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ENSEÑANZA SITUADA Díaz Barriga, Frida (2005). Enseñanza situada: vínculo entre la escuela y la vida, México: Mc Graw-Hill, 171 pp. (ISBN: 9701055160)
Presentar un libro es un ritual y es una fiesta. Un ritual porque el acto tiene su propia liturgia, casi religiosa, que los oficiantes se encargan de cumplir y los invitados de contemplar, seducidos por el encanto de la ceremonia y de su protocolo. Una fiesta porque se trata de un acto irremediablemente celebratorio, en el que se festeja la derrota del papel en blanco.
Presentar un libro también es un honor y un desafío. Un honor para quien debe introducirlo en sociedad, pues se deposita en él la confianza definitiva del padrinazgo. Un desafío porque ha de hacer esa presentación dignamente, a la altura del autor y de su obra, sin desmesuras en el elogio o en la crítica, sin desbalances notables en su propio estado de ánimo.
Pero presentar un libro cuando la autora es amiga de muchos años parece, a primera vista, una tarea demasiado difícil. Son tantos los posibles contaminantes de la objetividad, que nuestro juicio se encuentra sometido a una suerte de polución irreparable. ¿Cómo lograr una mirada serena sobre el texto que se presenta, si nuestras percepciones están siempre influidas por nuestros afectos? ¿De qué manera conciliar franqueza y cortesía, sin que se rompa esta ecuación con el sobrepeso de los recuerdos compartidos?
No dispongo de respuestas certeras para estas preguntas, pero cuando Frida me pidió que presentara su libro he intentado contestarlas, aunque sea provisionalmente. Y decidí decir lo que creo que debe decirse en estas situaciones: qué significados traen a mí los significantes que la autora ha escrito, cuáles son algunas de las ideas que se han ausentado del texto y que yo he echado de menos al leerlo. En todo caso, me parece que los significados han sido muchos mientras que las ausencias pocas y en ocasiones inevitables. De ambas cosas haré una breve crónica, necesariamente incompleta, pero que espero reveladora.
Comenzaré diciendo que no es nueva la pretensión de vincular la escuela con la vida. Prácticamente desde que la institución escolar existe, se han escuchado reclamos en este sentido. No en balde, todos los sistemas de educación antiguos tenían como denominador común...