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En la obra de Pedro García Cabrera (1905-81), uno de los escritores canarios investido con el apelativo de «poetas del mar», debido al uso que hace de los elementos e imaginario marino, notamos a menudo la relación existente entre el texto mismo y el símbolo marino como tópico para la definición o enunciación de la identidad insular. A través de la obra emerge el tema del mar, no solamente como paisaje y medio de comunicación sino como símbolo de aislamiento. Y es en sus poemas, que García Cabrera pugna por realizar su deseo de esclarecer, a través de la escritura, ese esquivo concepto de «canariedad» como conciencia insular atrapada en un doble cerco, histórico y geográfico. Según Alicia Llarena, «García Cabrera insiste en despojarnos de dos 'errores capitales': creer que regionalismo se opone a universalismo, y confundir lo universal con lo popular» (18-19) al mismo tiempo que reclama la «justa valoración» y «una necesaria armonía entre lo universal y lo local [...] para que el acento insular pueda escucharse, original y propio, en el escenario global, contribuyendo al mismo con elementos autóctonos desde nuestra tradicional mentalidad abierta» (19). En este trabajo, realizaremos un breve estudio del poemario La esperanza me mantiene, escrito en 1959, enfocándonos en cómo el mar, como espada de doble filo, se transforma a la vez en límite geográfico y espacio sin fronteras. De esta manera, el poeta canario puede sumergirse en él para establecer una nueva historia y tradición que llene los espacios literarios olvidados de la insularidad canaria. El enfoque de este trabajo será la relación entre el poemario La esperanza me mantiene, y el simbolismo marino tanto como herramienta para definir y enunciar la identidad insular así como arma de denuncia social.
El poemario La esperanza me mantiene está encabezado por una copla popular, de origen desconocido, que el poeta seguramente escucharía cantar a su propia madre durante su infancia en la isla de La Gomera. Esta copla popular, fuertemente arraigada en la cultura del pueblo canario y que es considerada, según algunos críticos, como la más hermosa que jamás se haya escrito sobre el tema de la desesperanza, dice
A la mar fui por naranjas
cosa que la mar no tiene;
metí la mano en el agua,
la...