Content area
Full text
El nombramiento de Emilio Carlos Berlié Belaunzarán como obispo en Tijuana dejó entrever que entre la Iglesia católica y el Estado mexicano se inauguraba algo más que simples relaciones de apoyo y cordialidad. A par tir de este hecho, el autor presenta un recorrido de la trayectoria eclesiástica de este personaje cuyo punto culminante es su arribo al Arzobispado de Yucatán en 1995, en el cual realizará diversas labores que lo llevarán a estrechar lazos con la clase política y empresarios de esa entidad, además de interactuar con los grupos católicos del estado.
Cuando fue designado IV arzobispo de Yucatán, hacia principios del año 1995, el entonces obispo de Tijuana, Emilio Carlos Berlié Belaunzarán (ECBB) gozaba de una reputación cuestionada (Franco, 2009). Su arribo a la diócesis norteña de Baja California, en 1983, se produjo después de realizar diversos encargos religiosos y docentes en su natal diócesis de Aguascalientes, apenas a dos años de su regreso de Roma a principios de la década de 1980. Miembro de una familia empresarial de Aguascalientes, con orígenes franco-españoles por los lados paterno y materno, el perfil de este sacerdote diocesano, muy pronto jerarca católico contando con apenas 44 años, no tardó en manifestarse por sus vínculos con altos círculos políticos y empresariales de México (Martínez). Como él mismo declaró, su padre "deseaba que fuera empresario", es decir, que continuase, como único hijo varón, la exitosa carrera empresarial y quizá el ejemplo de la representación diplomática de su progenitor. Un tío materno influyó para que el joven Emilio no recibiese mayor presión familiar respecto a las expectativas empresariales que de él se esperaban (Martínez).
El ascenso de ECBB dentro de la alta dirigencia católica mexicana se inscribe también en esa política mediática dictada desde la Santa Sede (ss) por Juan Pablo II quien, apoyado desde noviembre de 1981 por Joseph Ratzinger (hoy papa emérito) como Prefecto de Congregación para la Doctrina de la Fe, recién había visitado México a principios de su mandato. Ambos impondrían una agresiva línea tradicionalista, como se ha visto con el resultado de su gobierno en la Santa Sede entre 1978 y 2013 (35 años). En el tiempo del arribo papal de 1979, México era un país que al recibir la primera de...