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Una de las más impartantes anomalías climáticas registradas sobre el planeta es el denominado fenómeno El Niño. Observado desde fines del siglo XIX, pero en particular con más refinada óptica científica desde el evento producido en 1925, el fenómeno se ha convertido en sistemático objeto de estudio por parte de meteorólogos, oceanógrafos y demás científicos dedicados a la observación de la naturaleza.
Sin embargo, fue sólo a partir del devastador evento de 1983 que el interés por conocerlo mejor se avivé. Estaciones de monitoreo colocadas en distintas partes del mundo, observación por satélite y demás ayudas informáticas permiten afirmar que el fenómeno El Niño, después de haber sido considerado por décadas como un episodic circunscrito a la Costa norte del Perú y entendido como una corriente marina de aguas cálidas que desplaza hacia el sur la corriente fría de Humboldt y que se halla asociada con altos volumenes de pluviosidad, es un evento climático de enormes dimensiones que trae repercusiones sobre una vastísima área de la Tierra que abarca desde la India hasta Europa conjuntamente con América y Australia.
Para 1997 se responsabilizaba al fenómeno de allas temperaturas en la costa occidental sudamericana y Venezuela y de sequía en Australia, Indonesia y Filipinas1. Es ya común en los medios científicos referirse al fenómeno ENSO (El Niño South Oscillation), caracterizado principalmente por la diferencia de presión atmosférica que ocurre entre las estaciones de observación ubicadas en Tahití y Darwin, en el Pacífico Sur2.
Pero a pesar de todas las influencias climáticas que se derivan por todo el mundo, el Perú es considerado como el principal escenario del evento3.
En los últimes veinte años, en 1982-1983 y 1997-1998, el Perú ha sufrido el embate de dos eventos tipo El Niño considerados de muy fuerte intensidad. Cada uno de ellos proporcionó la ocasión para congregar a estudiosos de todo el mundo, especialistas en distintas áreas vinculadas al fenómeno, con el fin de delinear mejor los rasgos básicos que configuran su comportamiento. Gracias al desarrollo de la ciencia, fue apenas en el siglo XX cuando se concentraron los grandes hallazgos sobre este fenómeno climático. Cada evento del siglo XX alentó investigaciones en distintas disciplinas. El de 1925, por ejemplo, despertó en el Perú la necesidad de comprender los...