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Introducción
Si se parte del hecho que "estamos condenados a ser libres" en Jean Paul Sartre y que la esperanza entendida como fe nos rescata, entonces estarán sentados los presupuestos para el paso nada fácil pero propositivo de la condena a la libertad a la esperanza creíble a lo largo de estas páginas.
El hombre, este desequilibrado, el que pregunta y se pregunta, el que aspira y espera, el que ve como posible ciertas cosas y sin embargo se tiene que enfrentar a la realidad de lo imposible. El hombre, ese que no siempre entiende que nada sea para siempre porque cada mañana se levanta con un sueño nuevo por cumplir, ese a quien hoy se le invita a vivir y mañana se le recuerda que irremediablemente tenemos que morir. El hombre, en concreto y en abstracto, como problema o como parte de la solución, el que busca verdades y tiene que enfrentarse a la incertidumbre, de ese hombre, de sí mismo y de otro, del que se relaciona y del solitario, ese será el protagonista de estas páginas y por qué no también, el antagonista.
Y ese tal hombre, hoy se siente libre y feliz, y mañana libre e infeliz, hoy cree y mañana duda, hoy espera y mañana desespera, hoy apuesta su vida a un sueño y mañana se revuelve en sus perturbadoras pesadillas.
La libertad como condena desde Jean Paul Satire
¿Que Sartre me diga hasta cuándo estaré condenado a esta libertad?
Acercarse a Jean Paul Sartre es encontrarse con múltiples perspectivas de pensamiento como su posición sobre el existencialismo, la filosofía dramática, la contingencia, el infierno representado en la mirada del otro, la nada, la náusea, su postura sobre la política francesa, la ética, su visión sobre la conciencia. Pero en estas líneas no se pretende hablar sobre el joven cuentero, ni sobre el vocero de periódicos junto a la juventud de París, ni acerca del poeta, ni del hombre relacionado con el Castor1, ni al literato apasionado con las biografías de Boudelaire, Flubert, Mallarmé o Tintoretto, ni al filósofo dramático, ni al aficionado por el Whisky o el Vodka, ni al anciano pasando sus últimos días con el filósofo egipcio Pierre Victor y con su hija adoptiva Ardette Elkaim, sino...