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Somos lo que nos contamos... pero también muchas cosas más
Cuando empezamos nuestra indagación sobre los nativos/inmigrantes digitales según Mark Prensky,1 si bien nos pareció una simpática nomenclatura, no nos imaginamos que la controversia recorrería diversos andariveles y movilizaría numerosas pasiones. Hubo quienes se ofendieron por nuestra supuesta apología de los nativos digitales. Hubo quienes consideraron un crimen de lesa discriminación retomar las categorías de Margaret Mead (1980) como culturas pre y post figurativas (en donde los jóvenes aprenden de los viejos y los viejos aprenden de los jóvenes) insistiendo en que tales dualismos no sólo refuerzan la discordia sino que dificultan el entendimiento. Y que en el caso de la educación introducirían más ruido que inteligibilidad al imaginar la posiblidad de autoaprendizaje de temas complejos y abstractos por parte de chicos que sólo dominan el nivel sensorio-motriz.
Sin embargo sería ingenuo suponer que, sumada a las brechas generacionales ancestrales, no existe una brecha cognitiva en creciente ascenso. No casualmente en la apertura del IV Congreso Mundial de Psicoterapia que reunió, a fines de agosto de 2005, en Buenos Aires a cinco mil trabajadores de la salud mental, el terapeuta familiar Carlos Sluzki propuso trabajar sobre las visiones encontradas de padres e hijos en su ponencia Conflictos adolescentes: cómo pasar de la confrontación a la colaboración. Según quien fuera en una época compañero de Eliseo Veron y articulista destacado en la fundacional Revista Latinoamerica-na de Ciencias Sociales editada por el Instituto di Tella a fines de los años sesenta, las "narraciones" que cada una de las partes del conflicto realiza sobre la otra constituyen el punto de partida de su resolución y estas narraciones son las que determinan los vínculos
Justamente nuestra impresión -corroborada por decenas de análisis, estudios, investigaciones, conjeturas, pero sobre todo constataciones hechas por adultos menos prejuiciosos que el promedio, y por docentes más preocupados por entender a sus alumnos que por pedagogizarlos con sus monsergas- es que estas visiones encontradas ya no sólo afectan los contenidos, el que , sino y sobre todo el modo de adquisición de valores, conceptos, visiones del mundo y las justipreciaciones de habilidades y competencias.
Además, contrariamente a lo que sostiene obcecadamente la narratología, no sólo somos cuentos que nos contamos a nosotros mismos y...