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"Viajar entre paisajes muertos en que nada se mueve, nada respira, nada vuela, ni nada suena"
Francisco Javier San Román, Desierto y cordilleras de Atacama
El imaginario del desierto es tan destacado en nuestras tradiciones religiosas, literarias y cinematográficas que es difícil pensar en un desierto sin traer a la mente una obra o autor que ha elaborado su propia visión de un medio natural hostil y desprovisto de lo necesario para la vida humana. Desde luego, estos espacios pueden ser ecológicamente muy variados: las arenas surcadas por el Nilo, el blanco enceguecedor del círculo polar, las pampas argentinas que se extienden hacia el horizonte como en alto mar, o inclusive las selvas amazónicas que fueron el escenario de delirantes proyectos de conquistadores y misioneros. Hasta el mismo mar puede percibirse como una suerte de desierto, como en la "Rhyme of the Ancient Mariner" ["Rima del marinero anciano]" de S. T. Coleridge donde el asesino del albatros, transgresor de un pacto sagrado entre el hombre y la naturaleza, ve "Water, water, everywhere, / Nor any drop to drink" ("agua, agua, por todos lados, / y ni una sola gota que beber"; 333). Lo que todas estas representaciones de desiertos tienen en común es un entorno que exterioriza estados espirituales y psicológicos, pone a prueba lo que entendemos por lo humano y cuestiona nuestra forma de aprender y expresar la realidad.
El desierto es así siempre un espacio por descifrar que se construye por medio del relato de quien tuvo que por valentía, vocación o castigo someter su cuerpo a la hostilidad del vacío. La representación del desierto es invariablemente parcial y se configura en nuestra tradición histórica y literaria como una geografía que continuamente se nos escapa y cuya posesión es imposible. El desierto se perpetúa como misterio y objeto de estudio en el afán de comprender para luego nombrar y dominar aquel espacio que se levanta siempre como la antítesis de lo que como cultura hemos definido como lo civilizado, asentado o conocido. Para fortuna de los individuos de afición citadina hay una larga lista de eremitas, viajeros ilustrados, naturalistas, poetas, cineastas, misioneros y aventureros que han traído de sus periplos relatos que nutren nuestra imaginación. La selección de textos que presenta este dossier...