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El gran cuento breve condensa Ia obsesión de Ia alimaña, es una presencia alucinante que se instala desde las primeras frases para fascinar al lector...
Julio Cortázar
...hay una hora en que se anhela ser uno mismo y Io inesperado, uno mismo y el momento en que Ia puerta que antes y después da al zaguán se entorna lentamente para dejamos ver el prado donde relincha el unicornio.
J. C, 1969(l)
Terrenos, trazas, tramas
La Argentina de Ia globalización sobreabunda en nuevas categorías sociales: okupas, cartoneros, piqueteros son algunas de las palabras también más o menos novedosas, cautivas en el vocabulario cotidiano y desprendidas de las prácticas que determinan definiciones aparentemente no transitorias para quienes las ejercen. La pobreza permitió Ia emergencia de sujetos siempre existentes reciclados en una nueva visibilidad, tras adoptar otras formas de vivir, subsistir, permanecer, y otros caminos de interacción. Entre esos fenómenos, Ia ocupación de alojamientos ha brindado a Ia ciudad un paisaje distinto, ha reconfigurado su perfil. Y las textualidades circundantes -en las paredes, en las canciones populares, en los cuerpos urbanos y los cuerpos humanos, desde los graffiti hasta los tatuajes- hablan de cosas hasta ahora inéditas pero donde a su vez, de modo inevitable, pueden reconocerse, difusos, viejos ecos. Algo ya estaba escrito. Y una suerte de pentimento social gana terreno.
En la década de 1 940, el narrador y poeta argentino Julio Cortázar (1914-1984) concibió "La casa tomada"2. ¿Cómo retornar, a estas alturas, al albergue del lenguaje del muy visitado, por lectores y críticos, Cortázar? ¿Cómo detenerse en los umbrales de un texto que ya constituye un clásico de Ia historia de Ia literatura argentina y en un autor que es, en cierto grado, patrimonio de Ia cultura occidental?
¿Qué puede significar hoy, a los setenta años de Ia publicación de su primer libro3, regresar a Cortázar y recudir a su "Casa tomada" por Ia puerta del frente de Ia crítica literaria, de las vibraciones del lenguaje, de Ia cadencia de los ritmos, de Ia concatenación de las secuencias, de Ia connotación de los sentidos textuales y sus contextos?4
Cómo volver, ahora, a mirar o escuchar el susurro de las voces de los personajes, en las manos de un narrador tan preciso que hace de Ia...