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Al cierre del último año antes de la pandemia, en diciembre de 2019, en el Aeropuerto Córdoba aterrizaban o despegaban, en promedio, cuatro aviones por hora según registros de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac). Este último diciembre, el de 2022, ese número se estaba reducido a tres.
El mapa de ciudades en el país y el exterior a donde conectaban los vuelos en uno y otro año también es muy diferente: hay menos destinos en ambos territorios. Y también un número inferior de aerolíneas operando en sendos mercados.
En el medio, pasó el tsunami de la pandemia y la extensa cuarentena en la que sumió a la industria aerocomercial en el país. Los meses de aviones parados dispararon al extremo una crisis que ya se insinuaba –aunque de una gravedad muy inferior–, asociada a la devaluación del peso y ciertas distorsiones del mercado en el país.
Menos pasajeros y fe a futuro
El derrumbe fue tal que aunque desde fines de 2020 la industria retomó actividad de manera sostenida y creciente, a dos años de aquel parate inédito, la plaza Córdoba no logro aún empardar la foto prepandemia.
Tampoco lo consiguió la actividad en general, pero sí ciertos aeropuertos, que cerraron 2022 con crecimiento de pasajeros respecto de 2019 o con un tráfico mucho más cercano que el del cordobés al de 2019. De eso resulta que la merma de pasajeros en Córdoba fue bien superior a la registrada en la actividad en su totalidad: una caída de 39,5% de viajeros contra otra de 28,6%, respectivamente.
Eso muestran las estadísticas de la Anac, organismo regulador...