido al descredito del foquismo, la retirada cubana y la firma de los procesos de paz en Centroamérica, paradójicamente el sector prochino se debilitó debido al distanciamiento de los partidos maoístas respecto a las reformas económicas en China, a que las mayor parte de los maoístas se dividieron, colapsaron o rechazaron el pensamiento Mao Tse Tung, como lo hicieron los partidos ML; y a que el senderismo acaparó la mayor parte de la referencias al maoísmo en el continente. La década del noventa culmina con un maoísmo prácticamente aniquilado, con las excepciones de Colombia y Perú.
Los años noventa transcurren con la transformación de las izquierdas y con la excepción de Colombia no hubo violencia insurgente de significación. La izquierda, sin embargo, sufrió un proceso de decantación a raíz de la desintegración de la URSS, nuevas luchas sociales y exigencias de las minorías étnicas y sexuales y surgimiento de nuevos proyectos políticos, como el EZLN. De igual forma iniciaron un intercambio comercial con América Latina que desde entonces ha venido creciendo vertiginosamente.
A pesar de la hegemonía estadounidense en el continente, los chinos vienen demostrando que estaban más preparados para esperar su momento y se inclinaron por el fortalecimiento del comercio y el establecimiento de lazos económicos, políticos y culturales con América Latina. Cuando se evidenciaron las grietas del modelo neoliberal y del poderío de Estados Unidos los chinos entendieron que ya no necesitan las izquierdas para garantizar su presencia en el continente, los productos baratos, la supremacía tecnológica y el enorme poderío económico aseguraron un socio comercial distinto. De allí que en muchos países, como Colombia, China sea hoy el segundo socio comercial después de Estados Unidos. Tal poderío y las nuevas relaciones diplomáticas con la región le han permitido a China respaldar a Cuba o defender a Venezuela a pesar de las conspiraciones diarias de Donald Trump. En resumen, aunque China no tenía una posición cómoda durante la Guerra Fría debido a la lejanía, al idioma y la existencia de dos bloques en pugna por la hegemonía en América Latina (Estados unidos y la URSS) logró, como las fuentes consultadas lo evidencian, ir posicionándose a tal punto que hoy ocupa un rol clave y estratégico. Por ello nos atrevemos a señalar que la Guerra Fría la ganan los chinos.
* Miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, hace parte del Sistema Nacional de Investigadores (nivel II) del CONACYT, especialista en historia política y cultural de América Latina, [email protected]
1 CIA, The Caesar, Polo and Esau Papers. Cold War Era Hard Target Analisys of Soviet and Chinese Polici and Decision Making, p. 4. Este documento además señala: "Among its initial members were Southard, Philip Bridgham, and Donald Zagoria; after 1961, the core group became Southard, Bridgham, Harry Gelman and Arthur C. Cohen." La mayor parte de ellos publicaron libros y artículos sobre la Guerra Fría.
2 Los libros sobre la invasión estadounidense a Republica Dominicana en 1965 se publicaron casi de inmediato, así por ejemplo al año siguiente Robert D. Crassweller dio a conocer su trabajo Trujillo: the Life and Times of a Caribbean Dictator, New York, Macmillan, 1966. Desde entonces los estudios sobre este suceso se han multiplicado.
3 CIA, The Sino-Soviet Dispute Within the Communist Movement in Latin America, 15 June 1967, 187 páginas.
4 CIA, op. Cit., 2.
5 Manuel Caballero propone tres periodos en la historia de la relación entre los PC y la URSS: la de la internacional comunista; la del fin de la segunda Guerra Mundial al inicio de la Guerra Fría; y la de la revolución cubana en adelante. Señala también que hubo momentos de desencuentro y sometimiento a los soviéticos, véase Manuel Caballero, "Tormentosa historia de una fidelidad. El comunismo latinoamericano y la URSS", Nueva Sociedad No 80, noviembre-diciembre de 1985, 78-85.
6 Vicente Lombardo Toledano, Diario de un viaje a la nueva China, México, Futuro, 1950. Este autor había tenido en 1935 también el privilegio de conocer la experiencia de la URSS.
7 Eli de Gortari, Escritos filosóficos de Mao Tse Tung, México, Sociedad de Amistad con China Popular, S.F.
8 Por las opiniones vertidas, que eran contrarias al gobierno y la política internacional del presidente Laureano Gómez, fue llevado a los calabozos del Servicio de Inteligencia Colombiano (SIC). Manuel Zapata Olivella, China 6 a. m, Bogotá, Ediciones L.S.B., 1954.
9 Este personaje se destacó por respaldar durante gran parte de su vida las acciones del sindicato petrolero Unión Sindical Obrera (USO) y por acompañar procesos de consolidación de diversas expresiones de la izquierda colombiana. Diego Montaña Cuellar, Por los caminos de la paz. De Pekín a Viena, Bogotá, Los Andes, 1953.
10 Una síntesis de las actividades de algunos latinoamericanos que se destacarían luego de viajar a China en la lucha política de sus respectivos países en Matthew Rothwell, Transpacific Revolutionaries: the Chinese Revolution in Latin America, New York, Routledge, 2013. Una visión de la política cultural china para América Latina en William Ratliff, "Chinese communist cultural diplomacy toward Latin America", Hispanic American Historical Review, 49, 1969, 53-79. En este texto se evidencia también que desde comienzos de los sesenta latinoamericanos comenzaron a escribir en revistas chinas.
11 La reconocida escritora Elena Poniatowka reconstruye la vida de este dirigente y de las primeras acciones de los maoístas en México en No den las gracias. La Colonia Rubén Jaramillo y el güero Medrano, México, Era, 2009.
12 Adrián Caetano llama la atención de la importancia de los libros de viajeros para la difusión del maoísmo, véase "La ediciones del maoísmo argentino" en Primer Coloquio Argentino de Estudios Sobre Libro y Edición, 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre de 2012, La Plata, Memoria Académica, pp. 2 y ss., versión electrónica en http://memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.1924/ev.1924.pdf. Otros viajeros que dejaron memorias fueron Raúl González Tuñón, Todos los hombres del mundo son hermanos. Impresiones de viaje por Moscú, Kiev, Leningrado, Pekín, Tientsin, Hanking, Shanghai, Hanchow, Praga, Lídice y una visión de Varsovia, Buenos Aires, Editorial Poemas, 1954 y María Rosa Oliver y Norberto A. Frontini, Lo que sabemos hablamos. Testimonio sobre la China de Hoy, Buenos Aires, Ediciones Botella al Mar, 1955.
13 William Ratliff, "Communis China anda Latin America, 1949-1972" en Asia Survey, Vol. 12, No 10, 1972, p. 859 y William Ratliff, "China en el futuro de América Latina" en China en América Latina. Reflexiones sobre las relaciones transpacíficas, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2012, 34.
14 Los primeros estudios sobre las relaciones entre China y América Latina se elaboraron al iniciar los años setenta del siglo pasado, muchos ellos en el tono de la Guerra Fría. Cecil Johnson, Communist Chines and Latin America, 1959-1967, New York, Columbia University Press, 1970.
15 De dicha visita quedaron varios libros, véase por ejemplo Bernardo Kordon Seiscientos millones y uno, 1958; Reportaje a China. Una visión personal del país que conmueve al mundo, Buenos Aires, Treinta Días, 1964; Viaje nada secreto al país de los misterios: China extraña y clara, Buenos Aires, Ediorial L. Buschi, 1984 (originalmente publicado en 1958); y junto a Juan L. Ortiz y Juan José Sebreli, Testigos de China, Buenos Aires, Carlos Pérez Editor, 1968.
16 Véase Jorge Alberto Lozoya, "Las relaciones de la República Popular China con América Latina" en Romer Cornejo, China, perspectiva sobre su cultura e historia, México, El Colegio de México, 2006, tomo 2. En el gran ciclo de estudios sobre China en los años setenta en la academia estadounidense hay que considerar el trabajo de Peter Van Ness, Revolution and Chineese Foreign Policy, Berkeley, University of California Press, 1970. Este autor dedica un capítulo a las relaciones de China con los movimientos revolucionarios, pp. 111 y ss y al apoyo a las guerras de liberación nacional, 185 y ss.
17 Mao Tse Tung, Chairman Mao Tse Tung 's Important Talk With Gest from Asia, Africa and Latin America, Pekín, Foreing Languages Press, 1960.
18 La I Conferencia Tricontinental se realizó entre el 3 y el 15 de enero de 1966 en la ciudad de La Habana con el objetivo de unificar la lucha de los pueblos de África, Asia y América contra el colonialismo y el imperialismo.
19Philip Agee, Inside the Company. CIA Diary, Peguín Books, 1975. Este agente decidió contar sus actividades y las de la CIA en América Latina como un intento de rectificar y rechazar todas las acciones de conspiración, apoyo a dictaduras y planes de sabotaje. La versión completa del libro se puede consultar en<https://archive.org/stream/pdfy-DAzR701tP2dL DNu/inside-the-company-cia-diary-philip-agee> djvu.txt Posteriormente apareció una edición en español que únicamente se refería al caso ecuatoriano bajo el título Objetivo Ecuador. Diario de la CIA, Asociación Escuela Politécnica, 1977. Más adelante el gobierno ecuatoriano, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, publicó con la autoría de Philip Agee, Jaime Galarza Zavala y Francisco Herrera Aráuz, La CIA contra América Latina -Caso especial: Ecuador, Quito, Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, 2014.
20 Barry Carr a penas le concede una página al tema del surgimiento de sectores maoístas al interior del PCM. Sostiene, además, que otros eventos, como la invasión soviética a Checoslovaquia, tuvieron mayor impacto en la vida del partido, véase La izquierda mexicana a través del siglo XX, México, Era, 1996. Tampoco Carlos Illades dedica mucha atención al debate interno del PCM. Para este autor el auge del maoísmo corresponde a los años setenta, véase por ejemplo El futuro es nuestro. Historia de la izquierda en México, México, Océano, 2018, 92 y ss.
21 CIA, op. cit., 120.
22 CIA, op. Cit., 122.
23 La historia oficial de este partido en Alvaro Villarraga y Nelson Plazas, Para reconstruir los sueños: una historia del EPL, Bogotá, Fondo Editorial para la Paz, Fundación Progresar, Fundación Cultura Democrática, 1994. La historia del PCC en Medófilo Medina, Historia del Partido Comunista de Colombia, Bogotá, Ediorial Colombia Nueva, Tomo I, 1980
24 Luis Villar Borda fue: miembro fundador del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) junto a Alfonso López Michelsen y Alvaro Uribe Rueda y embajador en China entre 1983 y 1988 (las relaciones se habían establecido el 7 de febrero de 1980) y luego en la RDA entre 1988 y 1991. El MRL tuvo un importante reconocimiento en las elecciones de 1960 y 1962, sin embargo en 1964 se dividió y un grupo retornó al Partido Liberal y otro, especialmente su sector Juvenil, contribuyó al proyecto de la guerrilla del ELN.
25 CIA, op. cit., 126.
26 Cepeda fue un importante dirigente del PCC, llegó a ser su Secretario General y fue asesinado mientras se despeñaba como representante de la Unión Patriótica (UP) en el parlamento. Diversas fuentes lo ubican como la expresión de las FARC al interior del CC de los comunistas. CIA, op. cit., 126.
27 CIA, op. cit., 127.
28Una breve historia de esta organización en Ernesto López, Así nació el partido. PCE (ML), Quito, mimeo, sf. La versión de los comunistas resume el informe del agente de la CIA Philip Agee, véase Julián Yépez, "Divide y reinarás" en https://web.archive.org/web/2010062n40147/http://jcepichmchablogspotcom/2009/12/listade-agencias-en-el-mundo-que.html
29 CIA, op. Cit., 131.
30 En este artículo no ahondamos en las razones de la ruptura chino soviética, por ello remitimos al lector a trabajos como el de Brenda Rupar, "El debate chino-soviético y la emergencia del maoísmo como corriente política diferenciada en el Movimiento Comunista Internacional", Historia Contemporánea, 57, 2018, 559586). Igualmente Philip Bridgham, Artur Cohen y Leonard Jaffe "Mao's Road and Sino-soviet Relations: a View from Washington, 1953", The China Quaterly, 1972, 670-698. Estos autores sostienen que las disputas entre la URSS y China comenzaron por el señalamiento soviéticos sobre las deficiencias teóricas de Mao y la imposibilidad de considerar la revolución china como un modelo. No obstante, creemos que las diferencias teóricas venían desde los años treinta del siglo XX cuando los chinos se distanciaron de Stalin y se acentuaron cuando se manifestaron contra la conducción de la política agraria en la URSS y las conclusiones del XX Congreso del PCUS.
31 Hay una polémica sobre la valoración de las reformas económicas impulsadas por Deng Xiaoping. Para algunos se trata de puro pragmatismo orientado por la premisa de que era la única forma de lograr una acumulación de capital que permitiera incorporar a China, en pocas décadas, al escenario mundial de las superpotencias. Para otros, las reformas significaron la restauración del capitalismo. Un balance sobre el mandatario chino en la obra de Richard Evans, reconocido sinólogo y embajador de Gran Bretaña en China Richard Evans, Deng Xiaoping and the Making of Modern China, Hamilton, 1993 y New York, Viking, 1994. Igualmente, considérese la extensa obra de Ezra F. Vogel Deng Xiaoping and the transformation of China, Cambridge, Harvard University Press, 2011. Sobre el impacto de las transformaciones en China en la política local de algunas naciones véase el ejemplo de Estados Unidos, allí existieron cuatro corrientes: los pro Deng, pro Banda de los Cuatro, pro Enver Hoxa y antidogmáticos, véase "The New Communist Movement: Crises, Splits and More New Parties, 1977-1980", Encyclopedia of Anti-Revisionism On-Line en http://www.marxistsfr.org/historv/erol/ncm-5/index.htm (consultado 22 agosto 2019)
32 Una síntesis de la política China para América Latina y la creciente importancia de las inversiones en sectores estratégicos de la economía en José León Manríquez y Luis F., "Mao's Steps in Monroe's Backyard: Towards a United States-China Hegemonic Struggle in Latin America?" en Revista Brasileira de Politica Internacional, vol. 57, Brasília, 2014 y Niccolo Locatelli, China in Latina America: Political and Economic Implications of Beijing'sInvolvemente in the Region, Boca Raton, Dessertation.com, 2011.
33 Por cuestiones de espacio no desarrollamos este tema, pero pueden consultarse el artículo y la tesis de Frank Molano Camargo, "El campo es leña seca lista para arder. La Liga Marxista Leninista de Colombia, 1971 - 1982" en Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, Universidad Nacional de Colombia, Vol. 44, N.° 2, julio-diciembre de 2017, 137-170 y "El imaginario maoista (1965-1982). Como mentalidad revolucionaria en la izquierda Colombiana", Tesis de maestría en Historia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2004.
34 Véase una síntesis de la historia de este partido en http://www.pcmle.org/partido.php (consultado el 17 agosto 2019)
35Las relaciones comerciales, diplomáticas y políticas entre Cuba y China han venido creciendo desde la desintegración de la Unión Soviética y la paz en Centroamérica, sobre el particular véase arlos, Alzugarary Treto, "Cuban-Chinese Relations after the End of the Cold War" en Catherine Krull (ed.), Cuba in a Global Context: International Relations, Internationalism, and Transnationalism, Gainesville, University Press of Florida, 2014, 89 y ss.
36 Estos cuatro puntos son propuestos por Ellis R. Evans, China in Latin America. The Whats and Wherefores, London, Lynne Rienner Publisher, 2009, 9.
37 Estos puntos son propuestos por Ellis R. Evans, op. cit., 24.
38 R. S. Chavan, Chinese Foreign Policy. The Chou En-Lai Era, New Delhi, Sterling Publishers, 1979, Appedix III, China's Economic Aid to the "Third World" during 1953-1973, 250.
39 Fuente según cuadro estadístico elaborado por el DANE https://www.dane.gov.co/files/balanza/ balanza_grupos_abr19 (14 de septiembre de 2019).
40 Datos extraídos de https://oec.world/es/profile/country/ven/ (17 septiembre 2019)
41 Véase el saldo de la balanza comercial venezolana entre 1999 y 2017 en https://datosmacro.expansion.com/comercio/balanza/venezuela
42 Todas las cifras del banco Mundial para analizar el comercio exterior venezolano para 2013 aparecen en https://wits.worldbank.org/countrysnapshot/es/VEN/textview (17 septiembre 2019)
43 https://embamex. sre.gob.mx/china/index.php/es/la-embajada/relacion-economica
Bibliografía
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Abstract
Resumen: El propósito del artículo es analizar las elaciones entre China y América Latina entre 1959 y la actualidad y proponer una periodización. Se abordará cómo éstas pasaron de relaciones culturales a pugnas contra la URSS y Cuba por influir las organizaciones de izquierda y, finalmente, a una coyuntura en la que se privilegiaron los intercambios comerciales y las inversiones, lo cual se presentó, paradójicamente, durante el abandono de los vínculos políticos con la izquierda y la desaparición de la mayor parte de las corrientes maoístas.