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"Flipper", un pandillero salvadoreño deportado de Estados Unidos y actualmente en rehabilitación en su país por problemas de adicción, recuerda que la vida se le iba "entre las drogas y las maldades que hacíamos a otros".
"Tenía poco tiempo de estar en El Salvador y las radios sacaban noticias sobre un pandillero deportado y drogadicto que andaba por las calles buscando problemas", declaró "Flipper", en un folleto de la Fundación Antidrogas de El Salvador (FUNDASALVA).
Cuando le preguntaron qué haría si el problema de las "maras" estuviera en sus manos, el pandillero respondió: "crearía muchos centros de prevención para estos cipotes. Les contaría cómo es la vida en las pandillas a través de mi testimonio y el de otros casos parecidos".