Recibido: 09-01-2023
Aceptado: 31-03-2023
Resumen
La UE ha sido el proyecto de prevención de conflictos más exitoso de todo el mundo. Si bien es cierto que la UE ha servido para evitar que el conflicto entre Francia y Alemania se mantuviera, las bases del proyecto europeo son mucho más amplias. Uno de los colectivos que más han aportado a la construcción europea son los judíos, a los que algunos autores les han calificado como los europeos más antiguos. Desde los años 60 vivimos una nueva ola de antisemitismo con unas características muy particulares y que hoy en día está afectando no solo a los europeos judíos sino también a la propia estabilidad del proyecto europeo.
Palabras-clave: Europa, UE, judíos, antisemitismo.
Abstract
The EU has been the most successful conflict prevention project in the world. While it is true that the EU has served to prevent the conflict between France and Germany from continuing, the foundations of the European project are much broader. One of the groups that have contributed most to the construction of Europe are the Jews, who some authors have described as the oldest Europeans. Since the 1960s, we have been experiencing a new wave of anti-Semitism with very particular characteristics, which today is affecting not only Jewish Europeans but also the very stability of the European project itself.
Keywords: Europe, EU, jews, antisemitism.
Introducción
En el año en el que Hitler alcanzó el poder en Alemania (1933), nueve millones y medio de judíos vivían en Europa, una cifra que representaba el 60% de la población mundial2. Hoy, el número de judíos residentes en la UE desciende hasta los 788.800 (Della-Pergola y Saetsky 2020) cifra que asciende hasta 1080.897 si incluimos al Reino Unido. Este descenso es muy significativo y hace pensar que Europa ya no es uno de los destinos preferidos por los judíos para vivir. Si bien es cierto que parte de este descenso se ha debido a la atracción que generó la creación del Estado de Israel, no es menos cierto que en las últimas décadas la población judía europea ha salido de nuestro continente por motivos de seguridad. Esta tendencia parece estar teniendo un pernicioso efecto en la estabilidad misma de la UE, ya que esta minoría ha jugado un papel determinante en todo el proceso de construcción y sin ella, los cimientos parecen tambalearse.
El presente trabajo va a estudiar el papel que jugaron los judíos en el proceso de construcción europea, analizando sus aportaciones al mismo, algo que se ha dividido entre elementos inspiradores, constitutivos y personales. A continuación, veremos como el antisemitismo afecta a las aportaciones de los judíos al proceso de integración y en qué medida la actual crisis de la UE tiene relación con esta fobia.
1.Estado de la Cuestión
Debido a la gran cantidad de literatura escrita sobre el tema, resulta imposible hacer un estado de la cuestión mínimamente completo. En todo caso, este apartado tratará de situar al lector en las principales corrientes académicas que abordan la contribución de los judíos a la integración europea y con el tipo de antisemitismo que está sufriendo hoy Europa.
La presencia de los judíos en Europa está extensamente documentada. Si bien es cierto que hay algunos trabajos que tratan de abordar esta cuestión con una visión regional (Lambert 2008, Edwards 1998, Cesarini 2003, Aberbach 2013) otros han buscado una aproximación subregional, por lo que podemos dividir este segundo grupo de contribuciones entre aquellas que se centran en la mitad occidental de Europa y los que optan por la mitad Central y Oriental (Bartal 2011, Haumann 2002, Grill 2018, Kárlová et al 2020). Asumiendo que todas estas aportaciones son muy relevantes, éstas no son más que una pequeña parte de un conjunto inabarcable en un trabajo de estas características.
En España, solo Romero y Macías (1994) y Lara (2014) han optado por la aproximación continental. El resto, desde Caro Baroja (1987), pasando por Marquina (1987), López Ibor (1990), Beinart (1993), Bel Bravo (1997), Baer (1998) o hasta Bartal (2011) han preferido centrarse en la particularidad de los españoles judíos. Por encima del resto, tenemos que destacar a Joseph Peres (2005) quien ha centrado su obra en la persecución (2002) y la expulsión (1993) de los judíos en España. Precisamente el tema de la expulsión ha sido uno de los referentes en España con contribuciones tan relevantes como las de Marcu (2002) Suárez (1991) o Gonzalbes (1990). Con una perspectiva más actual, encontramos a Rozenberg quien se ha centrado en la vuelta de los judíos (1993) y su papel como minoría en España (1996)
El tema de los judíos como minoría es una de las constantes en la literatura europea con aportaciones tan valiosas como las de Prodi (2020: 61) quien considera a los judíos los primeros europeos. Otros autores como Nietzsche o Weber (1994) plantean que los judíos no solo han estado aquí desde tiempos inmemoriales, sino que su contribución a la civilización europea ha sido decisiva. Hanna Arendt en su libro Men in Dark times va más allá y no solo califica a los judíos como Europes Chosen People (Arendt 1968, 42) sino que añade que el hecho de no tener patria no es algo casual ya que, según la autora alemana, la patria de este pueblo no es otra que Europa. En este punto Arendt estuvo muy influida por Nietzche y por ello consideró que los judíos era los buenos europeos por excelencia (Pardo y Zahavi 2020: 1). La idea de que los judíos no solo son europeos, sino que este grupo ha sido clave en el desarrollo de nuestra civilización, es compartida por innumerables autores entre los que destacan David Ariel (2019), Steven Beller (2009) o Milán Kundera (1984) quien además consideraba a los judíos el principal elemento integrador de la fragmentada Europa Central.
Si bien es cierto que todos estos autores comparten la idea de que el pueblo judío es un colectivo afianzado en el viejo continente desde hace siglos y que, por tanto, aporta elementos positivos al concepto de Europa, ninguno se ha referido a los judíos como un activo que ha aportado aspectos positivos a la UE como organización. En este punto tenemos que destacar a Sharon Pardo (2020 y 2013) quien ha identificado aquellos aspectos en que los judíos han contribuido al proceso de integración europea. Otros trabajos de este mismo autor (Pardo 2015; 2013b; 2012 y 2010) son aquellos en los que el autor israelí repasa la siempre complicada relación entre la UE e Israel. Junto a Pardo, también tenemos que resaltar a Mark Schwartz (2012) quien siguiendo los trabajo de Manners ha identificado algunas tradiciones judías como un punto fundamental del enfoque normativo de la UE.
Hay un grupo importante de autores entre los que están Zygmunt Bauman (2009) Marcelo Dimentstein (2012) o Cristina Bettin (2013) que apuntan a la identidad flexible o híbrida aportada por los judíos, como uno de los fundamentos de la UE. El hecho de que se pueda tener una identidad no basada de forma exclusiva en criterios étnicos ha hecho al proyecto europeo algo viable. Sin embargo, esto servido para que los antisemitas desarrollaran narrativas en torno a la doble lealtad de los judíos, algo que afecta a los fundamentos de la UE.
Por motivos evidentes, la Shoah ha marcado un antes y un después en la historia de los judíos y por ello, tras la Segunda Guerra Mundial la identidad judía sufrió una transformación significativa que hizo necesaria una reflexión (Weinberg 2015, Cohen et al 2009) sobre que implicaba para los judíos europeos esta catástrofe. Para muchos autores como Kauders (2010) o Mertes (2020, 2013), la Shoah supuso el impulso necesario para lanzar el proceso de integración europeo, ya que propinó a Alemania el castigo moral necesario para que superara los miedos implícitos a la cesión de la soberanía y, de este modo, se pacificara Europa.
Sobre la Shoah y su influencia en Europa, tenemos que mencionar a Timothy Snyder (2002) quien plantea la idea de que en una zona que él denomina "bloodland" se produjeron crímenes de lesa humanidad no solo a manos de Hitler, sino también a manos de Stalin. En una línea similar Manuela Consonni (2010) o Emmanuel Droit (2007) plantean la existencia de narrativas comunes en ambas tragedias algo que Dovid Katz (2010) eleva a la idea de "doble genocidio". El concepto del "doble genocidio" comenzó a estar presente en el debate público tras la caída del Muro de Berlín, un hecho que para muchos autores como Diana Pinto (1996; 2006 y 2020) o Laura Brazzo (2010) ha transformado la identidad de los europeos judíos. Es destacable reseñar que entre los primeros y los últimos trabajos de Pinto hay una evolución negativa respecto de la relación de la UE con los judíos. Este pesimismo es compartido por otros autores como los antes mencionados Nick Lambert (2007) o por Beller (2009) quienes han manifestado un sentimiento de decepción con la UE. Ese sentimiento de decepción que parece compartido por muchos judíos europeos está provocado por el creciente antisemitismo que se apodera de nuestro continente. El neo-antisemitismo se implantó en Europa después de la Guerra de los Seis días y en buena medida puede ser identificado como antisionismo ya que cuestiona el propio estado de Israel (Rosenfeld 2019) algo que Pardo (2020: 134) ha identificado como "el factor Israel".
2.Cuestiones Metodológicas
Una vez se ha revisado las principales aportaciones bibliográfica cabe preguntarse cuáles han sido la contribución de los judíos a la UE, si existe una identidad judía europea, y cómo el antisemitismo está afectando a las bases de la UE. Así como objetivo principal fijaremos la relación entre el judaísmo y la UE y en qué medida el antisemitismo actual está afectando negativamente su cohesión.
Este trabajo va a tener una aproximación metodológica mixta, con un enfoque interpretativo (análisis semánticos de documentos oficiales de la UE) y empírico (ADL, Eurobarómetro y Eurostat). Por ello, se hará uso de fuentes escritas bibliográficas, hemerográficas (científicas y divulgativas) técnicas y archivísticas. Entre estas últimas hay que destacar el uso de los textos que componen el derecho originario de la UE así como otros documentos relevantes como el Manifiesto Ventotene o la Declaración Schumann.
Por último, debemos aclarar que se seguirá la definición de antisemitismo de la IHRA (2016) adoptado en Budapest, el Core Jewish Population para definir quién es y quién no es judío (DellaPergola 2020: 22) y el concepto hebreo de Shoah frente al anglosajón Holocausto.
3.Las aportaciones de los judíos a la UE
Casiano Floristán (2003) establece que las tres fuentes de la cultura europea son la tradición filosófica y jurídica greco-romana, el patrimonio religioso judío y el legado del cristianismo. Así establece a Atenas, a Jerusalén y a Roma como los tres centros de las cosmovisiones culturales que alimentan la idea de Europa. Por lo tanto, según esta interpretación, el judaísmo es responsable de, al menos, un 33% de lo que hoy es Europa. Sin embargo, a pesar de ser una fuente importante de la UE, esta contribución no es pública ni reconocida. Por ello, en este apartado se abordarán en que elementos ha contribuido el judaismo al proyecto de integración europeo destacando los siguientes bloques: inspiradores, constitutivos y personales
3.1.Elementos inspiradores
Por elementos inspiradores entendemos aquellos que conforman la idea misma de la UE. Si bien algunos no están reflejados como tal en el derecho original, su sombra está presente en la mayor parte de las instituciones y las acciones que se derivan de la misma. De hecho, el proyecto de Constitución Europea mencionaba expresamente en su preámbulo "la inspiración de las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa" en clara alusión no solo al cristianismo -por eso usa el plural- sino a otras religiones que inspiraron el proyecto, es decir, esencialmente al judaísmo.
3.1.1.Gestión de la diversidad
Si hay una palabra que define a Europa esa es "diversidad", lo que llevó a la UE a adoptar el lema "unida en la diversidad" y a recogerlo como uno de los símbolos oficiales en paridad con el himno o la bandera3. Esa diversidad que hoy es multidimensional abarcando el campo étnico, lingüístico e incluso sexual, tiene un origen común: la gestión de la diversidad religiosa que implicaba que Europa acogiera a la mayor parte de los judíos que vivían en el mundo. Esta herencia sido reconocida por líderes como Romano Prodi quien afirma que los judíos son el arquetipo de minoría de Europa (Prodi 2020: 86) o por instituciones como la Comisión Europea quien en la Estrategia Europea contra el Antisemitismo (2021: 1) reconoce explícitamente la contribución de esta minoría a la convivencia en nuestro continente.
Si bien es cierto que al menos hasta la creación de la UE el tratamiento que recibieron los judíos en Europa no ha sido ni mucho menos el deseable, su presencia en el viejo continente ha permitido que nuestro proyecto sea no solo más rico sino también más tolerante. Volviendo a citar a Prodi (2002), gracias a la protección que se otorgó a los judíos después del Holocausto, la UE se ha convertido en una "Unión de Minorías" lo que no solo es un activo en el presente sino también de cara al futuro, ya que, para el líder italiano una civilización será juzgada por el trato que les dé a sus minorías. Por lo tanto, en un intento de proteger a los judíos europeos para evitar que Europa sufriera una tragedia similar, la UE ha ido creando un marco de protección del que también se benefician otros colectivos como los musulmanes.
Otra prueba de esa apuesta por la diversidad la encontramos en las crecientes alusiones al concepto diversidad en los textos fundamentales de la UE. Así, a medida que avanza la integración, vemos que las menciones a la diversidad no solo son cada vez más numerosas, sino que éstas cada vez son más explícitas.
Si analizamos de forma más particular los artículos en los que aparece este vocablo, debemos reflejar que el art. 22 de la Carta de Derechos es el punto culminante de esta apuesta por la diversidad ya que eleva a la categoría de derecho lo que surge como un principio inspirador. En una línea similar está el actual artículo 2 del Tratado de la UE que, si bien no menciona la palabra diversidad, habla de forma explícita de los derechos de las personas que constituyen minorías. Este modelo de protección tiene su origen en la gestión de la diversidad que se fue gestando en torno a los europeos judíos, por lo que debe ser considerado como una aportación de este colectivo a la UE.
3.1.2.La UE como prevención de un nuevo genocidio
La Shoah ha sido la mayor atrocidad realizada por el ser humano y como tal, su sombra ha estado presente en todo el proceso de construcción europeo. De hecho, si bien es cierto que la UE puede ser entendida como un proyecto de prevención de conflictos, no es menos cierto que buena parte de la vocación del proceso se hace para evitar una repetición de este crimen cometido contra el pueblo judío. Por ello, algunos autores como Franco Burgio (2013: 8) afirman que el nacimiento del proyecto no fue la Declaración Schuman, sino las deportaciones a Auschwitz en 1942.
La centralidad de la Shoah en el proceso de construcción europea es tal, que la UE no solo se sumó a la celebración del Día Internacional del Recuerdo del Holocausto4, sino que además estableció su propio día, el 23 de agosto, fecha a la que denominó Día Europeo en Recuerdo de las Víctimas de Stalin y el Nazismo5. En este punto, la adopción de este día supuso la vertebración de Europa Occidental y Oriental en torno a una tragedia que es común: el totalitarismo y el recuerdo de sus víctimas. Por lo tanto, vemos que partiendo de una tragedia como fue la Shoah, se rindió homenaje a las víctimas que perecieron tanto por los nazis como por los soviéticos. La idea del "Never Again" como concepto para evitar una nueva tragedia, tenía dos partes que eran completivas: El "Never Again war" incluía el "Never Again Auschwitz"6.
Por último, debemos mencionar la Declaración de Estocolmo y su relación con las sanciones impuestas a la Austria de Haider en base al artículo 7 del TUE. En 1997 el primer ministro sueco Göran Persson anunció la celebración de cuatro conferencias internacionales para debatir sobre la democracia, la tolerancia y los valores. La primera de esas conferencias fue la "International Cooperation on Holocaust Education, Remembrance and Research" de la que surgió la Declaración de Estocolmo que no solo ha servido de base para la legislación de la UE contra la negación de la Shoah y la incitación al racismo, sino que la reunión física de los estados7 en Estocolmo sirvió de plataforma para gestar las sanciones contra el canciller de Austria. Así pues, vemos como la Shoah ha sido no solo un elemento inspirador para la integración europea sino también una referencia moral para evitar retrocesos en el progreso de Europa.
3.1.3.Fin del mito de la soberanía sin límites
Uno de los elementos que han hecho posible que la UE sea una realidad, ha sido la limitación de las opciones nacionalistas excluyentes que planteaban la soberanía ilimitada del Estado. La mejor de estas representaciones la encontramos en el nazismo, un régimen que excluía a aquellos que no formaban parte de su concepto de nación. Frente a esta posición determinista, los judíos planteaban la universalidad como opción para escapar de la trampa de la asimilación haciendo que Alemania pudiera pensar en superar el nacionalismo excluyente, lo que les puso en el punto de mira de los nazis. A partir de 1945, Alemania cambió su role de "nación responsable de los hechos" para adoptar el de "nación liberada" que necesita reparar lo que hizo tendiendo puentes con otros estados, esencialmente con Francia. A este proceso de redención y humillación de Alemania, el canciller Kohl lo calificó de "equilibrio psicológico" (Merter 2020: 116) necesario llegando incluso a hablar de "nuestra vergüenza y nuestra responsabilidad con nuestra historia" (Becerril 2020: 71). La piedra de toque de este proceso fue la Shoah, por lo que debemos plantear que se convirtió en un elemento crucial en el proceso de construcción europea.
Alemania pudo renacer y abandonar la herencia (himno, bandera, ideología etc...) del nazismo gracias a la necesidad de redención moral que tenía la nueva república (RFA) surgida de las cenizas del Reich. Sin esa referencia, hubiera sido harto complicado convencer a la población de ceder esa soberanía que, a largo plazo, ha impedido que se emprendan nuevos proyectos nacionalistas excluyentes. Así, la Shoah se convirtió en faro moral sobre el que Alemania abandonó el nacionalismo excluyente y juró convertirse en un pilar de convivencia. Konrad Adenauer lo plasmó en el discurso pronunciado en 1960 en el campo de concentración de Bergen-Belsen y Kohl lo ratificó 25 años después en el mismo sitio: "Creo que no podríamos haber elegido un lugar mejor para prometer solemnemente que haremos todo lo posible por asegurar que cada ser humano, sin importar su pueblo su raza o nacionalidad disfrute en delante de una tierra de justicia, seguridad y libertad" (Becerril 2020: 7677) Como consecuencia de la tragedia que sufrieron los judíos, Alemania pudo convertirse en ese estado ideal que Joseph Rovan (1945) definió como "L'Allemagne de nos mérites". Por lo tanto, la Shoah puede ser considerada no solo como elemento inspirador de la UE sino también el hito moral sobre el que Alemania y Francia se reconciliaron y que permitió a París y a Berlín superar sus guerras y a hablar del eje franco-alemán.
3.2.Elementos constitutivos
Joseph H. Weiler (1995) establece que la supranacionalidad, el bienestar y la paz son los tres fines fundamentales de la UE elementos que, como vamos a ver a continuación, coinciden con tres aspectos cotidianos de la vida de todo judío. Hasta el año 1948, los judíos vivían en lo que ellos mismos han denominado el Galut o exilio, una particularidad que les ha obligado a configurar identidades flexibles o híbridas que son la base de la supranacionalidad de la quehabla Weiler. Por otro lado, estas comunidades judías (kehillof) han perseguido la ejemplaridad moral en sus acciones, no solo por la obligación impuesta por los 613 preceptos (mitzvot) que componen la Ley Judía (halajá) sino también por su condición de pueblo elegido que, siguiendo a los más importantes rabinos, les obligaba a ser un modelo para los gentiles con los que convivían (Spero 1983). Por ello, las comunidades judías europeas aplicando principios como el Tikkun Olam (justicia social) o al seguir el designio del profeta Isaías de ser Or la'Goyim (luz entre las naciones) han contribuido a la consecución de las otras dos metas de la UE apuntadas por Weiler: la paz y el bienestar.
3.2.1. Identidad Hibrida y Supranacionalidad
Desde los tiempos de la ilustración, los judíos se han esforzado por contribuir a la cultura europea dejando de lado las manifestaciones religiosas y exaltando solo las culturales. En EEUU la identidad judía forma parte de la identidad nacional (Maimon 2013: 31), pero en Europa los judíos han tenido que vivir con una identidad dual -la nacional y la judía- que en ocasiones ha servido para alimentar el prejuicio de la doble lealtad. Para evitarlo, los judíos se veían en la dicotomía de elegir entre la asimilación que implicaba pertenecer a una nación política o mostrar públicamente su identidad judía. Sin embargo, el final de la Guerra Fría y la caída del comunismo generó un efecto que salvó a los judíos de este dilema, convirtiendo al continente en lo que Diana Pinto (1996: 7) ha calificado como un "Jewish Space", es decir Europa como un lugar donde se podía apostar por ser "Voluntary Jew" (Pinto 1996: 6). Esta legitimación de la cultura híbrida y de las identidades flexibles, generó el marco necesario para que la UE pudiera desarrollar una ciudadanía europea compatible con las nacionalidades de los estados miembros. El momento en el que se reconoce esta situación fue en 1992 con la aprobación del Tratado de Maastricht, donde se afirma explícitamente que la ciudadanía europea se obtiene al poseer la nacionalidad de un estado miembro (art 8 A) algo que, siguiendo el art 20.1 del Tratado de Funcionamiento de la UE, "se añade a la ciudadanía nacional sin sustituirla".
Así, a medida que se ha ido avanzando en el proceso de integración europea, todos los europeos incluyendo a los judíos han tenido que flexibilizar su identidad pasando de una monolítica a otra híbrida. El marco de referencia que ha permitido aceptar la supranacionalidad ha sido la identidad flexible que los europeos judíos han sabido mantener durante siglos. Por lo tanto, vemos como los judíos han sido claves en la consecución de una de las metas señaladas por Weiler, la supranacionalidad.
3.2.2.Visión civil, pacífica y normativa de la UE
Son muchos los autores que han señalado la condición civil (Twitchett 1976; Whitman 1998) pacífica (Duchene 1972; Galtung 1973) y normativa (Rosecrance 1998; Manners 2002) de la proyección internacional de la UE. La triple condición de actor pacífico, civil y normativo estaba ya presente tanto en el pensamiento de los padres fundadores como en la propia Declaración Schumann. Estos conceptos los encontramos en la tradición cultural y religiosa judía, lo que nos lleva a pensar que la ancestral presencia de comunidades judías en Europa fue un elemento importante a la hora de configurar esta identidad civil, pacífica y normativa de la UE.
La noción de paz en el judaísmo (Shalom) está presente en la vida diaria de los judíos. La liturgia está llena de oraciones como la Amidá o el Kadish en la que encontramos alusiones a la paz (De Lange 2000: 266). La palabra Shalom deriva de Shalem cuyo significado es "completo" o pleno. En este sentido Shalom no solo se refiere a la ausencia de guerra sino al sentimiento de plenitud y harmonía en el mundo. No solo son muchas las palabras (Even-Shossha 1983) que en hebreo se derivan de Shalom, sino que algunas, como Jerusalén (Ciudad de Paz) o Salomón (Shlomo en hebreo), tienen una especial relevancia para el judaísmo. Junto a este componente semántico de la palabra Shalom, tenemos que resaltar la tradición pacífica del judaísmo (Broyde 1998: 1) de la que se deriva la obligación de extender la paz, algo que vemos en algunas expresiones como Shalom Aleijem cuyo significado es la paz sea contigo. Esta centralidad de la paz es coincidente con la anteriormente mencionada naturaleza de la UE quien, no solo puede ser considerada como un producto de la paz entre dos Estados, sino que como se muestra en el Gráfico 2 además ha tenido presente el concepto "paz" en todos y cada uno de sus textos básicos.
Además del interés por la paz, la tradición judía también presenta una inclinación hacia la ética (Broyde 2001) buscando siempre actuar de forma correcta, lo que nos lleva directamente a la segunda parte de este elemento que estamos analizando, la cuestión normativa. El Profeta Isaías (42:6) establece que «Yo, el Señor, te he llamado en justicia, te he tomado de la mano, te he guardado y te he destinado para alianza del pueblo, para ser luz de las naciones". El concepto Luz de las naciones o Luz entre las naciones, que aparece también en los versículos 49:6 y 60:6, es interpretado por los sabios judíos como una obligación y responsabilidad de actuar de la forma correcta. En el caso del Estado de Israel, se adoptó la Menorá como representación de este mandato divino que debe guiar el comportamiento individual de los judíos y de las kehillot cuando se relacionen con los pueblos gentiles. Esta visión normativa era aludida con frecuencia por Ben Gurión quien solía incluir en sus discursos la idea de Israel como una luz entre las naciones (Brenner 2018) algo que posteriormente ha sido mantenido por otros primeros ministros como Netanyahu (2017) quien también ha hecho referencia al concepto.
En el caso de Europa, la temprana presencia judía y la extensa participación de miembros de este colectivo en la formulación y puesta en práctica de la política exterior, ha permitido que la UE asumiera parte de este carácter a través de un enfoque normativo que pretende mejorar el mundo. Esta visión reparadora del mundo nos lleva a otra idea de origen judío, el Tikkun Olam.
Tikkun Olam es un mitvot presente en el Aleinu8 (De Lange 2000: 263-265) que se refiere a la idea de reparar el mundo para hacerlo mejor bajo la soberanía de Dios. En palabras del Rabino Jonathan Sacks (2020: 365) sería la redención del pasado para curar a un mundo fracturado. Para los judíos Tikkun Olam se representa como un recipiente que contenía la Luz Sagrada en el origen del universo y que en un momento dado se quebró esparciendo sus pedazos por todo el universo. Así, mediante el cumplimiento de la ley judía (Halajá) cada judío debe participar en el Tikkun Olam para reparar y hacer un mundo mejor. La idea de un mundo mejor la encontramos tanto en el título como el espíritu9 del primer documento aprobado por la UE para guiar su política exterior: el Documento Solana cuyo título es una "Estrategia Europea de Seguridad. Una Europa Segura en un Mundo Mejor". Esta línea reparadora se mantiene en el segundo documento guía de la política exterior -Documento Mogherini- que lleva por nombre "Una visión común, una actuación conjunta: una Europa más fuerte". Si comparamos los dos documentos vemos que mientras que en el primero se usa la palabra "mejor" en cinco ocasiones, en el segundo se hace hasta 12 veces. Así, podemos afirmar que la visión normativa, civil y pacífica de la UE está muy influida por la noción de paz del judaísmo, por la obligación de ser Luz entre las Naciones y por la idea de reparación derivada del imperativo del Tikkun Olam.
3.2.3.Justicia Social
Si bien una acepción de Tikkun Olam es la que hemos mencionado anteriormente, existe otra menos cabalística que se refiere a la obligación de promocionar la justicia social, un valor, que siguiendo al Rabino Jonathan Sacks (2005:3), ocupa una posición central en el judaísmo. De hecho, algunos rabinos pertenecientes a la escuela Torah Im Derej Eretz10, como fue Samson Raphael Hirch, consideraron que un número importante de las 613 obligaciones (mitzvot), las denominadas Chukim, están dedicadas a la promoción de las condiciones de vida de las personas y del mundo natural (Hirsch 2002)
Tanto el antes mencionado Weiler como el propio derecho originario consideran que la UE tiene por meta la promoción del bienestar de los europeos. Una UE vinculada a la justicia social ha estado presente desde sus comienzos tal y como prueba la inclusión de importantes aspectos sociales en el Tratado de Roma, en el Acta Única Europea o en textos más específicos como fueron el Acta Social Europea o el Protocolo 14 del Tratado de Maastricht. Así vemos que la vocación de la UE por la justicia social tiene una referencia en el pensamiento judío en general y en el precepto Tikkun Olam en particular.
3.3.Elementos personales
Como se viene defendiendo desde el principio de este trabajo, la presencia judía en Europa se remonta muchos siglos atrás. Si bien es cierto que los judíos han sido perseguidos desde su llegada a nuestro continente, no es menos cierto que (TABLA 1) también han sido clave al ocupar puestos de responsabilidad en muchos de los gobiernos de los estados europeos:
Además de estos puestos de responsabilidad en los gobiernos nacionales, el proceso de construcción europea ha estado marcado por la presencia de figuras de religión o cultura judía que, hoy, se consideran motor de la integración europea (Ver Tabla II). Su impronta ha marcado la naturaleza de la UE y sin ellos Europa no sería lo que es. En reconocimiento a esta labor edificios que albergan instituciones de la UE (Simone Veil o Louise Weiss), institutos de investigación (Fritz Bauer Institute) o becas postdoctorales (René Cassin) han elegido a personalidad judías cruciales en el proceso europeo como inspiradores de su nombre.
En este sentido, se puede concluir que la aportación personal judía a la construcción europea es otro de los elementos que marcan el vínculo entre el judaismo y la UE.
4.Antisemitismo y su contribución a la crisis de la UE
Una vez analizado en que aspectos los judíos han contribuido al proceso de integración europea, tenemos que ver como el antisemitismo afecta a la UE algo que se trasluce de la relación entre movimientos euroescépticos y grupos antisemitas. En este sentido Diana Pardo (2020: 131), considera que existe una relación entre los movimientos antiglobalización, antieuropeos, euroescépticos y antisemitas por ser todos grupos que rechazan la universalidad. Mertes (2020: 113) afina un poco el enfoque y apunta directamente a los nacionalismos por ser estos una concentración de uniformidad frente a la diversidad que aportan los judíos y que tanto caracteriza a la UE. Si bien en Europa estos movimientos populistas que se identifican por ser "anti" nos resultan novedosos, o al menos novedosos en su relación con el antisemitismo (Hirsh 2017), autores como Williams Holmes (1974) ya establecieron el vínculo entre populismo y antisemitismo en los años 70.
Aunque el antisemitismo es un mal que se retrotrae miles de años atrás, su versión más actual es algo diferente. Son muchos los autores11 que hablan de un nuevo antisemitismo que surge de forma tímida tras la creación del Estado de Israel y que se configura como la corriente dominante tras la Guerra de los Seis días. Existe un consenso sobre los actores principales de este nuevo antisemitismo: la extrema izquierda, la extrema derecha y el islamismo radical (Lewis 2006:1-10) (Weiss 2019). Estos grupos centran sus críticas en Israel y en el sionismo como forma de evitar la etiqueta antisemita, aunque mantienen el foco de sus ataques en la banalización de la Shoah. En palabras de Leyla Klaff (2014) el antisemitismo no solo trata de invertir la realidad de lo ocurrido en los campos de exterminio, sino que trata de invertir la moralidad posterior de ese hecho. Si bien esta tendencia a la inversión se aprecia de forma clara en la Shoah, no es exclusiva de este tema, ya que la inversión de las características propias del pueblo judío constituye la base del antisemitismo en Europa. Sobre esta idea se va a articular este apartado para analizar el antisemitismo y así, veremos en qué medida ésto afecta a la contribución de los judíos a la UE.
4.1. Antisemitismo y su efecto sobre los elementos inspiradores
Aunque es cierto que vivimos una ola feroz de antisemitismo, sus agentes tratan de ocultarlo con diferentes trucos. Por un lado, los grupos de extrema izquierda y los islamistas radicales utilizan lo que David Hirsch (2017: 2223) ha denominado Livingstone Formulation: justificar juicios antisemitas bajo la excusa de la crítica legítima a Israel. Por otro lado, los grupos de extrema derecha se mueven entre un cuidado entusiasmo antisemita y un selectivo filosemitismo que permite ocultar casos tan graves como el Hocke Affairs (AfD de Alemania), los de Udo Landbauer y Norbert Hofer (FPO de Austria) o el James Hirvisaari (Partidos de los Finlandeses).
Dentro de esta estrategia es donde tenemos que encajar las acciones de la extrema derecha respecto de las minorías. Si bien es cierto que los ataques a los judíos procedentes de este colectivo son menos frecuentes o al menos claros, sus embates contra el colectivo árabe-musulmán son mucho más habituales. Aunque pueda parecer que este hecho no tiene que ver con los judíos, estos ataques deben ser entendidos no como una ofensa contra un colectivo particular sino más bien un intento de destruir el modelo de convivencia de la UE que, como se ha mencionado anteriormente, se construyó sobre la base de la presencia judía en Europa. De hecho, son varios los autores que plantean que Islamofobia y Antisemitismo son en realidad un acto de odio común contra los colectivos semíticos, entendiendo estos como árabes y judíos. Por lo tanto, este ataque contra los musulmanes es en realidad un ataque contra el concepto de la UE como unión de minorías.
En segundo lugar, tenemos que hablar de la Shoah. Como hemos dicho anteriormente, la Shoah no solo es un elemento central de la identidad judía, sino que constituye uno de los principales pilares de la integración europea. En los últimos años hemos asistido a una banalización, e incluso negación, de la Shoah, lo que tiene un efecto negativo sobre la existencia misma de la UE. La estrategia, que Leyla Klaff ha calificado como inversión de la realidad, plantea que los judíos en realidad no fueron víctimas del exterminio o que cuanto menos se ha exagerado mucho su dimensión. Si bien es cierto que la negación, relativización o banalización de la Shoah es una de las dimensiones más conocidas del neo-antisemitismo, en un número importante de estados de la UE el porcentaje de población que no lo considera como una conducta antisemita es muy elevado.
En una línea similar encontramos un creciente prejuicio que plantea que los judíos hablan demasiado de la Shoah o incluso que el número de fallecidos se ha exagerado intencionadamente.
Así, podemos hablar tanto de una relativización como de una revisión de la veracidad de la Shoah, dos hechos que tienen un perjuicio directo para la UE ya que, como hemos visto, para muchos autores este hecho es la piedra de toque y el sentido del proceso de construcción europeo.
Por último, debemos hablar de la inversión de la moralidad de la Shoah, algo que se ha llevado a cabo por la extrema izquierda y en menor medida por el islamismo radical12. En ese sentido, lo que se ha planteado es que los judíos, por su conflicto con los palestinos, habrían perdido la fuerza moral que les daba haber sido la víctima de la Shoah. Según algunas voces como los líderes del laborismo británico, Corbyn y Livingston, los judíos ya no pueden ser presentados como víctimas ya que han pasado a ser verdugos. En cambio, esa condición de víctimas les corresponde de forma exclusiva a los palestinos (Hirsh 2017: 22, 39)
Si asumimos esta inversión moral, Europa se quedaría sin ese testigo sobre el que basar el pacto de reconciliación franco alemán. Así Europa sería un lugar propicio para nacionalismos excluyentes incapaces de ceder la soberanía necesaria para poder vivir en paz. En otras palabras, sin esa fuerza moral que emerge de la Shoah el juramento hecho en Bergen-Belsen por Adenauer, Kölh y Merkel carece de sentido.
4.2.Antisemitismo y su efecto sobre los elementos constitutivos
Una de las contribuciones más destacables del judaísmo a la construcción europea es el marco de identidad flexible sobre el que se asienta la supranacionalidad. Al igual que ocurre con otros elementos, se ha invertido este atributo para implantar una de las narrativas más antiguas del antisemitismo: la doble lealtad. En la actualidad asistimos al avance del prejuicio sobre la lealtad de los judíos quienes, para el 45% (ADL 2019) de los europeos son más leales a Israel que a sus estados nacionales. En algunos casos (TABLA V) este porcentaje supera incluso el 50% del total de la población
Tal y como se aprecia en la TABLA 4, este prejuicio está muy presente en algunas sociedades europeas. Así las críticas vertidas por Jack Sen (UKIP) sobre la lealtad de algunos políticos británicos judíos como Ed Miliband o las sospechas que se vertieron contra la judía italiana Fiamma Nirestain al ser nombrada embajadora de Israel en Roma, no son más que un reflejo de este mal tan extendido por toda Europa, sobre todo porque nunca se ha planteado con políticos no judíos como la alcaldesa de París Ana Hidalgo o el primer ministro británico Boris Johnson que nacieron en San Fernando (España) y Nueva York (EEUU) respectivamente. Así pues, asistimos a la acusación de doble lealtad al invertir un atributo positivo de los judíos, la identidad híbrida, que ha servido de base para la construcción de modelo de supranacionalidad europea.
En segundo lugar, vamos a ver como el antisemitismo ha invertido el atributo de pueblo pacífico de los judíos. Uno de los prejuicios más antiguos del antisemitismo es el que afirma que los judíos son los causantes de buena parte de los males que asolan a la humanidad. Desde hace siglos, se acusa a los judíos de provocar revueltas internas o incluso de provocar guerras invirtiendo, para ello, el atributo de pueblo vinculado y promotor de la paz. Aunque no está tan extendido por nuestro continente como otros estereotipos -12% en Europa Oriental y 16% (ADL 2019) en Europa Occidental- sí que es especialmente llamativo que en esta última región este prejuicio sea especialmente popular entre la población musulmana. El 25% de este colectivo cree que los judíos son los responsables de la mayoría de las guerras del mundo. De hecho, en un lugar como Francia donde solo un 5% (ADL 2019) de la población asume este prejuicio, entre los musulmanes franceses el porcentaje asciende hasta el 25% (ADL 2019).
En tercer y último lugar vamos a pararnos en la inversión del atributo de la justicia social. Otro de los prejuicios más extendidos es el que acusa a los judíos de ser avaros y de controlar la economía mundial. Una vez más vemos que los resultados en el oeste y en el este difieren. Mientras que el 53% de los europeos del Este cree que los judíos tienen mucho poder en el mundo de los negocios y el 48% tienen la misma impresión en los mercados financieros, estos porcentajes descienden hasta el 35% y el 34% en Europa Occidental. Lo que se aprecia es que el nivel de renta determina la extensión del prejuicio algo que queda demostrado si acudimos al plano nacional. Como se ve en el
Para concluir, al igual que ocurría con los otros atributos que los judíos han aportado a la UE, en el caso de la justicia social los agentes del antisemitismo han provocado la inversión de estas cualidades positivas culpabilizando a esta minoría de las desigualdades existentes en las propias sociedades.
4.3.Antisemitismo y su efecto sobre los elementos personales
Por último, tenemos que destacar los ataques contra individuos concretos, que si bien no son criticados por su pertenencia a la comunidad judía sí que son atacados de forma especialmente virulente. Una de las personalidades judías más atacada fue Simone Veil, a quien incluso hoy se sigue difamando, atribuyéndole hechos que nunca cometió. En esta línea, el expresidente del Frente Nacional J.M Le Pen (Masters y Deygas 2017) ha tenido actuaciones antisemitas ensañándose con judíos relevantes como el cantante Patrick Bruel. Sin embargo, quien más responde a este perfil de hostilidad a judíos conocidos a nivel internacional es el presidente húngaro Victor Orban (Brendan 2018) para quien George Soros es el responsable de buena parte de los males de Hungría y de Europa. Sin abandonar a este controvertido mandatario y a la luz del estallido de la Guerra de Ucrania tenemos que destacar los ataques de Orban contra el presidente Zelensky (Staff 2022) quien, si bien es cierto que no le critica por ser judío, arremete contra algunos de los atributos que hemos destacado anteriormente como propios de este colectivo. De este modo, apreciamos como algunos de los líderes populistas y nacionalistas tratan de borrar las aportaciones personales de celebridades judías tanto actuales como pasadas.
Conclusiones
Para finalizar este trabajo debemos concluir que los judíos han sido un colectivo que ha hecho grandes aportaciones a la Unión Europea. De hecho, hay quien plantea que al menos un tercio de la cultura europea es atribuible a este pueblo tanto en los elementos inspiradores, como en los constitutivos y también en los personales. Por esta razón, el hecho de que vivamos una nueva oleada de antisemitismo no solo es algo que afecta a este colectivo, sino que es algo que amenaza a la idea de Europa en si misma.
Como se aprecia en este gráfico, cada agente del antisemitismo asume y extiende una serie de prejuicios, y estos prejuicios atacan a un elemento concreto de los atributos que han servido para construir o reforzar el proceso de construcción europeo. Así, el neo-antisemitismo es uno de los elementos que están afectando a la estabilidad de la propia UE y muchos de sus prejuicios comienzan a asentarse en algunas de las sociedades europeas. Llama la atención que estas ideas estén asentadas de forma más estable en las sociedades del Este Europeo, sociedades que dicho sea de paso son las que presentan mayores índices de euroescepticismo y donde encontramos menos población europea judía. Es especialmente preocupante que tres de cada cuatro lituanos consideren que los europeos judíos sean más leales a Israel que a sus estados o que tres de cada cuatro polacos consideren que los judíos hablan demasiado de la Shoah. La salida masiva de población judía del Europa del Este ha supuesto un déficit de europeísmo ya que estas sociedades no han recibido esa herencia del 30% que, se según Floristán, aportan los judíos a Europa.
Por ello, las diferentes políticas de promoción de la vida judía en las que lleva trabajando la Comisión Europea en los últimos años y cuyo punto culminante es la Estrategia de Lucha contra el Antisemitismo (2021) supone un intento de insuflar vida a este pilar del europeísmo que en los últimos años parece estar especialmente castigado. Si queremos que Europa esté sana y unido, no pueden faltar aquellos a los que Arendt llamaba el pueblo elegido de Europa o los que Kundera consideraba como el cemento de la fragmentada Europa Central.
1([email protected]). Doctor en Relaciones Internacionales, Licenciado en Ciencias Política y de la Administración -Especialidad en Relaciones Internacionales, con Mención en Estudios Europeos (UCM). Ha sido visiting scholar en think tanks como East West y universidades extranjeras como University of Reading, Coimbra o la School of Oriental and African Studies Postdoctoral Felllow) Se incorporó a la Universidad Pontificia Comillas en 2010. Colabora con asiduidad con diferentes medios de comunicación (El Mundo, El Confidencial, El País, RNE, la Cope, etc.). Entre sus publicaciones cabe destacar: La estrategia europea contra el antisemitismo y apoyo a la vida judía. La reacción de la UE al neo-antisemitismo, Cuadernos Europeos de Deusto, No. 67 (2022); La doctrina Netanyahu. Un cambio de paradigma en la política exterior del estado de Israel, Revista Unisci, septiembre 2021, No. 58; The Old City of Jerusalem: From the Tragedy of the Common to Ostrom's Solution, en Martin, J. (Ed) Security in the Global Commons and Beyond, (Springer: 2021).
2Según La Enciclopedia del Holocausto en 1933 había quince millones de judíos en el mundo.
3"La bandera que representa un círculo de doce estrellas doradas sobre fondo azul, el himno tomado del «Himno a la Alegría» de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, la divisa «Unidad en la diversidad», el euro en tanto que moneda de la UE y el Día de Europa el 9 de mayo seguirán siendo los símbolos de la pertenencia común de los ciudadanos a la UE y de su relación con ésta". Declaración 52 del Tratado de Lisboa.
4 El 27 enero es el día de liberación de Auschwitz.
5 Se celebra el día que se firmó el pacto Ribbentrop Molotov
6 Fue usado como lema por la coalición roji-verde en Alemania para justificar la intervención en Kosovo.
7 A esta reunión además de los estados europeos también acudieron Israel, Canadá y EEUU.
8 Aleinu es una plegaria que se usa para acabar cada uno de los tres servicios religiosos diarios: Shajarit, Minjá y Arbit)
9 En este documento la palabra "mejor" aparece hasta en 5 ocasiones en las páginas 1, 7 y 11.
10 Camino hacia la tierra
11Debate recogido en Priego (2022: 104-105)
12Llama la atención que ante la pregunta de ADL (2019) "¿Diría usted que las acciones que lleva a cabo Israel le dan en general una mejor opinión de los judíos o una peor opinión de los mismos?" el 64% de los encuestados en Europa Occidental conteste "peor" y que en Europa Oriental sea del 55%.
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Abstract
La UE ha sido el proyecto de prevención de conflictos más exitoso de todo el mundo. Si bien es cierto que la UE ha servido para evitar que el conflicto entre Francia y Alemania se mantuviera, las bases del proyecto europeo son mucho más amplias. Uno de los colectivos que más han aportado a la construcción europea son los judíos, a los que algunos autores les han calificado como los europeos más antiguos. Desde los años 60 vivimos una nueva ola de antisemitismo con unas características muy particulares y que hoy en día está afectando no solo a los europeos judíos sino también a la propia estabilidad del proyecto europeo.