Abstract
The city of Barrancabermeja, Colombia, experienced accelerated growth in the early 20th century as a result of the establishment of an oil enclave, which generated a divided and unequal territory. Since the 1980s, forced displacement has been a central factor of socio-spatial transformation. However, the scheduling of investments in the refinery in 2010 generated high levels of speculation that promptly reconfigured the city, producing a smallerscale fragmentation. The objective of this work is to analyze these reconfigurations between 2000 and 2018 through a methodology that combines both qualitative -semi-structured interviews- and quantitative -census data analysisstrategies.
Keywords: oil, real estate market, socio-spatial inequalities.
Resumen
La ciudad de Barrancabermeja, Colombia, experimentó un acelerado crecimiento a principios del siglo XX como consecuencia del establecimiento de un enclave petrolero, lo que generó un territorio dividido y desigual. Desde los años ochenta, el desplazamiento forzado fue un factor central de transformación socioespacial. Sin embargo, la programación de inversiones en la refinería en 2010 generó altos niveles de especulación que pronto reconfiguraron la ciudad y produjeron una fragmentación de menor escala. El objetivo de este trabajo es analizar estas reconfiguraciones entre 2000 y 2018 mediante una metodología que combina estrategias cualitativas (entrevistas semiestructuradas) y cuantitativas (análisis de datos censales).
Palabras clave: petróleo, mercado inmobiliario, desigualdades socioespaciales.
Introduccién
El proceso de urbanización en Colombia, a diferencia de otros paises de América Latina, consolidó un patrón de asentamiento urbano disperso, estructurado alrededor de cuatro ciudades principales con una marcada influencia regional y una red de ciudades intermedias articulada a cada una de ellas (Gouéset, 1998).' Durante los siglos XIX y XX, la urbanización del país fue impulsada, fundamentalmente, por tres factores: la colonización popular de baldíos, particularmente importante en la zona de Antioquia, vinculada con la incorporación y ampliación del cultivo de café; la extensión de vías de comunicación que permitió conectar los avances productivos y territoriales; y el establecimiento de enclaves productivos extranjeros, como los bananeros en la costa del país y los petroleros en la región del Magdalena Medio (Aprile-Gniset, 1992).
En el caso de Barrancabermeja, el establecimiento de un enclave norteamericano para la explotación petrolera aceleró su crecimiento urbano y transformó el territorio completamente. La ciudad, fundada en 1536, había permanecido como un pequeño villorrio con incipientes funciones como puerto de tránsito comercial a través del río Magdalena, hasta el descubrimiento de los yacimientos de hidrocarburos y la llegada de la Tropical Oil Company a inicios del siglo XX. A partir de entonces, la espacialización de la industria petrolera dividió el territorio en dos; por un lado, el company town; la ciudad "gringa", donde la empresa controlaba la vida productiva y social de sus trabajadores; por otro lado, la ciudad colombiana, que adquirió un rol económico comercial complementario.
Desde 1920 en adelante, el ritmo de la producción petrolera marcó el compás del crecimiento de la ciudad. En palabras de Aprile-Gniset (1992), Barrancabermeja quedó hipotecada a los avatares de la Tropical Oil Company y el oro negro. La influencia preponderante del petróleo en la configuración socioespacial de la ciudad se vio afectada, a partir de la segunda mitad del siglo XX, por los efectos territoriales de otro fenómeno: el conflicto armado.· El recrudecimiento de la violencia en Colombia durante los años ochenta у hasta la primera década del siglo XXI tuvo a la región del Magdalena Medio,4 y a Barrancabermeja en particular, como uno de sus puntos centrales. Debido a su posición estratégica, tanto por su conexión con el río como por las rentas generadas por el petróleo, la ciudad fue un espacio disputado por los actores del conflicto armado. Esto la transformó en un territorio violento, con una tasa de homicidios per cápita superior al promedio nacional (Gill, 2009). Al mismo tiempo, y pesar de lo anterior, Barrancabermeja también se convirtió en un refugio para la población desplazada de las zonas rurales de la región, expulsada por los grupos armados.
La llegada de migrantes forzados empobrecidos se convirtió en el principal factor modificador del espacio urbano en este periodo en Colombia. En Barrancabermeja, el asentamiento de la población desplazada por la violencia en los bordes urbanos consolidó un tercer fragmento territorial que se añadió a los dos sectores preexistentes de la formación urbana industrial y comercial. En estos años marcados por la guerra, el petróleo continuó siendo el motor de la economía local aportando 70% de los 15.8 billones de pesos que generó la ciudad (Competitics, 2015). Por esta razón, los ciclos expansivos y regresivos del mercado petrolero, determinados por un volátil mercado internacional, tienen injerencia sobre las dinámicas demográficas, laborales y urbanas del puerto petrolero.
Por un lado, la actividad petrolera es un factor clave en los vectores de atracción y expulsión poblacional de la ciudad por las expectativas de empleo en el sector. Por otro lado, aunque la explotación minera no es una rama de actividad caracterizada por hacer un uso intensivo de mano de obra, es una de las principales generadoras de empleos indirectos como resultado de sus encadenamientos productivos (Schteingart et al, 2021). En la ciudad, además de los puestos de trabajo directos en la extracción o refinación de hidrocarburos, sectores como el comercio minorista, la hotelería y la construcción se expanden y contraen según las fluctuaciones de la actividad petrolera. Por último, las elevadas rentas y los salarios vinculados a este sector pueden distorsionar el mercado inmobiliario aumentando los precios y dificultando el acceso a la vivienda a aquellos ajenos al trabajo petrolero (Kullok, 2016).
Desde 2003, el precio del petróleo aumentó constantemente hasta su derrumbe en 2008 debido a la crisis internacional. Sin embargo, retomó una tendencia alcista desde 2009 para caer nuevamente a inicios de 2015.5 Durante este periodo, y particularmente en el ciclo 2003-2008, las economías latinoamericanas experimentaron un proceso de reprimarización productiva impulsado por el aumento de los precios en medio de una "conjunción entre la creciente demanda global de bienes primarios y las riquezas existentes, potenciada por la visión "el doradista' de una América Latina como lugar por excelencia de abundantes recursos naturales" (Svampa, 2013, p. 35). Esto marcó el paso del consenso de Washington al consenso de los commodities, es decir, de una base económica asentada en la valorización financiera a una anclada en la exportación de bienes primarios (Svampa, 2013). El nuevo extractivismo tuvo como factor diferenciador un Estado con un papel más activo en la redistribución de los excedentes, lo que logró legitimar, hasta cierto punto, la política productiva, a pesar de no resolver los impactos sociales y ambientales negativos (Gudynas, 2009).
En Colombia, en 2010, en medio de una disminución del conflicto armado y un nivel sostenido de los precios del petróleo en el mercado internacional, el gobierno nacional implementó el Proyecto de Modernización de la Refinería de Barrancabermeja (PMRB), que:
consistía en la construcción de 15 nuevas unidades (plantas), que permitan mejorar la capacidad y eficiencia de nuestra refinería. (La idea era) adecuar la Refinería de Barrancabermeja para transformar crudos pesados en productos valiosos de mejor calidad, asegurando la rentabilidad y generación de valor a mediano y largo plazo en el negocio de Refinación. (Ramos y Sánchez, 2017, p. 7)
Esto generó una expectativa de crecimiento económico que fue reforzada por la administración local, que invitaba a la comunidad a invertir en la ciudad para anticiparse al proyecto, lo que significaba la llegada de al menos cinco mil nuevos trabajadores." Las inversiones en infraestructura, vivienda y hotelería, alentadas por las expectativas de crecimiento, transformaron rápidamente el paisaje urbano. Las obras avanzaron en medio de una burbuja especulativa sostenida por la efectiva ejecución de tareas para el PMRB. Sin embargo, la suspensión de la modernización, que obedeció a la baja del precio del petróleo después de 2015 y al escándalo vinculado con los sobrecostos en las obras de la refinería de Cartagena, entre otras razones (Casas, 2018), paralizó el crecimiento y sumió a la ciudad en una profunda crisis económica.
El objetivo del artículo es analizar las transformaciones socioespaciales de Barrancabermeja entre los años 2000 y 2018.7 Propongo una aproximación con un enfoque de larga duración (19182018) para comprender los cambios recientes de la ciudad. Esta propuesta está fundamentada en trabajos previos en los que analicé la configuración histórica de Barrancabermeja y su relación con el establecimiento de la industria petrolera. Metodológicamente, planteo una estrategia combinada que incorpora la sistematización y el análisis de datos cuantitativos, esencialmente censos y relevamientos locales, acompañados de la producción de datos cualitativos a través de la elaboración de entrevistas semiestructuradas a referentes del mercado inmobiliario local, así como el relevamiento de medios de comunicación.
El texto se divide en cuatro partes. En primer lugar, presento una reflexión teórica sobre la producción del espacio y el mercado inmobiliario. En segundo lugar, realizo un análisis de la configuración histórica de la estructura urbana de Barrancabermeja. En tercer lugar, observo la dinámica de la construcción en la ciudad y las repercusiones del PMRB. A través de información obtenida sobre los niveles de metros cuadrados construidos, destino y tipo de inmueble, pude tener un acercamiento para comprender la influencia de las obras de modernización de la refinería de la ciudad y cómo se transformó el paisaje urbano de Barrancabermeja. Por último, realizo una aproximación cualitativa al funcionamiento del mercado inmobiliario de la ciudad y su dependencia con el contexto petrolero local e internacional mediante entrevistas semiestructuradas a los referentes del mercado inmobiliario.· La información construida a partir de estas entrevistas, sumada a los resultados de la aproximación cuantitativa, me permiten trazar algunas conclusiones sobre las transformaciones socioespaciales de Barrancabermeja en el periodo abordado y plantear futuras líneas de investigación.
1. Una aproximación teórica al crecimiento urbano у al mercado inmobiliario
El espacio es un producto histórico y social (Lefebvre, 1974); por tanto, no puede ser concebido en los estudios sociales simplemente como un contenedor, sino como una categoría relacional. Como argumenta Santos (1996, p. 28), el espacio "es un conjunto indisociable de objetos y relaciones: el contenido (de la sociedad) no es independiente de la forma (los objetos geográficos); cada forma encierra un conjunto de formas, que contienen fracciones de la sociedad en movimiento". A partir de este concepto, podemos argumentar que cada sociedad produce espacios articulados con sus necesidades y posibilidades de transformación y, a su vez, cambios pasados -infraestructuras y otras formas de materialidad- influyen en las posibilidades futuras de producción del espacio.
En el sistema capitalista, la ciudad presenta una contradicción fundamental: es, al mismo tiempo, un marco para la ganancia y una mercancía producida para generar ganancias (Topalov, 1979). Los elementos que la componen son el resultado de un proceso productivo orientado fundamentalmente por la rentabilidad, una forma de socialización de las fuerzas productivas y el resultado de la división social del trabajo. En ese sentido, el análisis de las reconfiguraciones socioespaciales parte de indagar en el proceso de producción del espacio urbano, sus transformaciones y crecimiento en tanto resultados de múltiples procesos de apropiación privada del suelo (Topalov, 1979). Estas transformaciones están ligadas a la naturaleza dinámica de las relaciones sociales que (re)configuran el espacio habitado moldeándolo según sus intereses y capacidades. La ciudad, entonces, puede definirse como un territorio concreto, jerarquizado por las relaciones de poder, cuyas transformaciones son el resultado de la articulación entre los objetos y las relaciones sociales dentro de un sistema-estructura particular.
A pesar de que el suelo no es un producto -es decir, en su forma más elemental no es el resultado de un proceso de producción-, genera rentas al permitir el desarrollo de distintas actividades que dependen de su uso. En ese sentido, la articulación primaria del suelo es la construcción. Esta rama de actividad "representa un considerable volumen de empleo. Utiliza como input productos que provienen de muchas otras ramas, y tienen por tanto un efecto de estímulo importante sobre el resto de la economía" (Topalov, 1979, p. 93). La construcción tiene características propias vinculadas a la extensión temporal de los trabajos y la circulación de capital que la hacen más susceptible a las fluctuaciones de mano de obra, la disponibilidad y el precio de los insumos, los cambios de la demanda y, particularmente, a los vaivenes de la esfera monetaria.
Debido a su elevado costo de producción y venta, la construcción está atada a formas de crédito y cuotas.
Las posibilidades variadas de cada porción particular del suelo le otorgan un valor de uso y de cambio diferente. Por esto, cada fracción de terreno tiene precios de comercialización distintos que se justifican por la existencia de una sobretasa de localización al interior de la estructura urbana. Según Jaramillo (2009), en las variaciones de los precios del suelo se pueden identificar, fundamentalmente, tres tipos de movimientos: estructurales generales, estructurales particulares y coyunturales generales. Los movimientos estructurales generales responden a dinámicas propias del suelo y explican la tendencia general al alza a largo plazo teniendo en cuenta que, a diferencia de otras mercancías, el suelo es escaso e irreproducible. Los movimientos estructurales particulares afectan a lotes específicos del ejido urbano como resultado de los cambios en las normativas de su uso y posibilidades de edificación, por ejemplo. Por último, los movimientos coyunturales generales son provocados por las variaciones específicas en otros mercados que impactan las necesidades de vivienda, lo que explica las fluctuaciones en el precio dentro de una tendencia general de crecimiento, ya sea "por las oscilaciones de otros mercados con los cuales se conecta el mercado de tierras urbana" (Jaramillo, 2009, p. 192) o por cambios repentinos sobre los usos permitidos por normativas locales y la constructibilidad.
Esto genera que el ejido urbano sea un mosaico de precios desigualmente distribuidos en el que la población accede al suelo de forma heterogénea de acuerdo con sus capacidades de pago o acción. La ciudad está estructurada por el precio del suelo, que se forma por la capitalización de la renta total, una imbricación de varios tipos de rentas con lógicas y escalas muy diferentes" que derivan de las "pautas colectivas de utilización del espacio de la ciudad, que determinan que unas actividades se desarrollan con ventaja en unos lugares con respecto a otros" (Jaramillo, 2009, p. 177). Esta dinámica está estrechamente vinculada con los movimientos de otros mercados y con las pautas colectivas de uso, que tienen una pesada carga simbólica.
La desigual distribución de la riqueza en el sistema capitalista y su espacialización generan territorios fragmentados y segregados que, al mismo tiempo, son (re)productores de estas desigualdades. La segregación urbana puede definirse como el grado de proximidad espacial de personas pertenecientes a un mismo grupo social, ya sea por categorías religiosas, étnicas o socioeconómicas (Sabatini et al., 2001). La fragmentación, por su parte, se caracteriza por la incorporación de obstáculos físicos o simbólicos que dividen el territorio interrumpiendo la continuidad de la traza urbana (Segura, 2014). Esta noción asocia componentes espaciales (desconexión física, discontinuidades morfológicas), dimensiones sociales (repliegue comunitario, lógicas exclusivas) y políticas (dispersión de actores y autonomización de dispositivos de gestión y de regulación urbana) (Prévôt Schapira 2001). En estos términos, la segregación residencial implica la presencia de fragmentos territoriales en la ciudad.
La posición de la población en la estructura urbana debe analizarse como un componente dinámico, resultado de un mosaico de usos y valores del suelo, disputas por la apropiación, formas y significados en constante cambio. La población es móvil y esto articula el espacio fragmentado (Di Virgilio, 2007). La valorización objetiva y subjetiva de cada lugar reproduce las desigualdades porque genera diferencias en la estructura de oportunidades a las que sectores de la población tienen acceso según su posición en la estructura urbana. La ciudad fragmentada involucra distintas formas de articulación y desarticulación espacial, ya sea por barreras o por diferentes lógicas de segregación. Puede afirmarse, en este sentido, que la ciudad capitalista es una máquina generadora de desigualdades (Segura, 2014).
Las ciudades latinoamericanas tienen como característica general elevados niveles de informalidad y desigualdad, con marcados procesos de fragmentación y segregación (Segura, 2014). Esto puede explicarse, al menos parcialmente, por el hecho de que en la región la tasa de urbanización a menudo superó o precedió la industrialización (Harris, 1975). Como consecuencia, sectores de la población excluidos del trabajo en el sistema capitalista no pueden costear los precios estructurados por el mercado formal y recurren a canales informales como única forma de acceso al suelo y la vivienda. En Colombia, la violencia generó el desplazamiento forzado del campo a la ciudad de población empobrecida por la guerra, lo que acentuó patrones desiguales de urbanización en las ciudades receptoras.
2. Configuración histórica de la estructura urbana de Barrancabermeja
Dos factores son clave para la comprensión de la estructura urbana actual de Barrancabermeja: el petróleo y la violencia. Hasta los años ochenta del siglo XX, las principales transformaciones socioespaciales estuvieron vinculadas con los ciclos petroleros, los niveles de producción e inversiones de la Tropical Oil Company, la estatización de la actividad con la reversión de la concesión De Mares y la creación de la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol). A partir de esa década, en cambio, el recrudecimiento de la violencia, aunque no alteró la dependencia económica de la ciudad respecto de la producción hidrocarburífera, se transformó en el mayor condicionante de la dinámica de las variables demográficas y urbanas.
2.1. Formación espacial industrial, 1915-1980
Tras el inicio de la explotación durante la segunda década del siglo XX, el crecimiento urbano quedó hipotecado a las oscilaciones del mercado internacional de petróleo (Aprile-Gniset, 1992). En general, como señala Castells (1972), la industria se emplaza en las ciudades, o cerca de ellas, para aprovechar la reserva de mano de obra, los circuitos comerciales establecidos y las obras de infraestructura existentes. En el caso de la extracción minera, en cambio, la industria se ve obligada a localizarse cerca de los yacimientos a explotar y, ante la ausencia de equipamientos urbanos de uso colectivo, necesita ejecutar estas obras de infraestructura y vivienda para garantizar la producción y la reproducción social de sus trabajadores.
La estructura de la ciudad da cuenta de una segregación socioespacial desde la génesis misma del poblado como resultado de las características del proceso productivo y de sus necesidades territoriales. La concesión De Mares" otorgada por el gobierno colombiano a la empresa norteamericana suscitó la fragmentación entre la Barrancabermeja colombiana y la Barrancabermeja gringa (Buenahora, 1982). El company town fue una respuesta a la necesidad de La Troco" de garantizar la reproducción social de sus trabajadores para asegurar la continuidad de la producción mediante la provisión de equipamientos urbanos de uso colectivo y viviendas. De este modo, la autonomía de la empresa al interior de los terrenos que había recibido en concesión significó la fragmentación socioespacial.
Por otra parte, la posición de la refinería en el ejido urbano y su conexión con los campos de extracción mediante el ferrocarril orientó la dirección del crecimiento de la ciudad hacia el sureste (mapa 1). En esa dirección, durante los años cuarenta, la ciudad -afuera de los límites territoriales de la empresa norteamericana- creció como resultado de la comercialización de dos lotes privados que constituyeron los barrios Colombia y Buenos Aires (Serrano Besil, 2012). Tras la estatización en 1952, se evidenció una mayor participación de Ecopetrol en la ejecución de obras para vivienda de sus trabajadores afuera de su campamento. De esta manera, como resultado de su gestión para resolver el déficit de vivienda entre sus empleados, surgieron los barrios Parnaso y Galán (Barrancabermeja, 2020).
2.2. Violencia, desplazamiento forzado y crecimiento informal
Durante la segunda mitad del siglo XX, el desplazamiento forzado del campo a la ciudad como resultado de la violencia en áreas rurales fue el principal factor transformador de las ciudades colombianas. La masiva llegada de personas empobrecidas a centros urbanos que no ofrecían respuestas ni oportunidades significó un proceso de urbanización preponderantemente informal y precario. Entre 1990 y 2010, llegaron a Barrancabermeja alrededor de 34,359 personas, una cantidad significativa si se tiene en cuenta que, según el censo de 2005, la población de la ciudad era de 187,311 habitantes. Estos desplazamientos se pueden observar en la gráfica 1.
El acelerado crecimiento de la ciudad en la periferia contrasta con la estabilidad de la ciudad formal. Por un lado, los valores del mercado inmobiliario estaban, en palabras de un referente local, castigados por la violencia. Durante tres décadas, la nueva demanda de viviendas provino mayoritariamente de los migrantes forzados y empobrecidos de las zonas rurales del Magdalena Medio. Esta demanda se resolvió mediante canales informales, como la toma de tierras y la autoconstrucción. La imposibilidad de pagar los precios estructurados en el mercado formal por parte de los nuevos habitantes de la ciudad no representaba un incentivo para la producción inmobiliaria que sólo responde a la demanda solvente.
El asentamiento de los migrantes forzados en terrenos tomados o comercializados informalmente en la periferia de la ciudad consolidó la línea del ferrocarril como frontera entre la ciudad formal y la informal. Las comunas nororientales, a pesar de su incorporación gradual mediante planes de formalización y dotación de servicios, continuaron separadas simbólicamente por la vía férrea, mientras que el puente elevado se constituyó como el único medio de conexión física entre los fragmentos urbanos visiblemente delimitados, lo que revela los contrastes del proceso histórico de formación territorial.
3. El Proyecto para la Modernización de la Refinería de Barrancabermeja y el crecimiento de la construcción por expectativas
El crecimiento urbano de la ciudad, desde 1980 hasta la primera década del siglo XXI, se caracterizó por la parálisis de la construcción formal y el dinamismo del sector inmobiliario informal. En 2010, en medio de una reducción significativa de la violencia y el aumento de los precios del barril de petróleo en el mercado internacional, el gobierno colombiano programó la ejecución del PMRB. El anuncio de las inversiones vino acompañado de un llamado de las autoridades locales a la comunidad para prepararse e invertir para acoger, al menos, a cinco mil trabajadores que llegarían con la puesta en marcha del PMRB. Las dimensiones y demandas del proyecto delataron la urgente necesidad de adecuar la infraestructura local," lo que generó expectativas de crecimiento que tuvieron repercusiones inmediatas en la construcción. Como se observa en la gráfica 2, los metros cuadrados edificados aumentaron ampliamente, superando los niveles entre 2000 y 2008, en parte como resultado de las consecuencias territoriales debido a violencia.
En primer lugar, se observa un incremento de los metros cuadrados construidos con destino comercial, impulsado principalmente por la ejecución de las obras de dos centros comerciales en 2008. En Colombia, como en el resto de América Latina, los shoppings centers comenzaron a proliferar durante los años noventa. Sin embargo, en el país tuvieron un auge particular al constituirse como archipiélagos de seguridad, cumpliendo funciones de sociabilización en un contexto de inseguridad urbana. Es decir, los centros comerciales en Colombia, además de ser espacios de consumo, desplazaron en gran medida a los espacios públicos tradicionales en la función de socialización. Del mismo modo, su establecimiento en las ciudades intermedias, aunque ocurrió más tarde, reconfiguró intensamente el paisaje, ya que, por sus funciones como espacio de consumo y sociabilización, produjo nuevas centralidades en las estructuras urbanas. En Barrancabermeja, el centro comercial San Silvestre transformó la zona en la que se emplazó dotando a un barrio residencial de funciones comerciales prácticamente inexistentes y convirtiéndola en un punto neurálgico de la vida productiva y social de la población (Rueda Guzmán, 2020).
El precio del suelo en esta zona aumentó significativamente debido a un incremento en la renta diferencial de comercio. Ésta se sustenta en la ubicación privilegiada, que permite una mayor rotación de capital y genera una tasa de ganancia más alta para el comerciante. Más allá de la cercanía con medios de transporte y su costo, "la fuente más importante de heterogeneidad de los precios de las mercancías, que alimenta también la renta diferencial de comercio, tiene que ver con aspectos relacionados con la segregación social y la dimensión simbólica del espacio" (Jaramillo, 2009, p. 161). La valorización simbólica positiva del centro comercial en tanto archipiélago de seguridad atrae a grupos de mayores ingresos. Al igual que la renta diferencial de comercio, todas las otras rentas que actúan sobre esta zona en particular y en la ciudad en general se incrementaron como respuesta a la coyuntura provocada por el PMRB.
En segundo lugar, en el marco del crecimiento generalizado de la construcción durante el periodo analizado, se observa que, a partir de 2010, éste estuvo marcado por la preeminencia de la vivienda como destino principal de las edificaciones nuevas. Como se desprende del análisis de la gráfica 2, la cantidad de metros cuadrados construidos en total durante los años subsiguientes continuó en ascenso, alcanzando un pico en 2012 con más de 232,000 т? en total, de los cuales 201,000 m? tenían un destino residencial. La importancia de este periodo en cuanto al aumento de la construcción de viviendas se confirma al comparar los resultados de los censos nacionales de 2005 y 2018, que muestran un aumento en el parque inmobiliario de viviendas, que pasó de 49,491 a 74,984 (ver tabla 1).
La producción de las viviendas se desarrolló, esencialmente, bajo dos modalidades. En primer lugar, la llegada de empresas regionales que invirtieron en la construcción en altura. En segundo lugar, personas ajenas al sector inmobiliario, buscando beneficiarse del excedente de las rentas petroleras, transformaron sus viviendas renovándolas o construyendo departamentos y habitaciones para arrendar sobre las estructuras existentes. El primer fenómeno generó un cambio en el paisaje urbano de la ciudad (ver figura 1), que hasta ese momento se conformaba mayoritariamente por casas de una planta. Según un entrevistado del mercado local, fue el "florecimiento de la propiedad horizontal" (Anónimo, comunicación personal, 19 de enero de 2019). Esta transformación fue, de hecho, bastante notable, teniendo en cuenta que el número de viviendas tipo apartamento aumentó de 3432 a 14,032, lo que representó un incremento de 6.93% a 18.71% del total del parque inmobiliario, como se puede observar en la tabla 1.
La construcción en altura es un indicador del aumento del precio de venta que permite contrarrestar los mayores costos asociados a este tipo de edificación. En otras palabras, es una estrategia del capital para maximizar su beneficio a través del uso intensivo del suelo frente al aumento de su valor (Jaramillo, 2009). Ante la ausencia de una zonificación y la competencia por asegurar una parte del excedente petrolero a través de la inversión inmobiliaria y la valorización del suelo, los edificios proliferaron por todo el ejido urbano de Barrancabermeja.
El segundo fenómeno fue la participación de personas ajenas al sector inmobiliario, quienes invirtieron en la remodelación o ampliación de sus viviendas con apartamentos para su venta o el arriendo. El llamado de las autoridades locales a prepararse para recibir al menos a cinco mil trabajadores, a partir de las inversiones multimillonarias para la refinería, evidenció la insuficiencia del parque inmobiliario y anticipó un alza de precios del suelo. Esto incentivó a muchas personas con acceso a crédito a remodelar sus casas para capitalizar esta oportunidad (ver fotografía 1).
En términos generales, estas inversiones se enfocaron en obras relativamente rápidas, planeadas para durar entre cuatro y seis meses, financiadas con capitales obtenidos mediante préstamos a 10 o 12 años. La idea, como señala uno de los inversores entrevistados, "era arrendar, yo alcancé a arrendar a empresas. Llegaron Tradeco y la que empezó la construcción de la vía Yuma, otra empresa (...) se arrendaron a buen precio" (Anónimo, comunicación personal, 21 de enero de 2019).
En Barrancabermeja, las características temporales de las migraciones asociadas con el petróleo y las particularidades de la demanda del mercado de vivienda impulsaron estrategias para capturar parte del excedente de la renta mediante el mercado inmobiliario. Por esta razón, proliferaron en la ciudad las subdivisiones y construcciones de viviendas para alquilar, así como un crecimiento sustancial de la hotelería. Este crecimiento fue acompañado por la llegada de algunas cadenas y la reforma de viviendas para prestar servicios hoteleros. "Según datos de registros comerciales, durante los 2 últimos años en la ciudad se han construido 132 establecimientos dedicados al hospedaje y hotelería" (Vanguardia Liberal, 2013).
La suspensión de las obras de modernización" trastocó las expectativas de crecimiento de 13 Según un informe de Crudo Transparente, entre los factores que llevaron a la suspensión estaban: incumplimientos en las licencias ambientales; reubicación de los sectores aledaños a la refinería, como Termogalán-Berlín; inviabilidad del
la ciudad y generó la paralización del sector inmobiliario, dejando, incluso, varias obras sin terminar y provocando la quiebra de varias empresas y personas que invirtieron en este sector. Como se observa en la gráfica 2, los metros cuadrados construidos cayeron abruptamente, regresando a los niveles de inicios del siglo XXI, cuando la ciudad estaba signada por el conflicto armado y la urbanización informal. La rápida contracción de la edificación refleja el carácter procíclico de la construcción, una consecuencia de las características propias de esta actividad, como el extenso proceso de producción y el largo tiempo de retorno del capital. En este sector, los movimientos drásticos son influidos por factores externos que cambian las condiciones de producción y "su reacción es más lenta que en otras esferas, y el efecto de la contracción más severo, pues eventualmente deja como productos inacabados y, por lo tanto, no realizables, mayores porciones de valor" (Jaramillo, 2009, p. 13).
Por otra parte, los precios del suelo y los inmuebles tuvieron un aumento sostenido desde 2008, que se aceleró en 2010. Estos incrementos fueron impulsados por las expectativas de valorización y seguidos por una caída en la construcción y un derrumbe más lento de los precios. Según el análisis de Jaramillo, se puede afirmar que el PMRB representó un momento coyuntural general que provocó un aumento de los precios del suelo. En esta dinámica de alza, la llegada de empresas con elevadas capacidades de pago desempeñó un papel preponderante en el mercado inmobiliario de la ciudad, particularmente en el sector de viviendas temporales:
yo tuve la oportunidad de tenerles arrendado a Schlumberger cuatro inmuebles. En un edificio ellos hospedaban veinte, en otra casa nueve o diez, y como era personal rotativo, ellos alquilaban un inmueble y el personal rotativo llegaba a habitar ese inmueble (...) el edificio lo teníamos arrendado en 20 millones de pesos. Las casas había unas de 5 o de 6. Hoy sé, por ejemplo, que la que teníamos acá arrendada en 6 millones de pesos, la tienen arrendada en 1,500,000 y funciona un Spa. (Anónimo, comunicación personal, 23 de enero de 2019)
En el caso de uno de los inversores independientes, que construyó dos plantas sobre su casa, durante el auge alcanzó a arrendar los apartamentos a empresas en valores que rondaron entre 1,500,000 y 2,000,000 pesos colombianos. Sin embargo, unos años después, tras no poder alquilarlos nuevamente a esos valores, firmó contratos por cánones de arrendamiento inferiores a 900,000 pesos colombianos.
A diferencia de la construcción, cuya abrupta caída dejó productos inacabados y una sobreoferta, los precios se sostuvieron en el corto plazo, aunque, tiempo después, también descendieron. Esta discrepancia se atribuye a la negativa de los propietarios a renunciar rápidamente a la ganancia esperada, generada por las expectativas anteriores, y a su intento por proteger las inversiones realizadas. La crisis inmobiliaria, producto del desfase de precios, con cánones de alquiler y precios de venta altos y una demanda con menor capacidad de pago, generó que el número de operaciones disminuyera sustancialmente, según declararon los referentes del mercado.
4. Desigualdades y segregación socio-residencial
La toma de tierras y la autoconstrucción, formas generalizadas de acceso a la vivienda por parte de los sectores pobres en las ciudades latinoamericanas (Abramo, 2009), fueron el motor de la expansión de la mancha urbana de Barrancabermeja desde finales del siglo XX hasta inicios del siglo XXI. Un informe elaborado por el municipio da cuenta de la importancia de los canales informales en la satisfacción de las demandas habitacionales. En 2005, 58% del parque inmobiliario de la ciudad estaba catalogado como subnormal, en tanto no recibía el servicio público domiciliario de energía eléctrica o era obtenido por derivaciones de las redes existentes de forma no autorizada (Decreto 3735, 2003). Además, un relevamiento de la alcaldía municipal de 2019 muestra que casi 30% (77 de 285) de los barrios de la ciudad tienen origen informal (Barrancabermeja, 2020).
Los contrastes en la formación territorial vinculada a la explotación petrolera, a la actividad comercial complementaria y a la informalidad configuraron una estructura urbana fuertemente fragmentada que reproduce las desigualdades sociales y acentúa la segregación socioespacial. Como se puede observar en el mapa 2, en 2018 es evidente la separación espacial de la población barranqueña. Usando como proxy de clase el nivel educativo, se identifican tres sectores divididos por las vías del ferrocarril y los límites de la refinería. Hacia el oeste, la ciudad formal, hay una mayor presencia de jefes de hogar con estudios universitarios; en cambio, hacia el este, el porcentaje disminuye notablemente. A pesar de que muchos de estos barrios, de origen informal, tuvieron un proceso de regularización por parte de las administraciones locales, se observa que la segregación socioresidencial permanece. Esto obedece, en gran medida, a la reproducción de las desigualdades y a la valorización simbólica de estos espacios que no necesariamente se transforman con la regularización del dominio de la tierra.
La inversión especulativa impulsada por las expectativas de crecimiento económico acentuó la diversidad de usos del suelo y los tipos de vivienda en todos los sectores de la ciudad. Las inversiones realizadas por empresas inmobiliarias se caracterizaron por enfocarse en la construcción de conjuntos residenciales cerrados destinados a las clases medias altas. Esto dio lugar a nuevos procesos de fragmentación a menor escala. La proliferación de estos edificios cerrados con zonas sociales y amenities transtormó la ciudad en un rompecabezas de parcelas particulares y aisladas.
Este rasgo característico de la urbanización colombiana durante las últimas décadas "genera dinámicas particulares de relaciones sociales e intercambio entre las personas" (Torres, 2009, p. 86). Las nuevas formas urbanas -conjuntos cerrados y centros comerciales- se conciben como ajenas a la inseguridad de los espacios públicos, los cuales se han convertido en una simple conexión entre las viviendas y otros centros comerciales y empresariales, también cerrados y protegidos, que han asumido funciones de sociabilización (Arteaga, 2010). Además, en este marco urbano caracterizado por la fragmentación y la segregación en parcelas relativamente aisladas, las formas de acceso a la ciudad se han vuelto una cuestión primordial.
En las imágenes satelitales se puede observar, por un lado, la construcción de torres orientadas hacia la clase media alta en medio de una expectativa creciente por las obras del PMRB en la antigua periferia de la ciudad. A su lado, se aprecia el crecimiento de una urbanización informal, que había surgido en los años 2000 a lo largo de la avenida, la vía férrea y de manera transversal a estas dos arterias (fotografías 2 y 3).
Este proceso refleja dos fenómenos analizados anteriormente: por una parte, la inserción de formas residenciales cerradas en sectores informales que surgen como consecuencia de un sistema de vías relativamente suficiente y las distancias cortas desde y hasta todos los puntos de la ciudad; por otra parte, se observan nuevas dinámicas de sociabilización que se desarrollan al interior de las rejas de estas torres de viviendas, las cuales las aíslan de su localización en la estructura urbana.
Conclusiones
En América Latina, la combinación de un sostenido incremento en el precio de las materias primas, la existencia de grandes yacimientos y la sostenida visión el doradista de la región como exportadora de commodities reafirmaron la matriz extractivista de las economías nacionales. Las cuantiosas rentas obtenidas financiaron, en varios países de la región, políticas redistributivas impulsadas por la llegada de gobiernos progresistas, que consolidaron la reprimarización productiva de la zona. En Colombia, el petróleo es uno de los pilares de la economía nacional y el establecimiento de enclaves productivos fue uno de los factores vinculados a la urbanización del país a inicios del siglo XX. La llegada de la Tropical Oil Company a Barrancabermeja aceleró el proceso de crecimiento urbano de lo que hasta ese momento había sido un pequeño puerto de tránsito comercial.
La estructura urbana de Barrancabermeja refleja una clara fragmentación territorial desde la génesis del poblado. Desde inicios del siglo XX hasta los años ochenta, el territorio se dividió en dos como consecuencia de la espacialización de la industria petrolera. Por un lado, el company town de la Tropical Oil Company y, tras la estatización, los barrios destinados a los empleados jerárquicos de Ecopetrol; por otro lado, la ciudad que asumió un rol comercial complementario. Posteriormente, como resultado del conflicto armado y la llegada masiva de migrantes forzados, surgió y se consolidó un tercer fragmento, claramente delimitado en la periferia. El proceso de urbanización periférico estuvo caracterizado por distintos mecanismos de acceso informal al suelo y la vivienda. A pesar de la progresiva formalización de la tenencia de la tierra en la ciudad, más allá de la frontera que marca la vía del ferrocarril, las desigualdades socioespaciales permanecen, como se evidenció gráficamente a través de la variable de nivel educativo como un indicador de clase social.
La estrecha dependencia de la ciudad con la industria petrolera genera que las fluctuaciones y coyunturas internacionales del mercado regulado -con el precio del barril como imagen visible- tengan repercusiones directas e indirectas sobre el mercado inmobiliario local y desregulado. La programación del PMRB coincidió con un ciclo de incremento en los precios del barril y con un crecimiento en la extracción de crudo de los campos de Barrancabermeja. Durante los años de auge, la construcción aumentó su ritmo, cuadruplicando en 2012 los metros cuadrados edificados en 2005. La caída fue abrupta tras la suspensión de las obras de modernización. Esto demuestra que "la evolución de los permisos de construcción es significativamente más sensible que la dinámica de precios del suelo frente a la volatilidad de la economía y pone de manifiesto el carácter procíclico de la construcción" (Baer y Kauw, 2016, p. 14).
La rentabilidad de la actividad inmobiliaria se incrementó en respuesta a la coyuntura que generó la expectativa por el PMRB. Las inversiones se llevaron a cabo fundamentalmente a través de dos mecanismos. En primer lugar, empresas constructoras llegaron a la ciudad atraídas por la alta rentabilidad; en segundo lugar, personas ajenas al sector inmobiliario buscaron capturar un excedente de la renta petrolera mediante la ampliación de sus casas. Las transformaciones del paisaje fueron diferentes en ambos casos: las empresas constructoras vieron en la edificación en altura una oportunidad para maximizar sus ganancias, mientras que los pequeños inversores se enfocaron en obras rápidas que les permitieran capitalizar el dinámico mercado de arriendo, impulsado por la llegada de trabajadores temporales fuertemente asociados al trabajo petrolero, especialmente tras la flexibilización de los trabajos y la subcontratación.
La ciudad se densificó de manera desordenada, con edificios de vivienda diseminados por todo el ejido urbano. La inversión especulativa detonada por las expectativas de auge de la PMRB generó la proliferación de conjuntos residenciales cerrados que, de la mano con la aparición de los centros comerciales, configuró una estructura urbana marcada por un mosaico de parcelas aisladas entre sí. Estos espacios, conocidos como archipiélagos de seguridad, produjeron una fragmentación urbana a menor escala dentro de dos sectores de la ciudad que, hasta ese momento, eran relativamente homogéneos .
De esta forma, entre 2005 y 2018, como resultado de un proceso coyuntural general detonado por el anuncio del PMRB, el paisaje urbano de Barrancabermeja dejó de estar conformado por casas de una y dos plantas para caracterizarse por la emergente desperdigada construcción de viviendas en altura. Al mismo tiempo, pasó de ser una ciudad fragmentada en tres sectores relativamente homogéneos a consolidar espacios segregados a menor escala debido a la progresiva urbanización a través de conjuntos residenciales y centros comerciales cerrados y protegidos que configuraron un mosaico de parcelas aisladas.
Reseña curricular
Javier Eduardo Serrano Besil . Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y magister en Estudios Sociales Latinoamericanos por la misma universidad. Actualmente es becario posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Técnicas (Conicet), con lugar de trabajo en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (FSOC-UBA). Su linea de investigaciôn actual se centra en las transformaciones socioespaciales de ciudades petroleras de América Latina. Entre sus más recientes publicaciones destacan, en autoría: Desplazamiento forzado en Colombia: impactos territoriales y (re)producción de desigualdades. Revista Planeo, 57, 1-4 (2023); en coautoría: Conflicto armado, desplazamiento forzado y transformaciones socioespaciales en Barrancabermeja, 1980-2005. Territorios, 48, 1-23 (2023); Crecimiento y configuración socioespacial de ciudades petroleras: los casos de Barrancabermeja (Colombia) y Comodoro Rivadavia (Argentina), 1907-1938. Cuadernos de Historia, 52, 205-232 (2020). Correo-e: [email protected]
1 La estructura urbana de varios países de América Latina da cuenta de procesos de macrocefalia, quizá el más significativo sea el de Argentina con Buenos Aires como ciudad primada. En el sistema urbano colombiano, en cambio, Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla lograron consolidarse como centros urbanos regionales (Gouéset, 1998).
2 Los company towns son entendidos como centros residenciales al interior de los espacios productivos en los que la empresa no sólo cumple la función de empleador, sino de terrateniente, influyendo y controlando bajo su esfera los más distintos aspectos de la producción y la reproducción social de sus trabajadores (Torres y Borges, 2012).
3 "La violencia de los años cincuenta, derivada de una guerra civil entre los dos partidos tradicionales, propició el surgimiento de la insurgencia un poco más tarde, y de su contraparte paramilitar, en los años ochenta, financiadas ambas por el enorme negocio de las drogas ilegales" (Kalmanovitz, 2010, p. 215).
4 El Magdalena Medio es una región conformada por 44 municipios de siete departamentos que están en el valle del río Magdalena.
5 "Entre mediados del año 2008 cuando llegó alrededor de USD 140 por barril y su posterior caída a menos de USD 40 por barril a principios de 2009 debido a la crisis financiera, pasando por una paulatina pero sostenida recuperación hasta llegar a más de USD 100 por barril en junio de 2014 y nuevamente caer a la mitad a partir de inicio del año 2015" (Arroyo y Cosío, 2015, p. 7).
6 No existió, sin embargo, ningún programa de estímulo económico para las inversiones privadas en vivienda y servicios contemplado dentro del PMRB ni impulsado por el municipio. El crecimiento de la construcción se dio solamente con base en las expectativas generadas por el proyecto, reforzadas por las autoridades locales a través de declaraciones públicas.
7 En este trabajo se da cuenta de los avances para la elaboración de la tesis doctoral.
8 Se entrevistó a gerentes de empresas inmobiliarias locales y regionales.
* Las rentas primarias vinculadas con los niveles de constructibilidad y la localización, así como las rentas secundarias diferencial de comercio, de monopolio de segregación, diferencial de vivienda y de monopolio industrial, coexisten y actúan de forma diferenciada sobre cada uno de los lotes.
10 Mediante la cual se otorgó la explotación del petróleo a la empresa norteamericana Tropical Oil Company en 1916.
11 Así se conoció popularmente a la empresa norteamericana Tropical Oil Company.
12 "Se decía que debíamos prepararnos, en declaraciones que hizo la cámara de comercio en algún momento, el presidente de Ecopetrol a través de un foro que hubo en la cámara de comercio, donde invitaba a los empresarios de Barranca, a la sociedad de Barranca a prepararse estructuralmente para acoger a más de 5000 personas que llegaban a Barranca a desarrollar el proyecto de la refinería que iba a demorar cinco años" (Anónimo, comunicación personal, 19 de enero de 2019).
proyecto; caída del precio internacional del petróleo; escándalos sobre los sobrecostos de las obras de ampliación de la refinería de Cartagena, entre otras justificaciones del gobierno y la estatal.
Fuentes consultadas
Abramo, Pedro (2009). La producción de las ciudades latinoamericanas: mercado inmobiliario y estructura urbana. Organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos.
Aprile-Gniset, Jacques (1992). La ciudad colombiana. Siglo XIX y siglo XX. Banco Popular.
Arroyo, Andrés y Cosío, Fernando (2015). Impacto fiscal de la volatilidad del precio del petróleo en América Latina y el Caribe: estudio sobre las causas y las consecuencias de la caída de los precios del petróleo y análisis de opciones de política para encaminar sus impactos, documentos de proyectos No. 680. Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Arteaga, Nelson (2010). Consolidación de los archipiélagos de seguridad en América Latina. Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad, 17(49), 163-195. https://acortar.link/69UxE7
Baer, Luis y Kauw, Mark (2016). Mercado inmobiliario y acceso a la vivienda formal en la Ciudad de Buenos Aires, y su contexto metropolitano, entre 2003 y 2013. EURE, 42(126), 5-25. https://acortar.link/zNa64L
Barrancabermeja (2020). Plan de Ordenamiento Territorial. Alcaldía de Barrancabermeja.
Buenahora, Gonzalo (1982). Sangre y petroleo. s.e.
Casas, Katherine (2018). Reficar, Barranca y Coveñas: comunidades e infraestructura petrolera. Crudo Transparente. https://acortar.link/NoKz8Q
Castells, Manuel (1972). Problemas de investigación en sociología urbana. Siglo XXI.
Competitics (2015). Impacto de la crisis del petróleo en Barrancabermeja. Centro de Estudios, Investigaciones y Proyectos para la Competitividad de Barrancabermeja.
DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) (2018). Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 [Procesado con Redatam]. https://acortar.link/i9eDrx
DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) (2005). Censo Nacional de Población y Vivienda 2005 [Procesado con Redatam]. https://acortar.link/i9eDrx
Decreto 3735 (2003, 23 de diciembre). Diario Oficial No. 45410. Ministerio de Minas y Energía. https://acortar.link/2MHpIL
Di Virgilio, María Mercedes (2007). Trayectorias residenciales y estrategias habitacionales de familias de sectores populares y medios en Buenos Aires [Tesis de doctorado, Universidad de Buenos Aires]. Repositorio Digital Institucional Facultad de Ciencias Sociales-UBA.
Gill, Lesli (2009). The Parastate in Colombia: Political Violence and the Restructuring of Barrancabermeja. Anthropologica, 51(2), 313-325. https://acortar.link/3qa8Yb
Google Earth (2022). Google Earth [Software] Mountain view, Google. https://acortar.link/pt1EEx
Google Streetview (2022). Barrancabermeja, Carrera 27-calle 52. https://acortar.link/pt1EEx
Gouëset, Vincent (1998). Bogotá: nacimiento de una metrópoli. La originalidad del proceso de concentración urbana en Colombia en el siglo XX. Institut francais d'études andines-TM editores.
Gudynas, Eduardo (2009). Diez tesis urgentes sobre el nuevo extractivismo. Contextos y demandas bajo el progresismo sudamericano actual. En, Júrgen Schuldt, Alberto Acosta, Alberto Barandiarán, Anthony Bebbington, Mauricio Folchi, Alejandra Alayza y Eduardo Gudynas, Extractivismo, política y sociedad (pp. 187-225). Centro Andino de Acción Popular (CAAP)-Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES).
Harris, Walter (1975). El crecimiento de las ciudades en América Latina. Marymar.
Jaramillo, Samuel (2009). Hacia una teoría de la renta del suelo urbano. Ediciones Uniandes.
Kalmanovitz, Salomón (2010). Nueva historia económica de Colombia. Taurus.
Kullok, David (2016). Estudios estratégicos para el desarrollo territorial de la region Vaca Muerta. CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
Lefebvre, Henry (1974). La producción del espacio. Capitán Swing.
Prévot Schapira, Marie-France (2001). Fragmentación espacial y social: conceptos y realidades. Perfiles Latinoamericanos, 9(19), 33-56.
QGIS-OSGeo (Quantum Geographical Information System) (2022). QGIS (versión 3.10). https://www.qgis.org
Ramos, Amauri y Sánchez, Aureliano (2017). Análisis de la no ejecución del proyecto de modernización de la refineria de Barrancabermeja, PMRB y su impacto econdmico actualizado a 2016. Barrancabermeja-Competitics-Câmara de Comercio de Barrancabermeja.
RUV (Registro Unico de Víctimas) (s.£.). Personas desplazadas en Barrancabermeja, 1970-2018. Gobierno de Colombia. https://acortar.link/flAYL2
Rueda Guzmán, Giovanny Andrés (2020). La urbanización de la ciudad intermedia de Barrancabermeja y la incidencia de la industria petroquímica entre 1951 y 2002 [Tesis Magister, Universidad Nacional de Colombia]. Repositorio Universidad Nacional.
Sabatini, Franciso; Cáceres, Gónzalo y Cerda, Jorge (2001). Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción. Eure, 27(82), 21-42. https://acortar.link/3m906t
Santos, Milton (1996). Metamorfosis del espacio habitado. Oikos-Tau.
Schteingart, Daniel; Molina, Mariela y Fernández Massi, Mariana (2021). La densidad de la estructura productiva y el empleo, documentos de trabajo del CEP XXI núm. 9. Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
Segura, Ramiro (2014). El espacio urbano y la (re) producción de desigualdades sociales. Desacoples entre distribución del ingreso y patrones de urbanización en ciudades latinoamericanas, working paper n. 65. Research Network on Interdependent Inequalities in Latin America.
Serrano Besil, Javier (2012). Crecimiento urbano de Barrancabermeja, 1926-1936. Universidad Industrial de Santander.
Svampa, Maristella (2013). «Consenso de los Commodities» y lenguajes de valoración en América Latina, Nueva Sociedad, 244, 30-46. https://acortar.link/Ou4i1C.
Topalov, Christian (1979). La urbanización capitalista: algunos elementos para su análisis. Edicol.
Torres, Carlos (2009). Ciudad informal colombiana. Barrios construidos por la gente. Universidad Nacional de Colombia.
Torres, Susana y Borges, Marcelo (2012). Labor Resistance and Accommodation among immigrant workers in the oil company towns of Patagonia, Argentina. En Marcelo Borges y Susana Torres (Eds.), Company Towns: labor, space, and power relations across Time and Continents (pp. 111-149). Palgrave Macmillan.
Vanguardia Liberal (2013, 8 de abril). La construcción en Barrancabermeja ha aumentado 50% en los últimos tres años. Vanguardia Liberal. https://acortar.link/buUz]y
Verinmuebles (2023). Se vende apartamento en Reserva Cardales. Ver Inmuebles. https://acortar.link/wwE
You have requested "on-the-fly" machine translation of selected content from our databases. This functionality is provided solely for your convenience and is in no way intended to replace human translation. Show full disclaimer
Neither ProQuest nor its licensors make any representations or warranties with respect to the translations. The translations are automatically generated "AS IS" and "AS AVAILABLE" and are not retained in our systems. PROQUEST AND ITS LICENSORS SPECIFICALLY DISCLAIM ANY AND ALL EXPRESS OR IMPLIED WARRANTIES, INCLUDING WITHOUT LIMITATION, ANY WARRANTIES FOR AVAILABILITY, ACCURACY, TIMELINESS, COMPLETENESS, NON-INFRINGMENT, MERCHANTABILITY OR FITNESS FOR A PARTICULAR PURPOSE. Your use of the translations is subject to all use restrictions contained in your Electronic Products License Agreement and by using the translation functionality you agree to forgo any and all claims against ProQuest or its licensors for your use of the translation functionality and any output derived there from. Hide full disclaimer
© 2024. This work is published under https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ (the “License”). Notwithstanding the ProQuest Terms and Conditions, you may use this content in accordance with the terms of the License.
Abstract
La ciudad de Barrancabermeja, Colombia, experimentó un acelerado crecimiento a principios del siglo XX como consecuencia del establecimiento de un enclave petrolero, lo que generó un territorio dividido y desigual. Desde los años ochenta, el desplazamiento forzado fue un factor central de transformación socioespacial. Sin embargo, la programación de inversiones en la refinería en 2010 generó altos niveles de especulación que pronto reconfiguraron la ciudad y produjeron una fragmentación de menor escala. El objetivo de este trabajo es analizar estas reconfiguraciones entre 2000 y 2018 mediante una metodología que combina estrategias cualitativas (entrevistas semiestructuradas) y cuantitativas (análisis de datos censales).