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Veamos la primera escena de Boca de Lixo (1992) de Eduardo Coutinho. ¿Qué está pasando? El equipe de filmación llega a un vertedero inmenso plagado de gente hurgando en la basura. No les complace precisamente la llegada del grupo, pero la cámara atrae a unos cuantos niños, los más valientes, que la identifican enseguida como un intruso de la esfera pública (así la llamamos nosotros, ellos no), o sea, de un lugar que los expulsó tiempo atrás. De esta manera, en apenas dos minutes y medio, esta expresión ejemplar de un cine autorreflexivo entra y nos invita a entrar en un mundo de otredad.
Si bien es cierto que Coutinho viene siendo hoy en día uno de los documentalistas más destacados de toda América, llegó a esta posición por un camino insólito. Aunque muchos directores empiezan con documentales para luego pasar al cine de ficción, la trayectoria de Coutinho es inversa. Nació en São Paulo en 1933 y formó parte de la generación del Cinema Novo; sus primeros trabajos fueron de ficción, hasta abandonarla para dedicarse al cine documental al incorporarse a TV Globo a mediados de los setenta para colaborar en un programa absolutamente sui generis llamado "Globo Reporter". Para entonces ya casi toda la televisión brasileña se producía en vídeo, pero "Globo Reporter" era el único programa que se seguía filmando. Según Coutinho, esto permitía un cierto distanciamiento de los procesos normales de censura interna, además de admitir un estilo distinto, más autónomo, más lento, más abierto a la controversia y a una cierta experimentación.1 Aprovechó la llamada apertura, cuando la dictadura militar relajó minimamente la censura; pero este espacio de relativa libertad se cerró (¡qué ironía!) al realizarse el programa en vídeo, lo que permitía un control más directo por parte de los que estaban a cargo de la programación. Así, Coutinho deja TV Globo para emplear su nueva experiencia como documentalista en un proyecto abandonado en 1964, a raíz del golpe de estado, sobre el asesinato de un dirigente campesino.
Cabra marcado para morrer (Hombre marcado para morir, 1984) trata de la represión de los años de la dictadura militar, y resulta ser uno de los testimonios más profundos sobre la época y sus aporías. Al mismo tiempo reflexiona sobre...