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Resumen: Este artículo examina la controversia sobre la paternidad de la contabilidad, proponiendo que, aunque Benedetto Cotrugli escribió sobre la partida doble antes que Luca Pacioli, este último es considerado el verdadero padre de la disciplina. Este análisis se fundamenta en una revisión del contexto histórico, las similitudes y diferencias entre las contribuciones de ambos autores y el impacto que sus textos tuvieron en el desarrollo contable en los siglos venideros.
Palabras clave; contabilidad a la veneciana; Fraile Luca Pacioli; historia de la contabilidad; precursores de la contabilidad; Summa de arithmetica, geometria, proportioni et proportionalita.
Abstract: This article examines the controversy over the paternity of accounting, proposing that while Benedetto Cotrugli discussed double entry before Luca Pacioli, the latter is widely regarded as the true father of the discipline. This analysis is based on a review of the historical background, the similarities and differences between the contributions of both authors and the impact of their writings on the evolution of accounting in the centuries that followed.
Keywords; Venetian accounting; Friar Luca Pacioli; history of accounting; precursors of accounting; Summa de arithmetica, geometria, proportioni etproportionalita.
Resumo: Este artigo analisa a controversia sobre a paternidade da contabilidade, propondo que, embora Benedetto Cotrugli tenha escrito sobre partidas dobradas antes de Luca Pacioli, este último é considerado o verdadeiro pai da disciplina. Esta análise é baseada na revisäo do contexto histórico, nas semelhanças e diferenças entre as contribuiçoes de ambos os autores e no impacto que sens textos tiveram no desenvolvimento contabil nos sáculos seguintes.
Palavras-chave: Contabilidade veneziana; Frei Luca Pacioli; história da contabilidade; precursores da contabilidade; Summa de arithmetica, geometria, proportioni etproportionalita.
Résumé ; Cet article examine la polémique sur la paternité de la comptabilité, en proposant que, bien que Benedetto Cotrugli ait écrit sur la double entrée avant Luca Pacioli, ce dernier soit considéré comme le véritable père de la discipline. Cette analyse repose sur une revue du contexte historique, des similitudes et des différences entre les contributions des deux auteurs, ainsi que de l'impact de leurs textes sur le développement de la comptabilité au cours des siècles suivants.
Mots-clés : comptabilité à la vénitienne ; Fraile Luca Pacioli ; histoire de la comptabilité ; précurseurs de la comptabilité ; Summa de arithmetica, geometria, proportioni etproportionalita.
I. Introducción
Este artículo trata de contestar la pregunta sobre porqué consideramos a Pacioli como padre de la contabilidad. Esta pregunta es relevante, porque Cotrugli escribió un libro con instrucciones contables décadas antes que Pacioli y su obra es la primera que conocemos sobre la partida doble. Su figura ha estado en forma creciente en nuestro gremio por traducciones recientes al italiano moderno (Carraro y Favero, 2017; Ugo Tucci, 1990), al inglés (Phillmore, 2016; Cotrugli, 2016), nuevas publicaciones de su texto original (Sangster, 2014), artículos académicos sobre su obra (Sangster, 2015), la atribución de paternidad de otras disciplinas (Suárez, 2012) y sobre el impacto que tuvo su conocimiento en actividades gubernamentales que ejerció en el Reino de Ñapóles (Perfetto, 2017). Este renovado interés en Cotrugli causa preguntas sobre cuál es su lugar en la historia contable. Al tener un texto anterior a Pacioli, incluso se podría pensarlo como el padre de nuestra disciplina, sin entender que ni él, ni Pacioli reclamaron esa paternidad. Este artículo trata de abordar dicha paternidad mediante el análisis de los textos escritos por ambos autores, el impacto que tuvieron en el desarrollo de las prácticas contables de los siglos posteriores a sus respectivas publicaciones.
II. Metodología
Para contestar esta pregunta, analizaremos el contexto histórico en que ambos autores vivieron, sus similitudes, para luego observar sus diferencias, analizar sus textos, evaluar el impacto histórico de los mismos, las razones por las que el de Cotrugli no fue reproducido mientras que el de Pacioli sí. Luego, veremos las razones por las que hoy podemos leer a Pacioli en un salón de clases, mientras nos costaría aceptar muchas de las enseñanzas de Cotrugli y finalizar abordando la respuesta al título del artículo.
La metodología consiste en un análisis histórico y comparativo, destacando cinco componentes principales:
1. Análisis del contexto histórico: se examina el entorno en el que vivieron y trabajaron tanto Cotrugli como Pacioli, incluyendo la evolución de la partida doble antes de sus publicaciones. Este análisis incluye referencias a documentos y prácticas contables anteriores.
2. Comparación de biografías: se lleva a cabo una comparación de las vidas de ambos autores, evaluando su educación, orígenes socioeconómicos, y roles en la sociedad. Lo anterior permite comprender las influencias que sus vidas tuvieron en sus respectivas obras.
3. Similitudes y diferencias en las obras: se evalúan las similitudes en sus enseñanzas contables y se identifican las diferencias en la profundidad, complejidad y estilo de escritura de sus textos. Este análisis incluye la comparación del contenido y la estructura de ambos textos.
4. Evaluación del Impacto histórico: se analizan las razones por las cuales la obra de Pacioli llegó a ser más reconocida y utilizada que la de Cotrugli, incluyendo el impacto de la imprenta y la difusión de sus textos a través de traducciones de estos.
5. Conclusiones y reflexiones: la metodología permite la formulación de conclusiones sobre porqué Pacioli es considerado el padre de la contabilidad, a pesar de que Cotrugli abordó temas similares con anterioridad.
Los cinco puntos de esta metodología permiten una comprensión de la evolución de la contabilidad y el papel de ambos autores en su desarrollo.
III. Contexto Histórico de Cotrugli y Pacioli
Pacioli y Cotrugli vivieron mucho después del nacimiento de la partida doble y su estandarización entre los comerciantes italianos. Tenemos evidencias de dos casas comerciales que ya la usaban en 1296 -Rinieri Fini- y 1299 -Farolfi- (Soll, 2014). La sofisticación de estos registros supera a Pacioli, encontrando ítems que no llegan a ser mencionados por el Fraile, como gastos pagados por adelantado, el año contable y la diferencia entre cuentas nominales y cuentas reales (Lee, 1977).
Por su parte, Martinelli (1974) analizó al menos 33 registros de comerciantes e incluso bancos, donde se llevaba la contabilidad por partida doble en los siglos anteriores al nacimiento de Pacioli y de Cotrugli. Según él, ya debió ser ampliamente usada la contabilidad por partida doble para inicios del siglo XIII, fecha donde Genova ordenó que sus libros se llevaran en este sistema.
Para 1427, décadas antes que naciera Pacioli y cuando Cotrugli solo contaba con 11 años, todo terrateniente o comerciante florentino tenía que llevar libros por partida doble que eran auditados por ciudad (Soll, 2014).
Entre los documentos por partida doble más completos anteriores a Pacioli y Cotrugli están los de Francesco Datini, el comerciante de Prato que tenía operaciones en Crimea, Inglaterra, Florencia y Aviñón (Origo, 2020). Estos textos son más de 150000 documentos que aparecieron en 1870 al mover una escalera en la que fuera su casa. La contabilidad de Datini muestra que para finales del siglo XIV se manejaba la partida doble, el concepto contable del valor razonable, la necesidad de auditar los libros de los administradores y la costumbre de sancionar a los empleados que cometían errores regístrales (Littleton, 1961).
Por estas razones, sabemos que existía una contabilidad por partida doble mucho antes de Cotrugli y de Pacioli. Ambos solo difundieron lo que aprendieron en las repúblicas Italianas, en el lugar donde, aunque otros difieren (Zaid, 2000), creemos que se inventó el sistema, como una necesidad de las prácticas bancarias que hacían los toscanos, florentinos y genoveses. Al respecto, Sangster (2016) concluye que fueron las regulaciones bancarias dictadas por Florencia el catalizador de esta partida doble, ya que la ciudad puso un sistema de "apertura" ante notario de los libros contables y un sistema de auditoría.
Pese a siglos de utilización, no existían -que sepamos- manuales escritos para aprender la partida doble. Se ha especulado sobre que debieron existir muchos, sin que encontremos a nadie antes que Cotrugli. El ragusano nos da la respuesta al porqué no existían estos textos, siendo la razón que la nobleza no podía ejercer el comercio. En su capítulo 2, él atribuye a la Lex Nobiliores del Código de Justiniano (.de comerciis) como la razón por la que ningún noble podía comerciar. Una segunda dada por Cotrugli es que los clérigos no pueden ejercer el comercio. Con estas razones los lectores potenciales de esa época no estaban interesados en el comercio, ya que no lo podían ejercer.
En todo caso, la actividad comercial justificó que Pacioli indicara (capítulo 35 de la Summa\ que esto era lo que sostenía a las Repúblicas Italianas. Sin ese comercio intenso no tuviese mercado ese tema. Tampoco harían mucho sentido las escuelas de abaco que existieron en la época. En estas escuelas1 se enseñaban cálculos aritméticos con una orientación mercantil, formando asistentes de los comerciantes, y es posible que aquí se popularizaran los rudimentos de la partida doble.
Adicionalmente, ambos textos llegan en un momento donde el uso de los números arábigos sustituyó a los romanos. Usar números arábigos hizo posibles cálculos complejos que eran muy difíciles utilizando números romanos. Adicionalmente, para el registro contable, los números arábigos permiten expresar transacciones comerciales con menor uso de caracteres y de papel. Pacioli recomienda su uso, salvo para las fechas (capítulo 15). El mismo Pacioli les llama "la usanza antigua" y dice que su uso en las fechas "no tiene mucha importancia" dejando entrever que correspondía a un tema estético.
En adición a los números arábigos2, existía la obligación en algunas ciudades italianas de llevar contabilidad por partida doble. Así lo dice el fraile en su obra (capítulo 18), donde no afirma ser autor del método, indicando que solo está enseñando el veneciano, agregando que, que los mismos jueces emitían sus fallos utilizándolos como prueba.
No estaría completo el contexto de la Summa y el Arte del Comercio sin mencionar que en ese siglo nació la imprenta. Como diremos más adelante, este invento benefició al fraile y no al ragusano.
Estos fueron los tiempos en los que vivieron Cotrugli y Pacioli. Pasemos a analizar lo que Plutarco llamaría las vidas paralelas de ambos.
IV. Vidas paralelas de Pacioli y Cotrugli
Pacioli nació en San Sepolcro, en Toscana. Cotrugli, en Ragusa, hoy Croacia, que en su tiempo fue una ciudad italiana vinculada tradicionalmente a Venecia.
Asumimos que Pacioli nació en el año 1445 sin que se hayan encontrado pruebas definitivas sobre esa fecha3. Cotrugli nació 29 años antes, a una distancia de lo que hoy sería un viaje de medio día por carro al pueblo de Pacioli4.
La familia de Pacioli era pobre. La de Cotrugli no (Zanato, 2017). El apellido Pacioli no necesariamente era usado en forma consistente por Luca. Al igual que muchos en la época, cambiaba de apellido, por lo que se podía llamar Pacioli cuando vivía en San Sepolcro, pero usar de Borgio cuando vivía en Venecia5. El Apellido de Benedetto estaba más uniforme en su familia, siendo usado por sus hermanos, su padre y otros familiares desde que fue italianizado por su ancestro de Kotor de nombre Zivo Kotrulj, establecido en Ragusa en la mitad del siglo XIV (Zanato, 2017).
Del padre de Pacioli se sabe poco, salvo que se llamaba Bartolomeo. Del padre de Cotrugli se sabe que llegó a ser un comerciante exitoso, ocupando la posición de jefe de la Casa de la Moneda en el Reino de Ñapóles.
Pacioli fue criado parcialmente en la casa de Polco Befolci, especulándose que estuvo ahí como aprendiz de comerciante (Taylor, 1942). La familia Cotrugli pudo mandarlo a estudiar a Boloňa, la más vieja y más famosa universidad de la Italia de su época. Pese al origen humilde de su estudio, Pacioli continúa una vida académica, mientras que Cotrugli tiene, en sus palabras, que terminarla en forma abrupta.
San Sepolcro tenía para ese tiempo a un famoso pintor, Piero de la Francesca. La especulación tiene a Pacioli como aprendiz de Piero de la Francesca sin que existan datos precisos sobre si esto pasó.
Lo que parece cierto es que algo de educación tuvo Pacioli en San Sepolcro y en la corte del Duque de Urbino. Taylor (1942) indica que en esa corte Pacioli conoció a una gran cantidad de personajes importantes de su época. Con esta educación y contactos, el destino lo llevó a conocer a quien sería su jefe, Antonio de Rompiasi. Este era un hebreo6 de Roma que estaba establecido en Venecia, quien le enseñó contabilidad desde la práctica, ya que tenía que llevar los libros obligatorios para todo comerciante veneciano. Aquí, Pacioli conoce el mundo del comercio y del registro contable en lo que era el centro de comercio mundial en esa época.
Dos muertes cambiaron la vida de nuestros personajes. En 1470 muere Rompiasi y Pacioli se traslada a Roma. El padre de Cotrugli murió en 1436 y esto hace que regrese a Ragusa. En el caso de Pacioli, esta mudanza lo hace reencontrarse con el que presumimos era un viejo conocido, el paisano Piero de la Francesca, que quizá lo introdujo a Leon Battista Alberti. Cotrugli, por su parte, regresa a Ragusa dejando sus estudios y dedicándose al comercio. Sin estas dos muertes, la vida y obra de ambos hubieran sido diferentes.
Alberti llegó a trabajar para tres papas7, siendo Abreviador Apostólico. Este puesto servía de comunicación entre el papa y sus obispos. En los años de esta amistad con Alberti, este le presentó al mismo papa. Cotrugli por su parte, dejó con pesar los estudios, pero aprendió comercio en varias ciudades del Mediterráneo.
Pablo II, el papa de la época convence a Pacioli de convertirse en fraile franciscano. Cotrugli fue comerciante hasta 1451, donde se establece en la corte de Ñapóles, lo que lo llevó a conocer a los reyes Alfonso y Fernando de Aragón, en cuya corte sirvió como diplomático entre otras posiciones.
A Pacioli, la vida de fraile lo llevó a ser profesor en Perugia. Allí escribió la Summa de Aritmética como libro de texto. Esta fue una obra de matemática que tuvo un capítulo de contabilidad. La sección de contabilidad que escribió Pacioli se llamó Particularis de Compatis et Scripturis y fue originalmente publicada como una parte del libro, la Summa de arithmetica, geometria, proportioni et Proportionalität Este es el texto fundacional de la disciplina contable. Cotrugli, en la corte napolitana, fue jefe de la casa de la moneda, diplomático y asesor real, por lo que logró conocer a una gran cantidad de personajes históricos, como Antonio Beccadelli y Giovanni Pontano. Una epidemia hizo que Cotrugli tuviese el tiempo de escribir Delia Mercatura e del Mercante Perfetto mientras estaba encuarentenado en el Castillo Serpico y, en sus palabras, con salud. En esta cuarentena produjo su obra según él "para el beneficio de los mercaderes".
Luego de la Summa, Pacioli conoció a Leonardo da Vinci, quien que pidió al mismo Ludovico Sforza para que lo llevase a Milán. Colaboró con da Vinci y sostuvo una amistad cercana de más de siete años. Da Vinci incluso consultó con Pacioli las técnicas que usaba para realizar "La última cena" (Soll, 2014) e hizo las ilustraciones de otra obra de Pacioli llamada Divina Proportione.
Luego del Mercader Perfecto, Cotrugli continuó siendo un miembro de la corte napolitana, sirviendo como consejero real y embajador.
Pacioli muere a los 70 años en junio de 1517, aparentemente en San Sepolcro (Nakanishi, 1979). Cotrugli muere en Aquila en 1469, luego de servir en esa ciudad como jefe de la casa de la moneda desde el año previo. Le sobrevivieron cuatro hijos (Zanato, 2017).
V. Similitudes entre Pacioli y Cotrugli
Ambos escribieron en vernácula. Cotrugli dice que al principio quiso escribir en latín, pero desistió para tener una audiencia más grande. Salvo el título en latín, el texto de Pacioli también está en vernácula.
Tanto Cotrugli como Pacioli estaban conscientes de la necesidad de escribir el texto. Cotrugli sabía que su texto sobre el comercio era el primero en ser escrito y Pacioli textualmente dice que su tratado sobre contabilidad era "muy necesario".
Ambos textos coinciden que existen tres libros de contabilidad (borrador, diario y mayor). No obstante, Cotrugli solo los menciona sin entrar en el rigor técnico que Pacioli provee.
En sus cuatro páginas de contabilidad, Cotrugli no menciona el libro de Ricordanza que Pacioli agrega como un cuarto libro. En este, Pacioli pedía registrar la agenda del comerciante para no olvidar nada.
Ambos autores tratan sobre la apertura de los libros, a quién pertenecían, su numeración de páginas y la invocación a Dios en sus respectivas aperturas. Ambos también agregan que debían numerarse, lo que indica que la tarea de llevar contabilidad era una actividad constante y que trascendería el primer ejemplar de estos libros.
En las respectivas obras se veía la necesidad del efectivo. Por ejemplo, Cotrugli (capítulo VI del Libro 4), indica que el comerciante sin dinero es como el trabajador sin herramientas. Por su parte, Pacioli afirma lo mismo al comenzar su obra (capítulo 1).
El respeto por el efectivo está muy presente en ambos. Cotrugli recomienda no dárselo a los hijos hasta que supieran lo que cuesta ganárselos, mientras que el fraile dice: "si no sabes todo sobre tu negocio el dinero volará como las moscas, es decir lo perderás".
Sobre el crédito, el ragusano también estaba consciente, por ejemplo, cuando indica que el comerciante debe tener amplio crédito a su disposición, pero conceder poco a sus clientes (Capítulo X de la Parte I).
Otro punto para analizar es el orden. Cotrugli pide a sus lectores que mantengan su escritorio ordenado. Lo mismo hace Pacioli y agrega su frase: "donde no hay orden, hay confusión". Ambos dedican tiempo a la correspondencia y archivo de los pagarés del comerciante.
Tanto Cotrugli como Pacioli advierten que los negocios con la amistad ameritan un cuidado especial. En palabras del ragusano: "Cuando des crédito tienes que redactar un acuerdo con tu enemigo, pero cuatro con tu amigo." (capítulo 7, parte I). El fraile franciscano dice que la contabilidad frecuente hace amistades duraderas (capítulo 29).
Ambos repiten un dicho que menciona que se necesita más para ser un comerciante que para ser un doctor en Leyes (Cotrugli, página 25), por lo que debió ser un dicho popular en la Italia del siglo XV.
Los dos veían que el fin de la contabilidad era ser un recuento de los negocios (capítulo 4 de Pacioli y el capítulo X, cuarta parte de Cotrugli).
Empezar por los activos y luego ver los ingresos, costos y gastos estaba presente en ambos textos. Así lo menciona el ragusano en su capítulo sobre los libros mercantiles cuando afirma, refiriéndose a que "...stos aseguran que se pueda recordar todo lo que un hombre tiene, y lo que le deben, sus costos, ganancias y pérdidas...". Lo mismo dice Pacioli cuando manda a tomar un inventario desde el principio del negocio.
En lo que hoy sería un antecedente del principio de consistencia, ambos mencionan "Los Usos de la Plaza" (páginas 51, 73, 78, de Cotrugli). Por ejemplo, Pacioli en varias ocasiones lo advierte (capítulo 16) y recomienda realizar las transacciones tal como lo hacían en el Rialto. Esto lo dice para que se usen los pesos, moneda, dimensiones, términos y demás habitualidades de la región donde se esté. Igualmente, da esta recomendación al precisar que se debe usar alguna marca en el diario que indique que se ha asentado el registro en el libro mayor (capítulo 12). Pacioli sugiere una línea, pero deja en libertad al lector de utilizar otras marcas de entrada contable, añadiendo que no se sea muy creativo en las marcas que se usen. Lo anterior lo dice para evitar desviarse del uso habitual de los demás contadores.
Ambos comenten un error de usar el débito en lugar del crédito en partes de su texto - error quizá de edición como hoy lo diríamos (Sangster y Rossi, 2018)-, aunque en el caso de Pacioli parece más sutil que en Cotrugli.
Los dichos de ambos destacan en la lectura, haciendo más atractivos sus textos en comparación con los que escribimos en la contabilidad actual.
Pese a estas similitudes, el texto de Pacioli llega a ser muy superior al de Cotrugli por lo que, pese a ser escrito en una fecha posterior, lo debemos considerar padre de nuestra profesión. Veamos las razones de esta afirmación.
VI. Razones para considerar a Pacioli como padre de la Contabilidad y no a Cotrugli
A continuación, pasamos a resumir las consideraciones por las que Pacioli es el padre de la contabilidad y no Cotrugli.
VIII. Ambos textos y sus traducciones
Es indiscutible que el texto de Cotrugli fue terminado en el 25 de agosto de 1458. Lo sabemos porque así lo dice el mismo autor al final de su obra. Esto lo hace 36 años más viejo que la publicación de Pacioli, realizada en 1494.
A pesar de que la expresión "36 años antes" es repetida muchas veces, lo cierto es que el tiempo fue un poco menor ya que la obra de Pacioli fue publicada, mientras que la de Cotrugli solo fue un manuscrito. Por lo tanto, la distancia entre ambos manuscritos debió ser inferior.
Si comparamos las fechas de publicación, la de Cotrugli llegó 79 años más tarde que la de Pacioli, al salir de la imprenta en 1573. En estos 79 años, la obra de Pacioli había servido de base para que Domenico Manzoni, siguiendo mucho de lo que ya comentaba el fraile, publicara Quaderno Doppio, en 1540. También se había traducido al inglés por Hugh Oldcastle en 1543 -que luego reprodujo John Meilis de 1588 (Brown y Johnston, 1963)-. En ese mismo año se tradujo por el holandés Jan Ympyn Christoffles quien cita a Pacioli llamándolo Luca de Borgo. Ympyn además de traducirla a su idioma, parece haberla traducido al inglés y al francés (Brown y Johnston, 1963).
Wolffgung Schweicker, un alemán que viajó a Venecia para conocer de primera mano el método contable llevado en esa ciudad publicó en 1549 el primer texto contable en su lengua. Por su parte, en 1565 Antich Rocha publicó un texto en castellano -aunque con pobre calidad- (Sargiacomo et al., 2020).
Todo esto pasó antes que en el año 1573 viera la luz, como texto publicado, el manuscrito de Cotrugli.
Ya con ambos textos publicados, la reputación de Pacioli eclipsaba a Cotrugli por lo que su obra no dejó de estar presente en la Europa del siglo XVI, llegando a tener todos los libros posteriores basados directamente en él (Gleeson-White, 2012).
La obra de Pacioli es tan atemporal que, cuatro siglos después, fue reproducida -sin darle crédito- por la enciclopedia metropolitana publicada en la Inglaterra del siglo XVIII (Lanero, 2013). Sin embargo, no puede decirse que el texto de Cotrugli fue olvidado. Su obra se publicó en imprenta al menos una vez más en 1602 y ya se había traducido al francés en 1582 (Infelise, 2017).
Esta traducción francesa del texto de Cotrugli contrasta con la cantidad de traducciones del de Pacioli, las cuales corresponden, por lo menos, a 14 idiomas (Gleeson-White, 2012). Entre esas rescatamos varias al español, inglés y al italiano moderno9, mientras que de Cotrugli no contamos con edición en castellano; y al inglés llegó hace muy poco, cuando fuera traducido por John Francis Phillimore en 2016 (Zanato, 2017).
VI.2. La imprenta
La Summa fue publicada en noviembre de 1494 en Venecia por Paganino de Paganini. Si la Summa se hubiese escrito 50 años antes, no se hubiese beneficiado del invento de la imprenta que realizó Guttemberg en 1455 y que llegó a Italia en 1463. De hecho, fue el primer compendio de matemáticas impreso en la historia y uno de los primeros libros en ser impreso.
Gracias a la imprenta, podemos decir que la partida doble se viralizó en Europa y de ahí pasó al resto del mundo (Gleeson-White, 2012). Mientras tanto, el texto de Cotrugli seguía siendo manuscrito hasta que fue publicado en 1573 -115 años después de haber sido escrito-.
En nuestro tiempo, no haberse beneficiado de la imprenta volvió a retrasar que un redescubrimiento de su obra captara la atención del gremio contable. Esto pasó a finales del siglo XX, cuando dos investigadores holandeses encontraran en la Biblioteca Nacional de Malta dos manuscritos anteriores a Pacioli que estaban encuadernados juntos. Estos manuscritos eran las instrucciones contables de Marino de Raphaeli y el texto de Cotrugli. El hecho de ser solo un manuscrito previno, en parte, que se conociera con más rapidez el descubrimiento y no fue hasta dos décadas más tarde que Sangsgter lo reprodujo para beneficio del mundo contable (Sangster, 2014).
La razón del éxito del texto de Pacioli también que ver con su mayor sofisticación. Pasemos a verla.
VL3. Mayor sofisticación en Pacioli
Al hablar de los libros contables, tanto Cotrugli como Pacioli indican que deben marcarse en orden alfabético. Sin embargo, el primero dice que estos de ben corresponderse entre sí. Es decir, que el Mayor A, el Borrador A y el Diario A deben hacer relación entre ellos. Pacioli conoce bien que esto depende de si se llenaron o no los mismos. Incluso Pacioli llega a decir que la fecha puede llegar a ser suficiente para el Diario y el Borrador.
En estos libros, también vemos la mayor cantidad de palabras que tiene cada uno de los autores para describirlos. En el caso del Borrador Cotrugli, lo describe en un párrafo de 80 palabras, el Diario en 111 y el Mayor en un párrafo de 9810.
El fraile describe en 1136 el Libro de Memorandos o Borrador (796 en el capítulo 6 y 340 en el capítulo 8), 1233 al Libro Diario (175 en el capítulo 10, 135 al en el capítulo 11 y 923 en el capítulo 12) y 3225 al Libro Mayor (392 en el capítulo 13, 667 en el capítulo 14, 1248 en el capítulo 15 y 918 el capítulo 16).
En contraste, Pacioli dedica esta extensión de palabras solo en exponer qué son y cómo se registran estos tres libros. Luego, se dedica a transacciones específicas -oficinas públicas, cuenta de ganancias y pérdidas, préstamos, la sociedad mercantil y cómo se registran en estos libros lo que agregaría muchas palabras más-. Estos ejemplos no existen en Cotrugli.
Otro de los aspectos de sofisticación del fraile y carente en Cotrugli está en el concepto de entidad separada al dueño. Aunque incipiente, en su capítulo 20, donde trata de la sociedad mercantil dando ejemplos de su registro, el fraile también comenta la relación del comerciante con sus gerentes y empleados en lugar de siervos como los considera Cotrugli (capítulo 8 de la parte 4ta). Quien lea ambos textos verá una diferencia cultural enorme entre las instrucciones de Cotrugli sobre cómo el comerciante debe tratar a los "siervos por nacimiento ya que eran hijos de tus siervos" y a los que se convertían en esclavos al ser "capturados en una guerra justa". Como contraparte Pacioli, a pesar de ser casi contemporáneo con Cotrugli, se refiere a empleados y gerentes en roles de registros contables, compra y venta, y llevando asientos de gastos por viajes comerciales.
En el capítulo 26, el fraile habla de cómo llevar los registros en viajes que se encomiendan a colaboradores, vía lo que él llama un pequeño diario y mayor. Esto suena mucho a lo que cualquier lector tendría como asignación al irse de viaje de trabajo al rendir cuentas a su empleador, pero, ningún lector se sentirá: "sirvo por nacimiento", rindiendo cuentas del viaje a su "amo por nacimiento".
Estos viajes confiados a los empleados del comerciante contrastan con la mentalidad de Cotrugli que recomienda, citando a una frase de la época, que no se tuviera más tierra de la que se "pueda ver", ya que más tierra requeriría mucha "supervisión" (capítulo 9, parte 4ta). En este punto podemos ver que Cotrugli, a pesar de conocer la partida doble, no entendía su potencial para ejercer la supervisión de actividades que van más allá de la vista. Todo lo contrario, ocurre con Pacioli, que entendió el rol de la contabilidad como herramienta para supervisar negocios que ni siquiera están en la ciudad donde vive el comerciante.
Estos viajes de negocio supervisados por la contabilidad denotan un pensamiento abstracto del fraile que contrasta con Cotrugli, que habla de posesiones en términos visuales. En el capítulo 9 del Libro 4 el ragusano, en lugar de mencionar el efectivo, habla del capital o activos sólidos. Tan falto de pensamiento abstracto está el ragusano que llega a citar el proverbio pugliese de "tierra hasta que la puedas ver toda, viñedos hasta que los puedas disfrutar como vino y techo suficiente para que puedas vivir debajo de él". Según Cotrugli, luego de obtener estas cosas se tenía que administrarlas, por lo que podemos entender el límite que el ragusano pone al accionar del comerciante y sus posesiones.
Pero no en todo Pacioli supera a Cotrugli. El ragusano da como un hecho que se debe cerrar los libros todos los años, Pacioli no. Aunque Pacioli llega a recomendarlo, no lo ve como una necesidad, ni siquiera como una costumbre habitual. En este detalle Cotrugli supera al fraile, pero pasemos a ver la superioridad de Pacioli en otros detalles.
VI. 4. La atención a los detalles de Pacioli
Cotrugli ve solo dos formas de vender. Es así como el ragusano dice que, además del trueque, solo hay dos formas de comprar: a crédito o en efectivo (parte I, capítulo VI). Pacioli ve muchas otras formas en las que se puede realizar una transacción (capítulo 9). En sus palabras, se puede comprar parte en efectivo, parte a trueque, a crédito o parte a crédito y parte en efectivo, parte en letra de cambio o totalmente en esta forma.
Adicionalmente, Pacioli comenta las situaciones en que es más apropiado comprar en una forma o la otra. Esto da la oportunidad a Pacioli para introducir a sus estudiantes a registros compuestos por más de dos cuentas, cosa que Cotrugli no llega a hacer. Para formar estudiantes en contabilidad esta es una diferencia que hace que el texto de la Summa permita mayor cantidad de asientos a los estudiantes.
Otra forma en que los detalles ayudan a Pacioli está en la toma de inventario, que verá mejor definición en Manzoni, pero que ni siquiera es mencionada por Cotrugli, que no da ni siquiera un solo ejemplo de asiento en su texto, a diferencia del fraile que da muchos.
VI. 5. Los ejemplos de asientos dados por Pacioli
Kats (1929), uno de los primeros relectores de Cotrugli, nota que no existía en su obra ejemplos, ni se nota con claridad si se hablaba de partida doble. En esto Pacioli fue pionero, al dar ejemplos que son válidos incluso hoy. Estos ejemplos son la toma de inventario, asientos del libro borrador, del libro diario, correcciones de errores contables, paso al mayor y elaboración del balance. Lo anterior explica, en parte, la mayor extensión del texto de Pacioli.
VI6. La extensión del texto
En sus propias palabras, Cotrugli quería mantener su texto de contabilidad en forma breve. Pacioli comienza su tratado indicando que quería dar todas las herramientas a los súbditos del duque de Urbino.
Estas intenciones divergentes hacen que la Summa contenga 23 páginas dedicadas a la contabilidad, mientras que Cotrugli incluye solo cuatro páginas sobre la partida doble. Esto hace que nadie pueda tomar el texto del ragusano para hacer un libro separado del Mercante Perfecto, mientras que de la Summa se pudo extraer a Particularis de Computis como un libro en sí mismo.
Cotrugli tiene un texto limitado y recomienda que la lista de amigos también lo sea. Veamos la diferencia en esa limitación con el fraile.
VI.7. Los amigos de Pacioli
Cotrugli recomienda no tener muchos amigos, aunque sí conocidos (tercera parte, capítulo 18). Esto lo dice ya que el comerciante. Cuando le debía un amigo, tenía problemas para cobrarle.
Como comentamos arriba, Pacioli fue amigo de da Vinci, conoció al papa, a Piero della Francesca y a Alberti. Su amigo, Della Francesca, es responsable por dos de los cuadros que donde fue pintado Pacioli, permitiéndonos conocer cómo se veía su aspecto físico (Stevelinck, 1994). No existen cuadros de Cotrugli, que nos permitan conocer su rostro.
No es difícil asumir que, a mayores amigos, mayor alcance tendrá la obra del autor, cosa que en el Pacioli parece ser cierta, aunque es de notar que su alcance también vino por su vínculo académico.
VI.8. El vínculo académico de Pacioli
Pacioli fue un profesor, Cotrugli no. Este es un lamento de Cotrugli en su prefacio, donde indica haber sido "secuestrado" por el comercio ya que, en sus palabras: "fui obligado a seguir, abandonando los dulces goces del estudio a los que había estado dedicado" (Cotrugli, 2016, p. 38).
El fraile fue introducido a la vida académica desde sus visitas a la Universidad de Padua. Este contacto universitario ocurrió siendo Pacioli un hombre joven ya que su tío, el soldado Benedetto de Borgo, estaba acantonado en esa ciudad. Desde ahí, no existió momento en que Pacioli no estuviese vinculado a la vida académica (Taylor, 1942).
La intención de Pacioli, al escribir la Summa, fue ser un libro de texto para sus estudiantes. Potencialmente, cada estudiante fue un megáfono para Pacioli. Esta influencia es lo que han notado Christensen et al. (2018) al referirse al poder de las comunidades académicas para moldear los cambios en la contabilidad gubernamental. Junto a este efecto multiplicador, la academia le dio un rigor científico a Pacioli que dista mucho del pensamiento supersticioso de Cotrugli.
VI.9. El pensamiento supersticioso de Cotrugli
A diferencia de la Summa, el Arte del Comercio está lleno de pensamiento supersticioso. El primero de estos está en el capítulo III, donde parece indicar que las estrellas y la astrologia determinan quién puede ser comerciante. Luego, en el capítulo VII aconseja al lector "ver" en los ojos del cliente si se podía o no prestarle. En este mismo sentido recomienda cuidado a prestarle al cojo, tuerto, el de pelo rojo y cualquier otro que tuviese algún defecto físico.
En esta misma línea, Cotrugli recomienda tener cuidado al lidiar con personas que tienen nombres raros ya que, en sus palabras, el nombre en muchos casos define a la persona.
Lo mismo repite en el capítulo 10, al decir que los astros celestes influencian en todas las cosas en las que andamos. Esto lo hace citando a la Astrologia de Ptolomeo.
En el capítulo 6 del Libro 4, recomienda no tener relaciones sexuales luego del almuerzo, ya que los hijos podrán salir débiles, leprosos y morir en la infancia.
La mentalidad del Renacimiento no era compatible con este pensamiento agorero marcando así una diferencia más a favor de Pacioli. Adicionalmente, su pensamiento religioso gira mucho en torno al credo católico frente a una audiencia incrementalmente protestante, como lo pasaremos a ver.
VI.10. El catolicismo de Cotrugli
Aunque Pacioli también menciona en forma extensa al catolicismo, la Biblia y al mundo religioso, en Cotrugli esas referencias parecen haberlo afectado en las siguientes dos vías.
Posiciones anticlericales de Cotrugli: Podemos especular que la razón de la tardía publicación del texto de Cotrugli se debió a referencias negativas en torno a los curas, la Iglesia y sus doctrinas. Estas referencias van desde no darle crédito a curas y frailes (parte 1, cap. 6) hasta no entablar amistad con ellos (parte 3, cap. 18). En un mundo con cesura de la inquisición era un peligro publicar un libro contrario a la Iglesia.
Posiciones pro-católicas de Cotrugli: La segunda especulación que podemos hacer es que, una vez publicado el libro, las referencias al catolicismo no calaron bien al mundo protestante, donde el comercio mundial había cambiado su centro de gravedad en el siglo XVI, unos 50 años posteriores al Mercante Perfecto. Este cambio coincide con la reforma protestante de 1517 que hizo que esta región de Europa dejara de ser católica. Entre las referencias que un protestante holandés, alemán o inglés no entendería están las citas a Tobit (libro apócrifo en el canon protestante) citado por Cotrugli en su capítulo 2 de su segundo libro. En esta cita se lee una recomendación de Cotrugli a orar por los muertos, en esta misma parte de la obra, en su capítulo 1, hace referencia a la misa y en el capítulo 3 de la donación a los pobres como penitencia, ritos que el protestantismo no sigue. Estos ritos no son válidos en la tradición protestante.
En algo que advirtió Weber en su Ética protestante y el espíritu del capitalismo, el mundo protestante vería el trabajo como un fin en sí mismo. Cotrugli, veía el trabajo como un medio para, al llegar a 50 años, retirarse a un lugar afuera de la ciudad, no regresar a ella más y disfrutar de los bienes que ya se habían generado. En sus palabras, en el último capítulo de su obra, a esa altura de la vida: "¿qué más quieres?" El protestantismo -siguiendo la tesis weberiana- traería al trabajo como un fin en sí mismo y no un medio para el retiro Cotrugliano a una vida de disfrute, meditación, trabajos manuales y esperar la muerte. Sin duda, Cotrugli no entendería un Charlie Munger trabajando a los 99 años ni a su socio Warren Buffett, de la misma forma nosotros no entenderíamos para qué se pregunta Cotrugli muchos de sus interrogantes.
V.I.11. Cotrugli contesta preguntas que la contabilidad no hace en los siglos posteriores
Entre las razones por las que el texto de Cotrugli devino rápidamente en desfasado está el contestar preguntas que no interesaron a la contabilidad a partir del siglo XVI. Específicamente, comenta en forma muy elaborada qué es y qué no es usura (capítulo 4 de la parte 2). Estas preguntas debieron ser muy válidas en su tiempo, pero irrelevantes en el mundo capitalista que sin crédito no puede existir y, por lo tanto, la discusión sobre lo que es o no usura no le es tan relevante como en la época previa donde vivió Cotrugli. En el mundo donde floreció la Summa, Jeremy Bentham (1787/2010) abiertamente defendió la usura, Adam Smith (776/1994) en el libro 2, Capítulo 4 de la Riqueza de las Naciones se refería al interés legal de 5%, las iglesias protestantes aceptaron la legitimidad del cobro de intereses y el catolicismo no define el término usura desde 1745 (Pérez, 2023).
El interés de Cotrugli por la usura, contrasta con el capítulo 24 donde la Summa expone cómo registrar asientos con el pago de intereses en préstamos, sin ningún tipo de advertencia contra el cobro de intereses. Lo mismo ocurre con los préstamos registrados en el "inventario" del capítulo 3 donde Pacioli indica listar todas las cuentas por cobrar del comerciante sin advertir nada acerca del pecado de la usura.
Otra pregunta contestada por Cotrugli era si para la remisión de pecados se tenía o no que devolver el dinero al que cometía el pecado de simonía, al apostador o al que ejercía la prostitución. En esto gasta tinta el ragusano en capítulo 4 del libro 2, exponiendo respuestas que nadie, en la contabilidad, buscó en los siglos venideros. Pacioli no se hace esta pregunta y solo ordena registrar los pasivos sin ningún tipo de calificación a la condición moral del acreedor (capítulo 36).
Hoy, al igual que en el tiempo Cotrugli, la vestimenta del comerciante dependerá de las condiciones climáticas del momento y lugar donde se esté. Por eso, todas las recomendaciones dadas él en el libro 4, capítulo 4, debieron ser muy útiles para su tiempo, zona climática y lugar. Sin embargo, en los tiempos posteriores no podrían ser apreciados por la contabilidad, en la dimensión en que fueron escritos. Las telas mencionadas por Cotrugli como damasco, seda o algodón son usadas hoy, pero el uso de la capa, la forma que menciona de vestirse de pies a cabeza y las "mangas espaciosas" debieron ser entendidas a la perfección por la audiencia en Ñapóles del Siglo XV, no siendo así en el entendimiento de los siglos venideros; ninguna técnica contable puede derivarse de estas recomendaciones. En contraste, Pacioli también menciona telas, pero lo hace para la confección de un registro contable en lugar de una forma de vestir (capítulo 8). A pesar de esto hay todavía algo que rescatar en estos consejos de Cotrugli, entre esos una frase que no pierde vigencia: "debes ser el amo de tu ropa y no su siervo".
En el capítulo 6 del Libro 4 el ragusano contesta la pregunta si es o no pecado que el hombre no pueda tener relaciones sexuales con su esposa, llegando a excusarlo en ciertas circunstancias -impotencia- y condenarlo en otras. Tampoco hay posibilidad de rescatar alguna práctica o técnica contable de esta deliberación de Cotrugli, por lo que no le fue útil a la contabilidad de los siglos venideros. Luego, el texto responde a la pregunta si el sexo es válido con la pareja más allá de la procreación, respondiéndose que, si el fin no era ese, se estaba frente a un pecado. Sin embargo, apoyándose en Agustín de Hipona, lo considera un pecado "banal". Luego conversa sobre el sexo en días religiosos que, en la tesis de este artículo, hacía irrelevante la pregunta en el mundo protestante y una mera curiosidad en el tiempo nuestro. En otra de las preguntas que nadie hace en la contabilidad de hoy es el sexo no vaginal que, según el ragusano, era pecado mortal dando atenuaciones y hasta excusas para el pecado en este capítulo. El análisis de la noción de "pecado", en el pensamiento religioso de Cotrugli, sencillamente rebasa el alcance argumentativo que interesa a la contabilidad siendo propio de un enfoque transdisciplinario, por lo que poco o nada de provecho le fueron a la contabilidad de los siglos venideros.
Estas preguntas y las respuestas dadas reflejan los muchos perjuicios del mundo de Cotrugli que pasaremos a ver.
VI.12. Los perjuicios de Cotrugli
Los siglos que siguieron a Cotrugli fueron liberando a la mujer de las limitaciones medievales. Por eso, no encontraron cabida sus recomendaciones de no pegarle a la mujer ya que, en sus palabras, es un ser inferior (capítulo 6 del libro 4). Esto lo recomienda para el esposo diciendo que él es superior ya que la naturaleza tiene una especie de error al producir hembras y no hombres. Este perjuicio contrasta con Pacioli que sí ve utilidad para la familia del comerciante recomendando que realicen registros en su ausencia (capítulo 6).
Con la creciente incorporación de la mujer a la lectura no tendría sentido repetir que "todas las mujeres se vuelven viejas y feas" como lo dicta en este mismo capítulo. Aunque Cotrugli dice esa frase recomendando buscar una esposa prescindiendo de la belleza exterior, el mundo fue dejando en forma creciente la discriminación a la mujer. En ese mismo capítulo encontramos recomendaciones para que la mujer no se maquille ni se pinte el pelo. En la línea argumentativa que sigue este artículo podemos argumentar que no existe ninguna práctica contable, ninguna ayuda a la propagación de la partida doble ni tampoco ningún producto que pueda extraerse, para la contabilidad, de estas deliberaciones de Cotrugli. Además, su obra tampoco sonaría lógica hoy, al sugerir que el comerciante se case, a los 28 años, con una mujer de 16, como tampoco su recomendación de "evitar como que fuera un demonio" al hombre que se maquille y pinte el pelo, ya que no tendría cabida en el siglo XXI, en un entorno donde la comunidad LGBTQ+ cuenta con derechos y libertades.
En el capítulo 7 del libro cuarto, hace la distinción ya desfasada del hijo bastardo, ilegítimo y del habido fuera del matrimonio. La mente de la ilustración deshizo este pensamiento discriminatorio. En Colombia y Panamá, las ideas del liberalismo se encargaron, incluso a costo de guerras civiles, de hacer que nadie sea bastardo en nuestras tierras.
Otro de los prejuicios de Cotrugli se dirige contra el discapacitado al decir que no se contraten tuertos ni lisiados (capítulo 8 del cuarto libro). También, advierte sobre contratar gente que parezca del extranjero. Hablando también de los sirvientes, el ragusano llega a decir que admiraba a los catalanes, al alimentarlos bien, pero también por pegarles si desobedecían. Esto, en palabras de Pacioli se lee en "los grandes comerciantes no mantienen a sus empleados ociosos", al referirse a que en los tiempos libres se les debía usar para el registro contable, cosa que dista mucho del modelo cotrugliano y que marca una diferencia entre el enfoque práctico del fraile frente al prejuicio del ragusano.
El último de los perjuicios de Cotrugli llega en el capítulo 10 del libro cuarto cuando piensa que a los 50 años el comerciante debe descansar, ya que su inteligencia disminuye. Claramente esto es un perjuicio producto de su tiempo donde, según el propio ragusano, solo dos de cada mil nacidos llegan a pasar los 50 años.
VI.13. Pacioli pidió a Dios que le permitiera ser de ayuda
Pacioli pidió a sus lectores que oraran a Dios para que pueda seguir haciendo el bien. Cotrugli pide en su texto a Francesco Di Stefano que divulgue su obra. Quizá esto demuestre a quién pedir las cosas si quieres que se cumplan.
VI.14. Pacioli comenzó por el principio y terminó por el final
El fraile comenzó su texto con un inventario, tomándolo, dando ejemplos y diciendo para qué servía el mismo. El final del texto es un proto-balance y ejemplo de asientos.
Cotrugli, por su parte, comienza sus cuatro paginas de contabilidad con una mención mitológica y la acaba diciendo que no se podía explicar todos los asientos en detalle. En esto último tiene razón, pero el lector queda con la sensación de que el autor dejó inacabada su misión de explicar la partida doble.
Mientras tanto, Pacioli termina con la elaboración de un balance, por lo que comienza y acaba en los mismos lugares que lo hace la contabilidad. Esto hace que en Pacioli -a diferencia de Cotrugli-, sí se puedan extraer prácticas contables que ayuden a la propagación de la partida doble en los siglos posteriores.
VI.15. El lugar indicado en el momento indicado
Si quisiéramos hacer una comparación con el mundo financiero moderno, diríamos que Venecia era Wallstreet y Ragusa era Brooklyn. En ninguna forma Brooklyn es el tercer mundo, de hecho, es parte del mismo núcleo urbano que Wallstreet, pero el centro financiero no está ahí. Tan desafortunado fue Ragusa que ya ni el nombre lo recordamos por su cambió de nombre a Dubrovnik. Sin embargo, Venecia fue el primer lugar donde el mundo vio una profesionalización de la contabilidad en el año 1581 (Sells, 1915), y fue el lugar donde se publicaron todos los textos -incluido el de Cotrugli- de los primeros siglos de la contabilidad (Sargiacomo et al., 2020). Estar ligado a Venecia marcó otra diferencia a favor de Pacioli.
VII Conclusiones
A pesar de que Benedetto Cotrugli escribió sobre la partida doble antes que Luca Pacioli, este último es considerado el verdadero padre de la contabilidad debido a la mayor difusión y aceptación de su obra.
Entre las razones principales por las que esta difusión ocurrió, se encuentra que Pacioli se benefició del invento de la imprenta, lo que facilitó una rápida circulación de su texto y la incorporación del sistema contable en la educación, en contraste con el manuscrito de Cotrugli que no fue impreso hasta 1573.
En adición al beneficio de la imprenta, la obra de Pacioli se destacó de la de Cotrugli al ser más extensa y detallada. Pacioli no solo presenta la partida doble, sino que proporciona ejemplos prácticos y un tratamiento técnico que supera el enfoque más limitado de Cotrugli. Este enfoque limitado, que solo alcanza cuatro páginas, hace al texto del ragusano un candidato poco probable para enseñar contabilidad en los siglos venideros a su publicación.
Pacioli, en cambio, estuvo inmerso en un entorno académico que favoreció la legitimación y la difusión de su obra. El vínculo académico de Pacioli pulió su escritura, mientras la de Cotrugli está plagada de pensamiento supersticioso. Su conexión con figuras prominentes de la época, como Leonardo da Vinci, amplió su reconocimiento y relevancia en la historia del arte y la ciencia.
Aunque Cotrugli fue pionero en la exposición de la partida doble, su enfoque estaba marcado por creencias supersticiosas y prejuicios de su tiempo que dificultaron su aceptación en un contexto cambiante del renacimiento y los siglos posteriores. Su texto contiene elementos que hoy son considerados desfasados y que no resonaron con el pensamiento renacentista. A esto debemos sumar su catolicismo, que le jugó en contra en el mundo de la inquisición y en el mundo protestante donde sí germinó la semilla de Pacioli.
La visión conservadora y restrictiva de Cotrugli sobre temas sociales y económicos contrasta con la visión más amplia y pragmática de Pacioli. Esto refleja no solo diferencias en pensamiento, sino también en su adecuación a las necesidades de la creciente economía comercial de la época.
Aunque la contabilidad no tiene un "padre" legítimo ya que no sabemos con certeza quién la ideó, este artículo concluye que, desde el punto de vista del desarrollo y la práctica contable, Pacioli ha sido reconocido como tal por su impacto duradero y su capacidad para ser relevante a lo largo del tiempo. La decisión de considerar a Pacioli como el padre de la contabilidad es vista como un consenso histórico, a pesar de la contribución de Cotrugli y de muchos otros, cuyos nombres la historia olvidó, antes que nacieran estos dos personajes.
Estas conclusiones subrayan la importancia del contexto histórico, el impacto en la comunidad académica y las diferencias en la sofisticación de los textos en la atribución de la paternidad de la contabilidad.
Es de aclarar que estas afirmaciones en ninguna forma demeritan la iniciativa que tuvo Cotrugli al escribir sobre el comercio en un tiempo cuando no había un mercado seguro para su lectura, dándole un sitial en la historia contable. Pero sí responden la pregunta de por qué Pacioli logra un texto atemporal mientras que el ragusano terminó, por siglos, ignorado.
A la luz de un interés renovado por Cotrugli, la conclusión de este artículo es que no hay méritos suficientes, en su obra, para considerarlo padre de la contabilidad.
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References
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