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El presente ensayo propone abordar de manera sucinta un enfoque crítico sobre la obra de este artista nacional, así como de algunos estudios realizados sobre ésta.
Lamentablemente, los trabajos de Jiménez no tuvieron la acogida que se merecían en su época. Sólo algunos pocos colegas y amigos de su tiempo tuvieron la sensibilidad de no ver en él un estilo artístico desagradable, grotesco o abominable, sino simplemente diferente. Entre algunos de los nombres de amigos más allegados en este país puede destacarse a Francisco Amighetti, don Joaquín García Monge y Yolanda Oreamuno. También debemos recordar la importante amistad que entabló con César Vallejo y Gabriela Mistral, esto en el nivel international.
De todos estos escritores que acabamos de mencionar, quisiéramos recordar la reflexión que Oreamuno hizo en algún momento sobre Max Jiménez: "En Costa Rica es necesario morirse para recoger el reconocimiento póstumo de este pueblo desdeñoso y pasivo" (Oreamuno, 1961:38). Precisamente esto ocurrió con Jiménez, a quien le llegó el merecido reconocimiento general después de su muerte.
Debemos reconocer y respetar el criterio de que no siempre Io que es bonito para unos Io sea para los otros, pero muchas veces detrás de Io que nos parece carente de belleza, entendida ésta en niveles modernistas, se oculta una técnica, un genio creador, es decir, un individuo que plasma su sello personal en el cual va incluido un propósito específico. No debemos pensar que Jiménez no tenía claro Io que quería hacer y que tal vez él pretendía elaborar una obra muy distinta de la que le salía supuestamente de manera accidental. De ninguna manera. Él era el primero que estaba consciente de la clase de trabajo que realizaba y lo hacía a sabiendas de la recepción tan negativa que tendría en nuestro medio local. Por ello tuvo que buscar fortuna lejos de nuestras fronteras y exponer su literatura y producciones pictóricas en países que no estuvieran tan atrasados culturalmente. Esta idea él mismo la manifiesta una y otra vez a lo largo de sus Candelillas y, aunque suene chocante y duela, es la lamentable realidad de aquel entonces y que sigue intacta hasta nuestros días. Sin embargo, a él se le hizo un gran favor desdeñándole su arte, ya que ello contribuyó a que...