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En abril del 2023, la Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), con el apoyo de la Escuela de Teología, Filosofía y Humanidades y el Grupo de Investigación Epimeleia, llevó a cabo la primera versión del Simposio de Estudios Latinoamericanos UPB. Dicho encuentro, que tuvo como eje temático la reflexión en torno a las voces testimoniales de América Latina y el Caribe entre 1970 y 2021, reunió a varios investigadores de universidades de Colombia, México, Estados Unidos, Cuba e Italia, con el fin de que estos, desde los estudios literarios, la antropología, la historia social y cultural, las humanidades y las ciencias sociales ambientales -por nombrar algunos campos de estudio-, se preguntaran por la manera en que la región profundiza en la visión que esta tiene de sí misma, ello como parte de un ejercicio de revisión crítica del pasado que busca comprender las circunstancias y dinámicas que constituyen el presente.
El simposio, visto ya en retrospectiva, reconoció como punto nucleico de la discusión el hecho de que la conflictiva realidad social, política, económica y ecológico-ambiental que América Latina y el Caribe experimentan durante estos años, encuentra en la escritura, la oralidad, la sonoridad y la transmedialidad unos vehículos de reflexión y creación que, además de manifestar las fracturas propias de la época, sirven también para llevar a cabo "trabajos de memoria"4 que apuntan a una nueva manera de entender "la política", pero también "lo político", lo cual contribuye, de paso, a la reconfiguración de los imaginarios no sólo nacionales y continentales, sino también de los comunitarios y territoriales, desde los cuales dichas expresiones culturales surgen.
Cabe señalar que la demarcación del año 1970, como punto de partida, obedece al hecho de que dicha década pareciera perfilarse en la historiografía latinoamericana como un momento de total y absoluta inflexión, en lo que respecta al surgimiento de nuevas subjetividades sociales, políticas y culturales, tanto en el plano de lo individual como de lo colectivo. Subjetividades que, por coincidir con dictaduras de izquierda y derecha, procesos de paz y transiciones democráticas, así como con las dinámicas propias de la apertura neoliberal, el impacto del narcotráfico y la reivindicación de sectores sociales históricamente marginados5, entre otros sucesos, inevitablemente impulsaron la construcción de nuevos lenguajes y prácticas artísticas que posibilitan una mirada crítica y desconfiada, pero que al mismo tiempo es esperanzadora, sobre el pasado, el presente y el futuro de la región. De ahí que para Víctor Vích y Virginia Zavala:
(...) la compleja relación entre individuo y sociedad es entonces un punto sustancial para la producción de un nuevo saber histórico. Por ello, las historias de vida pueden tratarse en una doble dimensión: como testimonio de épocas y como la metáfora de sujetos que, aunque ciertamente fragmentarios y heterogéneos, se encuentran inmersos en relaciones de producción e intercambio que, más o menos, los unifica bajo ciertos presupuestos6.
En esa tesitura es, pues, que el presente dossier concibe al arte, la música, la literatura, el trabajo de archivo y las prácticas sociales y culturales asociadas a territorios y territorialidades concretas, como vectores discursivos y simbólicos de visibilización de sujetos, tanto humanos como no humanos que han sido otrificados. Dichos vectores, vale la pena decirlo, logran su inscripción en el lugar de lo público, como presencia política y como estrategia de "reparto" o "distribución" de lo sensible7 que resiste a las estrategias de negación y olvido de los grupos privilegiados y sus relatos institucionales. De allí, entonces, que todos los artículos se construyan alrededor de una suerte de dialéctica entre opresor/oprimido, que busca, con ello, la atomización de los discursos hegemónicos de poder con el fin de dar cabida a la creación de memorias colectivas capaces de integrar, tanto lo "cultural" como lo "natural" (léase naturaleza y medioambiente) en una lógica constructiva de la paz, la reconciliación y la no repetición.
Así pues, este dossier inicia con la lectura crítica de "Testimonio de lo inefable: Técnica narrativa y retórica en El deshabitado (2016), de Javier Sicilia", testimonio novelado a medio camino entre el hecho social y la memoria íntima. En este artículo, Juan M. Berdeja problematiza la relación entre la escritura y la violencia, y se pregunta cuál podría ser la función del arte en la época actual; la respuesta examina la enunciación esperanzadora desde el testimonio de lo inefable. Como no se puede pensar la literatura contemporánea sin una revisión histórica ni una crítica epistemológica, el siguiente artículo: "El testimonio desde el margen. El entenado, de Juan José Saer, y el sentido de la historia", escrito por Carmen Álvarez Lobato, analiza el sentido poético que subyace en esta atípica novela histórica de la década de los años ochenta del siglo XX; el artículo reflexiona sobre la necesidad de integrar las voces y los cuerpos marginales en los grandes discursos históricos y en la función simbólica y analógica que otorga la novela saeriana. También sobre una obra de la década de los años ochenta es el artículo intitulado "La configuración de la prisionera de guerra en Nunca estuve sola (1988) de Nidia Díaz". La experiencia de Díaz como prisionera de guerra es el objeto de estudio de Grecia Šamai Cuamatzin Nieves, quien propone que el testimonio de la exguerrillera salvadoreña ofrece una visión alternativa, transgresora e incluyente, sobre los movimientos de insurgencia desde el estudio de dos espacios fundamentales: la guerra y la escritura.
Por otra parte, la representación literaria de la violencia militarizada infligida a un pueblo indígena es el punto de partida de "Un literato alucinado en busca de versos. Notas sobre lo sublime, el terror y lo siniestro en Insensatez, de Horacio Castellanos Moya"; lo sublime, afirma Fernando A. Morales Orozco, funciona como catalizador de un testimonio, muchas veces fragmentado, que narra el asombro, el temor y el horror de una masacre. En el artículo "Las huellas de la heterogeneidad narrativa en Autobiografía del algodón (2020), de Cristina Rivera Garza", Marco Polo Taboada Hernández reflexiona sobre la imposibilidad de encarar literariamente un referente personal y familiar que resulta ajeno a la autora. Pone en discusión cómo la obra de la escritora mexicana se enfrenta a la dificultad de aprehender la imagen del otro, pero cómo también es ineludible el regreso y la reinterpretación del pasado.
Santiago Alarcón-Tobón, con su estudio "Un cuerpo de agua viscoso y poroso: el río Magdalena en Los escogidos y En el brazo del río" pretende revelar cómo los "cuerpos humanos y los no humanos" que conforman el Río Magdalena en Colombia "reconfiguran" su importancia y su significación sociocultural para mostrar y estudiar dos historias sobre el río Magdalena en Colombia, a través de las novelas de Patricia Nieto y Marbel Sandoval, respectivamente. Por su parte, Carolina Sánchez, en "La represa es una forma de frontera. Una noción de memoria histórica ambiental", a partir de la obra de Carolina Caycedo, se pregunta por cómo las estrategias estéticas de la artista multidisciplinar exponen problemas socioecológicos provocados por las represas, pues esas estrategias "contribuyen a articular imaginarios políticos de sostenibilidad". Para Sánchez, el trabajo artístico de Caycedo crea espacios de memoria histórica ambiental desde perspectivas trasnacionales; en estos espacios coyunturales se relacionan y rearticulan los "falsos antagonismos como naturaleza/cultura, humano/no humano y ciencia/arte". Mientras que en "Epistemologías de la Manigua: pensamiento ribereño para la justicia epistemica", Jhonmer Hinestroza Ramírez analiza los sistemas de conocimientos y de prácticas relacionadas con el monte y con el agua en el Departamento del Chocó, Colombia, para proponer su revaloración social y política en la educación. Según Hinestroza, "El convite, mano cambiada y la minga, por ejemplo, dan cuenta de una vida al servicio del otro". Las prácticas epistémicas de la Manigua requieren un mediador que conozca el pensamiento ribereño y la "razón faloblancocéntrica".
Federico Ayazo Vélez lleva a cabo un análisis sociocrítico de algunas canciones del colombiano Máximo Jiménez, creador del vallenato de protesta; particularmente del uso de la palabra pueblo'. "Si no hay quién labre la tierra, ¿cómo vivimos? Noción de 'Pueblo' en el vallenato protesta de Máximo Jiménez" muestra y estudia técnicas mnemónicas para configurar un archivo artístico de procesos como la agremiación, la reforma agraria, la violencia política, el gamonalismo, el abandono del Estado y la tenencia desequilibrada de tierras, especialmente, en los departamentos de Córdoba y Sucre. Por último, el análisis cualitativo preliminar de los contratos laborales firmados entre cuatro músicos de Europa del este y la dirección de la Orquesta Sinfónica de Antioquia en 1949, en los campos de refugiados europeos, le permite a Alejandra Isaza Velasquez, con su artículo "Con su música en otra parte: músicos europeos en la Orquesta Sinfónica de Antioquia, entre 1949 y 1952", problematizar la participación de estas personas como agentes de modernización cultural en la Medellín de 1950. Este análisis hace visibles diversas contradicciones que han sido obviadas gracias a las élites culturales y políticas de la ciudad, mismas que, en la época, estaban convencidas de la pertinencia y el provecho públicos de la música clásica.
En este dossier puede verse, entonces, cómo la imaginación artística y cultural de América Latina y el Caribe, en estos cincuenta años, ha acudido al testimonio de las víctimas y de los marginales en diferentes ámbitos, que van de lo familiar a lo histórico, y en diversos registros orales y escritúrales, como forma de resistencia ante el silencio, el olvido y la injusticia. Estos discursos testimoniales insisten en mostrarse, fuertes y rotundos y, a diferencia del discurso monológico propio del poder, se presentan abiertos al diálogo y a la inclusión. Es desde estas voces y presencias, examinadas al detalle en los artículos que componen este dossier, que se construye la memoria simbólica y crítica, de esta región del mundo.
De igual importancia es acentuar la forma en que el dossier, por medio de aproximaciones interdisciplinares a obras de arte y pensamientos filosóficos provenientes del sur global, se detiene a examinar, con perspectiva crítica ambiental, algunos de los modos en que la modernidad colombiana, en el marco amplio de sus contradicciones y violencias, ha alterado, tanto en términos materiales como simbólicos, a algunos de los ríos y ecosistemas del país. O ni hablar de los modos en que el dossier mismo ofrece pautas para darle lectura a los diferentes procesos de modernización política y cultural de la región, ello por medio del estudio sociocultural y literario de dinámicas y fenómenos individuales y colectivos asociados a las expresiones musicales académicas y populares.
Así, los estudios de las voces testimoniales que cada investigador e investigadora propuso para este número monográfico demuestran que, en nuestras coordenadas, el análisis del arte, del pensamiento filosófico y del territorio implica establecer una relación recreativa, denodada y competente con las memorias críticas escritas u orales. Esa labor supone también una afinidad sumamente activa, íntima y, asimismo, atenta y rigurosa, cuya ejecución solicita intensos diálogos con la Historia, con la sociedad, con la naturaleza y con nosotros mismos.
4 Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria (Madrid: Siglo XXI, 2002).
5 Como es el caso de los pueblos originarios, los miembros de las comunidades afro, negras, rom, raizales y palanqueras, los campesinos, la comunidad LGTBIQ+, migrantes, desplazados internos e irregulares, entre otros.
6 Víctor Vich y Virginia Zavala, Oralidady poder. Herramientas metodológicas (Bogotá: Grupo editorial Norma, 2004), 93.
7 Jacques Rancière, La división de lo sensible. Estética y Política (Salamanca: Consorcio Salamanca, 2002).
Bibliografía
Jelin, Elizabeth. Los trabajos de la memoria. Madrid: Siglo XXI, 2002.
Rancière, Jacques. La division de lo sensible. Estética y Política. Salamanca: Consorcio Salamanca, 2002.
Vieh, Víctor, y Zavala, Virginia. Oralidad y poder. Herramientas metodológicas. Bogotá: Grupo editorial Norma, 2004.
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