Content area
Full Text
La larga, y accidentada transición mexicana que culminó en 2000 con el triunfo electoral del PAN y la derrota del PRI, significó el fin de un ciclo histórico de la política y la sociedad mexicanas. Las elecciones que se celebrarán en julio de 2003 serán las primeras en un régimen plenamente reconocido como democrático por todos los partidos. Se renovará la Cámara de Diputados y varios congresos estaduales, presidencias municipales y gubernaturas locales. La dimensión simbólica de la postransición, la experiencia de la alternancia, el comportamiento de las organizaciones, el costo público de la política, los efectos del sistema electoral sobre el sistema de partidos, y el papel de la política en las iniciativas económicas del nuevo régimen, forman algunos puntos del «mínimo irreductible» de temas que pueden configurar una visión del futuro de los partidos políticos en México.
Palabras clave: sistema político, partidos, México.
Como muchas otras cosas, la prospectiva política no tiene una historia feliz en México ni en América Latina. Del mismo modo, los ejercicios de futurología de la vida social, y sus parientes más conocidos, las profecías y los pronósticos, han resultado casi siempre en un conjunto de fatalidades, paradojas y desvaríos que alimentan la certeza de que por Io general el futuro es un territorio ingobernable, habitado por una bestia apocalíptica a la que hay que domar de algún modo. Habituados -condenados, según quiera verse- a vivir en Io que Norbert Lechner denominó hace poco más de tres lustros «un présente continui»1, las clases políticas de las sociedades latinoamericanas transcurrieron en los últimos 20 años en un contexto de crisis y recuperaciones efimeras, ciclos largos o cortos de inestabilidad política, e intensificación de la desigualdad económica y la fragmentatión social. En esas circunstancias, la productión de hipótesis de futures es una tarea compleja, donde el juego de los escenarios probables, deseables y posibles resulta una labor sujeta a múltiples contingencias y restricciones teóricas, metodológicas y aun epistemólogicas. ElIo no obstante, la labor de prognosis y prospectión se erige continuamente como un desafío fascinante ya no para construir mejores escenarios futuros para la región, sino fundamentalmente para tratar de evadir o eludir los «peores escenarios de future», según se señala recientemente en un texto relacionado con el tema prospective2.
A...