RESUMEN: Los resultados de las últimas dos elecciones generales (1998 y 2002) en Costa Rica sugieren que la dinámica electoral del país ha superado su aparente estabilidad para entrar en un proceso de cambio. El presente estudio evalúa las principales señales de este cambio (aumentos en los niveles de abstencionismo, quiebra del voto, volatilidad electoral y apoyo a terceros partidos), y lo define como un proceso de «desalineamiento electoral» (electoral dealignment). Además plantea que existe evidencia para concluir que este desalineamiento electoral pareciera ser el resultado de un proceso de «desalineamiento de partidos» (partisan dealignment).
Palabras clave: Costa Rica, elecciones, partidos políticos, comportamiento electoral, democracia.
ABSTRACT: The results of the last two general elections (1998 and 2002) in Costa Rica, suggest that the country's electoral dynamics have exited their apparent stability and entered a process of change. The present study evaluates the main signs of this change (rising levels of absenteeism, ticket-splitting, electoral volatility, and support for third parties), and defines it as an «electoral dealignment» process. Moreover, it argues that there is evidence to conclude that electoral dealignment in Costa Rica seems to be a result of a process of «partisan dealignment».
Key words: Costa Rica, elections, political parties, electoral behaviour, democracy.
I. INTRODUCCIÓN1
«Estable» es el adjetivo que mejor califica la democracia costarricense después de la Guerra Civil de 1948 así como sus elecciones, sobre todo a partir de 1978. No obstante, los resultados de los últimos dos procesos electorales (1998 y 2002), donde se registró un aumento en el nivel de abstencionismo, de quiebra del voto y en el apoyo hacia «terceros partidos», sugieren que la dinámica electoral del país ha superado su aparente estabilidad y ha entrado en un proceso de cambio.
No es sino hasta después de los resultados de las últimas dos elecciones en Costa Rica que analistas, políticos y periodistas comenzaron a plantearse abiertamente preguntas acerca de este proceso de cambio y sus razones. Según se demostrará más adelante, este proceso parece enmarcarse dentro de Io que Frances Hagopian define como «desalineamiento électoral» (electoral dealignment)2 o la pérdida progresiva de respaldo electoral por parte de los principales grupos políticos (Hagopian, 1998: 114-119). De igual forma, el análisis detallado de los indicadores más relevantes de desalineamiento electoral encontrados en Costa Rica, sugiere que este fenómeno parece ser el resultado de un proceso de «desalineamiento de partidos» (partisan dealignment) o -siguiendo la definición de Pipa Norris (1997)- «del debilitamiento de las lealtades afectivas, habituales y estables del electorado hacia los partidos»3. Este proceso no es del todo sorpresivo ya que distintas señales de desalineamiento de partidos, siendo la más evidente la erosión de la simpatía profesada por los ciudadanos hacia los partidos tradicionales, han estado presentes en la última década en la política costarricense4.
El presente estudio evaluará las principales señales de desalineamiento electoral enmarcadas dentro de los cambios que se han experimentado en la dinámica política del país, sobre todo desde mediados de la década de 1990. Pese a que se centra en el caso de Costa Rica, el análisis también toma una perspectiva comparativa «horizontal» refiriéndose a tendencias similares en otros países de América Latina y, en especial, en otras naciones occidentales. Esto con el fin de contextualizar el caso costarricense en Io que parece ser una tendencia general en las democracias desarrolladas: una creciente fluidez electoral.
El estudio considera las trece elecciones que se han realizado desde 1953 hasta 2002 y esta organizado en cuatro secciones. En primer lugar, una breve introducción fija su objetivo principal. En segundo lugar y con el fin de entender plenamente las implicaciones de los cambios electorales que están aconteciendo en Costa Rica, se presenta una breve caracterización de la democracia en el país. En tercer lugar, siguiendo una perspectiva comparativa longitudinal, se evalúan los principales indicadores de desalineamiento electoral observados en las últimas elecciones. Finalmente, el estudio concluye con una serie de observaciones con respecto al proceso del cambio electoral en el país.
II. DEMOCRACIA EN COSTA RICA
Costa Rica es reconocida como la democracia más antigua y estable funcionando ininterrumpidamente en América Latina5. Inclusive, entre los países en desarrollo, la longevidad de su régimen democrático sólo encuentra parangón en el caso de la India6. Regido por un sistema presidencialista, el país ha vivido la experiencia de elecciones democráticas con una amplia participación popular y rotación regular de gobernantes y partidos durante cincuenta años (desde 1953)7. Trece elecciones nacionales se han llevado a cabo desde la Guerra Civil de 1948(8). De acuerdo con distintos estudios de opinión pública, el 77% de los costarricenses cree que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno9; el 70% opina que participa en procesos electorales transparentes10 y casi el 87% piensa que es importante votar en las elecciones nacionales11. Pese a que democracia y elecciones no son sinónimos, la existencia de elecciones libres y competitivas es uno de los mecanismos centrales de la democracia y un rasgo crítico para definir a una nación como tal12. De hecho, la muy citada definición de Schumpeter (1952) caracteriza la democracia como una «lucha competitiva por el voto de la gente»13. La existencia de elecciones libres, justas y competitivas ha sido un elemento central en el desarrollo político y la madurez institucional de Costa Rica.
Más aún, la democracia, por lo menos en su acepción política, es una característica definitoria del estilo de vida costarricense. El ser democrático no es una aspiración, sino una característica central de la cultura política del país. Según Io afirma Charles Ameringer (1982):
... Los ticos14 saben que su democracia no es perfecta pero aprecian su libertad: la democracia no es meramente un sistema de gobierno, sino un sentimiento profundo. El sistema ha trabajado el tiempo suficiente y Io suficientemente bien como para haber adquirido legitimidad15.
La fortaleza de la tradición y la cultura democrática en Costa Rica es una excepción en América Latina y, probablemente, en todo el mundo en vías de desarrollo.
La democracia en este país ha encontrado en la estabilidad de sus instituciones, especialmente en los procesos electorales y en los partidos políticos y su sistema16, a su mejor aliado. El sistema de partidos en Costa Rica tiene sus raíces históricas en la Guerra Civil de 1948, el clivaje político fundamental del país17. El Partido Liberación Nacional (PLN), de orientación socialdemócrata, emergió del grupo vencedor de este conflicto. En ausencia de una oposición unificada, éste controló la arena política local desde las elecciones de 1953 hasta las de 1982. El PLN perdió tres elecciones presidenciales en este període (1958, 1966 y 1978) contra diferentes coaliciones de partidos que se formaron en cada caso para oponérsele. Los grupos que retaban al PLN se integraron en un partido político único en 1983(18), creando el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC). Este último ganó su primera elección como un partido unificado en 1990, obtuvo su segundo triunfo en 1998 y fue electo nuevamente en el proceso de 2002.
El PLN y el PUSC han sido las principales fuerzas políticas en Costa Rica desde las elecciones de 1986, cuando -de acuerdo con Jorge Rovira Mas (1994)- inició la «era del bipartidismo»19. Los partidos de izquierda, siempre obteniendo resultados relativamente modestos, también han participado en las elecciones nacionales desde 1962. Vale mencionar que aunque formalmente sólo se puede hablar de bipartidismo en Costa Rica a partir de 1983, la naturaleza de los bloques formados después de la guerra civil y la debilidad de la «familia» de la izquierda, han constituido una configuración partidista básicamente bipolar después de la quiebra de 1948. Un resumen general del desempeño electoral desde 1953 de los principales partidos políticos por «familias de partidos» (socialdemócratas, socialcristianos e izquierda) se presenta en los Anexos 1,2 y 3.
III. SEÑALES DE DESALINEAMIENTO ELECTORAL
Según lo indica David Close (1991), «en comparación con sus vecinos, la vida política en Costa Rica es, o reconfortantemente normal o desesperadamente aburrida»20. Sin embargo, esto cambió después de las elecciones de 1998 cuando la estabilidad electoral y el respaldo general hacia los principales partidos políticos fueron seriamente cuestionados. Según Frances Hagopian (1998), el desalineamiento electoral se caracteriza por aumentos en los niveles de abstencionismo y por cambios notables y alzas en la volatilidad en los patrones de votación21. Siguiendo lo prescrito por esta autora, cuatro elementos ilustran la irrupción de este proceso en Costa Rica: un crecimiento en el nivel de abstencionismo, un aumento en el respaldo hacia terceros partidos, un incremento en el nivel de quiebra del voto y una creciente volatilidad electoral.
III. 1. Incremento en el nivel de abstencionismo
El primer elemento observable del proceso de desalineamiento electoral que acaparó la atención de analistas, políticos, periodistas y autoridades del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), fue un incremento en el nivel histórico de abstencionismo22. Así, la primera señal de cambio en la arena política costarricense consiste en el surgimiento de un mayor número de ciudadanos que simplemente rehúsan a participar en los procesos electorales23. En este sentido, varios analistas sugieren que el aumento en el abstencionismo es el resultado de la insatisfacción general con la ejecutoria de los dos partidos tradicionales: el PLN y el PUSC24. Como bien lo han indicado Dalton, McAllister y Wattemberg (2000), «... [A] lo largo de la historia, cuando los partidos han fracasado al ejecutar sus funciones, la participación electoral ha disminuido»25. El caso costarricense ciertamente no es una excepción.
De acuerdo con el Grífico I, en todos los procesos electorales desde 1962 el abstencionismo ha estado dentro del rango del 16% al 21%26. Sin embargo, a partir de 1998 este patrón cambió. El abstencionismo aumentó al 30% en esas elecciones y al 31,2% en las de 2002. Debido a la ausencia de un sistema de votación para los ciudadanos que residen o se encuentran fuera del país, entre el 5% y 10% del abstencionismo historico es producto de votantes que no estíacute;n en Costa Rica el dia de las elecciones. Aquellos que voluntariamente o por impedimento físico deciden no votar completan el resto27.
El descenso en la participación electoral en Costa Rica es más llamativo si se considera que no hubo cifras migratorias o de viajes al exterior anormales antes de las elecciones de 1998 o de 2002. Así, la cantidad de «abstencionistas por voluntad» fue en realidad la que sufrió un aumento dramático (50%)2S. El hecho de que el abstencionismo registrara niveles similares tanto en 1998 como en 2002, incluso con la participación en este último año de dos partidos nuevos relativamente fuertes, Partido Acción Ciudadana (PAC) y Partido Movimiento Libertario (PML), demostró que, contrario a lo que algunos expertes argumentaron29, su ascenso en las elecciones de 1998 no fue producto solamente de aspectos coyunturales.
El Gráfico I también muestra cómo entre 1962 y 1994, el abstencionismo estuvo siempre muy por debajo del porcentaje de votos obtenidos por el partido/coalición vencedora, tanto en el ámbito presidencial como en el legislative. Sin embargo, éste no fue el caso en las elecciones de 1998, cuando llegó a estar muy cerca del porcentaje de votos recibidos por el ganador de la elección presidencial y de hecho lo sobrepasó en la legislativa. Ya en las elecciones de 2002 el abstencionismo superó al vencedor en ambos niveles, convirtiéndose en «el partido más importante» del país. Esta situación tiene su único precedente en la historia política moderna costarricense en las elecciones de 1958, el segundo proceso electoral celebrado después de la Guerra Civil de 1948, cuando el país aún estaba construyendo las bases de su institucionalidad democrática.
GRÁFICO IABSTENCIONISMO Y RESULTADOS DEL PARTIDO/COALICIÓN VENCEDORA EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTARICA, 1953-2002 (VOTOS CONSIDERANDO TODO EL PADRÓN)
No obstante, debe indicarse que el crecimiento en los niveles de abstencionismo no es de ninguna manera una particularidad costarricense. Frances Hagopian (1998) ha reportado una «precipitosa» caída en la participación electoral en México, Colombia, Brasil, Guatemala, El Salvador, Ecuador y Perú30. De igual forma, el Cuadro I ilustra el cambio en los niveles de votación general en 17 democracias maduras en las que no existe voto obligatorio en los últimos 40 años. En todas ellas los niveles de votación ban caído. Es de destacar que el porcentaje de cambio negativo en Costa Rica (-15,8%) es menor que el promedio (-13,3%) y que la media (-12,6%) del grupo de países.
En esta misma línea, y después de estudiar las variaciones en los niveles de votación en 19 naciones pertenecientes a la Organization para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Martin Wattenberg (2000) ha concluido que los países con sistemas de partidos débiles normalmente tienen los descensos más pronunciados en sus niveles de votación. La presencia de sistemas de partidos fuertes, al menos en los países de la OCDE estudiados por Wattenberg (2000), parecen haber suavizado la caída31. Esto sugiere que el descenso en la participacióon electoral en Costa Rica pudo haber sido mayor. En todo caso, Wattenberg (2000) describe el alza en los niveles de abstencionismo como una «tendencia ampliamente generalizable»32; tendencia que, según se ha demostrado, incluye a Costa Rica. Así, el alza en los niveles de abstencionismo parece ser una característica presente en varias naciones y un signo sugestivo de la erosión del respaldo de los votantes hacia los partidos políticos en diferentes democracias alrededor del mundo.
CUADRO ICAMBIO EN LOS NIVELES DE VOTACIÓN EN DEMOCRACIAS DESARROLLADAS SIN VOTO OBLIGATORIO
III.2. Crecimiento en el respaldo a terceros partidos vis à vis partidos tradicionales
El creciente apoyo a terceras opciones políticas y la erosión del respaldo hacia los dos partidos tradicionales en Costa Rica (el PLN y el PUSC) es otra señal de desalineamiento electoral. Los votantes parecen estar cambiando sus preferencias electorales. Este fenómeno es notorio tanto en el ámbito presidencial como en el legislativo. La caída del respaldo hacia el partido vencedor en las últimas dos elecciones en ambos ámbitos, segun lo demuestra el Gráfico I, ya ilustraba este fenómeno.
III.2.1. Elecciones presidenciales
En términos generales, dos fuerzas políticas mayoritarias han disfrutado el monopolio del poder en las elecciones presidenciales en Costa Rica. Rara vez los grupos políticos minoritarios han podido contrarrestar su predominio33. Sin embargo, esta situación parece haber cambiado en 2002. Según lo muestra el Gráfico II, en la elección presidencial de este año los terceros partidos igualaron al PLN y no estuvieron lejos del vencedor PUSC. El único precedente de este fenómeno sucedió en 1974. Sin embargo, tres elementos diferencian aquella elección de la de 2002.
Primero, el proceso electoral de 1974 sucedió antes de la formación del sistema bipartidista en 1983. Es más difícil conformar y lanzar exitosamente un tercer partido una vez instaurado -como lo ha estado por veinte años en Costa Rica- un sistema bipartidista bien institucionalizado, con sus correspondientes efectos mecánico y psicológico (Duverger, 1987)34. Segundo, en 2002 un solo gran partido recientemente conformado, el PAC (un movimiento de centro-izquierda), logró captar el 26,2% del total de votos. Ése no fue el caso en las elecciones de 1974, en las que el apoyo a «terceras fuerzas» se repartió entre cuatro partidos pequeños y dos partidos «médianes»: el Partido Renovación Democrática (PRD), que obtuvo el 9,1% de los votos y el Partido Nacional Independiente (PNl), que recibio el 10,9% del respaldo popular35. Y tercero, las elecciones presidenciales de 1974 se resolvieron en la primera ronda; mientras que en 2002, por primera vez en la historia política del país, se necesitó una segunda ronda para elegir al presidente. El respaldo sin precedentes obtenido por el PAC fue responsable en gran medida de evitar que el partido vencedor (el PUSC) obtuviera más del 40% necesario para ganar la elección en la primera ronda36.
De hecho, la aparición del PAC fue una de las características más notorias del proceso electoral de 2002. Este partido se formó catorce meses antes de las elecciones generales en febrero de ese año. Su líder es el ex ministro, ex diputado y ex miembro del PLN, Ottón Solís. Solis dejí el PLN denunciando ataques personales y afirmando que era imposible «cambiar desde dentro» a un partido dominado por una cúpula corrupta. De acuerdo con Solís (2002), el PAC se presentó al electorado como «una nueva opción para todos los ciudadanos cansados de los parti dos y los políticos tradicionales»37. Los temas centrales y compromisos que su candidate enfatizó durante la campaña fueron: rendición de cuentas y transparencia en el sector público (Solís le «declaró la guerra» a la corrupción), profundización de la participación política de la ciudadanía (de ahí el nombre del partido: Partido Acción Ciudadana) y procura de un trato justo para los sectores económicos (especialmente el sector agrícola) más afectados por el proceso de apertura económica38.
Los seguidores del PAC fueron predominantemente ciudadanos jóvenes y de edad media, residentes en zonas urbanas y con educación media o superior. Éstos básicamente hicieron de su respaldo al PAC -al menos así Io indicaron- una forma de «protestar» contra los fallos y la falta de transparencia de los partidos políticos mayoritarios: el PLN y el PUSC39. Aún es pronto para saber si el PAC, ahora un movimiento electoral, crecerá para convertirse en un partido estable que logre alterar estructuralmente el bipartidismo hasta ahora predominante en el país. No obstante, está claro que su meteórico surgimiento es un signo de la desilusión de muchos costarricenses con los dos partidos tradicionales.
El Gráfico II también muestra cómo el período de alternancia en el poder entre el PLN y el PUSC que se inició en 1986 -la primera elección de la era del bipartidismo- terminó en 2002. Igualmente demuestra que a partir de 1998 el respaldo hacia los dos partidos mayoritarios comienza a disminuir. Este fenómeno es claramente ilustrado en el Gráfico III, que muestra cómo desde 1986 el apoyo obtenido por el partido que ganó la elección presidencial (el PLN en 1986 y en 1994, y el PUSC en 1990, 1998 y 2002) sigue un patrón descendante. Esta tendencia se hace evidente, de nuevo, a partir de 1998 y registra su nivel más bajo en 2002, cuando -como se indicó- el partido vencedor no recibió suficiente respaldo para ganar en la primera ronda.
GRÁFICO IIRESULTADO DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN COSTA RICA, 1953-2002 (VOTOS VÁLIDOS)
También es notable que en la elección de 2002 por primera vez desde 1953, el PLN perdió la batalla presidential después de haber sido oposición. Igualmente fue en 2002 que por primera vez el PUSC logró ser reelecto en el gobierno desde su creatción en 1983. Y finalmente, como Io demuestra el Gráfico II, fue en esta elección cuando tanto el candidate presidencial del PLN como el del PUSC obtuvieron la votación más baja desde la formación de sus respectivos partidos (1951 el PLN y 1983 el PUSC). Un análisis aislado de la eleccián presidencial de 2002 podría concluir que sus resultados se debieron a la aparición de un nuevo y muy exitoso partido y a pobres desempeños del PUSC y, especialmente, del PLN. Sin embargo, al estudiar Io acaecido en esta elección en conjunto con otros cambios, más que un evento coyuntural, los resultados de 2002 parecen ser parte de un proceso de desalineamiento electoral.
III.2.2. Elecciones legislativas
TaI como sucedió en el ámbito presidencial, el apoyo hacia los terceros partidos también está creciendo en las contiendas legislativas. Sin embargo, según Io muestra el Gráfico IV, este fenómeno en el caso de las elecciones parlamentarias se inició mucho antes -desde 1990- haciéndose evidente en 1998. Los terceros partidos recibieron el 10,9%, el 11,9% y el 15% de los votos en 1986, 1990 y 1994 respectivamente. En 1998 su respaldo casi se duplicó subiendo al 24% y casi se duplicó nuevamente en 2002, alcanzando un inédite 43,1%. En esta clcccion, tal como en la justa presidencial, el PAC obtuvo 22% de los votos y se convirtió en el grupo político emergente más importante. El otro partido que merece la pena mencionar es el Partido Movimiento Libertario (PML), un movimiento político de derecha que logró captar el 9,3 % del apoyo popular. Formado por Otto Guevara, un ex miembro del PUSC y suscribiendo políticas no intervencionistas -propias del credo Libertario- el PML participó por primera vez en las elecciones de 1998. En éstas obtuvo el 3,1% de los votos en la contienda legislativa, suficiente para elegir un diputado (el mismo Guevara)40.
GRÁFICO IIIRESULTADOS DEL PARTIDO /COALICIÓN VENCEDORA EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN COSTA RICA, 1953-2002
Las elecciones de 1958 y 1974 (cuando los terceros partidos obtuvieron el 36% y el 34% de los votos respectivamente) son los unicos dos precedentes del fenómeno de 2002(41). Sin embargo, de nuevo, estas dos elecciones se llevaron a cabo antes de la conformación del bipartidismo en el país. Los Gráficos IV y V ilustran la erosión del respaldo hacia los partidos tradicionales en el ámbito legislativo. En el caso del PLN, la pérdida de apoyo es perceptible desde 1986 y resulta bastante obvia a partir de 1998. En cuanto al PUSC, no es sino hasta 2002 cuando el descenso en su respaldo electoral histórico es evidente.
Es importante mencionar que cuando los ciudadanos votan en elecciones legislativas empleando listas cerradas y bloqueadas (como lo hacen en Costa Rica) es más probable que voten por partidos, que se presentan como «equipos»42, a que lo hagan por individuos. Esta dinámica respalda la afirmación de Óscar Fernández (1992), quien ha indicado que, dada la posibilidad de quebrar el voto43, el caudal electoral que obtienen los partidos en la elección legislativa es un «indicador interesante» de identificación partidaria para el caso costarricense44. Por ello, la erosión del respaldo electoral hacia los partidos mayoritarios del país (el PUSC y, especialmente, el PLN) en las elecciones legislativas, debe considerarse como la primera «pista» de lo que parece estar en la base del desalineamiento electoral en Costa Rica: la erosión de las lealtades históricas hacia los partidos tradicionales (desalineamiento de partidos).
GRÁFICO IVRESULTADOS DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1953-2002 (VOTOS VÁLIDOS)
De la misma forma, el Gráfico V demuestra que la elección legislativa de 2002 -al igual que la presidencial- marcó el fin de un període de dieciséis años de alternancia del PLN y del PUSC como las fracciones dominantes en el Congreso. Este gráfico también ilustra que dados sus mejores resultados electorales, los terceros partidos han venido expandiendo su representación en la Asamblea a partir de 1990. Desde que se inició la era del bipartidismo, tres elecciones con resultados relativamente modestos (5,3% [3 curules] en 1986 y 1990, y 7% [4 curules] en 1994), han sido precedidas por un respetable 12,3% (7 curules) en 1998 y un inigualado 36,8% (21 curules) en 2002. Éste es el número más alto de curules obtenidas por terceros partidos en elecciones legislativas en la posguerra.
Así como sucedió con el alza en el abstencionismo, este fenómeno no es una peculiaridad costarricense. Dalton, McAllister y Wattenberg (2000) han reportado una tendencia hacia la creciente representación de diferentes partidos en parlamentos de 21 democracias de países industrializados, la mayoría de ellos en pleno proceso de cambio electoral45. El alza en la representación de terceros partidos en diferentes asambleas de democracias desarrolladas es otro signo de un patron general caracterizado por la fluidez electoral y la erosión del respaldo hacia los partidos tradicionales. Estos procesos son ahora también evidentes en Costa Rica.
GRÁFICO VPORCENTAJE DE CURULES OBTENIDAS EN LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1953-2002
Las elecciones de 2002 transformaron el escenario político del país. Éstas no sólo registraron el meteórico surgimiento de un nuevo partido importante -el PAC- sino que sus resultados cambiaron drásticamente la dinámica en el Congreso costarricense. El escenario legislativo, que hasta 1998 había sido predominantemente dominado por dos fracciones, fue alterado. Ahora el PAC con 24,5% de la representación parlamentaria (14 curules) y el PML con 10,5% (6 curules), se unieron al PLN y al PUSC para formar una nueva configuración legislative cuatripartita46. Es importante hacer notar que es durante esta elección que el PLN ha obtenido el menor porcentaje de curules en su historia: 29,8% (17 curules). Por otro lado, y a pesar de haber ganado la elección presidencial y de ser el partido con mayor representación en la Asamblea, los resultados para el PUSC no fueron del todo buenos. Éste obtuvo el 33,3% de la representación en el congreso (19 curules), el porcentaje más bajo desde su creación como partido47.
Otro fenómeno interesante que demuestra la fluidez de los últimos procesos electorales es el surgimiento y la virtual desaparición del Partido Fuerza Democrática (PFD) -mostrando una conducta caracteristica del flash party («partido relámpago»). El PFD, un partido de izquierda moderada, participó por primera vez en las elecciones de 1994 capturando el 5,3% del total de votos- suficiente para obtener 2 representantes en la Asamblea. Las cosas parecían ir bien para este partido y en 1998 obtuvo el 5,8% del apoyo popular, con lo que logró elegir 3 representantes. Sin embargo, en 2002 el PFD sólo recibió un 2% y perdió toda su representación en el Congreso. Ésta es la primera vez que los partidos de izquierda no obtienen representación alguna en la Asamblea, desde la primera vez que participaron en las elecciones nacionales (en 1962), después de la guerra civil48. Virulentas disputas internas antes de las elecciones de 2002 y el surgimiento de una tercera opción mas atractiva (el PAC) para sus antiguos seguidores, parecieran ser las principales causas de su decepcionante desempeno49. En todo caso, el meteórico surgimiento del PAC, la «historia politica» del PFD y la nueva configuracion del Congreso, son claros ejemplos de los cambios electorales que han caracterizado los últimos procesos electorales en Costa Rica.
En conclusión, los resultados electorales tanto en el ámbito presidencial y, especialmente, en el legislativo, ilustran la dinámica de cambio en el escenario político costarricense. Al cabo de una etapa de estabilidad electoral y de claro dominio de los dos partidos mayoritarios que caracterizaron los primeros doce años en la era del bipartidismo (1986-1994), las justas de 1998 y -más claramente- las de 2002, han marcado el inicio de una etapa de cambio. Esta nueva etapa sobresale, entre otras cosas, por un creciente respaldo hacia terceros partidos y por la disminución de la fuerza electoral de los tradicionales. El Gráfico VI ilustra claramente este fenómeno. Es interesante notar en este mismo gráfico cómo la etapa de estabilidad de la era del bipartidismo parece originarse desde las elecciones de 1978, aunque entonces el sistema dual de partidos aun no estaba formalmente instituido. Esta etapa, como se indicó, se extiende hasta 1994. Esto tiene sentido por cuanto la Coalición Unidad (eu), la coalición que se opuso al PLN tanto en 1978 como en 1982, estuvo integrada por los mismos cuatro partidos que luego se fusionaron para crear el PUSC en 1983(50). Este descubrimiento resultará muy útil en las siguientes secciones del estudio.
GRÁFICO VIRESPALDO A PARTIDOS MAYORITARIOS Y A TERCEROS PARTIDOS EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1953-2002
III.3. Incremento en la quiebra del voto
La tercera señal de desalineamiento electoral presente en la arena política costarricense es un incremento secular en los registres de quiebra del voto. Éste es un elemento revelador de cambio en el comportamiento electoral del votante, ya que demuestra el porcentaje de ciudadanos que decidieron no respaldar al mismo partido, tanto en las elecciones presidenciales como en las legislativas. De acuerdo con Miller y Shanks (1996), registres crecientes de quiebra del voto son indicatives de un descenso en los niveles de lealtad partidaria51. Según lo demuestra el Gráfico VII, la quiebra del voto ha seguido una tendencia ascendente desde principios de la era del bipartidismo. En las elecciones de 1986 fue de 8,8%, 10,6% en 1990, 12,4% en 1994, 15,5% en 1998 y de 17% en 2002(52). Un estudio comparado entre naciones desarrolladas realizado por Dalton et al. (2000) evidencia el incremento en la quiebra del voto en Australia, Canada, Alemania, Suecia y los Estados Unidos de América53. Esto confirma, una vez más, que sería un error estudiar los cambios en la arena electoral costarricense como un hecho aislado. Más bien las transformaciones electorales en el país parecieran reflejar una tendencia general, particularmente notoria en democracias desarrolladas, hacia la fluidez electoral.
Vale mencionar que los porcentajes de quiebra del voto registrados en las ultimas dos elecciones en Costa Rica sólo han sido superados en 1958 (27,1%), la segunda elección organizada después de la Guerra Civil de 1948. No obstante, en esas elecciones la oposición al PLN (el Partido Unión Nacional [PUN] y el Partido Republicano [PRep]) decidió coaligarse sólo para la contienda presidential54. Esto forzó un nivel muy alto de quiebra del voto. Por ello, si se ignoran estas elecciones dada la «naturaleza artificial» de los resultados de la quiebra del voto, las justas de 2002 encabezan el registro.
GRÁFICO VIIQUIEBRA DEL VOTO (QV) EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1953-2002
El Gráfico VII también muestra que desde 1978 y hasta 1990, el PLN y la CU -el PUSC desde 1983- han registrado niveles de quiebra del voto que rondaron el 5%. Esta situación cambió en 1994 y a partir de 1998 han seguido una tendencia oscilante. Por tanto, no sólo ha aumentado significativamente el porcentaje de votantes que ha decidido quebrar su voto desde 1998, sino que, sumándose al «espiritu de cambio» en el panorama electoral del país, los dos partidos mayoritarios han alternado su contribucián a este incremento. Como resultado y por tercera ocasián consecutiva (1994, 1998 y 2002), ninguno de los partidos principales ha alcanzado mayoria en la Asamblea (al menos 29 diputados). El «entrabamiento» legislativo y las constantes luchas entre el Ejecutivo y el Congreso han sido los resultados más notorios de este fenómeno.
III.4. Aumento en la volatilidad electoral
III.4.1. Volatilidad total
La volatilidad electoral total (volatilidad total [VT] [total volatility]), o el porcentaje neto de la suma de ganancias y pérdidas de votos experimentado por todos los partidos políticos de una elección a la siguiente, es probablemente el indicador más ampliamente utilizado para medir fluidez electoral55. Este indicador también ha resultado ser muy útil para analizar el proceso de cambio electoral en Costa Rica. Siguiendo un patrón similar a los otros indicadores estudiados, el Gráfico VIII ilustra claramente un incremento en el nivel de la VT -en términes agregados- tanto en el ámbito presidencial como legislativo desde las elecciones de 1998. De la misma forma muestra, como era de esperarse, que el período más volátil de la historia electoral costarricense en la posguerra se dio antes de la primera elección de la era del bipartidismo (1986). La VT en este período alcanzó su tope en las elecciones de 1978, cuando la oposicián al PLN finalmente logró integrar una coalición sólida (la CU) que luego se convirtió en el PUSC. El mismo gráfico demuestra que desde 1978 y hasta 1990 la VT siguió un patrón descendente. Este patrón terminó entre 1990 y 1994 y tomó la dirección opuesta en 1998. El Cuadro II presenta los valores máximos y mínimos de esta inestable tendencia, tanto para las elecciones presidenciales como para las legislativas.
Del mismo cuadro se desprende que la VT promedio en las elecciones legislativas costarricenses es 27%, un número que, según Kevin Casas Zamora (2001), es mucho mayor que los promedios máximos reportados en 17 democracias desarrolladas entre 1945 y 1996(56). El Gráfico VIII también demuestra que en la mayoría de las elecciones (en 11 de 12 casos) el registro de la VT es más alto en las justas legislativas que en las contiendas presidenciales. Las mejores opciones que siempre han disfrutado los terceros partidos en las elecciones parlamentarias probablemente explica este fenómeno57. El mismo patrón también se refleja en el número de partidos que han participado en cada elección, según lo comprueba el Gráfico IX. Además, este gráfico muestra que en general el número de partidos participantes en ambas elecciones ha seguido una tendencia ascendente. Siguiendo el mismo patrón de la VT, el número de partidos participantes disminuyó al iniciarse la era del bipartidismo y «saltó» de nuevo en 1998. Aun cuando no es tan concluyente como la VT, el número de partidos participantes en ambas elecciones es otro indicador sugestivo de cambio en la arena política del país.
GRÁFICO VIIIVOLATILIDAD TOTAL EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1958-2002
CUADRO IIRESULTADOS SELECCIONADOS DE VOLATILIDAD TOTAL Y DE BLOQUES EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1958-2002
III.4.2. Volatilidad de bloques
Los dos gráficos anteriores demuestran que el período de estabilidad electoral que parece haber iniciado con la formación del sistema bipartidista terminó en 1998. Dada la tardía formación del bipartidismo en Costa Rica, 35 años después de la ruptura de 1948, sólo hemos podido obtener conclusiones a partir de tendencias que se iniciaron en 1986 o en 1978, en el mejor de los casos. Sin embargo, integrando en bloques a los tres grupos en que se dividieron los partidos políticos del país después del clivaje de 1948, podemos rastrear su volatilidad electoral desde 1958 y así obtener conclusiones relevantes y comparables para todo el período.
GRÁFICO IXNÚMERO DE PARTIDOS POLÍTICOS QUE HAN PARTICIPADO EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1953-2002
Siguiendo la historia política de Costa Rica después de la Guerra Civil y de acuerdo con las familias de partidos descritas en los Anexos I, II y III, los partidos fueron divididos en cuatro bloques: el PLN (Anexo l), la «Alianza Conservadora»58 (AC, [PUSC desde 1983]) (Anexo II), la izquierda (Anexo III) y la categoría de «Otros», donde fueron incluidos todos los demás partidos que no pertenecen a ninguno de los bloques anteriores59. Esta variación de VT, conocida como volatilidad de bloques (VB [block volatility]), ha sido empleada por Bartolini y Mair en varios de sus estudios60. Ellos han justificado convincentemente su aplicación aduciendo que los «clivajes» centrales no siempre dividen a los grupos políticos de forma monolítica en distintos partidos. Más bien muchas veces se da que éstos son divididos en diferentes bloques, familias ? grupos de partidos61. Éste fue el caso en Costa Rica62.
El Gráfico X ilustra la VB para las elecciones legislativas y presidenciales. Obviamente ésta sigue una tendencia similar a la VT, pero con valores generales más bajos. Una comparación entre los principales registros de la VT y de la VB se presenta en el Cuadro II. No obstante, más interesante fue descubrir que las elecciones de 2002 tuvieron el nivel más alto de VB de todas las elecciones presidenciales en el període de estudio (28,5%) y el segundo mayor -después de 1978- en las contiendas legislativas (23,4%). El sobresaliente desempeño del PAC (un miembro del bloque de los «Otros») que según lo demuestran las encuestas de opinión obtuvo el respaldo de antiguos votantes de los otros tres bloques63, se refleja en el alza del porcentaje de VB en 2002 en ambos niveles. Más aun, la participatión de este tercer partido, que tuvo una oportunidad real en la carrera presidencial, provocó que por primera vez desde 1978 el porcentaje de VB en la esfera presidencial sobrepasara el registro en la legislativa. No hay duda de que el surgimiento del PAC ha tenido una importante cuota de responsabilidad en el drástico incremento de la volatilidad electoral en las elecciones de 2002.
GRÁFICO XVOLATILIDAD DE BLOQUES EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1958-2002
Siguiendo de nuevo los postulados de Bartolini y Mair (1990), la volatilidad total (VT) es el resultado de la suma de la volatilidad de bloques (VB), ? sea la volatilidad observable «entre» los bloques, más la volatilidad acaecida a lo interno o «dentro» de los bloques, o volatilidad dentro de bloques (VDB [within block volatility])". Dado que no es sino hasta 1978 que la AC logró conformarse como una sola agrupación política (la CU y luego, en 1983, el PUSC), esperaríamos que la VT correspondiente al período 1958-1974, claramente ilustrada en el Gráfico VIII pero no en el Gráfico X, fuera ocasionada principalmente por VDB. Igualmente, anticiparíamos que la VT observable entre 1978 y 2002 fuera producida sobre todo por VB. Los Gráficos XI y XII confirman esta sospecha tanto en el campo presidencial como en el legislativo, especialmente para las elecciones altamente volátiles. Estos dos gráficos también demuestran que el proceso electoral de 1978, caracterizado por altos niveles tanto de VDB como de VB, debe de ser definido como una «elección de transición», por lo que no corresponde incluirlo en el segundo período. Esto no es sorpresa dado que las elecciones de 1978 fueron las primeras en que participó la CU.
Así, en términos de la naturaleza de la VT, las 12 elecciones estudiadas pueden dividirse en dos periodos diferentes. Según lo ilustran los Gráficos XI y XII y también el Cuadro III. El primer período, 1958-1974, que ocurrió durante las primeras elecciones después del clivaje de 1948 (cuando el escenario político se caracterizaba por un sistema multipartidista con un partido dominante, el PLN^sup 65^), es básicamente más volátil, presenta un patron irregular y la VT es principalmente causada por VDB. El segundo período, 1982-2002, que se desarrolla (con excepción de 1982) durante el dominio del sistema bipartidista, es -según se esperaba- menos volátil, la VT es principalmente producida por VB y sigue un patrón descendente hasta 1994. Después, en 1998, la tendencia toma la dirección opuesta.
Por lo tanto, puede concluirse que la naturaleza de la volatilidad electoral observada en el período 1958-1974, es diferente a la experimentada entre 1982-2002. La volatilidad electoral en este segundo período, especialmente en 1998 y 2002, es básicamente causada por movimientos «entre» los bloques. O, en otras palabras, por votantes que decidieron apoyar a un partido que no integra el bloque al que éstos tradicionalmente acostumbraban respaldar. Por ello, el incremento de la VT en los últimes procesos electorales no sólo confirma el estado de cambio que ha caracterizado a la política costarricense en las pasadas dos elecciones, sino que también devela Io que pareciera ser su causa: la erosión de las lealtades históricas hacia los principales partidos políticos, o un desalineamiento de partidos. Como sucedió con la erosión del respaldo electoral hacia los partidos mayoritarios en las elecciones legislativas, el aumento de la VT principalmente producido por VB en las últimas elecciones, sugiere la existencia de un proceso de desalineamiento de partidos, un fenómeno que parece estar en la base del desalineamiento electoral en Costa Rica.
GRÁFICO XIVOLATILIDADES EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN COSTA RICA, 1958-2002
GRÁFICO XIIVOLATILIDADES EN LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1958-2002CUADRO IIIPERÍODOS DE VOLATILIDAD EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES Y LEGISLATIVAS EN COSTA RICA, 1958-2002
IV. OBSERVACIONES FINALES
«Estable» fue la mejor forma de describir la arena politico-electoral en Costa Rica hasta las elecciones de 1994. Dicha estabilidad estuvo representada principalmente por la fuerza de sus partidos políticos mayoritarios y por la regularidad de los resultados electorales. Sin embargo, esto parece haber cambiado desde las elecciones de 1998. En contraste con la afirmación de Close (1991), el escenario político del país desde entonces no es ni normal, ni aburrido. De hecho, «cambiante» es la mejor manera de caracterizar el panorama politico costarricense en las últimas dos elecciones.
Es una vez pasado el proceso electoral de 1998 y, especialmente, después de 2002 cuando empiezan a surgir cuestionamientos acerca de la magnitud y las razones del cambio en el escenario electoral del país. A partir de los postulados de Hagopian (1998) y de Norris (1997), hemos sugerido que las transfbrmaciones en la política costarricense deberían definirse como desalineamiento electoral, el cual es un resultado esperado de un proceso de desalineamiento de partidos. Con el fin de validar tal afirmación, el presente estudio analizó en profundidad los indicadores centrales de desalineamiento electoral presentes en la dinámica electoral en Costa Rica.
Primero, el aumento en el abstencionismo en 1998 y su continuación en 2002 se presentó como la señal inicial de cambio en el escenario electoral del país. Segundo, la erosión del respaldo electoral hacia los partidos mayoritarios en las elecciones presidenciales y legislativas y los mejores resultados obtenidos por terceras agrupaciones políticas -especialmente en las elecciones de 2002- corroboraron el proceso de desalineamiento electoral. El meteórico surgimiento del PAC, los buenos resultados del PML, la desalentadora historia política del PFD (y la desaparición de la izquierda de la Asamblea Legislativa), los decepcionantes resultados de los partidos mayoritarios -sobre todo del PLN- y el final de su alternancia en el poder; la necesidad de una segunda ronda por primera vez en la historia para elegir al presidente y la nueva conformación cuatripartita del Congreso, son algunos de los resultados más sobresalientes del proceso electoral de 2002. Tercero, la fluidez del escenario electoral costarricense también fue confirmada por un aumento secular en los niveles de quiebra del voto desde 1990, con registros sobresalientemente altos desde 1998. Finalmente, el incremento de la volatilidad total en las últimas dos elecciones producido, principalmente, por alzas en la volatilidad de bloques, dejó pocas dudas acerca de la existencia de un proceso de cambio electoral en el país.
Este último indicador y el deteriora en el respaldo hacia los partidos tradicionales en las elecciones legislativas, no sólo confirmaron la existencia de un proceso de desalineamiento electoral, sino que también develaron lo que parece ser la razón central de su surgimiento: la erosión de las lealtades históricas hacia los partidos políticos, o un proceso de desalineamiento de partidos. En todo caso, y después de un exhaustivo análisis de las principales tendencias de cambio presentes en el escenario electoral en Costa Rica, puede concluirse que esta nación centroamericana -famosa por su estabilidad política- ha entrado, al igual que otras democracias estables en países desarrollados, en un periodo de cambio electoral. Las pruebas suministradas en este estudio nos permiten aducir que este puede definirse como un proceso de desalineamiento electoral.
1. Este texto forma parte de una investigación doctoral en curso sobre la erosión de las lealtades históricas hacia los partidos políticos y el proceso de cambio en la dinámica electoral en Costa Rica. Agradezco el apoyo financiero de la beca Ronaldo Falconer y a la Universidad de Oxford, donde actualmente realizo la investigación. De igual forma estoy en deuda con Alan Angell, Anthony Heath, Ciska Raventós, Marco Vinicio Fournier, Lucy Gutiérrez, Jorge Vargas, Martín Castro y Milagro Linares, por sus valiosos comentarios a versiones preliminares de este documento.
2. No existe en español una traducción exacta del término en inglés dealignment. Por ello decidi traducirlo como «desalineamiento». Otros términos en español que en ocasiones son utilizados para describir el fenómeno como desafección, desencanto o desarraigo, no capturan, a mi entender, la naturaleza del concepto. Las dos nociones de desalineamiento que son utilizadas en el texto, «desalineamiento electoral» y «desalineamiento de partidos» son definidas más adelante.
3. P. NORRIS (1997: 86). Ésta y todas las traducciones de citas textuales de publicaciones en inglés en la bibliografía son mías. Para otra noción de desalineamiento de partidos ver P. A. BECK (1984: 233).
4. Distintos estudios de opinión desarrollados por las empresas CID-Gallup y Unimer, han presentado evidencia de la existencia de un proceso de desalineamiento de partidos en Costa Rica. CID-Gallup, OPs # 1-89; Unimer RI-La Nación, 6 de febrero de 1994, 1 de febrero de 1998, febrero de 2001, 3 de febrero de 2002. Igualmente, he planteado las causas e implicaciones de este fenómeno en otros análisis. F. SÁNCHEZ (en prensa); Sánchez (marzo-abril 2003); Ojo, 29 de agosto de 2002; La Nación, 6 de enero de 2002; La Nación, 29 de enero de 2002.
5. A. KNIGHT (2001); M. A. SELIGSON (2001b); J. A. BOOTH (1998: Cap. 1); J. A. PEELER (1996); J. A. PEELER (1992); M. A. SELIGSON y M. GÓMEZ (1989); J. A. PEELER (1985). Las otras democracias con altos niveles de estabilidad en América Latina: Chile y Uruguay, han sufrido quiebras relativamente recientes (1973-1990 y 1973-1985 respectivamente).
6. El inicio de la historia democrática en la India se remonta a 1947, luego de su independencia. No obstante, su continuidad fue opacada por la degeneración de las práctices democráticas entre 1975 y 1977. Por otro lado, puede afirmarse con certeza que en Costa Rica ha imperado un sistema político democrático desde 1953. Para más detalles acerca del sistema político y de partidos en la India ver, J. BJÓRKMAN (1987). Para dos estudios recientes sobre la transición a la democracia en Costa Rica ver, J. A. BOOTH (1998; caps. 3-4); PEN (2001: cap. 2).
7. Costa Rica ha recibido consistentemente la más alta calificación otorgada por el Freedom House Index, uno de los principales sistemas de clasificación de democracias. Para más detalles ver, FREEDOM HOUSE (2003); A. KARATNYCKY (2000).
8. Se realizaron elecciones generales en 1953, 1958 y cada cuatro años a partir de entonces. En cada elección los costarricenses eligen a su presidente, dos vicepresidentes, 57 diputados (desde 1962, en 1953 y 1958 sólo se elegían 45) y a las autoridades municipales (regidores y síndicos [hasta 1998]). Sin embargo, a partir de 2002 la mayoría de las autoridades municipales y sus suplentes (alcaldes, síndicos, concejales y miembros de consejo de distrito), son elegidos en un proceso electoral distinto el primer domingo de diciembre después de las elecciones generales. Éstas, a su vez, se celebran el primer domingo de febrero.
9. Solamente Uruguay, donde el 78% de la población prefiere la democracia sobre cualquier otra forma de gobierno, registró una cifra mayor que Costa Rica. El resto de los países latinoamericanos muestran cifras que van desde el 75% en Venezuela, al 37% en Brasil. LATINOBARÓMETRO (2002).
10. La percepción de elecciones limpias no es tan alta en otros países centroamericanos. Por ejemplo, sólo el 60% de los nicaragüenses, el 56% de los panameños, el 48% de los guatemaltecos, el 46% de los salvadoreños y el 45% de los hondureños, creen participar en elecciones limpias. PNUD (1997: 23).
11. F. RODRÍGUEZ et al. (2002: 22), Cuadro 11.
12. L. LEDUC et al. (1996: 4); P. NORRIS (1997: 1).
13. J. A. SCHUMPETER (1952).
14. Ticos es la forma en que son llamados los costarricenses por ciudadanos de otros países debido a su predilección por el uso de términes en diminutivo.
15. M. A. AMERINGER (1982: 1). Bastardilla en el original. Distintos estudios sobre la cultura política en Costa Rica han sido presentados por M. A. SELIGSON (2001a); PEN (2001: Cap. 13); J. A. BOOTH y M. A. SELIGSON (1993).
16. Según S. MAINWARING y T. SCULLY (1995: 1). Costa Rica, Chile y Uruguay tienen los sistemas de partidos con los niveles de institucionalización más altos en América Latina.
17. Existe un amplio consenso entre los académicos en torno a que la Guerra Civil de 1948 es el clivaje fundamental o el conflicto fundacional a partir del cual emergió el sistema de partidos en Costa Rica. Ver, por ejemplo, Ó. FERNÁNDEZ (1992:28-29); F. E. LEHOUCQ (1998: 97); M. A. SELIGSON (1987: 173). Se ha producido gran cantidad de literatura que analiza este episodic central en la historia politica de la nacion. Ver, por ejemplo, Ó. AGUILAR BULGARELLI (1993); J. SCHIFTER (1981); J. FIGUERES FERRER (1987); M. ROJAS BOLAÑOS (1979); J. P. BELL (1979); J. M. SALAZAR (1981); F. E. LEHOUCQ (1998: 97-123); B. M. WILSON (1998: 9-39).
18. Para una narración detallada de los eventos y pactos de élite que precedieron la formación del PUSC ver H. PÉREZ BRIGNOLI (1999); G. HERNÁNDEZ NARANJO (1999: 142-175); J. ROVIRA MAS (1994:40).
19. J. ROVIRAMAS (1998: 11-14).
20. D. CLOSE (1991: 66).
21. F. HAGOPIAN (1998: 114-119).
22. Al Día, 16 de setiembre de 2000; La Nación, 19 de enero de 2001; Semanario Universidad, 8 de febrero de 2002; La Nación, 2 de marzo de 2002; La Nación, 16 de marzo de 2002; La Nación, 24 de marzo de 2002a; La Nación, 24 de marzo de 2002b; La Nación, 1 de abril de 2002; La Nación, 3 de abril de 2002; La República, 3 de abril de 2002; La Nación, 4 de abril de 2002; La Nación, 7 de abril de 2002b; La Nación, 8 de abril de 2002.
23. Votar es obligatorio para todos los ciudadanos a partir de los 18 años, aunque no existen mecanismos legales para castigar a los que deciden no hacerlo. Así, para todo efecto práctico, el voto en Costa Rica es voluntario.
24. Ver por ejemplo, C. URCUYO FOURNIER (2000: 7); La Nación, 21 de febrero de 1998; La Nación, 5 de febrero de 2002; La Nación, 16 de febrero de 2002; La Nación, 28 de febrero de 2002; La Nación, 7 de abril de 2002a; La Nación, 13 de abril de 2002.
25. R. DALTON et al. (2002: 15).
26. Los niveles registrados en 1953 (32,8%) y en 1958 (35,3 %) son relativamente bajos si se considera que ésas fueron las dos primeras elecciones organizadas después de la Guerra Civil de 1948, cuando la institucionalidad de la democracia en el país estaba aun en ciernes.
27. C. URCUYO FOURNIER (1990: 176-177). Para un análisis interesante del abstencionismo en Costa Rica ver, Ó. HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ (1990-1991).
28. De acuerdo con Óscar Hernández, el incremento en el abstencionismo entre 1994 y 1998, fue incluso un poco mayor. Esto dado que varias cédulas de identidad que estaban caducas o que pertenecían a ciudadanos ya fallecidos fueron retiradas del padrón electoral cuando este fue depurado antes de las justas de 1998. Ó. HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ (15 de febrero de 2002).
29. J. ROVIRA MAS (1998: 68-69); BORGE (19 de marzo, 2001).
30. F. HAGOPIAN (1998: 115-120).
31. M. WATTENBERG (2000).
32. M. WATTENBERG (2000: 71). Un excelente análisis sobre las causas generales del abstencionismo ha sido presentado por A. HEATH y B. TAYLOR (1999).
33. El sistema electoral ha jugado un roi decisivo minimizando las posibilidades electorales de terceros partidos, especialmente en el ámbito presidencial. Para mayores detalles sobre los efectos del sistema electoral en el sistema de partidos en Costa Rica ver F. SÁNCHEZ (2001).
34. H. DUVERGER (1987: 252). Para más detalles respecto a la aplicación de estos efectos en el caso costarricense ver F. SÁNCHEZ (2001).
35. TSE (2002).
36. En 1974 el candidate del PLN, Daniel Oduber, ganó Ia elección derrotando a Fernando Trejos, candidate de la Coalición Unificación Unidad (CUN). For otro lado, en 2002 Abel Pacheco del PUSC fue electo presidente luego de derrotar a Rolando Araya del PLN en una segunda ronda.
37. O SOLÍS (2002).
38. O SOLÍS (2002). Para más detalles sobre las propuestas del PAC ver PAC (2002).
39. UNIMER Ri-LA NACIÓN, enero 2002; DEMOSCOPÍA, S.A., 16 de enero de 2002.
40. TSE (2002).
41. TSE (2002).
42. M. S. SHUGART y J. M. CAREY (1992: 239).
43. La quiebra del voto es posible en las elecciones costarricenses dado que el presidente y sus vice-presidentes, los diputados y las autoridades municipales, son electos en tres papeletas diferentes.
44. Ó. FERNÁNDEZ (1996: 150-151). Para análisis teóricos generales sobre el concepto de «identificación partidaria» (party identification) ver A. CAMPBELL et al. (1960: cap. 6); W. L. MILLER (1976); H. A. WEISBERG (1981); M. HARROP y W. L. MILLER (1987: cap. 6); W. L. MILLER y M. SHANKS (1996: cap. 6).
45. R. DALTON et al. (2000: 41-42).
46. No obstante, a principles de 2003 el PAC y el PML ya habian sufrido escisiones internas. La fracción parlamentaria del PAC se dividió en dos grupos y el PML perdió un diputado que se declaró independiente. Así las cosas, el fraccionamiento en la Asamblea Legislativa correspondiente al período 2002-2006 es aun mayor.
47. Un representante del Partido Renovación Costarricense (PRC) completa la nómina de 57 diputados. Este partido mantuvo en 2002 la plaza que había ganado en las elecciones de 1998. En sus dos últimas participaciones el PRC ha obtenido 3,6% (2002) y 1,1% (1998) de los votos en las elecciones legislativas. TSE (2002).
48. Ningún partido de izquierda participó en los procesos electorales de 1953, 1958 y 1966.
49. Para más detalles sobre la historia, los resultados electorales y las razones del decepcionante desempeño de la izquierda en el proceso de 2002 ver R. SALOM (1987); J. MERINO DEL RÍO (1996); Anexo 3; La Nación, 17 de febrero de 2002.
50. Estos partidos eran: Partido Renovación Democrática (PRD), Partido Unión Popular (PUP), Partido Demócrata Cristiano (PDG) y Partido Republicano Calderonista (PRC).
51. W. L. MILLER y M. SHANKS (1996: 123-124).
52. Para un análisis de la quiebra del veto en las elecciones en Costa Rica ver, Ó. HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ (2001).
53. La quiebra del voto fue medida en las siguientes elecciones: Congreso y Senado en Australia, Federal y Provincial en Canadá, 1° y 2° voto en Alemania, Parlamento del Condado y Parlamento Local en Suecia y, finalmente, Presidencial y Congreso, Congreso y Senado, y Estado y local en los Estados Unidos de América. R. DALTON et al. (2000: 45-47).
54. Ellos respaldaron al candidato del PUN, Mario Echandi.
55. Para diferentes definiciones y aplicaciones del concepto de volatilidad electoral ver M. PEDERSEN (1983); I. CREWE y D. DENVER (1985); S. BARTOLINI y P. MAIR (1990: cap. 1); P. MAIR (1997: 27-33); S. ERSSON y J. E. LANE (1998: 29-33), De acuerdo con Bartolini y Mair, la fórmula básica para medir la volatilidad total individualmente (en el ámbito de cada partido) y su suma para obtener el registro del sistema de partidos como un todo es:
TV = ½ ( | PiV | + | PjV | + | PkV | + | PeV |... + | PnV | ), donde PiV representa el cambio -en valor absolute- en la cantidad de votos recibidos por el partido i entre dos elecciones consecutivas. Al calcular este índice los votos son normalmente medidos como porcentajes, aunque la formula también puede ser aplicada utilizando la cantidad de votos recibidos. Además, los votos son normalmente calculados como una proporción del total de votos válidos (como lo he hecho en el presente análisis). Sin embargo, no hay razón alguna para que la fórmula no pueda aplicarse contemplando los votos en blanco, los inválidos y las abstenciones. S. BARTOLINI y P. MAIR (1990: 20).
56. Los países aludidos son: Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Israel, Japón, Luxemburgo, Holanda, Noruega, el Reino Unido, Suecia y Suiza. Israel (14,5%) y Francia (14,3%) registraron las VTs más altas, mientras que Suiza (5,4%) y Austria (5,5%) registraron las más bajas. K. CASAS ZAMORA (2001: 320, 327-328).
57. Para más detalles sobre este punto ver F. SÁNCHEZ (2001).
58. Tomé este nombre de D. Yashar (1995). La autora llama Conservative Alliance a las agrupaciones políticas que se opusieron al PLN antes de las elecciones de 1986.
59. En esta categoría se incluyeron todos los partidos que no podían ser rastreados directa o indirectamente a alguno de los tres bloques formados luego de la Guerra Civil de 1948. En el caso de partidos que se separaron de alguno de los partidos en uno de estos bloques, se incluyen en la categoria de «Otros», sólo si no regresan a su partido de origen y si se cuenta con evidencia de que sus seguidores tienen una naturaleza distinta de la de los seguidores del partido original. Éste es el caso, por ejemplo, del PAC y del PML. Éstos no sólo han logrado obtener el apoyo de votantes provenientes de partidos de distintos bloques (ver Anexo Iv), sino que, dado el éxito alcanzado en las elecciones de 2002, pareciera muy poco probable que sus dirigentes decidan regresar a sus partidos de origen (el PLN en el caso del PAC y el PUSC en el caso del PML).
60. Ver por ejemplo, S. BARTOLINI y P. MAIR (1990).
61. De acuerdo con estos autores, la volatilidad de bloques es calculada aplicando la siguiente formula:
BV= ½ ( |P(iV + jV + kV) | + |P(oV + mV + nV)|, donde P(iV + jV + kV) representa el cambio neto -en valor absolute- en el porcentaje de votos obtenidos por los partidos i, j y k, todos ellos provenientes del mismo bloque, entre dos elecciones consecutivas. De acuerdo con Bartolini y Mair, «Aplicar el índice de la volatilidad total a bloques de partidos en lugar de a partidos individuales y luego tomar su sumatoria como el registro del sistema de partidos como un todo, no cambia la lógica de la medida: Io que sucede, simplemente, es que los resultados electorales de dos o más partidos que comparten alguna propiedad son agregados, y sólo los cambios electorales netos entre estos bloques se contemplan para calcular el indice». S. BARTOLINI y P. MAIR (1990: 22).
62. Ver, por ejemplo, Ó. AGUILAR BULGARELLI (1981); D. YASHAR (1995); J. ROVIRA MAS (1998).
63. Unimer RI-La Nación, 3 de febrero de 2002. Para más detalles ver, Anexo IV.
64. Si VT = VB + VDB, entonces la VDB puede ser calculada fácilmente utilizando la misma fórmula: VDB = VT - VB. S. BARTOLINI y P. MAIR (1990: 23).
65. Para diferentes interpretaciones del sistema de partidos que prevaleció en Costa Rica entre 1953 y 1986 ver R. MCDONALD (1971: 154-163); J. L. VEGA CARBALLO (1989); J. A. PEELER (1998: 174).
V. BlBLIOGRAFÍA
AGUILAR BULGARELLI, Óscar R. Democracia y partidos políticos en Costa Rica, 1950-1962. Costa Rica: Universidad Estatal a Distancia, 1981.
__ Costa Rica y sus hechos políticos de 1948: problemática de una década. Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1993.
AMERINGER, Charles. Democracy in Costa Rica. New York: Praeger Hoover Institution Press, 1982.
BARTOLINI, Stefano y MAIR, Peter. Identity, Competition and Electoral Availability: The Stabilisation of European Electorates 1885-1985. Cambridge: Cambridge University Press, 1990.
BECK, Paul Allen. Patterns of Dealignment (Introduction). En DALTON, Russell J.; FLANAGAN, Scott C.: BECK, Paul Allen. Electoral Change in Advanced Industrial Democracies: Realignment or Dealignment. Princeton: Princeton University Press, 1984.
BELL, John Patrick. Crisis in Costa Rica: The 1948 Revolution. Austin: University of Texas Press, 1979.
BJÖRKMAN, James Warner. India: Party, Personality and Dynasty. En WARE, Alan. Political Parties: Electoral Change and Structural Response. Oxford: Basil Blackwell, 1987.
BOOTH, John. Costa Rica: Quest for Democracy. Oxford: Westview Press, 1998.
BOOTH, John y SELIGSON, Mitchell. Paths to Democracy and Political Culture of Costa Rica, Mexico and Nicaragua. En DIAMOND, Larry. Political Culture and Democracy in Developing Countries. London: Lynne Rienner, 1993.
BORGE, Víctor. 19 de marzo 2001. «Entrevista». Presidente de Borge y Asociados (empresa encuestadora). San José: Borge y Asociados.
CAMPBELL, Angus; CONVERSE, Philip; MILLER, Warren y STOKES, Donald. The American Voter. New York y London: John Wiley, 1960.
CASAS ZAMORA, Kevin. Contribución estatal a los partidos políticos en Costa Rica: apuntes sobre sus efectos en la dinámica del sistema de partidos. En ROVIRA MAS, Jorge. La democracia de Costa Rica ante el siglo XXI. Costa Rica: Universidad de Costa Rica, 2001.
CID-GALLUP. Encuestas de opinión pública. Varies años.
CLOSE, David. Central American Elections 1989-1990. Electoral Studies, 1991, vol. 10, pp. 60-76.
CREWE, Ivor y DENVER, David. Electoral Change in Western Democracies: Patterns and Sources of Electoral Volatility. London: Croom Helm, 1985.
DALTON, Russell; MCALLISTER, Ian y WATTENBERG, Martin. The Consequences of Partisan Dealignment. En DALTON, Russell y WATTENBERG, Martin. Parties Without Partisans: Political Change in Advanced Industrial Democracies. Oxford: Oxford University Press, 2000.
__ Democracy and Mass Partisanship in Advanced Industrial Societies. En http: //www.ccla.pt/ Brain Storm/Papers/martinwattenberg_russelldalton_e_ianmcallister_democracy_and_ mass_partisanship_in_advanced_industrial_societies.doc, 2002.
DEMOSCOPÍA, S.A. Encuestas político-electorales. Varios años.
DUVERGER, Maurice. Eos partidos políticos. México: Fondo de Cultura Económica, 1987.
ERSSON, Svante y LANE, Jan-Erik. Electoral Inestability and Party System Change. En PENNINGS, Paul y ERSSON, Svante. Comparing Party System Change. London: Routledge, 1998.
FERNÁNDEZ, Óscar. Elecciones en Costa Rica: ¿Repetición de una secuencia? En CERDAS, Rodolfo; RIAL, Juan y ZOVATTO, Daniel. Elecciones y democracia en América Latina 1988-1991: una tarea inconclusa. Costa Rica: IIDH-CAPEL, Friedrich-Naumann-Stiftung, 1992.
__ Los partidos políticos: su interrelación y los rasgos centrales en la sociedad costarricense. Anuario de Estudios Centroamericanos, 1996, vol, 22, n° 2, pp. 147-166.
FIGUERES FERRER, José. El espiritu del 48. Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1987.
FREEDOM HOUSE. Freedom House Rankings 1994-2002. En http: //www.freedomhouse.org/research/ratings. XLS, 2003.
HAGOPIAN, Frances. Democracy and Political Representation in Latin America in the 1990s: Pause, Reorganization, or Decline. En AGÜERO, Felipe y STARK, Jeffrey. Fault Lines of Democracy in Post-Transition Latin America. Florida: North-South Center Press/University of Miami, 1998.
HARROP, Martin y MILLER, William Lockley. Elections and Voters: A Comparative Introduction. Basingstoke: MacMillan, 1987.
HEATH, Anthony y TAYLOR, Bridget. New Sources of Abstention? En EvANS, Geoffrey y NORRIS, Pippa. Critical Elections: British Parties and Voters in Long-Term Perspective. London: Sage, 1999.
HERNÁNDEZ NARANJO, Gerardo. El sistema de partidos en Costa Rica, 1982-1994: análisis sobre el bipartidismo. Costa Rica: Universidad de Costa Rica, 1999.
HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Óscar. Análisis del abstencionismo en las elecciones presidenciales de Costa Rica en el período 1953-1990. Anuario de Estudios Centroamericanos, 1990-1991, vol. 16, n° 2 y vol. 17, n° 1, pp. 117-137.
__ El quiebre del voto en las elecciones de presidente y diputados: Costa Rica, 1962-1998. En ROVIRA MAS, Jorge. La democracia de Costa Rica ante el siglo XXI. Costa Rica: Universidad de Costa Rica, 2001.
__ Entrevista Profesor de Estadística UCR. San José: UCR, 15 febrero 2002.
KARATNYCKY, Adrian. The 1999 Freedom House Survey: A Century in Progress. Journal of Democracy, 2000, vol. 11, pp. 187-200.
KNIGHT, Alan. Democratic and Revolutionary Traditions in Latin America. Bulletin of Latin American Research, 2001, vol. 20, n° 2, pp. 147-186.
LATINOBARÓMETRO. Informe de prensa: http: //www.latinobarometro.org/, 2002.
LEDUC, Lawrence; NIEMI, Richard y NORRIS, Pippa. Introduction: The Present and Future of Democratic Elections. En LEDUC, Lawrence; NIEMI, Richard y NORRIS, Pippa. Comparing Democracies: Elections and Voting in Global Perspective. London: Sage, 1996.
LEHOUCQ, Fabrice Edouard, Instituciones democráticas y conflictos políticos en Costa Rica. Costa Rica: Universidad Nacional, 1998.
MAINWARING, Scott y SCULLY, Timothy. Party Systems in Latin America. En MAINWARING, Scott y SCULLY, Timothy. Building Democratic Institutions: Party Systems in Latin America. California: Stanford University Press, 1995.
MATR, Peter. Party System Change: Approaches and Interpretations. Oxford: Clarendon Press, 1997.
MCDONALD, Ronald. Party Systems and Elections in Latin America. Chicago: Markham Publishing Company, 1971.
MERINO DEL RÍO, José. Manuel Mora y la democracia costarricense. Costa Rica: Editorial Fundación, UNA, 1996.
MILLER, Warren. The Cross-National Use of Party Identification as a Stimulus to Political Inquiry. En BUDGE, Ian; CREWE, Ivor y FARLIE, Dennis. Party Identification and Beyond: Representations of Voting and Party Competition. London: Wiley, 1976.
MILLER, Warren y SHANKS, Merrill. The New American Voter. London: Harvard University Press, 1996.
NORRIS, Pippa. Electoral Change in Britain since 1945. Oxford: Blackwell, 1997.
PAC. Convocatoria a las y los costarricenses. Costa Rica: Partido Acción Ciudadana, 2002.
PEDERSEN, Mogens. Changing Patterns of Electoral Volatility in European Party Systems. En DAALDER, Hans y MAIR, Peter. Western European Party Systems: Continuity & Change. Eastbourne: Sage, 1983.
PEELER, John. Latin American Democracies: Colombia, Costa Rica, Venezuela. Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1985.
__ Elite Settlements and Democratic Consolidation: Colombia, Costa Rica and Venezuela. En HIGLEY, John y GUNTHER, Richard. Elite and Democratic Consolidation in Latin America and Southern Europe. Cambridge: Cambridge University Press, 1992.
__ Democratización inicial en América Latina: Costa Rica en el contexto de Chile y Uruguay. Anuario de Estudios Centmamericanos, 1996, vol. 22, n° 2, pp. 65-90.
__ Building Democracy in Latin America. Boulder y London: Lynne Rienner Publishers, 1998.
PEN (Proyecto Estado de La Nación). Auditoría ciudadana sobre la calidadde la democracia. Costa Rica: Proyecto Estado de La Nación, 2001.
PÉREZ BRIGNOLI, Héctor. Historia del Partido Unidad Social Cristiana. Costa Rica: INCEP, Fundación Konrad-Adenauer, 1999.
PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo). El desafío democrático: reflexiones de las sociedades centroamericanas ante el resultado del Latinobarómetro 1996. Costa Rica: PNUD, 1997.
RODRÍGUEZ, Florisabel; CASTRO MÉNDEZ, Silvia; ESTRADA MENA, Víctor; ROSALES VALLADARES, Rotsay; SOLANO BENTES, Julián y ZELEDÓN TORRES, Fernando. Radiografía de una indecisión: estudio politico electoral en la semana previa a las elecciones de febrero del 2002. Costa Rica: PROCESOS, Programa de Posgrado Centroamericano en Ciencias Políticas (UCR), 2002.
ROJAS BOLAÑOS, Manuel. La lucha social y la guerra civil en Costa Rica. Costa Rica: Porvenir, 1979.
ROVIRA MAS, Jorge. Costa Rica 1994: ¿Hacia la consolidaci¿n del bipartidismo? Espacios, juliosetiembre, 1994, vol. 1, pp. 38-47.
__ Elecciones generales: Costa Rica, 1 de febrero de 1998. Boletín Electoral Latinoamericano, enero-junio, XIX, 1998, pp. 9-70.
SALAZAR, Jorge Mario. Política y Reforma en Costa Rica, 1914-1858. Costa Rica: Porvenir, 1981.
SALOM, Roberto. La crisis de la izquierda en Costa Rica. Costa Rica: Porvenir, 1987.
SÁNCHEZ, Fernando. Sistema electoral y partidos políticos: incentives hacia el bipartidismo en Costa Rica. Anuario de Estudios Centroamericanos, 2001, vol. 27, n° 1, pp. 133-168.
__ The Twilight of a Predominant Party: Institutional Crisis of the Partido Liberación Nacional in Costa Rica. Universidad de Edimburgo: documento presentado en el European Consortium for Political Research (ECPR) Joint Sessions of Workshops, marzo-abril 2003.
__ Lealtades partidarias y dinámica electoral en Costa Rica. Espacios.
SCHIFTER, Jacobo. Lafase oculta de la guerra civil en Costa Rica. Costa Rica: EDUCA, 1981.
SCHUMPETER, Joseph Alois. Capitalism, Socialism, and Democracy. London: George Allen & Unwin, 1952.
SELIGSON, Mitchell. Costa Rica and Jamaica. En WEINER, Myron y OZBUDUN, Ergun. Latin American Politics and Development. North Carolina: Duke University Press, 1987.
__ Costa Rican Exceptionalism: Why the «Ticos» are Different. En Al CAMP, Roderic. Citizens Views of Democracy in Latin America. Pennsylvania: Pittsburgh University Press, 2001a.
__ ¿Problemas en el paraíso? La erosión en el apoyo al sistema político y la centroamericanización de Costa Rica 1978-1999. En RoviRA MAS, Jorge. La democracia de Costa Rica ante el siglo XXI. Costa Rica: Universidad de Costa Rica, 2001b.
SELIGSON, Mitchell y GÓMEZ, Miguel. Ordinary Elections in Extraordinary Times: The Political Economy of Voting in Costa Rica. En BOOTH, John y SELIGSON, Mitchell. Elections and Democracy in Central America. London: The University of North Carolina Press, 1989.
SHUGART, Matthew Soberg y CAREY, John. Presidents and Assemblies: Constitutional Design and Electoral Dynamics. Cambridge: Cambridge University Press, 1992.
SOLÍS, Ottón. Entrevista. Ex ministro PLN (1986-1988), ex diputado PLN (1994-1998), candidate presidencial PAC (2002). San José: Sede Central PAC, 22 febrero 2002.
TSE (Tribunal Supremo de Elecciones). Información electoraly declaratorias oficiales. En http: www. tse.go.cr, 2002.
UNIMER RI-LA NACIÓN. Encuestas nationales de opinión pública. Varies años.
URCUYO FOURNIER, Constantino. Costa Rica: consolidación democrática, desafios del presente y del futuro. En ALFONSÍN, Raúl. Agenda para la consolidación de la democracia en América Latina. Costa Rica: IIDH-CAPEL, Friedrich-Naumann-Stiftung, 1990.
__ Una crisis multidimensional: los problemas del sistema político costarricense. Documente presentado en Ia conferencia La democracia de Costa Rica ante el siglo XXI. Universidad de Costa Rica, 2000.
VEGA CARBALLO, José Luis. Partidos, desarrollo político y conflicto social en Honduras y Costa Rica: análisis comparative. Síntesis, 1989, vol. 8, pp. 363-383.
WATTENBERG, Martin. The Decline of Party Mobilization. En DALTON, Russell y WATTENBERG, Martin. Parties Without Partisans: Political Change in Advanced Industrial Democracies, Oxford: Oxford University Press, 2000.
WEISBERG, Herbert. A Multidimentional Conceptualization of Party Identification. Political Behavior, 1981, vol. 2, pp. 33-60.
WILSON, Bruce. Costa Rica: Politics, Economics, and Democracy. London: Lynne Rienner Publishers, 1998.
YASHAR, Deborah. Civil War and Social Welfare: The Origins of Costa Rica's Competitive Party System. En MAINWARING, Scott y SCULLY, Timothy. Building Democratic Institutions: Party Systems in Latin America. California: Stanford University Press, 1995.
FUENTES HEMEROGRÁFICAS
Abstencionismo y confianza. La Natión, 13 de abril de 2002, p. 18A.
Abstencionismo record, 8 de abril de 2002, p. 12A.
Voten, aunque sea nulo o en blanco, 7 de abril de 2002b, p. 10A.
Desvanecimiento del electorado, 7 de abril de 2002a, p. 21A.
Voto y patria, 4 de abril de 2002, p. 19A.
Mi deber es votar, 3 de abril de 2002, p. 16A.
Candidates contra la apatía, 1 de abril de 2002, p. 4A.
Ya voté (pero votaré otra vez), 24 de marzo de 2002b, p. 19A.
El voto indirecto, 24 de marzo de 2002a, p. 19A.
Votar es Io importante, 16 de marzo de 2002, p. 16A.
Más abstencionismo, 2 de marzo de 2002, p. 17A.
Imagen derrumbada, 28 de febrero de 2002, p. 17A.
Votar o no votar, 21 de febrero de 1998, p. 15A.
Personalismo asfixió a Ia izquierda, 17 de febrero de 2002, p. 12A.
Gobernados por una minoría, 16 de febrero de 2002, p. 16A.
Inquietud por abstencionismo, 5 de febrero de 2002, p. 9A.
Señales de cambio electoral, 29 de enero de 2002, p. 15A.
Cambio electoral en Costa Rica, 6 de enero de 2002, p. 17A.
Abstencionismo. La Nación edición electrónical http: //www.nacion.co.cr, 19 de enero de 2001.
Los frutos del desencanto. Ojo, 29 de agosto de 2002, pp. 10-11.
Gobernabilidad y elecciones. La República, 3 de abril de 2002, p. 10A.
Voto por... ¡Nadie! Semanario Universidad, 8 de febrero de 2002, p. 8.
Abstencionismo preocupa al TSE. Al Día, 16 de setiembre de 2000. p. 8.
Fernando SÁNCHEZ
St. Antony's College-Universidad de Oxford
BIBLID [1130-2887 (2003) 35, 115-146]
Fecha de recepción: septiembre del 2003
Fecha de aceptación y versión final: octubre del 2003
You have requested "on-the-fly" machine translation of selected content from our databases. This functionality is provided solely for your convenience and is in no way intended to replace human translation. Show full disclaimer
Neither ProQuest nor its licensors make any representations or warranties with respect to the translations. The translations are automatically generated "AS IS" and "AS AVAILABLE" and are not retained in our systems. PROQUEST AND ITS LICENSORS SPECIFICALLY DISCLAIM ANY AND ALL EXPRESS OR IMPLIED WARRANTIES, INCLUDING WITHOUT LIMITATION, ANY WARRANTIES FOR AVAILABILITY, ACCURACY, TIMELINESS, COMPLETENESS, NON-INFRINGMENT, MERCHANTABILITY OR FITNESS FOR A PARTICULAR PURPOSE. Your use of the translations is subject to all use restrictions contained in your Electronic Products License Agreement and by using the translation functionality you agree to forgo any and all claims against ProQuest or its licensors for your use of the translation functionality and any output derived there from. Hide full disclaimer
Copyright Ediciones Universidad de Salamanca Dec 2003