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DE LOS BIENES A LAS ESPERANZAS MESIÁNICAS
Esperanzas mesiánicas y Mesías
Las expectativas mesiánicas tienen su base histórica entre figuras, grupos y movimientos que anunciaban, luchaban y confiaban en un cambio sociopolítico movido por creencias religiosas. En el seno del pueblo de Israel aparecieron en momentos de opresión e informaron su imaginario con anhelos de cambio social y restitución de la soberanía real. Las expectativas mesiánicas son esperanzas que incluso en su orden histórico-escatológico no están siempre vinculadas a la venida de un Mesías.
Según Mowinckel, quien ha sido influyente en las investigaciones contemporáneas sobre el mesianismo, “se puede concebir a una escatología sin un Mesías, pero no un Mesías separado de una esperanza futura”1. De este modo habría que distinguir entre el Mesías, como figura individual, y las esperanzas mesiánicas que son siempre colectivas y no necesariamente realizables en el presente histórico inmediato.
Como explica Collins, la voz “Mesías” se aplica sobre todo “a figuras que cumplen funciones importantes en la esperanza futura del pueblo”2; se trata de “un agente de Dios al final de los tiempos que, en algunos lugares de la literatura, se dice que será ungido, pero que no es, necesariamente, llamado Mesías en cada uno de los textos”3. Sin embargo, esta idea de una figura individual, salvadora, del futuro, no existía en el origen del término Mesías. Según Coppens, lo que había era más bien la esperanza en un cambio de las condiciones de vida del pueblo4. Así lo ha hecho ver la obra de Klausner, que está referida al orden de “la libertad política, la perfección moral y el bienestar terrenal para el pueblo en su propia tierra”5.
Se puede hablar de la evolución de distintas esperanzas mesiánicas o escatológicas que se van desarrollando en el imaginario político-religioso del pueblo de Israel, hasta llegar a concebir la esperanza en la figura de un Mesías como imagen escatológica, real y concreta que vendrá en los últimos tiempos. Este cambio ocurre entre el judaísmo tardío y el cristianismo primitivo, cuando las expectativas apocalípticas dan origen al vocablo Mesías en la figura encargada de hacer posible el reconocimiento de Yahveh como único Señor de este mundo.
Este paso involucra un talante sociopolítico...