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En la justificación teológica relativa a los naturales del Nuevo Mundo, hay tres tópicos íntimamente ligados a los discursos constituidos en la Conquista: la esclavitud (bestialización), la racialización (de los pobladores colonizados) y la feminización de los indios (que incorpora el sexismo y la misoginia); elementos que configuraron los patrones de poder y dominación, cuyo sentido llega hasta nuestros días. Las disputas entre Sepúlveda, Vitoria y Las Casas, que giran en torno al reconocimiento o no de los derechos de los indios, se decantan en una formación discursiva de racismo y anulación ontológica que constituye el pasado y continúa funcionando en la subjetividad moderna.
L a privación de ciertos o todos los derechos a la población nativa del "Nuevo Mundo" (por cuestiones de ley natural, jurídica o moral), sin duda, fue un asunto de disputa entre los teólogos del siglo xvi. Desde diversas comprensiones y argumentos, auto- res como Ginés de Sepúlveda, fray Bartolomé de las Casas y fray Fran- cisco de Vitoria llegaron a la misma interrogante: ¿pueden los amerindios ser reconocidos como "seres huma- nos" con plenos derechos teológicos y jurídicos?1 Y si así fuese, ¿en qué condiciones accederían al constructor "sujeto" en la dimensión espiritual, legal, política y/o social?
Los teólogos adscritos a la orden dominicana recurren a diversos plan- teamientos para explicar la naturaleza del indio/a. Las posturas van desde el reconocimiento a su posible humani- dad hasta la afirmación de su anima- lidad o barbarie, y desde allí debaten sobre: a) la legitimidad de la conquista; b) los métodos utilizados por los peninsulares (es decir, la justeza de la guerra, que como contraparte tiene el planteamiento de la evangelización pacífica); y c) el reconocimiento, o no, de las estructuras despóticas de la organización política y social en las colonias americanas (las encomien- das, los repartimientos y los gobiernos impuestos desde España), las cuales resultan válidas desde la particular posición que abraza cada autor.
Sin embargo, en estos pensado- res encontramos ciertos supuestos que constituyen la base del proyecto civilizador occidental, es decir, de la Modernidad con su ethos universali- zante. Sus posturas no son casuales, en realidad son el espejo de un complejo proceso de formación discursiva de la colonialidad en América que se articu- la alrededor de...