oriol González fábregas, Ediciones del Subsuelo, Barcelona, 2022, 243 pp. ISBN: 978-84-122754-7-6.
¿Qué de extraño tiene que el estilo sea juntamente una máscara y una confesión? Emil Cioran, La tentación de existir
Porque es que es impresionante, Fedro, lo que pasa con la escritura, y por lo que tanto se parece a la pintura. En efecto, sus vastagos están ante nosotros como si tuvieran vida; pero, si se les pregunta algo, responden con el más altivo de los silencios. Lo mismo pasa con las palabras.
Platón, Fedro
"Abandonar" es la primera palabra del libro que Oriol González le dedica a Emil Cioran. "Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate [Abandonar toda esperanza, vosotros que entráis]", escribe Dante en el dintel de la puerta del Infierno, tal como nosotros en el frontispicio de esta peculiar reseña. "Maestro", expresa el poeta frente a la negra puerta, "su sentido me es duro [zi senso lor m'è duro]", a lo que Virgilio, "persona accorta [sensata, cuidadosa, prudente, aguda]", responde: "Qui si convien lasciare ogne sospetto; ogne vilta convien che qui sia moría [Aquí conviene dejar toda sospecha; toda cobardía conviene que aquí muera]". "El infierno no tiene modales", observa Cioran en Brevario de pobredumbre, "es la imagen exasperada de un hombre franco y grosero, es la tierra concebida sin ninguna superstición de elegancia y civismo". Tal vez no sea exagerado otorgarle al discurso de Oriol González la condición de "discorso accorto".
Abandonar Costa Boacii es un discurso formado por fragmentos y aforismos, denotando así una continuidad estilística respecto al conjunto de la obra de su protagonista, Emil Cioran, quien a su vez es, de alguna manera, continuador de la prosa de Nietzsche y de Pascal. El libro, al igual que los de Cioran, no ofrece ni introducción ni conclusión que encapsule y tematice el contenido, que prepare al lector para lo que va a encontrarse, solamente fragmentos explicativos por parte del autor (tanto sobre su vida y su época como sobre sus ideas), así como citas del propio Cioran y de otros intelectuales y artistas, todos ellos emparentados de alguna manera con el escritor rumano como Samuel Beckett, Simone Weil o Friedrich Nietzsche, por citar sólo algunos. Tampoco incluye notas al pie ni referencias, eruditas o no, a las citas. Estas ausencias, elocuentes, nos dan a entender lo que el libro no es. Pero entonces, ¿qué es?
En el texto de la contraportada, el único texto, junto con la presentación del autor en la solapa, que no pertenece al discurso propiamente dicho y que, por ello, le sirve de metadiscurso, encontramos las siguientes palabras: "En párrafos breves y autónomos, combinando citas del propio Cioran y de otros autores, Abandonar Coasta Boacii se sumerge tanto en su biografía como en los acontecimientos históricos que presenció logrando establecer un enriquecedor diálogo1 entre el pensador rumano, su tiempo y muchos de sus contemporáneos". ¿Podríamos decir, en algún sentido, que la categoría "diálogo" se ajusta al discurso de Oriol González? ¿Puede ser un discurso fragmentario un diálogo? Veamos.
*
Abandonar Costa Boacii es un discurso formado por fragmentos y aforismos, denotando así una continuidad estilística respecto al conjunto de la obra de su protagonista, Emil Cioran, quien a su vez es, de alguna manera, continuador de la prosa de Nietzsche y de Pascal. El libro, al igual que los de Cioran, no ofrece ni introducción ni conclusión que encapsule y tematice el contenido, que prepare al lector para lo que va a encontrarse, solamente fragmentos explicativos por parte del autor (tanto sobre su vida y su época como sobre sus ideas), así como citas del propio Cioran y de otros intelectuales y artistas, todos ellos emparentados de alguna manera con el escritor rumano como Samuel Beckett, Simone Weil o Friedrich Nietzsche, por citar sólo algunos. Tampoco incluye notas al pie ni referencias, eruditas o no, a las citas. Estas ausencias, elocuentes, nos dan a entender lo que el libro no es. Pero entonces, ¿qué es?
En el texto de la contraportada, el único texto, junto con la presentación del autor en la solapa, que no pertenece al discurso propiamente dicho y que, por ello, le sirve de metadiscurso, encontramos las siguientes palabras: "En párrafos breves y autónomos, combinando citas del propio Cioran y de otros autores, Abandonar Coasta Boacii se sumerge tanto en su biografía como en los acontecimientos históricos que presenció logrando establecer un enriquecedor diálogo2 entre el pensador rumano, su tiempo y muchos de sus contemporáneos". ¿Podríamos decir, en algún sentido, que la categoría "diálogo" se ajusta al discurso de Oriol González? ¿Puede ser un discurso fragmentario un diálogo? Veamos.
En el diálogo Fedro, Platón nos presenta la conversación que mantienen Sócrates y Fedro sobre el arte (téxvt1) de la composición de los discursos escritos (Àoyoypacpiaç, Fedro, 258b). El diálogo comienza motivado por el deseo de Fedro de que Sócrates comente un discurso escrito por Lisias, reputado logógrafo de la época, sobre el amor y los amantes. En un momento de la conversación, Sócrates pregunta a Fedro sobre el discurso de Lisias: "¿Tienes tú, de acuerdo a la necesidad logográfica3 [riva åvåyKqv Äoyoypa(piKf|], alguna razón según la cual tuviera que poner las cosas unas después de otras, y en ese orden?" (Fedro, 264b). Más adelante, Sócrates indica lo que entiende por un discurso que haga justicia a la tlvú úváyKT|v Äoyoypa<piKT|: "me refiero a aquel que se escribe con ciencia en el alma del que aprende [ôç цет' еттютгцпк Ypá<p£Tai év тр той pavöâvovToç фиур]; capaz de defenderse a sí mismo y sabiendo con quiénes hablar y ante quiénes callarse" (Fedro, 276a).
Uno de los mayores deleites que me ha proporcionado la lectura del libro de Oriol González es meditar sobre su propia necesidad logográfica, sobre la condición que le es propia en tanto que discurso escrito, más allá de su invitación a descubrir una suerte de Cloran "en perspectiva". Esta meditación ha engendrado varias preguntas: ¿por qué ese título?, ¿por qué ese orden y esa disposición de los temas y las citas?, ¿cómo y por qué se han seleccionado los temas tratados en detrimento de otros?, ¿había alguna expectativa de generar algún efecto concreto en el alma del lector más allá de presentarle a Cioran? Aunque el texto me devuelve "el más altivo de los silencios" (Fedro, 275d), intento responder a algunas de estas preguntas a lo largo de este discurso. Ahora bien, debo reconocer que una de estas preguntas es la que ha ocupado más intensamente mi meditación: ¿por qué el autor elige el estilo fragmentario de Cioran para hablar sobre Cioran?
*
La longitud de los fragmentos y aforismos de Abandonar Coasta Boacii es variable, aunque rara vez sobrepasan las quince líneas, acercándose así al estilo de De lágrimas y santos o de Silogismos de la amargura. La agilidad en su sucesión, puede evocar en el lector la experiencia de estar viendo un documental, una secuencia de voces, imágenes e ideas que van componiendo un cuadro de límites borrosos, sin perder por ello la impresión de una cierta coherencia temática. De manera análoga a los escritos de Cioran, Abandonar Coasta Boacii está "compuesto de textos breves y su unidad se sostiene por el tono y la temática" (p. 61): las diversas facetas de su atormentada psique, su relación con las personas de su vida, sus puntos de vista sobre la literatura, la filosofía y la cultura en general, etc. La lectura es fluida, admite comenzarla y continuarla por cualquiera de sus páginas sin un orden predeterminado, e incluso invita a una relectura discontinua, reflejando así el principio de que "nunca nos bañamos dos veces en el mismo fragmento" (pp. 63-64). Así pues, Abandonar Coasta Boacii no sólo es un discurso sobre Cioran sino también una emulación literaria de los discursos de Cioran, haciendo evidente el principio literario de que la forma es también contenido.
¿Qué razones puede haber para elegir hablar del contenido reproduciendo la forma de este contenido? ¿Qué función puede jugar el hecho de que el metadiscurso reproduzca la forma del discurso? ¿Qué lograríamos hablando de Platón mediante diálogos, hablando de Machado mediante poemas o hablando de Cioran mediante fragmentos y aforismos? En La tentación de existir, concretamente en un fragmento titulado "El estilo como aventura", Cioran escribe: "El artista va también [como el sofista] de la palabra a lo vivido : la expresión constituye la única experiencia original de la que es capaz". Nuevas preguntas se plantean: ¿qué ocurre cuando hacemos de la expresión literaria una experiencia? ¿Puede decirse entonces que hacemos el camino inverso al mentado más arriba, esto es, desde lo vivido a la palabra? Tal vez una experiencia fragmentaria sólo pueda expresarse honestamente de forma fragmentaria. Pero si es el caso, ¿de qué experiencia hablamos al referirnos al discurso de Oriol González?
*
"El poder de las palabras [Äóyou SÛvapiç]", dice Sócrates en el Fedro, "se encuentra en que son capaces de guiar las almas [tuyxúvei фихаусоу'ьа oúaa]" (Fedro, 2yic-d). En sus orígenes, la expresión фихаусоу[а hacía referencia a la guía de las almas en el inframundo, hasta que su significado evolucionó, en el contexto de la retórica, hasta la persuasión del alma del oyente de un discurso. "El que pretenda ser retórico [prļTopiKov]", continúa Sócrates, "es necesario que del alma conozca las formas que tiene, pues tantas y tantas hay, y de tales especies, que de ahí viene el que unos sean de una manera y otros de otra. Una vez hechas estas divisiones, se puede ver que hay tantas y tantas especies de discursos, y cada uno de su propia especie" (Fedro, 271d). Si hemos de creer a Sócrates, todo discurso, lo pretenda o no, ejerce de alguna manera de "guía de almas", siendo capaz de engendrar persuasión en unas pero no en otras. Dicho de manera más prosaica: el temperamento del lector predispone la experiencia de la recepción de un discurso. ¿Resulta este aspecto relevante en algún sentido en el discurso de Oriol González? ¿Quién es el público de Abandonar Coasta Boacii? ¿Qué temperamento es afín a su discurso?
*
"El artista moderno", observa Cioran en La tentación de existir, "es un solitario que escribe para sí mismo o para un público sobre el que no tiene ninguna idea precisa". Y añade: "Escribir para todo el mundo o para nadie, es cosa que debe decidir cada uno, según su naturaleza". Han pasado 2500 años desde las prescripciones platónicas, y la literatura moderna y contemporánea ha experimentado un giro radicalmente subjetivista en comparación con la literatura clásica. La publicación de un discurso puede ser posterior, o accesoria, respecto a su función primera, orientada al autor mismo. Célebre es la observación de Cioran sobre la escritura "He escrito para injuriar la vida y para injuriarme. ¿Resultado? Me he soportado mejor y he soportado mejor la vida" (p. 11).
En la página 62 de Abandonar Coasta Boacii, escribe Oriol González describiendo la prosa fragmentaria de Cioran: "No pretende explicarse, la lógica de la forma se impone y lo impide, generando libros que invitan a lecturas breves, a abrirlos intempestivamente en mitad de cualquier noche, para cerrarlos de nuevo pocas páginas después". Unas líneas más arriba, Oriol González nos presentaba la siguiente cita: "pensamiento discontinuo: un cansancio que reflexiona sobre sí mismo". ¿Podríamos considerar que aquí encontramos la respuesta, o parte de ella, a nuestras preguntas por el público y por el temperamento?
*Jé
Aunque la emulación de la forma permite al discurso de Oriol Gonzalez reproducir, en cierto modo, el élan lírico de las primeras obras de Cioran, poniendo el concepto al servicio de la expresión de la interioridad y de las imágenes que dibujan el contorno de la vida y la época del escritor rumano, cabría preguntarse si Abandonar Coasta Boacii es una obra lírica, al menos en los términos de Cioran. "El lirismo", dice Cioran en En las cimas de la desesperación, "representa una fuerza de dispersión de la subjetividad, pues indica en el individuo una efervescencia incoercible que aspira sin cesar a la expresión".
En la página 94 de Abandonar Coasta Boacii, en el contexto de una serie de fragmentos que hablan sobre las ideas de Cioran sobre Dios, el diablo y la creación, encontramos un fragmento explicativo de Oriol González en el que leemos lo siguiente: "podemos negar la realidad misma, considerarla apariencia, doxa, maya, expresión imperfecta de una subjetividad, pero la negatividad que contiene, la idea del mal inherente a la creación, del valor esencialmente negativo del mundo es algo que no se puede superar. Algo en la sangre, en la herida, se niega a disolverlo en lo aparente de nuestra percepción. Si el término nirvana deriva de la extinción como enfriamiento, serán la ira, la furia, la cólera, las que mantengan el calor de la llama. Es el mal, fascinante, contagioso, el que logra transmitirse, hablar y, finalmente, atarnos a la máquina, que rueda y se venga". "El paraíso es mirar sin comprender", leemos en otro fragmento explicativo de la página 242, "pero la pregunta siempre aparece. Nada sobrevive al tiempo en que se esperaba el sentido, a la caída. Los problemas esenciales son idénticos en cualquier lugar, y ya no hay lugar privilegiado en cuanto se hace abstracción de la historia". La experiencia de la melancolía permea la obra y, podría decirse, predispone al alma del lector a ello.
*
En carta a su hermano Aurel del 6 de febrero de 1979, Cioran se preguntaba melancólicamente: "¿de qué me valió abandonar Coasta Boacii?". La colina Coasta Boacii domina el paisaje del pueblo natal de Cioran, R&acaron;şinari, paisaje por el que el escritor rumano sintió siempre una profunda añoranza y melancolía: "Coasta Boacii aparece más clara a mis ojos que los Jardines de Luxemburgo, por donde me paseo todos los días", escribía Cioran en carta a Bucur Ţincu del 23 de diciembre de 1980. "Cambiaría todos los paisajes del mundo por el de mi niñez", confesaría Cioran en una conversación con Branka Bogavac Le Compte en abril de 1992.
Oriol Gonzalez bien podría haber bautizado su libro solamente con su subtítulo: Cioran. Una época en fragmentos. No sólo habría hecho una descripción honesta del contenido del libro, sino que también habría dado juego con su doble sentido: haría referencia tanto a la escritura fragmentaria que muestra la vida y la época de Cioran como al carácter fragmentario y discontinuo de esta época, expresada en forma y contenido por parte del autor rumano. Pero en el dintel de su puerta de entrada a Cioran leemos Abandonar Coasta Boacii. "Cuando Adán fue expulsado del paraíso" escribe Cioran en Rostros de la decadencia, "en lugar de vituperar a su perseguidor, se apresuró a bautizar las cosas: era la única manera de acomodarse a ellas y de olvidarlas".
*Jé
Abandonar Coasta Boacii no comienza con el abandono de Cioran de Coasta Boacii, de su natal R&acaron;şinari, sino que lo reserva para el final. Oriol González vincula entonces el abandono de la tierra de origen con el abandono de la infancia, de la felicidad, del paraíso: "Allí habitó un paraíso anterior a cualquier pregunta, a la ansiedad, a la angustia" (p. 241). En esas páginas, el título del libro se revela de alguna manera como una clave de interpretación del pensamiento de Cioran: el abandono, la renuncia, la deserción, la decadencia, la melancolía... "Quiso emanciparse de su origen [...] evadirse de su pasado, pero finalmente tuvo que reconocer que este tiraba de él hacia atrás y lo ataba implacablemente" (p. 243). "¿De qué me valió abandonar Coasta Boacii?": es entonces cuando el título del libro se revela como clave de interpretación del libro mismo, el cual, si pudiera hablar, tal vez diría algo como lo siguiente: "todo lo que se cuenta en estas páginas aspiran a mostrar lo que valió para Cioran abandonar Coasta Boacii". Y así, abandonando Coasta Boacii, abandonamos Abandonar Coasta Boacii.
*
Valga como epílogo de este discurso otro de los deleites que me ha proporcionado la lectura del libro de Oriol González: imaginar un diálogo entre Sócrates y Cioran sobre la literatura. En mi cabeza, el diálogo se desarrollaba de la siguiente manera:
SÓC: - "Pero me concederás que todo discurso debe estar compuesto como un organismo vivo, de forma que no sea acéfalo, ni le falten los pies, sino que tenga medio y extremos, y que al escribirlo, se combinen las partes entre sí y con el todo" (Fedro, 264c).
CIO: - "¿Por qué buscamos la expresión y la forma intentando vaciarnos de todo contenido, aspirando a organizar un proceso caótico y rebelde? ¿No sería más fecundo abandonarnos a nuestra fluidez interior, sin ningún afán de objetivación, limitándonos a disfrutar de todos nuestros ardores, a gozar de todas nuestras agitaciones íntimas?" (p.10).
SÓC: - "El arte de las palabras, compañero, que ofrezca el que ignora la verdad, y vaya siempre a la caza de opiniones, parece que tiene que ser algo ridículo y burdo" (Fedro 262c), "Un arte autentico de la palabra, dice el laconio, que no se alimente de la verdad, ni lo hay ni lo habrá nunca" (Fedro, 260e).
CIO: - "¿Cómo volver por la mañana sobre una idea de la que nos hemos ocupado la víspera? Después de una noche -cualquier noche- ya no somos los mismos, e interpretar la farsa de la continuidad es hacer trampa. El fragmento, un género sin duda decepcionante, aunque el único honesto" (p. 22). "Hay más verdad en el fragmento" (p. 64).
SÓC: - "Hay que poder dividir las ideas siguiendo sus naturales articulaciones, y no ponerse a quebrantar ninguno de sus miembros, a manera de un mal carnicero" (Fedro 265e), "y de esto es de lo que soy yo amante [...], de las divisiones y uniones que me hacen capaz de hablar y de pensar" (Fedro, 266b) "Y si creo que hay algún [discurso] que tenga como un poder natural de ver lo uno y lo múltiple, lo persigo "yendo tras sus huellas como tras las de un dios". Por cierto que aquellos que son capaces de hacer esto -sabe dios si acierto con el nombre- les llamo, por lo pronto, dialécticos" (Fedro 266b).
CIO: - "Todo pensador, al comienzo de su carrera, opta, a pesar suyo, por la dialéctica o los sauces llorones" (p. 64). "Todo problema, si se toca el fondo, lleva a la bancarrota y deja el intelecto al descubierto: no hay ya ni preguntas ni respuestas en un espacio sin horizontes" (p. 64).
SÓC- "Si no se enumeran las distintas naturalezas de los oyentes, y no se es capaz de distinguir las cosas según sus especies, ni de abrazar a cada una de ellas bajo una única idea, jamás será nadie un técnico de las palabras, en la medida en que sea posible a un hombre. Todo esto, por cierto, no se adquiere sin mucho trabajo, trabajo que el hombre sensato no debe emplear en hablar y tratar con los hombres, sino, más bien, en ser capaz de decir lo que es grato a los dioses y de hacer, también, todo lo que les agrade en la medida de sus fuerzas." (Fedro 273e)
CIO: - "Fíjese, si por algo puedo felicitarme es por no haberle hecho caso a nadie. Ese es el consejo que les he dado a todos los escritores: que no hagan caso de la opinión de nadie" (p.13).
Sócrates y Cioran, tan distintos y tan semejantes. Hermanados por la pobreza, la independencia de pensamiento, la ironía y un inigualable sentido del humor.
1La cursiva es nuestra.
2La cursiva es nuestra.
3La traducción de "àvàyKqv" por "necesidad" es, seguramente, la mejor elección disponible en nuestra lengua, incapaz e impotente para expresar la connotación que subyace al vocablo griego: AváyKq (Necessitas en su versión romana) era una divinidad primordial que representaba la inevitabilidad, la necesidad, la ineludibilidad; en pocas palabras: la inexorabilidad del destino. Que la "necesidad logográfica" sea una cuestión de àvàyKqv no es, pues, baladi. "En la vida del espíritu", escribe Cioran en La tentación de existir, "llega un momento en el que la escritura, erigiéndose en principio autónomo, se convierte en destino. Entonces es cuando el Verbo, tanto en las especulaciones filosóficas como en las producciones literarias, revela su vigor y su nada".
You have requested "on-the-fly" machine translation of selected content from our databases. This functionality is provided solely for your convenience and is in no way intended to replace human translation. Show full disclaimer
Neither ProQuest nor its licensors make any representations or warranties with respect to the translations. The translations are automatically generated "AS IS" and "AS AVAILABLE" and are not retained in our systems. PROQUEST AND ITS LICENSORS SPECIFICALLY DISCLAIM ANY AND ALL EXPRESS OR IMPLIED WARRANTIES, INCLUDING WITHOUT LIMITATION, ANY WARRANTIES FOR AVAILABILITY, ACCURACY, TIMELINESS, COMPLETENESS, NON-INFRINGMENT, MERCHANTABILITY OR FITNESS FOR A PARTICULAR PURPOSE. Your use of the translations is subject to all use restrictions contained in your Electronic Products License Agreement and by using the translation functionality you agree to forgo any and all claims against ProQuest or its licensors for your use of the translation functionality and any output derived there from. Hide full disclaimer
© 2024. This article is published under https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/ (the “License”). Notwithstanding the ProQuest Terms and Conditions, you may use this content in accordance with the terms of the License.
Abstract
"Maestro", expresa el poeta frente a la negra puerta, "su sentido me es duro [zi senso lor m'è duro]", a lo que Virgilio, "persona accorta [sensata, cuidadosa, prudente, aguda]", responde: "Qui si convien lasciare ogne sospetto; ogne vilta convien che qui sia moría [Aquí conviene dejar toda sospecha; toda cobardía conviene que aquí muera]". El libro, al igual que los de Cioran, no ofrece ni introducción ni conclusión que encapsule y tematice el contenido, que prepare al lector para lo que va a encontrarse, solamente fragmentos explicativos por parte del autor (tanto sobre su vida y su época como sobre sus ideas), así como citas del propio Cioran y de otros intelectuales y artistas, todos ellos emparentados de alguna manera con el escritor rumano como Samuel Beckett, Simone Weil o Friedrich Nietzsche, por citar sólo algunos. El libro, al igual que los de Cioran, no ofrece ni introducción ni conclusión que encapsule y tematice el contenido, que prepare al lector para lo que va a encontrarse, solamente fragmentos explicativos por parte del autor (tanto sobre su vida y su época como sobre sus ideas), así como citas del propio Cioran y de otros intelectuales y artistas, todos ellos emparentados de alguna manera con el escritor rumano como Samuel Beckett, Simone Weil o Friedrich Nietzsche, por citar sólo algunos. Ahora bien, debo reconocer que una de estas preguntas es la que ha ocupado más intensamente mi meditación: ¿por qué el autor elige el estilo fragmentario de Cioran para hablar sobre Cioran? * La longitud de los fragmentos y aforismos de Abandonar Coasta Boacii es variable, aunque rara vez sobrepasan las quince líneas, acercándose así al estilo de De lágrimas y santos o de Silogismos de la amargura. La agilidad en su sucesión, puede evocar en el lector la experiencia de estar viendo un documental, una secuencia de voces, imágenes e ideas que van componiendo un cuadro de límites borrosos, sin perder por ello la impresión de una cierta coherencia temática.
You have requested "on-the-fly" machine translation of selected content from our databases. This functionality is provided solely for your convenience and is in no way intended to replace human translation. Show full disclaimer
Neither ProQuest nor its licensors make any representations or warranties with respect to the translations. The translations are automatically generated "AS IS" and "AS AVAILABLE" and are not retained in our systems. PROQUEST AND ITS LICENSORS SPECIFICALLY DISCLAIM ANY AND ALL EXPRESS OR IMPLIED WARRANTIES, INCLUDING WITHOUT LIMITATION, ANY WARRANTIES FOR AVAILABILITY, ACCURACY, TIMELINESS, COMPLETENESS, NON-INFRINGMENT, MERCHANTABILITY OR FITNESS FOR A PARTICULAR PURPOSE. Your use of the translations is subject to all use restrictions contained in your Electronic Products License Agreement and by using the translation functionality you agree to forgo any and all claims against ProQuest or its licensors for your use of the translation functionality and any output derived there from. Hide full disclaimer