Headnote
Resumen
Introduccion
El pluralismo religioso se presentó en Manizales con mayor fuerza en la década de 1990, lo que provocó la pérdida del monopolio de los bienes simbólicos de salvación por parte de la Iglesia católica.
Objetivo
Este artículo tiene como objetivo conceptualizar las tensiones y acuerdos que se presentaron en el campo religioso de la ciudad durante el período comprendido entre 2010 y 2022.
Metodología
La investigación se desarrolló bajo un enfoque cualitativo, utilizando fuentes históricas secundarías que permitieron, en un primer momento, caracterizar históricamente el campo. Posteriormente, se realizó una revisión del periódico La Patria en el período mencionado. Para el análisis de la información, se utilizó el análisis del discurso, entendiendo que las disposiciones religiosas se manifiestan a través de gestos, palabras, significados y sentidos, los cuales son los componentes centrales del discurso.
Resultados
Los resultados mostraron que, en los últimos tiempos, el campo religioso de Manizales ha presentado contradicciones entre los grupos religiosos recién llegados y la Iglesia católica. Estas tensiones se han manifestado en formas de violencia cultural, directa y estructural, de acuerdo con la teoría de Galtung.
Conclusiones
Se concluye que, durante el período de estudio, la lucha por el monopolio de los bienes simbólicos de salvación se ha intensificado, lo que ha generado la necesidad de regulaciones jurídicas y acciones pedagógicas por parte del Estado local para promover la pluralidad religiosa.
Palabras clave:
Religión; diálogo intercultural; pluralismo; violencia; campo; habitus; disposiciones.
Abstract
Introduction
Religious pluralism became more prominent in Manizales during the 1990s, leading to the loss of the Catholic Church's monopoly on symbolic goods of salvation.
Objective
This article aims to conceptualize the tensions and agreements that emerged in the religious field of the city between 2010 and 2022.
Methodology
The research was carried out using a qualitative approach, employing secondary historical sources that first allowed for a historical characterization of the field. Subsequently, a review of the La Patria newspaper from the specified period was conducted. For data analysis, discourse analysis was used, with the understanding that religious dispositions are expressed through gestures, words, meanings, and interpretations, which are the central components of discourse.
Results
The results indicated that, in recent times, the religious field of Manizales has experienced contradictions between newly arrived religious groups and the Catholic Church. These tensions have manifested in forms of cultural, direct, and structural violence, according to Galtung's theory.
Conclusions
It is concluded that, during the study period, the struggle for the monopoly on symbolic goods of salvation has intensified, which has created a need for legal regulations and pedagogical actions by the local state to promote religious pluralism.
Keywords:
Religion; intercultural dialogue; pluralism; violence; field; habitus; dispositions.
1. Introducción
El pluralismo religioso es una realidad que se manifiesta con fuerza en el mundo entero. Fenómenos como el neoliberalismo y la globalización han permitido que confesiones religiosas, antes restringidas geográficamente a lugares concretos, se difundan por cada rincón del planeta. Como resultado, en un mismo lugar pueden coexistir cristianos, musulmanes, hindúes, judíos, entre otros. Esta situación evidencia una explosión de fervor religioso en los últimos tiempos, caracterizada por la pagación de creencias y rituales diversos que deben compartir los mismos espacios (Basset, 1999; Berger, 2005; Vigil, 2004).
Lo anterior contradice la teoría de la secularización, la cual anunciaba "la muerte de Dios. Desde las ciencias sociales, esto permite prender que modernidad no necesariamente conduce a la decadencia de la religión. A lo que sí lleva, más o menos necesariamente, es al pluralismo religioso" (Berger, 2005, p. 8). Las razones para que esto ocurra están relacionadas con las oportunidades que ofrece la globalización, tales como los viajes masivos, las migraciones, la urbanización, la alfabetización y las tecnologías de la comunicación. Todas estas condiciones hacen posible que confluyan infinidad de creencias y deidades en distintos espacios. Esta interacción se hace más fácil cuando existe "libertad religiosa protegida jurídicamente" (Berger, 2005, p. 8).
En Colombia, la Constitución de 1991 reconoció la libertad de culto, garantizando en teoría el derecho de cualquier persona a profesar su religión en condiciones de igualdad. Esto conlleva a dos consideraciones en relación con el pluralismo religioso. Primero, que la pluralización religiosa no surgió con la Constitución, sino que su creciente presencia en el país llevó a su reconocimiento legal. Segundo, que este reconocimiento jurídico no vino acompañado de indicaciones prácticas para su implementación, lo que ha generado dificultades en su aplicación, tal como lo analizan Astor y Griera (2017) en el contexto europeo.
Teniendo presente lo anterior, esta investigación busca acercarse al fenómeno religioso en la ciudad de Manizales desde una perspectiva de las ciencias sociales. Para ello, se propone caracterizar el campo religioso de la ciudad desde dos perspectivas. En primer lugar, se describirá su composición histórica у, en segundo lugar, se analizarán las relaciones de tensión y acuerdos entre los diferentes agentes religiosos. Este estudio es relevante en el marco de las transformaciones que han ocurrido en el campo religioso en la ciudad desde los años sesenta del siglo XX (Moreno y Moreno, 2007; Moreno, 2012; 2017; Osorio, 2019), las cuales se han acelerado en las últimas dos décadas. Esto ha desencadenado la aparición de nuevos movimientos religiosos diferentes al catolicismo, que empiezan a disputar el monopolio de los bienes simbólicos de salvación.
2. Metodología
Dada la naturaleza del objeto de estudio y los supuestos teóricos de la investigación, se trabajó a partir de un enfoque cualitativo, lo que implicó la utilización de técnicas de recolección de información en dos momentos. En primer lugar, para la caracterización histórica se realizó un análisis de fuentes secundarías, las cuales fueron trianguladas. En segundo lugar, con el fin de identificar las relaciones de tensión y acuerdos entre las diferentes religiones, se realizó la revisión del periódico La Patria en el período 2010-2022. Para ello, se establecieron categorías de análisis que permitieron agrupar los hechos religiosos de manera sistemática.
Para el análisis de la información recolectada, se utilizó el análisis del discurso, dado que, en el ámbito religioso, las palabras y los signos están cargados de sentidos y significados. Esto implicó entender que el lenguaje en el discurso no es neutral, las palabras y los signos "no son inocentes, que la connotación va con la denotación, que el lenguaje muestra, pero también distorsiona y oculta, que a veces lo expresado refleja directamente lo pensado y a veces sólo es un indicio ligero, sutil, cínico" (Santander, 2011, p. 208).
En este sentido, el análisis del discurso no se limita a su estructura formal, sino que también explora su profundidad, donde se manifiestan sentimientos, prejuicios y representaciones de los agentes sobre una determinada realidad. Por ello, el discurso deja de ser visto únicamente como un medio para expresar ideas y se entiende como un elemento constitutivo de la realidad, es decir, como una forma de acción social? desde una perspectiva weberiana. Así, las noticias y comentarios de los agentes en el período de estudio resultan significativos, en la medida en que representan las regularidades discursivas sobre las diferencias religiosas y reflejan las disposiciones hacia el diálogo interreligioso.
3. Resultados
Si se tiene presente que el campo? religioso se construye históricamente, es pertinente afirmar que Manizales, desde su fundación en el año de 1849, ha tenido un predominio de la religión católica. Esta situación la convirtió en la religión dominante y le permitió conservar el monopolio de los bienes simbólicos de salvación hasta finales del siglo XX. En la revisión de las fuentes históricas (Gómez, 2015; Londoño, 1936; Restrepo, 1914; Valencia, 1990) se advierte que la fundación de Manizales se gestó por diferentes colonos, principalmente provenientes de Antioquia, quienes, en sus largos recorridos, practicaban rituales religiosos que reflejaban las creencias que traían consigo. Como relata Restrepo (1914), en sus jornadas de descanso "acomodaban todo su aparejo y se ponían en marcha después de haberse santiguado devotamente y pedido auxilio de Dios para que amparase su marcha aventurada por entre la tenebrosa selva centenaria" (p. 4).
Estos elementos cobran significancia desde una perspectiva de la sociología de la religión, pues las disposiciones religiosas son modificadas por los agentes, quienes "administrando distintos repertorios de creencias y construyendo nuevas transacciones en una posición particular en el campo religioso, dan sentido a su vida diaria en el marco de experiencias significativas en su historia personal" (Suárez, 2013, p. 210).
Aunque estas expresiones eran de carácter individual y no manifestaban abiertamente la práctica del catolicismo, otros elementos indican que la fundación se gestó siguiendo cipios Uno de ellos es el plano de la ciudad de 1850, aportado por Albeiro Valencia Llano en su obra Manizales en la dinámica colonizadora (1990), en el que se aprecia que la ciudad se organizó alrededor de una plaza central, donde se erigió un templo, y a partir de allí se estructuraron el resto de las propiedades en forma de damero. Esta primera capilla, construida en paja, es mencionada por Horacio Gómez (2015) al revisar el archivo municipal de Manizales: "En el centro de este caserío está situada una regular capilla pajiza, bien construida y de una regular capacidad para la congregación de los fieles a la precisa asistencia a los divinos oficios" (p. 126).
Este elemento es importante, ya que muestra cómo la tradición católica de los colonos les permitía concebir la ciudad a partir de la iglesia, fortaleciendo la idea de que la parroquia debía ser el eje de la comunidad. Por ello, los fundadores "preocupados como estaban en obtener la erección de su poblado en distrito, no podían estarlo menos en conseguir la erección de la parroquia y por consiguiente del cura que debía administrarla" (Gómez, 2015, p. 25).
Sin embargo, será hasta los inicios del siglo XX cuando la Iglesia católica asegure el monopolio de los bienes simbólicos de salvación mediante la llegada de diversas comunidades religiosas, siendo incluso un aspecto trascendental en la modernización de la ciudad. Las fuentes consultadas aluden a la incidencia de estas comunidades en la formación de Manizales, especialmente en lo concerniente a la educación, la salud, el cuidado y la formación moral (Duque, 1957; Gómez, 2015; Restrepo, 1914).
En este contexto, en 1889, con el auspicio personalidades locales, llegaron las Hermanas de la Presentación, quienes se dedicaron principalmente a la educación de mujeres y a la fundación de asilos y hospitales. Posteriormente, en 1901, se asentó la orden de los Recoletos de San Agustín, cuando aún solo existía un templo en la ciudad: "empezaron a ejercer su ministerio, por medio de una misión, la cual previamente anunciada, se principió en la catedral, única iglesia entonces" (Duque, 1957, p. 432). Esta congregación dejó una huella significativa con la construcción de una nueva iglesia (en el lugar que hoy se conoce), la llegada de un órgano, una imprenta, la fundación de una capilla en la Linda y una casa que posteriormente funcionó como convento (Duque, 1957; Restrepo, 1914).
Junto con estos esfuerzos materiales por modernizar la ciudad, se desarrollaron iniciativas que buscaban influir en la moral y en el comportamiento religioso de la población. Restrepo (1914) reconoce que el papel de la comunidad religiosa fue muy importante en la instauración de una moral cristiana, reflejada en la asistencia a los cultos y en cambios en el comportamiento de artesanos y obreros que evidencian el espíritu católico. A la lista de comunidades religiosas que marcaron la ciudad se suman los Hermanos Maristas, los Jesuitas, los Capuchinos, la Compañía de la Asunción, los Salesianos, los Sacerdotes de San Sulpicio, entre otros (Duque, 1957; Restrepo, 1914).
Tal fue la importancia de estas comunidades desde el punto de vista religioso que su influencia consolidó el monopolio de los bienes simbólicos de salvación por parte de la Iglesia católica durante el siglo XX. Esta dominación aún se evidencia en la ciudad; un ejemplo es el centro histórico (Figura 1), donde se encuentran diez templos católicos ubicados a distancias muy cortas entre sí, lo que permite inferir que en la configuración del espacio urbano el elemento sagrado fue fundamental en la construcción de los barrios.
A pesar de ello, es necesario advertir que el dominio absoluto de la Iglesia católica en la ciudad empieza a ser contrarrestado en la década de 1950 con la aparición de la Iglesia Interamericana de Colombia y, posteriormente, en los años sesenta, con la llegada de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia (Moreno, 2012). La fundación de esta última resulta trascendental, ya que desde la capital se expande hacia otros municipios de Caldas. Este hito es relevante porque marca el inicio de la recomposición del campo religioso en la ciudad, en consonancia con lo que ocurría en el resto de Colombia y América Latina, donde comenzaba el auge de nuevos movimientos religiosos, generando lo que Pierre Bastian (2007) denomina la "fragmentación del campo religioso".
Identificar este hito permite entender que, para las décadas de 1960 y 1970, se produjo un crecimiento exponencial de iglesias no católicas, alcanzando un total de dieciocho (Moreno y Moreno, 2009). Sobre la naturaleza de estas igle sias, la investigación de Cesar Moreno Baptista y Manuel Ignacio Moreno (2009) las conceptualiza como escatológicas·, concepto utilizado para referirse a aquellas iglesias cuyos principios doctrinales, formas organizativas y demás elementos son homogéneos en sus sedes alrededor del mundo, dependiendo de sus principales centros ubicados en Estados Unidos. Según los autores, estos factores explican la manera en la que se produjo su fundación, ya que pastores provenientes de Norteamérica realizaron predicaciones en diferentes ciudades de Colombia, motivando así la creación de nuevas iglesias (Moreno y Moreno, 2009). Algunos ejemplos de estas denominaciones que, a principios de la década de 2020, hacen parte del mapa religioso de Manizales son los Mormones, los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día.
Será la década de 1990 la que permitirá la aparición de nuevos movimientos religiosos, duplicando las cifras de las décadas anteriores. Es importante tener presente que, durante esta década, Colombia adoptó una nueva Constitución que derogó la de 1886 y estableció un marco jurídico que garantiza la libertad de cultos. La transición experimentada entre las décadas de 1960 y 1990 en Manizales es interpretada teóricamente por Bastian (2007) como el detonante de la necesidad del Estado colombiano de generar normativas jurídicas que le permitieran enfrentar las problemáticas derivadas de la creciente pluralización religiosa, evidentes tanto en Manizales como en el resto del país. La nueva Constitución buscó abordar esta situación mediante la apertura del mercado de los bienes simbólicos de salvación. Esta condición jurídica resulta trascendental para la ciudad, ya que a partir de la década de 1990 se multiplicaron los movimientos religiosos, alcanzando en el período un total de 64 iglesias, y proyectándose para la siguiente década un total de 77.
Bajo este panorama, la década comprendida entre 2010 y 2022 se perfila como la de mayor complejidad en términos de pluralismo religioso, ya que en este período se presenta la mayor cantidad de denominaciones religiosas, todas reguladas por el marco jurídico colombiano fundamentado en la Constitución de 1991. Sin embargo, surge la necesidad de interrogarse por las manifestaciones de conflicto que se presentan en distintos niveles, es decir, entre las mismas iglesias y los mismos fieles en la ciudad de Manizales.
3.1 La lucha por el monopolio de los bienes simbólicos enel periodo 2010-2022
Desde su fundación, Manizales ha tenido a la religión católica como institución dominante, llegando a considerarse como la religión oficial en ciertos momentos históricos. Esto ha incidido tanto en las formas subjetivas como objetivas de la ciudad, es decir, ha moldeado la configuración de la identidad manizaleña, así como la estructura física, social, cultural y politica de la ciudad. Sin embargo, a partir de la década de 1970, la llegada de religiones diferentes transformó drásticamente el mapa religioso de la ciudad, agudizando este aspecto con el correr de los años.
En este sentido, desde el año 2010, Manizales enfrenta una situación inédita en su historia: la presencia de un número significativo de creyentes no católicos, quienes empiezan a incidir en diversos ámbitos de la vida urbana, desde lo artístico, político y cultural, hasta las dinámicas territoriales y sociales de sus habitantes. Por esta razón, resulta necesario evidenciar cómo se están configurando las relaciones entre las diferentes creencias religiosas en la ciudad.
Para ello, se realizó una revisión del periódico La Patria desde el año 2010 hasta el 2022, con el fin de identificar aspectos relacionados con tensiones, estrategias, violencias o diálogos interreligiosos. La elección de este período se sustenta en investigaciones previas (Moreno y Moreno, 2007; Moreno, 2012) que abordaron el tema hasta 2010, y que muestran cómo, a partir de esa fecha, la pluralización religiosa en la ciudad comenzó a manifestarse con mayor fuerza, anunciando una nueva década de cambios en las creencias de los manizaleños y el surgimiento de nuevos agentes religiosos.
3.2 El conflicto como elemento central del campo
La aparicion de nuevos agentes religiosos cobra fuerza institucionalmente a partir de los años setenta del siglo XX, agudizándose en los últimos años. Este fenómeno resulta relevante, porque expone una característica ontológica del campo religioso: su condición como espacio de disputa, donde el conflicto surge como expresión de la lucha por el monopolio de los bienes simbólicos de salvación, entendido como el capital eficiente del campo. Así lo expresa Pierre Bourdieu (2002):
Sabemos que en cualquier campo encontraremos una lucha, cuyas formas específicas habrá que buscar cada vez más, entre el recién llegado que trata de romper los cerrojos del derecho de entrada, y el dominante que trata de defender el monopolio y de excluir la competencia (p. 120).
Que el campo sea esencialmente un espacio de conflicto® obliga a cuestionar cuáles son las características que adquiere esta disputa y las manifestaciones más visibles de la misma. Además, es necesario analizar las estrategias que surgen dentro del campo para mitigar o gestionar estos conflictos. Por ello, se retoman los planteamientos de Johan Galtung (1989), referente clave de la teoría del conflicto, quien sostiene que este no se presenta de manera homogénea, sino que debe entenderse desde tres formas interrelacionadas: violencia directa, violencia estructural y violencia cultural.
Desde esta perspectiva, Galtung (1998) propone el triángulo de la violencia, que explica cómo estos tres tipos de violencia se relacionan entre sí y se manifiestan en la sociedad.
3.2.1 Violencia directa
La violencia directa la más evidente y reconocible, ya que se manifiesta de forma física, verbal o psicológica. Sin embargo, Galtung (1998) advierte que esta violencia no nace de la nada, sino que hunde sus raíces en lo más profundo del ser humano.
3.2.2 Violencia estructural
La violencia estructural ejerce desde las instituciones y estructuras sociales, como los sistemas políticos, sociales y económicos. En palabras del autor, este tipo de violencia se manifiesta cuando la estructura "en sí misma es violenta por ser demasiado represiva, explotadora o alienadora; demasiado dura o demasiado laxa para el bienestar de la gente" (Galtung, 1998, p. 15). En el ámbito religioso, se evidencia cuando una sola religión recibe reconocimiento y sus prácticas son asumidas como oficiales en detrimento de otras.
3.2.3 Violencia cultural
Por su parte, la violencia cultural se expresa a través de los símbolos, discursos y manifestaciones ideológicas de una sociedad. Esta violencia se encuentra "(materializado en religión e ideología, lengua y arte, ciencias empíricas y ciencias formales -lógica, matemáticas-), que puede utilizarse para justificar o legitimar violencia directa o estructural" (Galtung, 1989, p. 9). Su carácter más sutil la convierte en la forma de violencia más naturalizada, al expresarse a través de actitudes, costumbres y creencias que refuerzan la legitimidad de las otras dos formas de violencia.
3.3 Las manifestaciones de violencia en el campo religioso durante el período 2010-2022
Siguiendo las tipologías expuestas anteriormente, en el campo religioso de la ciudad de Manizales se constata, a través de los diferentes sucesos reportados en el periódico La Patria, la existencia de los tres tipos de violencia, aunque unos aparecen con mayor fuerza y frecuencia que otros. Es necesario comenzar con la violencia directa, ya que se considera la más visible y la que genera yores pues su aparición produce reacciones desde diferentes sectores e incluso mayor cobertura por parte de los medios de comunicación.
En el período mencionado, se registran cuatro asesinatos que involucran a dos creyentes y a dos líderes religiosos. Sin embargo, es necesario hacer algunas precisiones, especialmente en el caso de los líderes religiosos, ya que sus asesinatos responden a condiciones diferentes a las de su fe. Siguiendo a Weber (1944), habrá que pensar en el sentido mentado subjetivo de la acción de los agentes involucrados en los asesinatos de ambos. Es decir, hay que preguntarse si las motivaciones de los agentes al ejecutar su acción parten de lo religioso, tienen otra influencia, o cuál fue el sentido que pusieron en la ejecución de la acción.
En esa medida, el primer hecho se presenta en el año 2010, con el asesinato de un sacerdote católico por parte de dos estudiantes, y el segundo se da en el año 2011, resultando como víctima un pastor de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. En el desarrollo de ambas noticias y los procesos judiciales, se puede constatar que sus decesos se producen por situaciones ajenas a su quehacer como líderes religiosos (el primero por hurto y el segundo por una situación de celos), por lo cual debe descartarse inicialmente que se trate de intolerancia religiosa. Sin embargo, aunque los agentes actuaron bajo motivaciones diferentes a las religiosas, los crímenes se gestan mientras las víctimas realizaban su trabajo espiritual. En el caso del pastor, la noticia relata:
Era pastor de una iglesia del barrio Comuneros, de Manizales, y hacía obras sociales lo viernes en la noche. También repartía mercados a los miembros de su iglesia que viven en la Comuna Ciudadela del Norte. Los celos de Londoño López se incrementaron al ver que el pastor frecuentaba la casa de Yolima (La Patria, 2011, p. 12B).
De esa manera, puede concluirse que existe violencia directa religiosa, ya que se produce mientras los líderes estaban prestando servicios en sus comunidades. Este fenómeno introduce una primera aproximación: los líderes religiosos en Manizales enfrentan violencia directa cuyas motivaciones subjetivas no son estrictamente religiosas, pero sus efectos sí impactan negativamente su labor y generan condiciones de desigualdad dentro del campo.
A esto se suman otros actos de violencia directa como robos a templos y hurtos a líderes religiosos, que incluyen lesiones físicas y la sustracción de objetos sagrados. Sin embargo, es importante aclarar que no se debe igualar la violencia sufrida por los líderes de la iglesia dominante y los dominados, pues estos últimos tienen mayores desventajas producto de las violencias cultural y estructural. Esto genera desequilibrios a la hora de buscar mecanismos de reparación o de justicia. Según Pierre Bourdieu (1999), es en estos casos donde la violencia simbólica cobra fuerza, imponiendo visiones legitimas del orden social. Es decir, la violencia directa se presenta con mayor recurrencia en líderes de iglesias minoritarias, mientras que en sacerdotes de la iglesia católica es menos recurrente y, cuando ocurre, genera mayores repercusiones y manifestaciones de rechazo públicas.
La situación del lado de los fieles es diferente y, en los dos casos constatados, puede denotarse violencia directa motivada explícitamente por la intolerancia religiosa, puesto que las razones por las cuales se producen las muertes parten de diferencias en sus creencias. Los dos casos se producen en el año 2019. El primero de ellos es el de una estudiante de una universidad de la ciudad, la cual fue asesinada por un compañero de la misma universidad con quien compartía residencia. Las investigaciones del caso determinaron que el asesinato se produjo por diferencias religiosas. La otra situación fue descrita por la prensa de la siguiente forma:
"Yo no creo en Dios", dijo Ómar Javier Gómez Puerta, a quién conocían como el profe. "Yo sí creo" respondió un hombre apodado Cantaleta. Fue lo ultimo que escucharon dos testigos antes de que los primeros se enfrascaran en una pelea que terminó con el supuesto ateo muerto y el que decia ser creyente capturado, por homicidio" (La Patria, 2019, p. 12).
A pesar de que existen este tipo de hechos, que son muy visibles por el impacto que producen en una ciudad como Manizales, habra que seguir a Galtung (1998), quien asevera que este tipo de manifestaciones visibles terminan siendo el resultado de una problematica mas profunda, por lo cual debe dejarse de mirar el arbol y concentrarse en el bosque; incluso habla de que estos hechos son la punta del iceberg. Asi, los eventos descritos anteriormente son el síntoma de una situación más compleja en la ciudad, lo que hace necesario recurrir a las violencias culturales y estructurales, las cuales dejan ver el acumulado de problemas que desencadenan situaciones como estas.
Antes de abordar las violencias culturales y estructurales, es pertinente aclarar que, en la ciudad, existen otro tipo de hechos que pueden catalogarse como violencia directa. Estos casos, documentados por el periódico en el año 2019, están relacionados con aquellos que se denominan ateos o no creyentes, quienes buscan por diferentes medios hacer críticas а los sistemas de creencias instaurados, а través de prácticas como rayar las paredes de las iglesias o realizar manifestaciones artísticas al interior de los templos.
Cuenta el vigilante que de repente entró un grupo de jóvenes, uno levantó su sospecha por el atuendo y la cara tapada. Se vio que detrás de él venían el resto de jóvenes con cámaras. El del abrigo entró por todo el centro de la catedral, y cuando menos se pensó subió al altar, se volteó hacía la gente, se quitó el abrigo y quedo totalmente desnudo. Tiro el abrigo a un lado y empezaron a tomarle fotos y hacerle videos (La Patria, 2019, p. 6).
Este tipo de manifestaciones fue condenado fuertemente por la comunidad manizaleña, siendo un acto reprochable para la iglesia católica por el lugar en que se perpetra el hecho: el altar.
3.4 Sobre algunas contradicciones en la vida cotidiana
Se ha dejado claro que la violencia directa es la cara más visible de un problema mucho más profundo, el cual debe buscarse en los elementos constitutivos del campo religioso de Manizales. De esa manera, las vivencias de la vida cotidiana pueden revelar las violencias de orden cultural y estructural que sustentan la violencia directa. En el periódico La Patria existe una sección llamada "la voz del lector", que pretende ser un espacio donde los ciudadanos expresan sus opiniones sobre diferentes acontecimientos de la ciudad y que aparece en las ediciones diarias.
En dicho espacio, las contradicciones en la vida diaria de Manizales, debido a las diferencias religiosas, se hacen más evidentes, siendo este el elemento más constante en el período de revisión. Por ello, es común encontrar quejas de ciudadanos, especialmente por el ruido provocado por las iglesias distintas a la católica. Así se pronuncia una ciudadana al respecto:
Mucha bulla: la bulla es un problema preocupante, sobre todo en las casas evangélicas, parlantes a alto volumen y ninguna autoridad hace nada. Sería bueno que nos ayudaran, pueden gritar y cantar, pero a puerta cerrada y sin parlantes. Una ciudadana (La Patria, 2010, p. 4B).
Estos comentarios terminan siendo una constante en el período de estudio, lo que permite establecer que existe una tensión en torno a las formas en que las iglesias distintas a las católicas llevan a cabo su culto y generan alteraciones en la vida cotidiana de los vecinos. Algunos mencionan que es imposible descansar los domingos debido a este tipo de celebraciones, e incluso hay quienes reportan problemas de salud. Así lo expresan otros ciudadanos:
Mucho ruido: es urgente, no sabemos a quién acudir. En Manizales hay tanta gente de mediana edad que no aguantamos la bulla, los parlantes, los gritos de casas cristianas o protestantes. Creo que ni siquiera las secretarias de salud y de gobierno, indus- tria y comercio han censado estas casas, gozan de unas áreas inmensas, tienen las 24 horas para poner los parlantes al amaño de ellos, y nadie es capaz de hacer algo, y nos tiene la contaminación auditiva enfermos. Le pedimos al secretario de gobierno que les ponga horarios, estamos suplicando esto hace mucho tiempo. Una lectora (La Patria, 2011, p. 4B).
Estas preocupaciones revelan la existencia de un tipo de violencia cultural y simbólica, ya que se considera que solo existe una forma religiosa en la ciudad, mientras que las demás son consideradas de manera despectiva como "iglesias de garaje, casas de oración, iglesias evangélicas". Estas expresiones se van naturalizando y normalizando, convirtiéndose en elementos clave en las relaciones de dominación, pues legitiman una única manera de entender y ordenar el mundo. Otros comentarios expresan:
Bulla y oración: a quién debemos acudir, porque ni la Defensoría, ni la Personería hacen nada para aplacar la bulla de las casas de oración que con parlantes altísimos no respetan la tranquilidad de la gente. La contaminación auditiva es tremenda. Ni hablar de espacio público no hacen nada para hacer respetar al comparendo ambiental y la Secretaría de Gobierno tan tranquila. Una Ciudadana (La Patria, 2011, p. 6B).
En los reclamos de la ciudadanía, hay un llamado a las autoridades municipales para que intervengan en estas situaciones. Muchos de los reclamos se orientan a no saber a qué institución acudir, mencionando a la Personería, la Secretaria de Gobierno, la Defensoría y hasta Industria y Comercio. Estos elementos pueden verse respaldados por la intervención hecha por el secretario de Asuntos Religiosos de la ciudad, John Fredy Osorio, quien participó en el foro sobre libertad religiosa en el Concejo de Manizales el 24 de junio de 2020. El secretario señaló que en Manizales no existía un lugar en donde la ciudadanía pudiera tramitar este tipo de problemáticas. "...tenemos casos como en el 2017 donde nos encontramos muchos casos en que las comunidades reportaban una atención deficiente en sus quejas sobre casos, por ejemplo, los despidos laborales por pertenecer a una confesión determinada" (Platform for social transformation, 2020, 29m12s).
Es allí donde tiene lugar una violencia estructural, ya que el Estado no muestra tener la eficiencia ni las instituciones necesarias para garantizar que los agentes religiosos puedan participar en igualdad de condiciones. Incluso resulta insuficiente para quienes hacen parte de la institución dominante. Sin embargo, es importante advertir que, aunque estás problemáticas se presentan en todas las instituciones religiosas, en la institución dominante son manejadas de manera diferente. Esto se debe a que, al interior del campo, las estrategias no deben ser leídas de manera homogénea, ya que las acciones de los agentes "depende de su posición en el campo, esto es, en la distribución de capital específico y de la percepción que tengan del campo, según el punto de vista que adopten sobre el campo, como una visión desde un punto en el campo" (Bourdieu y Wacquant, 2005, pp. 155-156).
Con relación a lo anterior, en la ciudad se encontraron casos en los que la estrategia adoptada por parte de la religión dominante se hizo visible, especialmente cuando se intentó subvertir el orden. Un ejemplo es el caso de dos sacerdotes católicos que fueron excomulgados por el arzobispo de Manizales tras su ingreso a la Iglesia Guadalupana en el año 2007 y que, luego de un largo proceso, fueron perdonados en abril de 2011. Su penitencia consistió en "pedir perdón públicamente ante el presbiterio y los fieles, además de publicar un artículo de prensa en el que se renueve su profesión a la fe católica" (La Patria, 2011, p. 16b).
Lo anterior implica que, desde una posición de dominio, todas las estrategias buscan garantizar el orden establecido y cualquier acción que lo cuestione será vista como subversiva. Esto puede observarse empíricamente en el campo religioso de la ciudad de Manizales, específicamente en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes de los padres Redentoristas, cuando tres jóvenes se acercaron directamente a la parroquia para solicitar que las campanas no sonaran los fines de semana y en la madrugada, ya que consideraban que les impedían dormir у descansar. Esta situación, que podría ser similar a las denuncias por los sonidos producidos por las iglesias cristianas, no fue vista de la misma manera por la comunidad, lo cual generó rechazo y algunos comentarios como:
Apoyo a párroco: nosotros vecinos de la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes regentada por los Padres Redentoristas, pertenecientes a los barrios de la Alta Suiza, Milán, Sultana, Baja Suiza, Cerro de Oro y otros barrios aledaños, nos permitimos enviarle el siguiente memorial con alrededor de 1456 firmas que respaldan a nuestro párroco Henry y a la iglesia católica ante la solicitud de una persona que quiere acallar el tradicional sonido de las campanas de la iglesia. Esperamos su colaboración en la difusión de nuestro frente común, conocedores de su labor en favor de la comunidad. Atento saludo. María Ruth Ramírez Moreno (La Patria, 2010, p. 6B).
El asunto generó tanta molestia en la comunidad de los barrios mencionados que, durante la semana, se publicaron noticias que afirmaban que la solicitud iba en contra de la tradición, lo que pone nuevamente de manifiesto la naturalización de una determinada realidad.
Desconsuelo: No faltaba más, los jóvenes de Redentoristas que se oponen a las hermosas campanas de la iglesia, era lo único que faltaba que se presentaran con su descaro en prohibir que suenen unas campanas. Qué desconsuelo, no creemos que sean fieles devotos de aquella linda iglesia y qué dirán entonces de los carros a todo volumen, de las mechas largas, de los despropósitos de la juventud. No hay derecho a que protesten por la sonora voz de Dios (La Patria, 2010).
Este mismo hecho se repitió años después, en septiembre de 2020, cuando una ciudadana del Barrio Chipre interpuso una tutela para que las campanas de la iglesia fueran silenciadas durante la noche, ya que consideraba que vivir cerca al templo perjudicaba su sueño. Algunos ciudadanos reprocharon la acción y afirmaron que "eso es una exageración meter a la parroquia en este problema" (Noticia Caracol, 2020, 1m40s). El párroco, por su parte, comentó: "es un reloj antiguo, a nadie nos afecta, ninguna persona de la comunidad, nadie en más de estos cincuenta años que lleva la parroquia, nadie ha puesto una queja o una demanda" (Noticia Caracol, 2020, Tm1 8s).
Aunque anteriormente se mencionó que la eficiencia estatal no funcionaba ni para los dominados ni para los dominadores del capital especifico, es necesario matizar esta información, ya que existen casos en que los que sí se responde a las demandas. El 14 de noviembre de 2010, el periódico La Patria narró los hechos ocurridos durante la celebración del festival Territorio Rock: a las 7:00 de la noche, un grupo de policias interrumpió el evento, ya que el sacerdote de la iglesia manifestaba que era imposible realizar la eucaristía debido al nivel de ruido. La decisión fue detener el evento por media hora, mientras terminaba la misa.
Esto refuerza la idea de que la violencia estructural opera en la ciudad, ya que, en el caso de la religión dominante, las instituciones estatales actúan con mayor eficiencia cuando se presentan quejas o se solicita protección. Además, en ocasiones, esta violencia estructural se entrelaza con la violencia cultural, ya que prácticas que se perciben como normales forman parte de las dinámicas del Estado. Es común encontrar, durante el período de estudio, hechos cotidianos en los que eventos organizados por la alcaldía municipal de Manizales inician con ceremonias católicas.
Oración como preámbulo: curioso resultó el inicio de la rueda de prensa del lunes pasado que tenía como objetivo ilustrar a los periodistas sobre el funcionamiento de las fondas de arriería. El encargado de llevar la batuta les pidió a los periodistas que antes de comenzar se pusieran de pie para rezar. En la oración le pidió a Dios por el buen desempeño del evento, siguió con la solicitud de una ayudita para los campesinos y terminó, después de otras plegarías, pidiendo hasta por los secuestrados. Como no hubo reacciones, se cree que todos los comunicadores eran católicos (La Patria, 2010, p. 6B).
Este tipo de acciones se repiten de manera constante a lo largo de los doce años de estudio, lo que implica que en muchos eventos de la ciudad se asuma la religión católica de forma oficial, quebrantando así la pluralidad religiosa consagrada en la Constitución Política de 1991. Es común encontrar qué, en actos oficiales de la ciudad -como la inauguración de obras, la entrega de dotaciones a organismos estatales, las celebraciones del aniversario de la ciudad o ante la ocurrencia de desastresse realicen ritos de carácter católico. En estos últimos casos, después de la tragedia, suelen instalarse simbolos como cruces o vírgenes que pasan a formar parte de la memoria colectiva, reforzando la idea de que los momentos difíciles han sido superados.
Además, es importante mencionar que durante el período de estudio se evidencian actos católicos en calles, avenidas y espacios públicos de la ciudad, con la participación directa de autoridades civiles y militares. Ejemplo de ello son las procesiones (Sagrado Corazón, Semana Santa) y celebraciones (Corpus Christi). Este tipo de violencia, que involucra tanto elementos culturales como estructurales, suele tornarse invisible debido a su normalización. Sin embargo, se vuelve más evidente cuando en los espacios físicos de las distintas corporaciones del Estado local se utilizan objetos o se destinan lugares que hacen referencia a una religión particular. Un ejemplo de esto se encuentra en una noticia del 5 de junio de 2011:
Poco fieles en el oratorio: el oratorio que hay en el piso 15 de la alcaldía rara vez es visitado por los fieles. Cuentan en la administración municipal que la construcción fue un capricho del alcalde y que los "pecadores" poco se acercan por esos lados. Como quien dice, los $ 65 millones 558 mil se invirtieron mal cuando hay tantas necesidades en la ciudad (La Patria, 2011, p. 16b).
Esta situación puede contrastarse con la presencia de elementos religiosos similares en otras instituciones públicas, como universidades, colegios, centros comerciales, cementerios, funerarias, terminales de transporte, hospitales, entre otros, donde se parte de la presunción de que toda persona que accede a sus instalaciones, por antonomasia, practica la religión católica. Esta tendencia también se evidenció durante la pandemia del COVID 19, cuando en la ciudad se realizaron recorridos de sanación organizados por la iglesia católica.
4. Conclusiones
El campo religioso de la ciudad de Manizales experimenta una reconfiguración en la segunda mitad del siglo XX con la aparición de nuevos movimientos religiosos que disputan a la iglesia católica los bienes simbólicos de salvación. En esta disputa se generan tensiones y enfrentamientos que se manifiestan en los tres tipos de violencia conceptualizados por Galtung (1998): violencia directa, cultural y estructural.
Este panorama se ha convertido en una preocupación para las autoridades locales, lo que llevó, en el año 2018, a la promulgación de la Política pública Integral de Libertad Religiosa y de Cultos para la ciudad, así como otras disposiciones adoptadas en los últimos años en materia de tolerancia religiosa.
Sin embargo, el estudio deja un interrogante abierto, especialmente relacionado con los agentes: ¿cómo inciden estas apuestas en los agentes religiosos? ¿Serán suficientes estas medidas para lograr disposiciones favorables al diálogo interreligioso? ¿Cuáles son las iniciativas de las diferentes iglesias para formar a sus fieles con una actitud abierta hacia dicho diálogo?
Financiación
El autor declara que no recibió recursos para la escritura o publicación de este artículo.
Conflictos de interés
El autor declara que no tiene ningún conflicto de interés en la escritura o publicación de este artículo.
Implicaciones éticas
El autor no tiene ningún tipo de implicación ética que se deba declarar en la escritura y publicación de este artículo.
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