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El resultado de las elecciones salvadoreñas de marzo pasado no tiene nada de inesperado. Era previsible por los candidatos presentados por los partidos y por la existencia de una lógica de votación diferenciada entre el electorado, distinta ante elecciones presidenciales o legislativas. En las primeras cuenta el candidato mientras que en las segundas cuenta el partido. Las mediciones de opinión pública entre marzo de 2003 y febrero de 2004 mostraron una distancia favorable al candidato del partido Arena. La característica sobresaliente de este evento electoral fue más bien el nivel de participación registrada. En este sentido, y por sus resultados, estas elecciones bien podrían considerarse un auténtico maremoto electoral.
Palabras clave: elecciones, sistema político, opinión pública, El Salvador.
Poniendo en contexte el eventa electoral
En primer lugar, las elecciones de 2004 constituían una oportunidad para que el electorado emitiera un juicio sobre Io hecho por la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) a Io largo de sus 15 años de gobierno desde 1989. En todo este periode se ejecutó una serie de reformas que alteraron sustancialmente el «modelo económico» vigente hasta 1980. Los gobiernos de Arena aplicaron de mariera muy disciplinada -sin mayores resistencias sociales-las medidas de reforma dictadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El giro neoliberal de la política económica incluyó: la privatización de la banca y de los servicios de telefonía y distribución de la energía eléctrica, la transformación del sistema de pensiones controlado por un ente estatal autónome a otro basado en administradoras privadas de fondos de pensiones (AFPs), la privatización de los ingenios de azúcar, y la negociación y firma de tratados de libre comercio. Para mantener un déficit fiscal en niveles aceptables se buscó reducir los gastos del Estado mediante una política de reducción del aparato estatal. Algunos ministerios -como Planificación- desaparecieron y otros -como Justicia e Interior- fueron fusionados. Las plazas de los empleados que se iban jubilando se eliminaron y, en no pocos casos, las plazas por contratos no fueron renovadas. También se impulsó una política de retiro voluntario1.
La medida de reforma más drástica hasta la fecha ha sido la adopción del dólar estadounidense como moneda de curso legal a la par del colón salvadoreño. La llamada Ley de Integración Monetaria, aprobada a...