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En este artículo se pretende analizar los códigos que favorecen o inhiben la violencia escolar en secundarias públicas de la Ciudad de México, particularmente en su expresión como confrontaciones físicas entre estudiantes (peleas). En un primer momento, interesa discutir cómo se establecen tales códigos y cómo se renuevan a lo largo del tiempo. A pesar de que el concepto de violencia se ha debatido ampliamente sin que se haya alcanzado un consenso, para fines prácticos se define a la violencia escolar como acciones físicas, verbales o de exclusión, cuya intención es causar daño u obligar a individuos a realizar actos contrarios a su voluntad, generando un orden asimétrico en el interior de los centros escolares. El artículo se divide en tres secciones: 1) una discusión sobre el concepto de violencia y, en particular, violencia escolar; 2) una discusión sobre la violencia en las secundarias públicas de la Ciudad de México, y 3) los principales hallazgos de una investigación realizada por el autor en una secundaria pública de la Ciudad de México, concluida en 2011, con apoyo de una beca para estudios de maestría por parte del Consejo Nacional de Ciencia Tecnología (Conacyt).
¿Por qué realizar estudios en secundarias públicas?
La escuela secundaria forma parte de la educación básica obligatoria en México desde el año 1993 (Ley General de Educación, Art. 4). Pero será hasta la Reforma Integral de Educación Secundaria (RIES), contenida en el Programa Nacional de Educación 2001-2006, cuando las secundarias se afiancen como parte de la educación obligatoria (Reyes, 2009: 15). Actualmente, la mayor parte de las/los adolescentes mexicanos dedican tres años de su vida a concluir la secundaria. Un reducido número tendrá acceso a la educación media-superior y uno aún menor a la educación superior, pero incluso quienes alcancen mayor escolaridad, se enfrentarán a dificultades en términos de movilidad social ascendente y no tendrán garantizada una buena retribución económica (Suárez, 2010). Lo anterior se agudiza como consecuencia de un modelo de secundaria pública centrado en la formación técnica o centrada en oficios que ya no se ajustan a los requerimientos de profesionalización que exige el mercado laboral.
En consecuencia, los esfuerzos educativos pierden sentido para un gran número de estudiantes, quienes temen a la exclusión y comparten sentimientos de exclusión relacionados...