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El denominado "juego" de los Voladores existe hoy en día como testimonio de la tenacidad de los varios grupos indígenas de México en adaptar sus antiguas prácticas al nuevo orden sociopolítico impuesto por los españoles. Sin embargo, si es obvio que parte del significado y las prácticas asociadas con este rito prehispánico se han perdido, el hecho de que la práctica siquiera haya sobrevivido al paso del tiempo resulta sorprendente. Dado el gran afán de los invasores ibéricos por erradicar o modificar todo lo que olía al pasado pre-Conquista, es necesario preguntarse ¿cómo ha podido un rito de tal visibilidad como el de los Voladores permanecer más o menos intacto hasta hoy? En contestación a esta pregunta, se examinarán algunos de los retratos textuales de este rito producidos durante la época colonial. Específicamente, se analizarán las descripciones realizadas por Fray Diego Durán en su Historia de las Indias de Nueva España (1579); por Fray Juan de Torquemada en su Monarquía indiana (1615); por Francisco Javier Clavijero en su Historia antigua de México (1780); y por Rafael Landívar en su Rusticado mexicana (1782), para entender el lugar que ocupaba este rito en las fiestas públicas y oficiales de la capital virreinal y en el imaginario colonial. El alcance diacrónico de las fuentes es significativo debido a que éstas reflejan las tendencias sociales, políticas y religiosas que afectaron las varias interpretaciones dadas acerca del rito en su época. El análisis de estas fuentes en su contexto histórico revela una compleja red de influencias que, a lo largo del período colonial, contribuyeron a la preservación del juego de los Voladores, tanto en las fiestas oficiales de la capital como fuera de ellas, y esto a pesar de las prohibiciones periódicas. Precisamente, la preservación del juego de Voladores se debe a su naturaleza ocasional, su reformulación como práctica cristiana indígena y las necesidades sociopolíticas de las dinastías monárquicas de la metrópoli.
La danza de los Voladores
Los Voladores (llamado también Juego o Danza de los Voladores o del Volador, o simplemente Palo Volador),1 consiste en subir un palo o mástil largo y grueso, prove-niente de un árbol talado específicamente para este propósito, que se ha erigido en algún lugar público de amplio espacio, como una plaza o el atrio...