Content area
Full text
Matos Cintrón, Nemir. El arte de morir y La pequeña muerte. San Juan: Maríita Rivadulla Professional Services, 2010. 8 pp.
Esta Hoja poética o plaquette, con una introducción en verso y siete poemas, es un homenaje a los poetas Manuel Ramos Otero y Luis Cartañá, y al legendario cocinero Kragger del Viejo San Juan. Con un ars poetica y tres explicaciones del orgasmo, se hermana así tanto Eros como Tánatos en la larga tradición clásica del placer y la muerte.
Leer a Nemir Matos Cintrón, para mi generación del 80 en Puerto Rico, fae descubrir otro lenguaje, la capacidad de que la bellaquera se podía cifrar en un acto poético. Todavía recuerdo cuando descubrimos extasiados su poemario Las mujeres no hablan así e hicimos fotocopias y las pasamos de mano en mano de poetas todos sethentos de encontrarse con las aguas precisas, para la sed con la que contábamos, en un medio donde el rigor cacadémico era la norma del día. Y no lo digo con desprecio ni con resentimiento porque La Cacademia nos da de comer y hemos aprendido también a jugar ese extraño juego de ser críticos literarios o, como se dice ahora, "críticos culturales", y hasta autores creativos. Aprendimos que una cosa no se riñe con la otra o que lo cortés no quita lo valiente, y así como criticamos también escribimos. El mejor ejemplo en nuestro medio de esta esquizofrenia colectiva de críticos/creadores es la autora Mayra Santos Febres, quien en su segunda novela, Cualquier miércoles soy tuya, usa un poema de Nemir Matos Cintrón como epígrafe. Al leer esas palabras me di cuenta que Mayra hacía un homenaje implícito a una poeta lèsbica boricua que nos marcó a todos como generación de los 80. Veinte años después, como decía Dumas, retomamos los versos de Nemir (a los que ya nos habíamos referido de soslayo en la breve reseña de Our Only Island, otra Hoja poética o plaquette, de Luzma Umpiene). "Hilandera de sueños/ hilandera de metáforas" la llama Umpiene en el texto ya citado.
En la introducción en verso con la que abre El arte de morir y La pequeña muerte, la hablante lírica conjuga misticismo y "sublime delirio erótico", a la manera de Georges Bataille,...