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INTRODUCCIÓN
Las actuales modalidades que han tomado actualmente las evaluaciones del rendimiento para los maestros, constituyen un elemento común de las recientes políticas educativas, implantadas en los diferentes países de América Latina, ante el impulso para transformar, desde la propuesta neoliberal,1 los sistemas educativos en los cuales se instauraron políticas de competitividad, uno de cuyos resultados ha sido la exclusión.
La instauración de la propuesta neoliberal en educación ha provocado cambios significativos para los docentes, a quienes se les exige mayor preparación y capacitación para lograr altos niveles de eficientismo; esto, aunado a las restricciones al gasto educativo, significa la aplicación de evaluaciones a los profesores, lo cual tiene fuertes impactos en la caída del salario real y, como consecuencia, la disminución de los niveles de bienestar de sus familias. Este fenómeno ha generado una discusión en torno a la exclusión provocada por estas evaluaciones.
Una revisión de la bibliografía especializada sobre estas políticas permite afirmar que, paulatinamente, la evaluación se ha ido conformando en uno de los principales ejes de las nuevas políticas educativas.2 Los programas de evaluación forman parte de un proyecto amplio para reestructurar la educación mediante el establecimiento de programas de incentivación salarial, ligados a las evaluaciones que favorecen la exclusión de los maestros.
Estas evaluaciones, por su parte, constituyen una herramienta para establecer la diferenciación salarial derivada de la disminución del presupuesto educativo, cuyas implicaciones son, por un lado, la reorientación de los recursos para el sector de profesores que respondan a dichas evaluaciones y romper la política de homogeneización salarial y, por otro, la exclusión como resultado de la imposibilidad de los profesores para participar en estos programas por los requisitos establecidos por los mismos.
Conviene señalar que estos programas de evaluación en México, a diferencia de otros países, se han impuesto en el contexto de un profundo deterioro salarial, producto de la crisis económica de los años ochenta.3 De manera que este fenómeno se ubica en la puesta en marcha de la política de contención en el gasto público, propuesta desde la perspectiva neoliberal, cuyo argumento es el referido a la disminución del gasto social que, según este pensamiento, dificulta el crecimiento económico y el empleo si éstos son responsabilidad del Estado.
Las nociones de productividad y...