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Uno de los vectores de innovación de mayor trascendencia en la educación superior ha provenido del llamado Proceso de Bolonia (pb) que dio lugar al Espacio Europeo de Educación Superior (eees). A lo largo de la primera década del siglo, en convergencia con la consolidación de la Unión Europea, varios países e instituciones se comprometieron a impulsar la movilidad geográfica de estudiantes y académicos. Además, se construyeron acuerdos para hacer coincidir la reforma de normas, planes y programas con la denominada "Estrategia de Lisboa", proyecto lanzado en el año 2000 por la Unión Europea para impulsar la competitividad económica del área a través de la integración de conocimientos científicos y tecnológicos en la producción y los servicios.
El PB arrancó formalmente con la "Declaración conjunta para la armonización del diseño del Sistema de Educación Superior Europeo", más tarde conocida como "Declaración de la Sorbona", que fue suscrita por los ministros responsables de la educación superior en Francia (Claude Allegre), Alemania (Jürgen Ruettgers), Italia (Luigi Berlinger) y el Reino Unido (Tessa Blackstone), en la Sorbona, el 25 de mayo de 1998. Este año, por lo tanto, se cumplen veinte de ese histórico punto de partida.
Además de la Declaración de la Sorbona, pueden ser referidos como antecedentes inmediatos del PB otros elementos. En primer lugar, la Magna Carta Universitatum, firmada por los rectores de las universidades europeas presentes en Bolonia en la celebración del 900 aniversario de esa universidad (septiembre de 1988); en segundo, la "Convención sobre Reconocimiento de Cualificaciones Concernientes a la Educación Superior en la Región Europea", desarrollado por el Consejo de Europa y la Unesco y adoptada por representantes nacionales en una reunión en Lisboa en abril de 1997; en tercero, las recomendaciones del Consejo de la Unión Europea del 24 de septiembre de 1998, enfocadas a sustentar prácticas de cooperación en favor de la calidad de la enseñanza superior, una de cuyas vertientes se reconoce en la acreditación de programas.
La convergencia política de estos elementos se derivó en una extraordinaria respuesta a la convocatoria de los ministros tras la reunión de París. Al año siguiente (1999), con apoyo del Consejo de Rectores de Europa, se celebró en Bolonia la primera plenaria interministerial que formalizó el compromiso de un grupo de 29...