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La escritora cubana Lydia Cabrera conoció en persona al fotógrafo francés Pierre Fatumbi Verger en 1954, en París. Le llevaba, como obsequio, un ejemplar de su monumental El monte. Igbo-Finda. Ewe Orisha. Vititi Nfinda. (Notas sobre las religiones, la magia, las supersticiones y el folklore de los negros criollos y del pueblo de Cuba) que acababa de publicarse en La Habana ese año. Otro amigo, Roger Bastide, etnólogo y profesor de la Universidad de Sorbonne, París, los había presentado años antes y desde entonces se había entablado entre Cabrera y Verger una relación epistolar en tomo a sus investigaciones. Como se verá en estas páginas, en las cartas que Pierre Verger conservó de Lydia Cabrera, comenzando con una de 1952, se esclarecen aspectos de la producción de sus obras, el cuidado y la honestidad de Cabrera en su investigación, reflexiones en tomo a su trabajo y los obstáculos que encontró para publicar, así como la importancia del fotógrafo francés, Ornó Babalao Fatumbi, en la obra de Cabrera.
Para 1954, ya Verger había viajado a Cuba, en 1936, al igual que por diferentes partes de la América Latina y África como fotógrafo. Sentía un especial interés en la cultura y la religión yoruba así como en la supervivencia de esta en la diáspora africana, y colaboraba con amigos africanistas, entre otros, Alfredo Metraux y Roger Bastide, a quien había conocido en 1946. En 1953, en Queto, África, había sido iniciado al culto de Ifa, y era hijo ritual de Changó. Fue en ese momento que adoptó el nombre Fatumbi. Para 1954, Verger residía permanentemente en Salvador, Brasil, era Ornó, Babalawo, asociado al terreiro (tierra o nación en Brasil) lié Apó Opó Afonjá en Salvador; y era hijo ritual de Oxumaré. Había presentado trabajos y publicado artículos sobre la religión africana en África y Brasil, y trabajaba entonces en su libro Notes sur le culte des Orishas et Vodons à Bahia, la Baie de tous les Saints, au Brésil et à l'ancienne Côte des Esclaves en Afrique que se publicaría en Dakar, Senegal, en 1957. Para 1954, Cabrera también era una escritora establecida, con dos libros de cuentos, Cuentos negros de Cuba (1936; 1940) y ¿Por qué? Cuentos negros de Cuba (1948); y dos libros de investigación...