Fecha de recepción: 14.II.2023
Fecha de revisión: 25.IV.2023
Fecha de aceptación: 12.IX.2023
PALABRAS CLAVE:
Sexualidad;
pornografía;
imaginario sexual;
consumo problemático;
educación afectiva y sexual.
RESUMEN: Este artículo informa de los resultados del estudio de enfoque mixto sobre el acceso, consumo y consecuencias de la nueva pornografía, entre adolescentes. El fundamento previo se basa en una revisión internacional sobre las investigaciones desarrolladas en los últimos 10 años, constatando la relevancia del consumo de pornografía en la estructuración del imaginario sexual en la adolescencia, sobre la base de los impactos sobre la percepción distorsionada de la sexualidad. la influencia sobre las actitudes y las consecuencias sobre la conducta, en especial de quienes consumen de manera regular. Se realizó con alumnado de secundaria obligatoria y postobligatoria de Baleares (13-18 años), con una muestra estadísticamente representativa (N=3.629), equilibrada por sexo, grupos de edad y áreas territoriales. El método incluye dos encuestas semiestructuradas, al alumnado y a sus familias, basadas en encuestas sociológicas probadas, así como en instrumentos calibrados para evaluar el consumo problemático. También se realizaron grupos de discusión y entrevistas en profundidad con personas expertas de toda España. Los resultados principales son los siguientes: las edades de acceso son inferiores a los 10 años para un 20%, con una normalización del hábito de consumo en torno a los 13 años. Se han igualado prácticamente las edades de acceso por sexo, pero la frecuencia e intensidad de consumo sigue siendo significativamente diferente por sexo. El tipo de pornografía que consumen es básicamente hardcore, es decir, presenta violencia sexual. Las motivaciones del consumo se centran en la respuesta a la curiosidad sexual, la búsqueda de orientación de conducta y el estímulo para la masturbación, todo ello casi en ausencia de ofertas de educación afectiva y sexual adecuadas. El nivel de consumo problemático, con impacto sobre el bienestar subjetivo (estados de ansiedad, dependencia conductual del consumo, etc.) afecta a un 16.5% de la muestra, con diferencia significativa por sexo.
KEYWORDS:
Sexuality;
pornography;
sexual imaginary;
problematic consumption;
emotional and sexual education.
ABSTRACT: This article reports the results of the mixed approach study on access, consumption and consequences of new pornography, amongst the teenagers. The previous foundation is based on an international review of research developed the last 10 years, confirming the relevance of pornography consumption has on the structure of the sexual imaginary of teenagers, based on the impact on the distorted perception of sexuality, the influence on the attitudes and the consequences on behaviour, especially on those who consume regularly. It was carried out with compulsory and post-compulsory secondary school students of the Balearic Islands (13-18 years old), with a statistically representative sample (N=3.629), balanced by sex, age groups and territorial areas. The method includes two semi-structured surveys, the students, and their families, based on proven sociological surveys, as well as calibrated instruments to evaluate the problematic consumption. Discussion groups and in-depth interviews were also carried out with experts from all over Spain. The main results are the following: access ages are less than 10 years for 20%, with a normalization of consumption habits around 13 years. The ages of access by sex have practically been equalized, but the frequency and intensity of consumption continues to be significantly different by sex. The type of pornography they consume is basically hardcore, presenting sexual violence. The motivations for consumption focus on the response to sexual curiosity, the search for behavioural guidance and the stimulus for masturbation, all of this almost in the absence of adequate emotional and sexual education information. The level of problematic consumption, with an impact on subjective well-being (anxiety states, behavioural dependence on consumption, etc.) affects 16.5% of the sample, with a significant difference by sex.
PALAVRAS-CHAVE:
Sexualidade;
pornografia;
imaginário sexual;
consumo problemático;
educação afetiva e sexual.
RESUMEN: Este artigo apresenta os resultados de um estudo de métodos mistos sobre o acesso, consumo e consequências da nova pornografia entre adolescentes. O fundamento teórico está baseado em uma revisão bibliográfica internacional das pesquisas desenvolvidas nos últimos 10 anos, onde é constatado a relevância do consumo de pornografia na estruturação do imaginário sexual na adolescência e seus impactos sobre a percepção distorcida da sexualidade. Também é destacado a influência da pornografia sobre as atitudes e as consequências sobre a sua conduta, especialmente daqueles que a consomem de maneira regular. A pesquisa foi realizada com os alunos do ensino fundamental e médio das Ilhas Baleares (13-18 anos), com uma amostra estatísticamente representativa (N=3.629), equilibrada por sexo, grupos de idade e áreas territoriais. O método inclui pesquisas semiestruturadas para os alunos e suas famílias, baseadas nas pesquisas sociológicas aprovadas, assim como instrumentos calibrados para avaliar o consumo problemático. Também foram realizados grupos de discussão e entrevistas em profundidade com especialistas de toda a Espanha. Os resultados principais são os seguintes: as idades de acesso são inferiores aos 10 anos para 20% da amostra, com uma normalização do hábito de consumo situando-se ao redor dos 13 anos. As idades de acesso foram similares para todos os sexos, porém a frequência e intensidade de consumo continua sendo significativamente diferente por sexo. O tipo de pornografia que consomem é basicamente hardcore, ou seja, apresenta violência sexual. As motivações do consumo estão centradas em uma resposta à curiosidade sexual, à busca de uma orientação comportamental e estímulo a masturbação; em sua maioria sem a presença de uma oferta adequada de educação afetiva e sexual. O nível de consumo problemático, com impacto sobre o bem estar subjetivo (situações de ansiedade, dependência habitual de consumo e etc) afeta cerca de 16,5% da amostra, com uma diferença significativa por sexo.
Introducción
La pornografía es la producción y distribución de imágenes sobre actos sexuales, o contenidos sexualmente explícitos, cargada de violencia simbólica, emocional y física contra la mujer, cuya finalidad es provocar la excitación sexual (Griffiths, 2012). La nueva pornografía en línea (NPO) es la pornografía distribuida por empresas capitalistas que posicionan sus ofertas en todo el mundo. Hace veinte años, la pornografía aún se distribuía en papel y filmaciones convencionales. Dicho porno convencional continúa siendo importante, hay alquiler y compra de estas películas, pero no se puede ni comparar en volumen de negocio con la nueva pornografía en Internet. El primer cambio importante fue el tecnológico: el 4G facilitó la llegada de la NPO, un cambio completado en 2008 y en crecimiento desde entonces. El segundo gran cambio fue cultural: el acceso universal a los móviles inteligentes, con la convergencia tecnológica que eso permite (Internet de consumo, teléfono, WA, etc.) (Kwon et al., 2013).
Desde 2008, la NPO se ha convertido en uno de los temas centrales del debate sobre la socialización de adolescentes y jóvenes, en cuanto a las relaciones interpersonales (Ballester et al., 2020b; Alonso-Ruido et al., 2022). Se sabe que el nivel de consumo no ha dejado de crecer desde la generalización de las tecnologías 4G (Alexandraki et al., 2018b) y también se conocen buena parte de las consecuencias del citado consumo, especialmente cuando supera determinados límites. Finalmente, cada vez se conoce mejor el negocio capitalista que promueve la pornografía, en conexión con el sistema prostitucional.
1. Justificación y objetivos
La pornografía ha sido objeto de debate desde su aparición (Sullivan y McKee, 2015) hace, como mínimo, dos mil años en la Roma imperial. En este contexto, surgen posiciones que van desde la defensa del porno como una modalidad de la libertad de expresión hasta la crítica por su vinculación con la explotación del cuerpo de las mujeres. Todo ello, sin perder de vista que en los últimos años la pornografía se ha modificado sustancialmente: no se puede comparar la pornografía convencional con la nueva pornografía.
La dificultad de acceso a la pornografía convencional, así como el coste de las imágenes y la exposición de quien las adquiere, entre otros factores, han limitado su impacto.
La NPO modifica su distribución superando las limitaciones que las grandes compañías habían observado (por ejemplo, facilitando el acceso sin problemas a adolescentes), pero también modifica los sistemas de producción y las consecuencias que de ello se derivan (Kor et al., 2014). La aparición de los smartphones o teléfonos inteligentes ha permitido que este fácil acceso sea también ubicuo, de manera que la obtención de imágenes, vídeos o textos es posible en prácticamente cualquier lugar y momento (Kwon et al., 2013). Se puede hablar de nueva pornografía a partir de cinco notas características (Ballester et al., 2018):
(1) Calidad de imagen. Se basa en filmaciones con mejoras constantes en los niveles de calidad, abandonando la distribución de imágenes en soportes tradicionales (jpg).
(2)Asequible. La oferta es mayoritariamente gratuita, aunque se vincule a empresas capitalistas de dimensiones variables y se relacione directamente con cuatro mercados en expansión en el mundo de Internet:
• El de la publicidad.
• El de las filmaciones pornográficas de alta calidad y de pago (en directo, por encargo, seleccionadas por catálogo, etc.).
• El de los contactos libres.
• El de los contactos pagados (prostitución).
(3)Accesible. Las dimensiones de la oferta son aparentemente ilimitadas, con producción y distribución continua en prácticamente todo el mundo de centenares de miles de filmaciones, constantemente ampliadas. Las filmaciones no se sustituyen, sino que se acumulan cada vez más.
(4)Sin límite. Tampoco tienen límite las prácticas sexuales que en ella se pueden observar, desde las más convencionales hasta las prácticas de gran riesgo o que son directamente ilegales.
(5)Anónima o con Intensa interactividad. Se pueden encontrar diversos niveles de interactividad: desde la mínima interacción (visualización de filmaciones), hasta la relación cara a cara a partir del contacto a distancia en un nuevo contexto de acceso a la prostitución, pasando también por modalidades de implicación muy diversa.
A partir de los análisis realizados, se perfilan una serie de rasgos característicos de esta cinematografía que genera buena parte de los efectos más tóxicos que de ella se derivan (Alario, 2021a, 2021b):
• El campo simbólico es el del hombre. La subjetividad de la mirada desde la que se estructura la narración implícita es la del hombre. Además, se trata de la subjetividad machista tradicional que se concreta en una masculinidad tóxica.
• Se presenta como la realización de la fantasía patriarcal: no hay límites para las prácticas sexuales, aunque impliquen violencia abierta.
• Las palabras de la mujer no importan, ya que, diga lo que diga, el deseo del hombre o de los hombres protagonistas se acabará consumando (el significado de la mujer proviene del cuerpo).
• Cualquier mujer puede ser protagonista, idea que comunica la certeza de que todas las mujeres están permanentemente dispuestas a hacer cualquier cosa con cualquier hombre.
• Las características anteriores se estructuran sobre la cosificación y la sumisión de las mujeres, así como la racialización y la humillación frecuente («puta», «zorra», etc. son las palabras con las que más a menudo son identificadas y calificadas las mujeres).
• Importante sexualización de la violencia, cosa que contribuye a normalizar la violencia simbólica, emocional y física como parte del proceso de estimulación y excitación sexual masculino.
• Erotización del cuerpo fragilizado, con una presencia destacada de adolescentes (Explotación Sexual en la Infancia y Adolescencia, ESIA), mujeres embarazadas, mujeres muy mayores, etc.
• Una característica diferencial respecto a todo el resto de la cinematografía es que en la NPO para representar violencia se ejerce violencia, es decir, si hay una violación múltiple es porque se ha realizado y filmado una violación múltiple. Por este motivo, muchas investigadoras hablan de la pornografía como escuela de violencia, como filmación de la prostitución, etc.
La NPO tiene un impacto desconocido e imprevisible desde el gran desarrollo de Internet en los últimos diez años. Su presencia se ha normalizado para la mayoría de la población occidental, especialmente para la población masculina, cosa que ha favorecido el aumento de la oferta y la demanda (Alonso-Ruido et al., 2022; D'Orlando, 2011). Su uso no ha parado de crecer, y de aquí surte el consumo problemático y la adicción entre una buena parte de los consumidores habituales (Reay et al., 2013). Aunque su potencial adictivo es importante, aún no hay evidencias científicas completamente concluyentes (Prause et al., 2015; Voros, 2009). En todo caso, y al margen de la adicción, no se puede ignorar su impacto sobre los y las adolescentes que consumen y sobre sus relaciones interpersonales. Además, los modelos sociales y culturales que la infancia y la adolescencia asumen acríticamente pueden derivar en situaciones discriminatorias de desigualdad entre hombres y mujeres (Sáenz del Castillo y Aregi, 2023).
Las causas del consumo regular de pornografía por parte de los y las adolescentes son diversas, pero fundamentalmente se deben destacar:
Universalización de la cultura de pantallas en la adolescencia y acceso a Internet a edades reducidas. Creciente hipersexualización de las sociedades avanzadas (en los medios de comunicación, filmaciones, redes sociales, Internet, etc.).
Desarrollo de la industria pornográfica en el ámbito internacional, facilidad de acceso a la pornografía en Internet.
Falta de educación afectiva y sexual que dé respuesta a la curiosidad, genere capacidad crítica y modere el consumo.
La gran mayoría de la pornografía presenta una imagen cosificada y degradada de la mujer (mercancías, objetos de placer), con una violencia creciente que siguen los modelos machistas (sexo en grupo con mujeres sometidas, prácticas de riesgo, violencia...) (Alario, 2021a, 2021b). La llamada publicidad del patriarcado promueve imágenes de mujeres cuyo papel se reduce a la estimulación sexual y a la satisfacción de las fantasías de los hombres. Estas imágenes tienen un impacto negativo (Baranowski et al., 2019; Cobo, 2011). Todos estos efectos, las variedades de machismo generadas por el porno, la distorsión perceptiva y la formación o deformación de actitudes, son los que hay que intentar afrontar desde la educación (Ballester et al., 2018; Goldstein, 2020). Para tal fin, es imprescindible conocer en profundidad qué está pasando y cuáles son los niveles de acceso, de consumo y de explotación que están funcionando actualmente. También hay que disponer de mecanismos efectivos para incidir de manera consistente.
El presente estudio, según el encargo del Instituto Balear de la Mujer (IBD, por sus siglas en catalán), tiene por objetivo la realización de un diagnóstico sobre procesos de acceso, consumo y consecuencias de la nueva pornografía. Dicho diagnóstico se establece a partir de la recogida de información relevante, fiable y actualizada que proporcione conocimiento de cuáles son las condiciones de acceso y consumo a la pornografía, entre adolescentes (13 a 18 años) y cómo se producen los procesos de transmisión de consecuencias en su vida cotidiana, en forma de cambios de las percepciones, actitudes, hábitos y prácticas. Se trata de un diagnóstico general, por lo que las preguntas de investigación se centran en el planteamiento general del mismo:
. ¿Cómo se produce el acceso inicial, las primeras experiencias, en relación con la pornografía?
. ¿Cuáles son las características básicas del consumo, en relación con las prácticas de adolescentes (13-18)?
. ¿Qué consecuencias se pueden evidenciar del acceso prematuro y de las prácticas de consumo?
. Dado el consenso sobre la relevancia de la Educación Afectiva y Sexual (EAS) en relación con el consumo y consecuencias, ¿cuáles son las características de la EAS y qué nivel de satisfacción de la curiosidad sexual ofrece?
En el presente artículo se presentan los datos más relevantes en relación con dichas cuestiones.
2. Metodología
A partir de la demanda de realización de un análisis que permita un conocimiento, tanto cuantitativo como cualitativo, de formas de acceso, uso y consecuencias de la pornografía en la adolescencia, se ha estructurado el presente estudio, identificando tres grandes líneas de estudio complementarias: (1) realización de encuestas, estrictamente anónimas, a alumnado de entre 13 y 18 años, así como a madres y padres; (2) realización de grupos de discusión con alumnado de las mismas edades; (3) consulta de personas expertas.
En el presente artículo se presentan los resultados de la encuesta realizada a una muestra representativa de adolescentes: alumnado de secundaria obligatoria y postobligatoria, de los 13 a los 18 años. La encuesta para el alumnado de secundaria se centra en el análisis de los niveles de Educación Afectiva y Sexual, las formas de acceso a la pornografía, tiempo e intensidad de consumo, consumo diferenciado entre ellos y ellas, lugares de consumo, percepciones a partir del consumo, actitudes, experiencias personales, prácticas de riesgo y otros efectos del consumo, así como la evaluación del consumo problemático a partir de la escala de 10 ítems de Green et al., 2012). Esta encuesta incluye el instrumento de referencia utilizado en la encuesta realizada con una muestra del Estado de 2018 (Ballester et al., 2018 y 2022a) y la evaluación de actitudes y prácticas de riesgo (Ballester, 2020a, 2021), a fin de facilitar la comparación de los resultados. También, incluye la escala para la evaluación del consumo problemático y adictivo (Green et al., 2012).
En cuanto a las características técnicas de la encuesta (ver Tabla 1) se trabaja con un buen nivel de representatividad para el conjunto de las Illes Balears, con una gran cantidad de puntos de muestreo en todo el territorio.
El equipo de investigación manifiesta que no existe conflicto de intereses con relación al estudio del que se informa, nadie tiene vínculos con la industria de la pornografía ni con organismos ejecutivos competentes en relación con el tema objeto de estudio. Además, tras la consulta al Comité de Ética de la Investigación de la Universitat de les Illes Balears, se han tenido en cuenta y reforzado los siguientes criterios éticos: se han minimizado los posibles riesgos y daños para las personas que han participado, respetando los derechos y la dignidad de las personas, dando la posibilidad de no participación o de no responder a las cuestiones planteadas, por ejemplo. La participación fue voluntaria y adecuadamente informada; desarrollando la investigación con integridad y transparencia.
Análisis de datos. Se utilizaron SPSS-25 para el tratamiento cuantitativo y NVIVO-12 para el tratamiento cualitativo de las transcripciones de las preguntas abiertas de los cuestionarios. El análisis es descriptivo, incluyendo los análisis de significación estadística de las asociaciones (Chi cuadrado) y de las diferencias (t test), realizando las evaluaciones de las escalas de consumo problemático y de otras escalas de riesgo por consumo, utilizadas en estudios previos (Ballester et al, 2020a, 2021).
Como se puede observar en la Tabla 2, el equilibrio por sexo es excelente en el conjunto de la muestra y en los dos grupos de edad, con variaciones que se explican en función de la configuración de los grupos de clase. Ninguno de los dos grupos de sexo se encuentra por debajo del 40%, que era el umbral establecido previamente. En este estudio el equilibrio por sexo es clave, ya que la bibliografía española e internacional muestra resultados diferenciales significativos por sexo, tal y como se ha indicado en el marco teórico. El consumo de pornografía, en concreto, se debe estudiar con la referencia del sexo de las personas que explican sus comportamientos.
3. Resultados
La selección de los resultados permite dar respuesta a los objetivos de conocimiento planteados en el presente estudio.
3.1. Punto de partida. Relaciones interpersonales en la adolescencia
Los datos muestran que hay una falta de consistencia relativa a la desigualdad presente en las relaciones interpersonales. La percepción de la desigualdad entre hombres y mujeres es diferente en función del sexo, ya que un 53.2% de las adolescentes y un 79.4% de los adolescentes piensa que las desigualdades entre hombres y mujeres son pequeñas o casi inexistentes.
En términos generales, la juventud de las Illes Balears considera inaceptable la violencia de género, así como la violencia física y la violencia sexual; el rechazo a la violencia de género es un poco superior en las mujeres jóvenes que en los varones de estas edades.
La percepción de la extensión de las situaciones de violencia (maltratos verbales, emocionales o físicos) es importante. Un 84.5% de la muestra considera que hay situaciones de violencia, un 83.2% de las mujeres entiende que la dirección de la violencia es de los hombres contra las mujeres, por un 67.8% de los hombres que también opinan que esta es la direccionalidad más relevante.
La variedad de situaciones de violencia relevantes incluye muchos tipos, pero la más reconocida hace referencia a las conductas de control, ya que un 86.6% de la muestra conoce a mujeres afectadas por estas conductas. Hay un importante nivel de conciencia de la gravedad y potencial peligrosidad de las conductas de control, aislamiento o abuso sobre las mujeres de cualquier edad.
Aún están muy presentes, en un porcentaje apreciable (15-20% de la muestra), los estereotipos vinculados al agresor o a la víctima. Estos estereotipos tienden a justificar la violencia. Afortunadamente, son rechazados por la gran mayoría de adolescentes de las Illes Balears. El grado de tolerancia de la violencia, en cualquiera de sus formas, es muy bajo. El 75.3% de la muestra la considera totalmente inaceptable. No hay justificaciones de ningún tipo para la violencia hay que proponer abordajes para conseguir erradicarla, y la educación afectiva y sexual es una de las mejores estrategias.
3.2. Aproximación al diagnóstico del nivel de educación afectiva y sexual (EAS)
La opinión mayoritaria entre los tres sectores de población consultados: adolescentes, madres y padres y personas expertas coinciden al considerar la EAS como estrategia fundamental para prevenir las situaciones violentas, pero también para construir relaciones igualitarias y en libertad. ¿Cuál es la situación en la adolescencia de las Illes Balears?
La EAS ha llegado a un 68.8% de la muestra, por lo tanto, tiene un nivel de extensión muy importante, pero también se ha podido constatar que el nivel de intensidad es muy reducido. La gran mayoría ha asistido a alguna charla y poco más, ya que se identifican duraciones de entre 1 y 4 horas en un 73.8% de adolescentes que han recibido EAS. Por lo tanto, la intensidad ha sido baja, con un impacto probablemente también limitado.
La formación sobre EAS recibida en los centros educativos es absolutamente mayoritaria, con un 74.5% de la formación. Los centros educativos han servido de canal para impartir formaciones sobre EAS.
De manera muy coherente con los estudios con adolescentes y jóvenes en el Estado, el alumnado que ha participado en EAS no está demasiado satisfecho con lo que han hecho. Un 33.0% considera que la EAS ha respondido a sus dudas, curiosidades o intereses, frente a un 66.9% que no ha quedado plenamente satisfecho.
El alumnado quiere conocer más cosas, tiene nuevas dudas, por lo tanto, se les ha preguntado cómo resuelven dichas dudas. Los procedimientos mayoritarios declarados (>30%) son tres, siendo el más importante las amistades (53.4%), esperable dada la importancia de estas en la adolescencia. A continuación, las madres y los padres, con un 38.2%, son una opción coherente con la importancia de la comunicación familiar de confianza en un tercio de las familias. La tercera opción en importancia es Internet, con un 32.5% de las respuestas.
La comunicación cara a cara es el fundamento de las relaciones interpersonales, sean de calidad o no. En cuanto a la calidad de la comunicación sobre sexualidad, en términos generales, están los niveles de confianza más elevados, que se concentran en las amistades. El 65.5% confían en ellas para hablar de sexualidad, por lo tanto, indirectamente confían en Internet y en la pornografía. En el segundo nivel de confianza se encuentran las madres y los padres (28.5%) y las parejas (20.5%), estas últimas son amistades más íntimas, de manera que la influencia que ejercen es mucho más importante.
Como una de las claves interpretativas de las relaciones interpersonales y del papel de la pornografía es el sexo, se les ha preguntado por el nivel de conocimiento de los anticonceptivos, la mayoría (77.6%) los conoce, pero el nivel de desconocimiento o de conocimiento inseguro afecta a un porcentaje muy importante de adolescentes (22.4%).
Cuando se ha pedido que aportasen su opinión sobre la oportunidad de tratar el tema de la pornografía, de reflexionar sobre este en las sesiones de EAS, la no respuesta es baja (18.6%), expresando mayoritariamente su acuerdo con el hecho de que sí que se hable de lo que es, del acceso y las implicaciones en la EAS (61.1%). Solo un 3.5% de la muestra se expresa en contra. Hay una diferencia significativa por sexo, ya que opinan positivamente un 58.0% de las mujeres adolescentes y un 64.3% de los hombres adolescentes (un 6.3% de diferencia)
Para mejorar la situación actual, los y las adolescentes participantes en los grupos de discusión proponen: (1) la reestructuración de la educación afectiva y sexual, (2) la regulación de la pornografía y la implicación de la familia en los procesos formativos.
Exponen la necesidad de cambio del contenido de la EAS, centrado en los métodos de prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS), y embarazos no deseados. Sugieren más charlas que se realicen en un espacio seguro, con grupos reducidos, donde se complemente la información de prevención con otro tipo de contenido donde se traten y se resuelvan dudas y sus inquietudes: los diferentes tipos de identidades y orientaciones sexuales, sobre sexualidad, de relaciones afectivas y sexuales, y que sean impartidas por profesionales de la salud y la psicología. Hacen especial incidencia en la temporalización de estas charlas, iniciándose en primaria, alrededor de los ocho años, con el objetivo de establecer unas bases sólidas.
En este contexto, también indican la implicación de las familias como elemento clave para la mejora de la situación actual, haciendo referencia al hecho de que la educación afectiva y sexual debe estar presente en casa, desde pequeños y pequeñas, y complementar así los conocimientos que reciben los centros escolares. Con relación a frenar la exposición y el acceso a la pornografía, reconocen que las familias son primordiales a la hora de supervisar el uso de los dispositivos móviles y las redes sociales.
4. Presencia de la pornografía en Internet y acceso por parte de adolescentes de las Illes Balears
4.1 . En relación con el acceso y desarrollo inicial del consumo
Acceso generalizado. El 90.5 %, de e ntre 13 y 18 años, reconoce que en los últimos años ha mirado pornografía. Esto significa que la presencia de la pornografía es muy mayoritaria en la adolescencia y que ha aumentado. En España la prevalencia del consumo de pornografía en línea en adolescentes y jóvenes el año 2018 (12-18 años) era del 70.7% con un 86.9% en cuanto a los hombres y un 54.8% en cuanto a las mujeres (Ballester et al., 2018, 2022a). El incremento, por lo que hace referencia a Balears, ha sido de casi 15 puntos entre las adolescentes y de 8 puntos entre los adolescentes.
Edad de inicio de la visualización habitual de pornografía. La media de edad de inicio son los 12.7 (DE = 1,53) años para ellas y 12.98 (DE = 1,49) para ellos, es decir, edades muy similares que muestran lo que antes se ha informado: se ha producido un proceso de igualación de las edades de inicio.
La conciencia de este consumo entre adolescentes por parte de madres y padres es bastante correcta, ya que consideran que empiezan a los 14 años o menos. A pesar de ello, el reconocimiento de consumo es muy reducido cuando se trata de los propios hijos, un 13.2%, o de las propias hijas, un 6.9%.
Primeros contactos con pornografía. Hay que destacar que el mínimo de edad, para empezar a ver pornografía, son los 8 años para el conjunto de la muestra y para ellos y ellas. Una edad muy baja, en la que claramente no hay el nivel de maduración necesario para elaborar lo que se ve en las pantallas. La mayoría de los adolescentes, un 93.3%, empiezan antes de los 14 años. Es decir, se ha producido en los últimos años una mayor facilidad de acceso a la pornografía a edades reducidas.
Reducción de la diferencia por sexo. Es especialmente relevante la reducción de la diferencia por sexo: en la adolescencia la gran mayoría sabe qué es la pornografía, han consumido, en intensidades diferentes, como se mostrará más adelante, pero ya ha llegado a generalizarse su acceso: un 91.7% de los hombres adolescentes y un 89.3% de las mujeres adolescentes han mirado pornografía a lo largo de los últimos años.
Motivaciones para el consumo. En primer lugar, hay diferencias significativas entre hombres y mujeres adolescentes en la motivación centrada en la masturbación, declarada por un 59.2% de los adolescentes y solo por un 14.0% de las adolescentes. Las siguientes motivaciones se centran en el aprendizaje sobre sexo, más relevante también para ellos (59.0%) que para ellas (54.5%); así como la curiosidad, también más importante para ellos (54.2%) que para ellas (44.0%). Estas tres motivaciones son las principales. Queda claro que ellas quieren sobre todo aprender y habría que preguntarse si la razón principal es para poder dar respuesta a las peticiones de ciertas prácticas que ellos piden en las relaciones sexuales.
Qué pornografía miran habitualmente. Un 76.25% de la muestra responde que ve sobre todo pornografía hardcore o cruda, mientras que un 19.6% que declara ver pornografía en la que no se muestran actos sexuales explícitos. El análisis por sexo permite identificar diferencias significativas, con un 66.9% de las mujeres adolescentes que ven regularmente pornografía hardcore o cruda, frente al 84.7% de los hombres. El visionado de este tipo de pornografía conduce a la normalización de la violencia sexual, considerada como sexo, y a su erotización.
Intensidad del consumo (frecuentación). Un 81.0% de adolescentes dice que solo mira pornografía ocasionalmente o algunas veces a la semana. Solo un 18.2% reconoce un uso frecuente (diario). Además, cabe considerar un reducido grupo (son 29 hombres) que declaran una frecuentación muy alta. Por sexos, sólo un 2.6% de las mujeres hace un consumo diario, frente a un 34.3% de los adolescentes. La mayoría de los adolescentes reconocen la frecuentación ocasional de webs pornográficas.
Intensidad del consumo (horas dedicadas). Se pueden diferenciar tres niveles de consumo: nivel bajo (una o dos horas semanales): un 42.1%; nivel medio (3 o 4 horas semanales): 22.9%; nivel alto (5 o más horas semanales): 31.0%. Se trata de una distribución que hay que analizar diferenciada por sexo: nivel bajo, el más frecuente entre las mujeres adolescentes, con un 77.9% (hombres: 9.0%); nivel medio, mucho más frecuente entre los hombres adolescentes, con un 35.4% (mujeres: 9.4%); nivel alto, el más frecuente entre los hombres adolescentes, con un 51.8% (mujeres: 8.5%). Por lo tanto, las adolescentes dedican mucho menos tiempo al consumo de pornografía que los adolescentes.
Horarios de consumo. Hay que tener presente que un 12.9% de los hombres adolescentes utilizan el horario nocturno y declaran 5 o más horas de consumo semanal, por lo cual, la reducción del tiempo de descanso puede ser significativa para una parte de los adolescentes. El 64.9% de los adolescentes y el 30.2% de las adolescentes utilizan el horario nocturno (34.7% de diferencia). Las diferencias por sexo son especialmente significativas en los horarios de mayor frecuentación.
4.2. Opinión de los y las adolescentes sobre los efectos del consumo
Efectos positivos. Solo un 8.8% de adolescentes dice que no hay efectos positivos. La gran mayoría valora pos itivamente que la pornografía les sirve para satisfacer la curiosidad (54.5%). Las diferencias por sexo son significativas. Las valoraciones positivas de las mujeres adolescentes son: 1º responder a la curiosidad (48.1%), 2º aprender sobre sexo (26.4%), 3º masturbarse a gusto (16.3%). Las valoraciones positivas de los hombres adolescentes: 1º responder a la curiosidad (60.5%), 2º masturbarse a gusto (54.3%), 3º aprender sobre sexo (52.1%). Vuelve a aparecer la idea de la pornografía como sinónimo de sexo a través de la cual se quieren educar y conocer cuestiones sobre prácticas sexuales que banalizan la sexualidad.
Efectos negativos. El principal efecto negativo reconocido es que afecta a las relaciones con la pareja (24.0%), seguido por el aburrimiento (20.9%), así como la dedicación de demasiado tiempo al consumo (17.3%) y los impactos sobre los estudios (12.8%). El análisis de las respuestas según sexo permite observar un patrón de respuesta claramente diferenciado: ellos reconocen que afecta negativamente a las relaciones con las parejas (39.6%), mientras que ellas solo identifican este efecto negativo en un reducido porcentaje (7.1%). El consumo que hacen ellas es más bajo, mientras que el que hacen ellos se traduce en reclamaciones a las parejas sexuales.
Opinión libre sobre los impactos experimentados sobre la conducta. 384 respuestas afirmativas (11.8% de toda la muestra), detallan las siguientes conductas como las más afectadas:
Pensar todo el tiempo en el porno: 34.7% entre ellas y 28.0% entre ellos.
Incremento de la frecuencia de la masturbación: 24.3% entre ellos y 19.9% entre ellas.
Aprendizaje de que se puede tener sexo sin condón: 20.6% entre ellos y 13.4% entre ellas.
Aprendizaje de prácticas que «no imaginaba»: 12.6% entre ellas y 12.1% entre ellos. Esta es casi la única conducta en la que no hay diferencias por sexo.
4.3. Sobre los impactos identificados y nivel de consumo problemático en la adolescencia
Conciencia de los impactos sobre conductas clave. Para completar el análisis de los impactos, se han planteado cuestiones concretas en relación con conductas significativas al conjunto de la muestra. Las cinco respuestas más frecuentes son la siguientes:
Reducción del uso de preservativos: 11.1% entre ellas y 10.0% entre ellos.
Presión a realizar prácticas que no quería hacer: 8.9% entre ellas y 2.2% entre ellos (6.7% de diferencia). Las mujeres se han visto más violentadas.
Sexo con personas que no conocen: 6.6% entre ellas y 3.7% entre ellos.
Envío de imágenes pornográficas a amistades: 5.8% entre ellas y 3.9% entre ellos.
Filmaciones sexuales del cuerpo o de prácticas sexuales propias: 3.4% entre ellas y 2.1% entre ellos.
Consumo problemático. A partir de la escala de Green y su equipo (Green et al., 2012), el resultado muestra cuatro niveles diferenciados, pero se puede resumir el nivel de consumo problemático, según sexo, en tres niveles que afectan al 42.1% de la muestra (medio o alto: 25.9% de los hombres, 6.4% de las mujeres). En el resto de la muestra no se observa consumo problemático:
Nivel de CP bajo: 25.6% de toda la muestra. Es más frecuente entre las mujeres adolescentes (mujeres: 31.2% y hombres: 20.3%).
Nivel de CP medio: 9.5% de toda la muestra. Es más frecuente entre los hombres adolescentes (mujeres: 4.4% y hombres: 14.1%).
Nivel de CP alto o muy alto: 7% de toda la muestra. Es más frecuente entre los hombres adolescentes (mujeres: 2.0% y hombres: 11.8%).
Este balance es coherente con los niveles de frecuentación, tiempo dedicado, tipo de pornografía consumida y otras cuestiones.
En cuanto a la opinión de madres y padres, un 66.61% están preocupados (bastante o mucho) por el consumo de pornografía en sus hijos, mientras que el 68.52% lo están por el consumo por parte de sus hijas.
5. Discusión y conclusiones
Los resultados del presente estudio muestran como las tasas de prevalencia del acceso y la exposición a la pornografía han aumentado. La variación en el nivel de consumo e impacto dependen de diversos factores como los estilos educativos familiares (consumo más problemático en familias con estilos educativos negligentes o prohibicionistas), la edad (más consumo cuando aumenta la autonomía de acceso a Internet), el sexo (mayor intensidad de consumo entre los adolescentes), así como otros factores diversos, entre los que destaca la peor regulación emocional (Ballester et al., 2023).
Aunque la visualización de contenidos pornográficos es una práctica considerada esencialmente como de entretenimiento individual, también es social, en el sentido de generar relaciones interpersonales, de reconocimiento y de dominación. Socializar en torno al contenido pornográfico, es decir, construir percepciones, actitudes y conductas compartidas, es una parte integral de la experiencia de visualización, aparentemente privada, y los medios digitales han mejorado su eficacia como socializadores activos, como distorsionadores de una sexualidad saludable, mediante la visualización de contenido pornográfico y de otros tipos.
En consonancia con investigaciones previas (Albury, 2014; Ballester et al., 2022a) los resultados muestran como la NPO se está convirtiendo en la fuente de aprendizaje sexual principal, de construcción de identidad sexual, para menores y jóvenes. Por eso, la NPO, de fácil acceso, se está convirtiendo en la fuente de las respuestas para la curiosidad y alteración de la sexualidad saludable en la adolescencia, limitando las relaciones basadas en el vínculo seguro, el consenso de prácticas y el placer compartido, al introducir un modelaje de la conducta adolescente basado en prácticas agresivas (aumento de la violencia simbólica y física), con un trato denigratorio de las mujeres y conductas poco recomendables (reducción del uso de preservativos, por ejemplo).
Internet se ha convertido en el espacio de relación preferido actualmente para establecer relaciones en la adolescencia. Este estudio muestra que las prácticas digitales en la adolescencia están vinculadas a procesos más amplios de socialización, incluyendo tanto la sociabilidad como la diferenciación entre iguales (Ballester et al., 2021).
Es importante tener en cuenta que en la adolescencia la NPO se experimenta de tres maneras principales: acceso, exposición y explotación. Los resultados del estudio muestran diferencias entre sexos, aunque cada vez aumenta más el acceso y el consumo entre las adolescentes, que en nuestra muestra prácticamente iguala el de los varones; de hecho, las personas mayoritariamente explotadas por la pornografía son, sin duda, mujeres.
A partir de este trabajo se ha constatado que el consumo de pornografía tiene una prevalencia en aumento con numerosas consecuencias. A continuación, se exponen algunas propuestas de actuación en relación con las conclusiones extraídas del diagnóstico.
La EAS forma parte de las mejores opciones de actuación disponibles, tal y como han destacado adolescentes, familias y personas expertas. La EAS es una exigencia legal y las instituciones públicas son responsables de garantizarla: es imprescindible consensuar un modelo de intervención basado en el conocimiento científico, con carácter universal y obligatorio, compartido por profesionales y aceptado por diferentes corrientes políticas y con perspectiva feminista. También debe haber apoyo al profesorado para su formación y asesoramiento para que pueda, desde sus materias o ámbitos, trabajar de manera transversal la EAS, o bien iniciar o profundizar en algún tema que haya surgido en una formación externa o de una situación vivida en el centro. Es necesario establecer relaciones de colaboración entre familia y escuela, sin olvidar los ámbitos clínicos y comunitario. Sabemos que una adecuada colaboración entre familia y centro escolar produce efectos beneficiosos para los alumnos, no solo en relación con el rendimiento escolar, sino también en factores como el comportamiento, la autoestima o la motivación (Egido y Bertrán, 2017). En este sentido, los estándares europeos de educación sexual son un excelente referente, en el marco de una estrategia integral estructurada a partir de la propuesta de las 5 P:
P1. Prevención
La pornografía tiene impactos de primer orden en las relaciones interpersonales. Se conocen estos impactos negativos por investigaciones como esta y otras anteriores, así como por las consultas a servicios especializados. Es necesario desarrollar acciones de sensibilización social (prevención universal y selectiva), pero también acciones de atención para los casos de necesidad ya expresada (adicciones a la pornografía, alteraciones que requieren prevención indicada o tratamiento, dispositivos de escucha para consultas por parte de adolescentes y jóvenes).
Las estrategias de prevención son mejorables. La prevención en gran medida no se basa en el conocimiento sobre las características actuales de la oferta, el consumo y sus efectos, son necesarios diagnósticos detallados para saber qué pasa y cómo cambian todos los factores implicados (producción, distribución, acceso, consumo y efectos interpersonales y sociales del consumo).
Hay que articular los tres niveles de prevención. (1) Prevención universal mediante educación afectiva y sexual (EAS) en los centros educativos y culturales, para toda la población, desde los primeros niveles. Implicar a las madres y a los padres en la EAS y en Programas de Competencia Familiar (PCF). (2) Prevención selectiva para la población en situaciones de mayor riesgo de ser captada para producción de pornografía sexual en la infancia y adolescencia (ESIA), también para aquellas personas en situaciones de mayor riesgo a partir de los niveles de consumo problemático y las consecuencias más negativas. (3) Prevención indicada para aquellas personas con mayor riesgo de involucrarse en adicciones comportamentales vinculadas a Internet y la pornografía.
En los tres niveles de prevención, es recomendable promover la EAS que acredite sus efectos mediante evidencias, es decir, establecer un sistema de acreditación de programas EAS de calidad.
Seleccionar y crear material didáctico y otros materiales (filmaciones...) que puedan ayudar a mejorar la EAS y generar oportunidades para las cinematografías autonómicas, hacer concursos para financiar la producción de filmaciones que puedan ser utilizadas para la EAS, para responder a la curiosidad, al margen del mercado pornográfico.
P2. Protección
Desarrollar la capacidad de identificar situaciones de ESIA, especialmente vinculadas a la producción de pornografía, mediante el trabajo en red entre servicios educativos, sanitarios, sociales, de juventud e igualdad y otros, para articular un programa de apoyo para víctimas de ESIA, así como para dar apoyo a personas en situación de consumo problemático o conductas adictivas.
P3. Participación
Generar espacios permanentes de consulta y participación, para actualizar la EAS: impacto de la nueva pornografía online, la colonización de las redes sociales y los videojuegos. Promover investigación participativa sobre las consecuencias de la pornografía online sobre niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Es necesario mejorar el conocimiento sobre lo que está sucediendo, así como las tendencias que se observan actualmente. Las investigaciones deben incluir la consulta de personas expertas, el análisis de la oferta y el consumo y los procesos de escalada de conducta. Por supuesto, también hay que estudiar la evolución de las modalidades de oferta (presencia de pornografía en las redes sociales y en los videojuegos, el aprovechamiento del 5G en la producción y distribución de pornografía, etc.). Pero lo más relevante posiblemente es desarrollar una amplia investigación participativa con adolescentes y jóvenes. Entre muchas otras cosas, hay que saber por qué la educación afectiva y sexual no responde a sus necesidades, inquietudes y dudas.
P4. Persecución
Entendida como persecución del delito vinculado a la producción, distribución, acceso, consumo, así como regulación de las restricciones generales.
Promover controles legales para evitar los aspectos más negativos de la NPO, así como el uso de los dispositivos de control parental más avanzados y con eficacia probada. El segundo estudio de la investigación trata justamente de las cuestiones normativas implicadas. Actualmente, se constata la necesidad de generar legislaciones claras y estrictas que eviten la publicidad estereotipada e hipersexualizada y que, por contra, promuevan la equidad de género, el respeto y la salud sexual. Además, falta rigor en las políticas para censurar el contenido sexual violento, misógino, machista y de abusos a niños, niñas y adolescentes. También para restringir el acceso a las páginas web que distribuyen este tipo de material de forma gratuita y sin controles de acceso efectivos.
P5. Promoción de relaciones igualitarias y una sexualidad saludable
Entendida como aquella que no genera víctimas y daño a las personas que participan en ella. Debido al consenso expresado por adolescentes sobre el fomento de los estereotipos sexistas de la pornografía, hay que erradicar los patrones sexistas provocados por el género y promover actuaciones y conductas totalmente desligadas de dichos estereotipos, además de una comunicación audiovisual que controle y evite las imágenes altamente sexualizadas y denigratorias de las mujeres.
El presente trabajo ha contribuido de manera significativa a evaluar la situación actual del consumo de pronografía entre adolescentes a través del análisis de las formas de acceso a la pornografía, tiempo de consumo, consumo diferenciado entre ellos y ellas, lugares de consumo, percepciones a partir del consumo, actitudes, otros efectos del consumo y consumo problemático. A partir de los datos recopilados y el posterior análisis, se han propuesto una serie de intervenciones a distintos niveles para abordar esta problemática.
Cabe destacar como limitaciones, el difícil acceso a niños y niñas menores de 13 años, por lo que algunas preguntas se han tenido que hacer de forma retrospectiva (ej. "cuándo fue la primera vez que viste pornografía") y algunos resultados se han podido ver afectados por ello.
Como prospectiva, sería interesante aplicar la misma evaluación a otras comunidades autónomas de España, o replicar el estudio a nivel estatal. Otra posible futura línea de investigación sería evaluar también otros aspectos que influyan en el consumo de NPO por parte de adolescentes, como puede ser el vínculo familiar, el estilo educativo parental, las relaciones sociales, etc.
Contribuciones
Financiación
Proyecto financiado por el Institut Balear de la Dona (IBD) y el Ministerio de Igualdad.
Declaración de conflicto de intereses
Las personas autoras declaran que no existe ningún conflicto de intereses.
CONTACTO CON LOS AUTORES
Sandra Sedano Colom: Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología Evolutiva. Edificio Guillem Cifre de Colonya. Universitat de les Illes Balears. Carretera de Valldemossa, km. 7.5. C.P. 07122 Palma [email protected]
CÓMO CITAR EL ARTÍCULO
Sedano Colom, S., Lorente-De-Sanz, J., Ballester Brage, L. y Aznar-Martínez, B., (2024). Acceso, consumo y consecuencias del consumo de pornografía entre adolescentes: nuevos retos para la educación afectivo-sexual. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 44, 161-175. DOI:10.7179/ PSRI_2024.44.09
DIRECCIÓN DE LOS AUTORES
Sandra Sedano Colom. E-mail: [email protected]
Judith Lorente-De-Sanz. E-mail: [email protected]
Lluís Ballester Brage. E-mail: [email protected]
Berta Aznar-Martínez. E-mail: [email protected]
PERFIL ACADÉMICO
SANDRA SEDANO COLOM
https://orcid.org/0000-0002-4113-3200
Licenciada en Psicopedagogía (uoc). Experta Universitaria en Estudios de Género y su aplicación en los ámbitos sociales (UIB). Experta Universitaria en Gestión de programas para la juventud (Universitat de València). Especialista Universitaria en Coeducación (UIB). Corresponsable técnica del Estudio sobre los conocimientos y la percepción sobre la educación y la salud afectiva y sexual y de prevención de las violencias machistas en el municipio de Calvià (2020). Codirectora de la primera parte del Estudio sobre pornografía en las Illes Balears: Diagnóstico sobre acceso, consumo e implicaciones de la nueva pornografía en línea en las Illes Balears.
Miembro del Grupo de Estudios de la Prostitución en las Islas Baleares (GEPIB).
Ha trabajado en centros educativos como orientadora y coordinando e impartiendo talleres sobre Educación afectiva y sexual e Igualdad de Género.
Jefa del servicio de Juventud (2007 a 2014); Técnica de intervención sociolaboral (2014-2016); Responsable del Servicio de Igualdad (2016- actualitat) de l'Ajuntament de Calvià.
Es profesora asociada del Grado de Educación Social del Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación en la Facultad de Educación de la UIB. Coordinadora del Curso especialista universitario en Coeducación (UIB)
JUDITH LORENTE-DE-SANZ
https://orcid.org/0000-0003-0441-2793
Graduada en Psicología (2016) y Máster en Psicología General Sanitaria (2018) por la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y el Deporte (FPCEE) Blanquerna - Universidad Ramon Llull. Máster en Psicoterapia Psicoanalítica por el Instituto Universitario de Salud Mental Funació Vidal i Barraquer - Universidad Ramon Llull (2021). Actualmente doctoranda y miembro del Grupo de Investigación Pareja y Familia de la Universidad Ramon Llull.
Miembro del equipo del Centro Médico Psicológico de la Fundació Vidal i Barraquer, con experiencia clínica en atención a la infancia, adolescencia y primera adultez.
LLUÍS BALLESTER BRAGE
https://orcid.org/my-orcid?orcid=0000-0003-1861-7511
Dr. en Sociología (UAB) y en Filosofía (UIB).
Investigador Colaborador del Departamento de Pedagogía y Didácticas Específicas; profesor titular de universidad de Métodos de Investigación en Educación en la Universidad de las Islas Baleares hasta 2020.
Ha trabajado en programas socioeducativos para jóvenes, justicia juvenil y servicios sociales comunitarios. Ha sido director de la Unidad de Planificación y Estudios del Consell de Mallorca; del Instituto de Ciencias de la Educación de la UIB y de la Agencia de Calidad Universitaria de las Islas Baleares.
Miembro del Grupo de Investigación y Formación en Educación Social (GIFES-UIB), del Grupo de Estudios de la Prostitución en las Islas Baleares (GEPIB) y de la Red Académica de Estudios sobre Prostitución y Pornografía.
Sus publicaciones internacionales y los trabajos de divulgación se pueden encontrar en www. researchgate.net.
BERTA AZNAR MARTÍNEZ
https://orcid.org/0000-0002-1658-5053
Diplomada en Magisterio en Educación Primaria y licenciada en Psicología. Doctora en Psicología por la Universidad Ramon Llull.
Profesora agregada en la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y el Deporte Blanquerna (URL) en el Grado Primaria y el Máster en Psicología General Sanitaria.
Profesora en el Instituto Universitario de Salud Mental Vidal y Barraquer (URL) en el Máster de Terapia Familiar.
Ha sido coordinadora y psicoterapeuta de la Unidad de Atención a la Mujer (UNADOM) en el Centro Médico Psicológico Vidal y Barraquer en el período 2014-2018.
Actualmente es investigadora en el Grupo de Investigación de Pareja y Familia y del grupo Pedagogía, Sociedad e Innovación con el apoyo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la URL en las líneas de igualdad de género, violencia de género, violencia sexual, coeducación y educación afectivosexual. También es miembro de la Red Académica Internacional de Estudios sobre Prostitución y Pornografía (RAIEPP).
Será co-directora académica del Máster en Violencia Sexual que se pondrá en marcha el curso 2024-25 en la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y el Deporte Blanquerna (URL).
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© 2024. This work is published under https://creativecommons.org/licenses/by-nc/3.0/ (the “License”). Notwithstanding the ProQuest Terms and Conditions, you may use this content in accordance with the terms of the License.
Abstract
Este artículo informa de los resultados del estudio de enfoque mixto sobre el acceso, consumo y consecuencias de la nueva pornografía, entre adolescentes. El fundamento previo se basa en una revisión internacional sobre las investigaciones desarrolladas en los últimos 10 años, constatando la relevancia del consumo de pornografía en la estructuración del imaginario sexual en la adolescencia, sobre la base de los impactos sobre la percepción distorsionada de la sexualidad. la influencia sobre las actitudes y las consecuencias sobre la conducta, en especial de quienes consumen de manera regular. Se realizó con alumnado de secundaria obligatoria y postobligatoria de Baleares (13-18 años), con una muestra estadísticamente representativa (N=3.629), equilibrada por sexo, grupos de edad y áreas territoriales. El método incluye dos encuestas semiestructuradas, al alumnado y a sus familias, basadas en encuestas sociológicas probadas, así como en instrumentos calibrados para evaluar el consumo problemático. También se realizaron grupos de discusión y entrevistas en profundidad con personas expertas de toda España. Los resultados principales son los siguientes: las edades de acceso son inferiores a los 10 años para un 20%, con una normalización del hábito de consumo en torno a los 13 años. Se han igualado prácticamente las edades de acceso por sexo, pero la frecuencia e intensidad de consumo sigue siendo significativamente diferente por sexo. El tipo de pornografía que consumen es básicamente hardcore, es decir, presenta violencia sexual. Las motivaciones del consumo se centran en la respuesta a la curiosidad sexual, la búsqueda de orientación de conducta y el estímulo para la masturbación, todo ello casi en ausencia de ofertas de educación afectiva y sexual adecuadas. El nivel de consumo problemático, con impacto sobre el bienestar subjetivo (estados de ansiedad, dependencia conductual del consumo, etc.) afecta a un 16.5% de la muestra, con diferencia significativa por sexo.